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Han
pasado más de quinientos años desde que Nicolás
Maquiavelo, en “El Príncipe”, dejara formulada la máxima
que da título al presente. El mensaje es irrefutable y
nos está señalando que:
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De nada sirve tener
oportunidades, si uno carece de la habilidad
necesaria para tomarlas.
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Como tampoco sirve el
conocimiento o destreza, mientras falte la ocasión
de poder demostrarlo.
Veamos su aplicación práctica a
partir de nuestra corta pero rica historia, situando las
acciones en el actual contexto.
Como lo señalan los documentos constitutivos, FEFARA fue
creada para promover una red de Farmacias, acordada y
regulada por el Estado, que en su accionar evite
colisionar con los intereses de los distintos actores
integrantes de la cadena de valor del medicamento, pero
que a su vez garantice la accesibilidad, seguridad,
calidad y eficacia a la que tiene derecho la población.
Por ello durante nuestra activa vida institucional, y
casi siempre en soledad, los mejores esfuerzos se han
invertido en temas con directa relación hacia:
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Los
Pacientes: propiciando el uso racional del
medicamento; la utilización de un Vademécum Nacional
Farmacéutico, con criterio sanitario; la
prescripción por denominación común. internacional;
la fijación de una política de precios de referencia
farmacéutica y otros no menos importantes.
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Los
Financiadores: poniendo a su disposición
herramientas tecnológicas que ayuden para que las
acciones de mayor cobertura lleguen a quienes
realmente las necesiten; para que puedan lograr el
uso eficiente de recursos cada vez más escasos; o
bien soluciones tecnológicas y de procesos para
aportar en la realización de las tareas de
auditoría, economizando procesos y costos para el
financiador.
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Las
Farmacias: mediante estrategias y acciones
que permitan acceso y sustentabilidad a nuestra red
de farmacias, brindándole a todas la oportunidad de
participar en todos los contratos de la seguridad
social; disminuyendo los costos de operación y
mejorando el ciclo financiero en los contratos
administrados por nuestra Federación.
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El
sistema de salud: sosteniendo como
principio irrenunciable “los medicamentos solo en
Farmacias”; propugnando por la intervención estatal
para la fijación de exigencias de calidad en la
producción de los medicamentos, tanto para
laboratorios de producción pública como privada;
propiciando acuerdos con el sector público, para
aportar toda nuestra experiencia, capacidad técnica
y operativa, a fin de colaborar a la mejor atención
de los pacientes de ese sector, comprometiendo la
colaboración y asistencia de toda nuestra red de
Farmacias y otros de igual significación.
CUADRO DE SITUACIÓN
Sin pretender describir la totalidad de los elementos
que conforman una foto instantánea del momento actual,
en el sector medicamentos se visualizan de manera nítida
los siguientes elementos centrales: aumento de vida
promedio de la población; demanda creciente; fuerte
presión de marketing (especialmente centrada en la
prescripción); judicialización creciente en la demanda
de productos de alto costo (que no siempre resultan la
mejor alternativa costo-eficiente); recursos cada vez
más escasos para el financiador; falta de transparencia
y control en el circuito de provisión de medicamentos,
tanto en ambulatorios como en tratamientos de alto
costo; mal uso o despilfarro de recursos (tanto por
ineptitud como por corrupción); y otros semejantes, que
terminan por dar forma a la crisis terminal en la que
nos encontramos.
Debe entenderse que todos estos elementos o factores
interactúan y se potencian entre sí, generando una
espiral de deterioro creciente e irreversible. Y esto lo
saben todos los actores del mercado, sean del gobierno,
los financiadores, la producción, la distribución y/o la
dispensa.
Llegados a esta situación, parece obligado detenerse y
concluir que:
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Ya no se puede
engañar a nadie poniendo en aparente vigencia
vademécum ilimitados, sin controles ni
autorizaciones.
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Es necesario
aplicar una nueva metodología para la provisión de
medicamentos, tanto para ambulatorios como para
tratamientos especiales, lo cual incluye una
negociación de precios aun en los casos donde haya
pocos oferentes.
-
Esta realidad es
el común denominador de todos los financiadores,
sean estos gubernamentales, sindicales o privados.
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Ignorando estas
señales y dejando todo como está, penosamente
transitaremos el camino que finalizará con el
colapso del sistema.
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Haciendo más de
lo mismo, jamás lograremos resultados diferentes.
Ante este panorama,
venimos (una vez más) a proponer la adopción
generalizada de un modelo de gestión superador de aquel
que nos ha puesto en la insostenible situación actual.
Un modelo sustentado por la filosofía organizacional de
FEFARA, que atienda los intereses legítimos de los
distintos actores de este sector, lo cual no es ninguna
utopía por estar sobradamente probado en la gestión de
los contratos que venimos administrando desde hace ya
varios años a esta parte.
La alternativa de hierro es: dejarse morir, de la mano
del agotado sistema anterior o apostar por los cambios
que permitan la sustentabilidad del sistema de salud y
sus componentes.
Quienes constituimos FEFARA, desde el mismo origen de la
federación hemos teniendo una visión clara del futuro
deseado y, por ello, nos dimos a la paciente tarea de
desarrollar habilidades, tecnologías y procesos que
posibilitaran la concreción de nuestras metas y
objetivos (“la virtud”).
Hoy, con el estado de situación antes descripto, estamos
convencidos que ha llegado el momento propicio para
poner a disposición del sector el producido del trabajo
que estuvimos haciendo durante todos estos años,
compartiendo y aportando todo lo bueno que tenemos para
ofrecer (“la ocasión”).
No hay más tiempo que perder. La decisión debe ser
tomada ahora y, por ello, estamos saliendo a invitar a
cada uno de los actores de la seguridad social, para
transitar juntos el camino que nos llevará hacia la
salida de esta vía muerta.
Comenzando hoy mismo
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