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Opinión


La teoría de los dos hemisferios y el cuerpo calloso
“Entre la medicina basada en la evidencia y la sentencia”

Por el Dr. Antonio Angel Camerano (*)


La evaluación económica es una parte fundamental de todo proceso de decisión, siendo esencial en contextos con limitación de recursos. Así, en los servicios y sistemas de salud se evalúan frecuentemente la inclusión o no de una u otra tecnología o producto. (Drummond – Torrance). Las decisiones en políticas públicas deben nutrirse de los conceptos de financiamiento que aportan las bases conceptuales, metodológicas, y de evaluación económica para que tengan el sustento práctico y claro de aporte económico necesario tanto en su desarrollo como en la medición del efecto del beneficio al pueblo (Carrillo – Oñativia).
Como ejemplo ilustrativo los decisores solemos pensar con los dos hemisferios. Por uno pasa la prestación del caso médico en su contexto y por el otro el costo o inversión que ello significa. Ese “cuerpo calloso” al que me refiero son los parámetros y procesos de la evaluación económica que une a ambos hemisferios por pensamientos. La farmacoeconomía, la evaluación de la tecnología sanitaria, la medicina basada en la evidencia y hasta el sentido común están presentes. Por su parte el Estado se resguardará en la Medicina Basada en la Sentencia (Valcarcel 2015), por medio de los recursos y el amparo.
Los médicos solemos pensar más allá de nuestra formación específica con una tendencia a lo prestacional, pero en las políticas públicas, en los servicios y sistemas de salud eso no alcanza. El análisis metodológico es necesario. Siempre desde el contexto de nuestro país, y a modo práctico debemos ser concretos: “El fin es uno o único por marco lógico y además tiene la característica de que no se cumple en un período corto y no depende exclusivamente de nuestras acciones, depende de muchas otras”.
El largo plazo representa continuidad y fidelización y el corto plazo que representa rentabilidad y también parte del efector (institución o empresa).
La gran mayoría de las evaluaciones que transcurren en ese “Cuerpo Calloso” son costo/efectividad o costo/utilidad donde el producto no es en pesos. En nuestra economía sanitaria (fuere Pública por el Estado, por las Obras Sociales o Privada por el sistema prepago), siempre existen un financiador, un beneficiario y, un efector, y supongamos que para el financiador es más económico que el beneficiario esté con un sistema de atención por profesionales a los cuales se les paga más. Entonces la relación de agencia es tener al paciente en esa situación permanente cuando en realidad no la necesita dado que se podría resolver con otras.
Aquí no sólo estamos midiendo lo económico también estamos midiendo las intervenciones de la calidad de vida (todo aquello que le permita favorecer al beneficiario). Y además la otra relación de agencia es con la familia. La misma puede instalarse en una situación por comodidad y no por necesidades. En cuanto a las ventajas y desventajas de la modalidad de pago de los recursos sanitarios en la gestión de personas, la modalidad de pago para captar recurso crítico como es el de enfermería es como suele ser monotributistas y no en relación de dependencia.
Siempre es interesante en el análisis del eje el concepto “Es muy difícil integrar lo que no se tiene por información o aprendido”. Esta expresión se la toma como una visión integradora.
En estos análisis no se recomiendan los supuestos de “rol” dado que “algunos editores de manuales de este proceso incluyen en sus libros una advertencia bastante clara en la que se indica al lector que los juegos de rol no tienen nada que ver con la vida real y que son simplemente un entretenimiento ficticio”.
Aquí la comprensión y la claridad de la devolución suele ser un factor permanente de corrección en el pensamiento. El médico debe incorporar conocimientos sobre economía a su práctica clínica, con tres objetivos: La perfección en medicina se consigue mediante la eficiencia, pero previamente hay que alcanzar la efectividad.
La ética médica exige la consideración del coste de oportunidad en las decisiones diagnósticas y terapéuticas.
Los pacientes eligen las utilidades relevantes (las acciones clínicas principales). (Ortún Rubio 2012)
Para el final debemos recordar que, la “estrategia” para la prevención es un enfoque clínico de la medicina preventiva que centra sus esfuerzos en las personas necesitadas con los niveles más altos del factor de riesgo (“la minoría desviada con alto riesgo”) y utiliza el marco establecido de servicios médicos. En otras palabras, es “una operación de rescate dirigida a personas vulnerables”. Las debilidades principales de la estrategia de alto riesgo son: la prevención puede ser medicalizada; el éxito puede ser paliativo y temporal; la contribución al control general (de la población) de una enfermedad puede ser pequeña; la intervención preventiva puede ser inadecuada o insostenible desde el punto de vista conductual o cultural (Rose G, 1991).
Todo dependerá del cambio dentro del cambio de paradigma, de la macro y microeconomía y el rumbo de la ingeniería política a implementar en salud.

(*) Título Médico. Magíster en Administración de Sistemas y Servicios de Salud. UBA - FSG. Doctorando en Ciencias Éticas, Humanísticas y Sociales Medicas. UBA

 

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