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La gestión hospitalaria sigue siendo una cuenta
pendiente de nuestro sistema público de salud. Más allá
de algunas diferencias según cada provincia, podríamos
coincidir que, en términos generales, es un área en
donde estamos muy atrasados respecto a la incorporación
y utilización de técnicas, conocimientos y mecanismos de
gestión utilizados en el mundo.
Incluso sin comparar con otros países también podríamos
afirmar que existe una brecha en términos de gestión con
el sector privado.
Los hospitales públicos pertenecen a diferentes
jurisdicciones provinciales y municipales y si bien
presentan algunas características particulares de su
propia jurisdicción podríamos establecer una serie de
dificultades de gestión más o menos comunes a la gran
mayoría.
Entre esas dificultades podemos mencionar:
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Una alta integración vertical
Dicho en otras palabras, existe una extremada
centralización en la toma de decisiones en el nivel
central ministerial o municipal según sea la
jurisdicción. En este tema no existen diferencias sea
hospital provincial o municipal. Esto se verifica en la
gestión de insumos, medicamentos, recursos humanos, etc.
Los directores de hospitales públicos tienen una escasa
capacidad de maniobra y generalmente quedan en medio de
necesidades diarias con decisiones que lo superan
jerárquicamente.
-
No existe en el presupuesto un programa
presupuestario por cada hospital
Ni un control de lo ejecutado por cada presupuesto. O
sea, el presupuesto hospitalario es una bolsa dentro del
presupuesto general y no hay posibilidad de establecer
premios para los más eficientes. Hospital que pueda
lograr ahorros por eficiencia “pierde” ese dinero a
manos de otro hospital ineficiente por lo que los
incentivos van en dirección contraria a la eficiencia.
-
No existe información de gestión para la toma de
decisiones
Las áreas de estadísticas no procesan la información
para tomar decisiones, solo para enviarlas a nivel
central. No se aplican sistemas de medición del producto
como los GRD, por ejemplo, no se analizan indicadores de
calidad como reinternaciones, promedios de días de
estada, cancelaciones de cirugías.
En muchos hospitales funcionan comités de infectología
que miran un poco más el tema de infecciones
intrahospitalarias, un problema cada vez mayor a nivel
mundial y nacional pero no en todos. Tampoco existen
sistemas de costeo o la posibilidad de seguimiento de
ejecución presupuestaria. No hay sistemas integrados de
control de stocks, pedidos de faltantes de insumos,
relación utilización de insumos vs producción, etc. No
existe en general una información sobre el paciente en
forma única (ni clínica, ni de condiciones
determinantes, ni de antecedentes, etc.).
-
Muy pocos hospitales cuentan con un plan estratégico
Que defina su visión, misión, sus objetivos, que tenga
claro cuál es su rol dentro de una red hospitalaria más
amplia. Tampoco cuentan con un programa de calidad
técnica, ni mucho menos trabajan sobre la calidad
percibida por el usuario.
-
La gestión no está profesionalizada
En general está en manos de excelentes médicos
asistenciales, incluso muchos de ellos ya con
experiencia como directores, pero en muchos casos sin
conocimientos teóricos sobre técnicas de gestión. Los
jefes de servicios también son médicos con muchos
conocimientos asistenciales en el mejor de los casos,
pero sin conocer las técnicas de la gestión clínica.
-
La organización hospitalaria es disfuncional
No se ve como una estructura matricial, no se coordinan
áreas, no existe trabajo en equipo y se trabaja en
compartimentos estancos y en general no está organizado
por cuidados.
LA COMPLEJIDAD DE LA GESTIÓN
Se ha definido al Hospital como una empresa de servicios
de gran complejidad desde el punto de vista
organizacional. Se acepta que allí dentro conviven
diferentes tipos de organizaciones y que resulta
imprescindible identificarlos y conocerlos en
profundidad a fin de comprender el funcionamiento global
de la institución hospitalaria.
Los “tipos de organización” que conviven dentro de la
institución hospital pueden identificarse a partir de
los diferentes procesos de producción existentes, los
cuales se los asocia por su similitud a procesos de tipo
“servicios de hotelería” (por ejemplo lo concerniente a
la gestión de camas desde su disponibilidad hasta el
confort del paciente y sus familiares -limpieza,
lavandería, mantenimiento, alimentación, otros), de tipo
“producción industrial” (por ejemplo algunos servicios
intermedios como diagnóstico por imágenes, laboratorio,
esterilización, etc.) y de “servicios médicos”
propiamente dichos.
Cada uno de estos “tipos de organización” requiere hoy
en día de una alta especialización para su gestión
específica. Si resulta complicado coordinar todas las
áreas en un restaurante, en un hotel o una fábrica de
zapatos, imaginémonos en un hospital en donde debemos
multiplicar por tres esta complejidad.
Sólo por mencionar algunas complejidades que se
enfrentan quienes gestionan digamos que, por ejemplo, el
hospital es una institución de las más altamente electro
dependiente, en donde la limpieza y la higiene deben
cumplir estándares muy altos llegando en algunas áreas a
la esterilidad como si fuera una planta elaboradora de
productos biológicos, en donde también deben cumplirse
estándares elevados de bioseguridad, o donde por ejemplo
debe existir siempre la disponibilidad de oxigeno e
insumos muy diversos para estar preparados para
urgencias o para emergencias que son impredecibles, en
donde el recurso humano esta súper calificado y formado
y cada “operario” sabe más de su tarea técnica que la
“gerencia” y en donde el “cliente” participa a su vez
como “producto” en sí mismo. Y todo esto en el marco de
expectativas y angustias de familiares y pacientes, de
hechos que traen alegría o dolor como los son un
nacimiento o el fallecimiento de un ser querido, de
diferentes creencias religiosas y últimamente de una
violencia extrema de una parte de la sociedad para con
los trabajadores hospitalarios.
En este contexto, ¿estamos gestionando bien nuestros
hospitales públicos? ¿Tienen los directores las
herramientas necesarias?
UN NUEVO IMPULSO PARA LA GESTIÓN HOSPITALARIA
Es momento de desarrollar una política o programa de
mejora de la gestión en nuestros hospitales públicos. Me
atrevo a decir que el último programa que intentó algún
cambio fue el decreto de autogestión del cual sólo
perdura la posibilidad de facturar a terceros pagadores
y redistribuir un porcentaje de esos montos como algún
tipo de incentivo, pero no mucho más. Ya es tiempo de
empezar a focalizarnos en esta temática.
Los hospitales, más allá de su misión fundamental de
asistencia sanitaria y de tener la complejidad
descripta, son además unidades económicas tipo PYMES ya
que trabajan en ellos miles de personas y tienen
presupuestos muchas veces mayores que otros tipos de
empresas. O sea que desde todo punto de vista resulta
necesario abordar esta problemática.
Un programa o plan de gestión debe intentar
descentralizar tomas de decisiones en materia de gestión
de recursos humanos (definición del plantel,
reclutamiento, selección, formación, retribución,
incentivos, bajas, etc.) y de gestión de insumos
(adquisiciones, control de calidad, stocks, etc.).
Debe contemplar que todo hospital tenga su plan
estratégico, su misión, sus objetivos, su plan director
de infraestructura y equipamiento, así como su plan de
mejora continua de la calidad tanto técnica como la
denominada percibida. Debe tener una gestión altamente
profesionalizada y para esto se debe formar recurso
humano especializado en gestión y debe cambiar su
estructura orgánica funcional teniendo en cuenta los
tipos de organización descriptos con jefes de áreas o de
servicios que sepan también de gestión.
Se deben implementar sistemas de información integrales
e integrados útiles para la gestión clínica que abarque
desde la información clínica del paciente, como también
de costos, de calidad, de medición del producto
sanitario, etc.
En definitiva, debemos encarar esta problemática para
que la brecha en gestión no siga aumentando con lo que
se hace en el resto del mundo y de otros subsistema.
(*) Presidente de la Agencia
Nacional de Laboratorios Públicos.
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