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Nos introduce el autor Tirso Luis Irure Rocher, en su
artículo del diario El País (España 2002), “...no es que
me haya convertido en un repentino converso de la lengua
inglesa. Es simplemente que -alguna vez- la lengua de
Shakespeare supera a la de Cervantes en sus contenidos
semánticos...”. Abordando en dicho texto el significado
de tres palabras de cabecera (polity, politics, y policy)
dado su valor diferente y lleno de matices para los
ciudadanos de habla inglesa. Para nosotros una sola
palabra (política) pretende dar significado a una
pluralidad de situaciones y de contenidos.
Por polity se entienden las actividades humanas que
tienen que ver con el gobierno, con las diferentes
formas de gobierno y con el concepto de Estado. En
particular la palabra tiene una extensión natural para
los campos del saber que cultivan la ciencia política,
la teoría política y el derecho público.
Politics sería la palabra que se adaptaría a la
descripción más común de política en el sentido de
dedicarse a la política, o de hablar de política. Más
matizada sería la acepción de policy, que tendría un
significado más próximo a plan de acción, programa
político y principios para la gestión de algo en
concreto. Se trataría de gestionar políticas públicas a
través de programas específicos, en beneficio del
conjunto de la población o de sectores sociales
concretos. Esta última acepción permite utilizar
adjetivos que califican al sustantivo principal. Son los
casos de la implantación de una política económica o una
política pública para la Justicia.
Generalmente las personas perciben connotaciones en
negativo de la política, pero no sería razonable admitir
en forma generalizada y por así decirlo efectos de
perversidad. Corresponde al Pueblo (los ciudadanos) no
omitir estar en contacto con los asuntos de Gobierno.
(la cosa pública, tal como diría Cicerón). Si bien las
políticas públicas se pueden medir por sus resultados
los principios y convicciones (polity) que guían la
acción política pertenecen al ámbito individual del ser
humano. La política es demasiado importante para dejarla
sólo en manos de los políticos. Los ciudadanos tenemos
un gran protagonismo. Los políticos son unos mandados de
la ciudadanía, nosotros les evaluamos en periódicas
pruebas de reválida.
El gran ejemplo que menciona en este trabajo es el de
lord Keynes. “… Un genio que pasó de la polity (desde el
ESTADO) a la policy (dedicarse a la POLITICA) a través
de la politics (sus principios y convicciones de los
HECHOS). Los grandes avances de Keynes fueron sencillos,
consistieron -según el premio Nobel de Economía (1970)
Samuelson-, en dejar una bella pero irrelevante teoría…
“
Tal vez haya un deseo deliberado y oculto de
desacreditar la política por aquellos grupos que pueden
resolver absolutamente todo a través de los mercados.
Extremismos ideológicos y fanatismos aparte esto es
absolutamente imposible. Las sociedades modernas
funcionan con dos ruedas básicas, el Estado y el
mercado. Su acción se combina y se autoalimenta. La
eficiencia es buscada desesperadamente por los mercados,
los Estados también deberían estar atentos a este
principio básico de actuación, pero les corresponde
además el fomento de la equidad y un papel de guardián
imparcial de las reglas del juego sin las cuales
aparecen las posiciones de dominio y se destruye la
igualdad de oportunidades y la sana competencia. Algunos
sectores sociales siempre necesitarán al Estado. Otros
en cambio son partidarios de la consigna, del
historiador británico Thomas Carlyle, de ‘anarquía más
policía’ para preservar sus privilegios. Los ciudadanos
pueden pasar de la politics, más si se convierte en
politiquería dirigida por politicastros. Pero no deben
prescindir de la polity, como espacio donde encuentran
satisfacción a sus principios y convicciones. Y menos de
la policy cuando obtienen una prestación razonable de un
servicio de la Administración, o ven los resultados
concretos de una política pública bien gestionada por
personas competentes, éticas y profesionales.
Como corolario refiero a los lectores al artículo
general comentado de “Tirso”, quien es doctor en
Ciencias Económicas y profesor de Economía Aplicada en
la Universidad de Valencia.
(*)
Título Médico.
Magíster en Administración de Sistemas y Servicios de
Salud. UBA - FSG. Doctorando en Ciencias Éticas,
Humanísticas y Sociales Medicas. UBA |