:: REVISTA MEDICOS | Medicina Global | La Revista de Salud y Calidad de Vida
 
Sumario
Institucional
Números Anteriores
Congresos
Opinión
Suscríbase a la Revista
Contáctenos

 


 

 

 

 

 

 

 

 

Federación Farmacéutica

 

 

 

 

 
 

 

:: Infórmese con REVISTA MEDICOS - Suscríbase llamando a los teléfonos (5411) 4362-2024 /  (5411) 4300-6119 ::
  

Actualidad del sector prestador


La medicina privada es un polo de crecimiento económico y desarrollo social

Por  el Cp. Jorge Cherro, presidente de ADECRA (*)

  
La medicina privada, además de ser una actividad sanitaria de alto valor social, por atender las necesidades médicas de la población, es un importante polo de la economía que contribuye el crecimiento del empleo de calidad y al desarrollo de la industria nacional.
Como actividad económica, es por su propia naturaleza muy dinámica, de alto y sostenido crecimiento, gran demandante de mano de obra calificada y propulsora de la producción de bienes de capital e insumos específicos de alto valor agregado y elevada composición de innovación, investigación y desarrollo.
Un fenómeno que se dio en los últimos 12 años, y que pasó prácticamente desapercibido, es la notable expansión económica del sector privado de la salud dentro de la producción nacional. Esto es, tomando el total del valor agregado del sector de servicios médicos producidos por el sector privado (consultas, diagnósticos y tratamientos, internaciones, cirugías, trasplantes, etc.) y dividiéndolo por el total de los bienes y servicios producidos en la economía surge que la participación de los prestadores médicos privados en la producción del país pasó desde 2,2% en el 2004 a 4,5% en el 2016. Es decir, la participación se duplicó.
La producción de bienes y servicios de salud por parte del sector privado creció entre los años 2004 y 2016 a una tasa promedio anual (4,2%) que más que duplica el agro y la industria (ambas 2,1%), lo hizo sensiblemente por encima del sector de la construcción (2,5%) y también por encima de lo que creció el sector comercio (3,6%).
Además de elevada, la tasa de crecimiento de la medicina privada es también bastante más estable. Hecho que se verifica dividiendo al período de referencia 2004-2016 en las tres etapas idiosincráticas de los últimos años de la historia económica argentina: 2004-2008 (fuerte crecimiento por recuperación luego de la gran crisis del 2001–2002, acelerada además por un crecimiento inédito de los precios internacionales que favorecieron al país); 2008-2012 (se alcanzan los niveles previos a la gran crisis del 2001–2002 y los precios internacionales se mantenían creciendo); 2012-2016 (caracterizada por estancamiento de la economía local, de los precios internacionales y exacerbación inflacionaria).
En la primera etapa (2004–2008) se observa que todos los sectores crecen fuertemente. La tasa de crecimiento del país fue de 7,1% promedio anual y los sectores tradicionales (agro, industria, construcción y comercio) crecieron también de manera vigorosa. En la segunda etapa (2008–2012) la tasa de crecimiento del país se debilita cayendo a 1,9% promedio anual y el agro pasa a tener tasas negativas, la industria y la construcción tasas más bajas y el comercio también modera su crecimiento. En la tercera etapa (2012–2016) el estancamiento es evidente y, si bien hay una recuperación del agro, las caídas en industria, construcción y comercio son bien relevantes.
La producción de servicios relacionados con la salud humana en el sector privado, en cambio, se mantuvo creciendo en las tres etapas. Ciertamente que las tasas de crecimiento anual muestran degrades, pero su estabilidad queda en clara evidencia en el hecho de que cuando la economía se encuentra en un boom, la medicina privada crece a tasas moderadas respecto a los sectores tradicionales y cuando la economía entra al estancamiento, con los sectores tradicionales cayendo, la medicina privada se mantiene creciendo con tasas normales para ella pero que terminan siendo elevadas para el contexto general.
Mientras que el agro, la industria, la construcción y el comercio muestran vaivenes muy marcados de tasas positivas y negativas, la medicina privada por el contrario crece a una tasa promedio anual de 4% con pequeñas oscilaciones de 1 p.p. para arriba en el boom y para abajo en estancamiento. Es claramente un sector destacado por la robustez y la estabilidad de su crecimiento.
El año 2017 ha continuado la tendencia de crecimiento y estabilidad de los años previos. Durante el primer y segundo trimestre el sector de servicios médicos experimentó crecimientos de 2,4% y 2,2% respectivamente. Mientras que el total de la economía tuvo un comportamiento más dispar: creció 0,4% en el primer trimestre y 2,7% en el segundo. Otros sectores como el comercio y la industria, mientras que en el primer trimestre verificaron caídas en el segundo vieron expansiones en su producción.
Un hospital es una empresa de alta ingeniería con alta dotación de personal. El pago de remuneraciones absorbe el 75% de gasto de un prestador y el restante 25% se dirige a pagos por el uso de insumos y de bienes de capital altamente específicos.
Esta alta intensidad de mano de obra es también de elevada calificación. El 70% de los recursos humanos que se desempeñan en instituciones de atención médica tienen niveles altos de educación cumpliendo tareas técnicas o profesionales. Un 20% cumple tareas operativas: asistentes de enfermería, personal administrativo de nivel medio, etc. El restante 10% de los recursos humanos realiza tareas sin calificación formal, tratándose de mucamas y personal de limpieza y mantenimiento, pero que tienen relativamente alta instrucción otorgada por las capacitaciones en el lugar de trabajo y los aprendizajes de la labor diaria en una actividad que por su naturaleza está imbuida de procesos muy específicos.
La conjunción de ser una actividad económica de alto y sostenido crecimiento, con uso intensivo de mano de obra de alta calificación y mucha ingeniería en aparatología e insumos especializados hace que el sector de la salud privado sea uno de los motores más importantes de creación de empleo asalariado formal y de demanda interna de productos a la industria nacional.
Según datos del Ministerio de Trabajo, entre los años 2009 y 2016, el empleo asalariado registrado en el sector de la salud privada creció un 30% cuando en el resto de la economía lo hizo en apenas un 10%. Tan importante es el crecimiento del empleo asalariado formal en el sector de la salud privada que, aun cuando representa apenas el 5% del empleo asalariado registrado privado total, en el crecimiento del empleo representa un 14% de los nuevos empleos creados. Dado que este crecimiento es sostenido –como se observó en los últimos 12 años– no es descabellada la afirmación de que el sector de la salud privada es el gran empleador del futuro.
En cuanto al año 2017, en el primer trimestre, mientras que el sector de los servicios de salud tuvo un aumento de 3,4% del empleo asalariado, el total de la economía sufrió una caída de 0,2%.
Además de empleo, la medicina privada demanda sostenidamente productos de alto valor agregado a la industria manufacturera. Esta demanda de bienes intermedios que la medicina privada le hace a la industria se estima para 2016 en aproximadamente u$s 4.000 millones anuales. De este monto, sólo unos u$s 500 serían importaciones mientras que los restantes u$s 3.500 millones son demanda directa a la industria nacional. Esta demanda de la medicina privada contribuyó de manera directa a la expansión de la industria argentina y de manera indirecta a que la industria nacional exporte u$s 80 millones anuales en productos y dispositivos médicos en 2016.
Desde esta perspectiva, la medicina privada debería ser vista como un factor de crecimiento económico y desarrollo social haciéndola trascender al ámbito de las políticas sanitarias para incorporarla a la agenda de la política industrial y productiva. En este sentido, el sector de la medicina privada merece tener una agenda propia de políticas productivas.
Sin embargo, desde el punto de vista de políticas productivas, enfrenta un conjunto de barreras o frenos a su desarrollo plasmado en una distorsiva estructura impositiva producto de la acumulación de desprolijidades normativas y la desidia crónica de las autoridades para tomar las riendas y corregir estas anomalías.
Necesitamos que el gobierno admita la gravedad de la situación y actúe en consecuencia. Los que día a día trabajamos en defensa del sector prestador vemos con una positiva cautela una apertura que un par de años atrás era sólo una expresión de deseo. Contamos con el compromiso de PAMI, de la Superintendencia de Servicios de Salud y del Ministerio de Trabajo de trabajar en conjunto para encontrar una salida a la delicada situación financiera. Hoy estamos abocados a la profundización de un objetivo: la reforma tributaria, impositiva y previsional, que se ha vuelto impostergable para todo el sector prestador.
 

(*) Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina.

 

SUMARIO

 

Copyright 2000-2018 - Todos los derechos reservados, Revista Médicos