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Opinión  


Los datos masivos en salud

Por el Dr. Adolfo Sánchez de León (*)
Médico. Especialista en Salud Pública.


La digitalización de los datos y la información obtenida de ellos están impactando fuertemente en los sistemas sanitarios y en la manera de percibir y cuidar la salud de cada ciudadano en todo el mundo.
La miniaturización de los dispositivos, la portabilidad de la información, la telemática, la robótica, la genómica, internet, las redes sociales y otras muchas “pequeñas/grandes” revoluciones modernas van de la mano y multiplican hacia el infinito esta gran revolución de la era digital.
En salud las historias clínicas electrónicas, las apps móviles, las páginas digitales de grupos de pacientes, las plataformas de consultas médicas online, no sólo están modificando las modalidades de atención, las formas de hacer los diagnósticos, de administrar los tratamientos (e incluso de modificarlos) de atender urgencias, de incrementar los autocuidados, de mejorar la satisfacción de los usuarios, de promocionar los cuidados en salud, de gestionar la investigación y desarrollo, sino que además son una fuente inmensa e incalculable de datos clínicos, sociales, ambientales, del comportamiento y de muchísimos determinantes de la salud.
Cada vez resulta más fácil recopilar y almacenar datos. Al utilizar un celular móvil o simplemente llevándolo con nosotros, al utilizar dispositivos wearables o a través de sensores incorporados a los objetos que nos rodean y su conexión a Internet (lo que se conoce como el Internet de las cosas) estamos alimentado bases de datos. El uso creciente de estos dispositivos está multiplicando de manera exponencial el volumen de datos que generamos a diario de una forma automatizada.
Estos avances tecnológicos están haciendo realidad la posibilidad de monitorear en tiempo real y de manera continuada el estado de salud de cada individuo (personalización), de grupos poblacionales seleccionados por patologías o cualquier otra variable (segmentación) y por ende de la población en general (estudios poblacionales).
La digitalización ha disminuido sensiblemente los costos de la generación de información lo que ha posibilitado contar con un volumen de información muy grande, heterogénea y no estructurada, que va mucho más allá de la clásica información transaccional o estructurada utilizada por las empresas como lo son las bases de datos relacionales, sino que empieza a haber información desestructurada.
Esta cantidad de datos estructurados y no estructurados generados por todas estas tan diferentes fuentes digitalizadas, a tiempo real, heterogéneos, de innumerables cantidades de variables no pueden ser gestionados por los procesos de información tradicionales. De allí surge el concepto de Datos Masivos o Big Data, lo cual requiere de nuevas metodologías y tecnologías para poder procesar esa cantidad y variedad de datos y transformarlos en información útil.

¿QUÉ ES EL BIG DATA?

El término Big Data o Datos Masivos hace referencia entonces a una cantidad de datos tal que supera la capacidad del tipo de software que habitualmente se emplea para su captura, gestión y procesamiento en un tiempo razonable. Hace referencia a sistemas informáticos basados en la acumulación a gran escala de datos y de los procedimientos usados para identificar patrones recurrentes dentro de esos datos.
Las características que componen el Big Data se resumen en las 4 “V”: volumen, variedad, velocidad y valor. El elevado volumen de datos (ya se habla de Exabyte, Yottabyte e incluso Brontobyte) precisa nuevas técnicas de almacenamiento a gran escala y enfoques distintos para recuperar la información; la variedad de las fuentes de datos (texto, audio, vídeo, etc.) hace que las redes relacionales sencillas sean difícilmente aplicables, el incesante incremento con que se generan los datos hace que la velocidad sea un parámetro clave en su manejo y finalmente la cuarta V, que hace referencia al valor aportado por estos grandes conjuntos de datos.
Resumiendo, podemos decir que hace referencia a aquel conjunto de datos que, por su gran tamaño, sobrepasa la capacidad de ser gestionado por bases de datos de integración tradicionales.

DATOS MASIVOS O BIG DATA EN SALUD

El potencial de los Datos Masivos en el área de la salud es inconmensurable. Tender a una medicina más predictiva, más personalizada, desarrollar mucho más la prevención y promoción de la salud, lograr una mayor eficiencia en los sistemas y servicios de salud por reducción de sus costos, abrir innumerables posibilidades en el campo de la investigación y desarrollo de fármacos y de dispositivos médicos, poder modificar formas de pagos tendiendo más a pagos por resultados y mucho más.
La combinación de Big data con la robótica (machine learning) puede ayudar a especialistas a estar constantemente actualizados en los tratamientos de su especialidad y puede ayudarlos a elegir adecuadamente los tratamientos específicos para cada paciente como si fueran protocolos personalizados y actualizados en tiempo real.
La utilización de Big Data es la base de la Evidencia del Mundo Real (Real World Evidence) cada vez más utilizado por las farmacéuticas para evaluar eficiencia de sus productos. También son utilizados para los Contratos de Riesgo Compartidos que en algunos países están imponiéndose.
Estos son sólo algunos ejemplos de las amplísimas utilidades que tiene y tendrá el Big Data en salud.

LA SITUACIÓN EN NUESTRO PAÍS

Los países que no se encolumnen y avancen en este sentido quedarán muy rezagados respecto al resto. No sólo habrá una brecha enorme entre estos países, sino que será uno de los factores tal vez más determinantes de inequidad entre las personas ya que si los gobiernos no lideran en este aspecto, los sectores de mayores recursos lo harán brindando muchísimas mejoras a sus asociados.
La Argentina se encuentra muy atrasada respecto a otros países. El primer paso para estos modelos es la digitalización de los datos y su intercambiabilidad. Tengamos en cuenta que aún no hemos podido lograr la implementación masiva de la historia clínica electrónica lo cual sería un inicio básico.
Avanzar en estos aspectos debe ser una prioridad en la agenda del gobierno en el área salud. Quizá no lo percibamos en lo inmediato, pero seguramente en los próximos cinco años estaremos, de no hacer nada, en un nivel de prácticamente analfabetismo digital
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(*) Presidente de la ANLAP (Agencia Nacional de Laboratorios Públicos).

 

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