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Hace apenas unos meses se auguraba
un crecimiento económico mundial, el
mundo seguía atento tanto los
conflictos entre China y EE. UU. en
la pelea por el liderazgo mundial
como el Brexit de Gran Bretaña, y
escuchábamos algo sobre el Covid-19
en Huang una lejana zona de China.
Hoy el mundo ha cambiado. La
pandemia ha sorprendido por su
impacto sanitario y económico. Miles
de muertos, sistemas colapsados y un
mundo nuevo que está asomando. Se
vislumbra a nivel económico la peor
crisis de la era moderna, incluso
cuestionando desde el liderazgo
económico y el orden mundial hasta
las bases mismas del capitalismo.
El mundo se paró y el primer impacto
se sintió en el comercio
internacional y el turismo.
Inmediatamente el resto de la
economía sufrió una caída
generalizada del consumo. Como
consecuencia comenzaron las
suspensiones y los despidos. Es
importante destacar que
independientemente de la estrategia
o el momento de tomar acciones para
frenar el coronavirus, todos los
países están atravesando una
catástrofe económica con impacto
directo en lo laboral. Las actuales
proyecciones económicas auguran una
caída del PBI global en un 5%,
cuando se esperaba un crecimiento
global de 3 puntos.
LA
REALIDAD ECONÓMICA EN LA ARGENTINA
ANTES DEL COVID-19
Previo a la pandemia, la economía
argentina ya se encontraba en medio
de una crisis. Con fluctuaciones en
el crecimiento económico, dibujando
una función senoidal en los últimos
10 años, que a finales del 2019
ubicaba un PBI similar al del 2010;
con déficit en las cuentas públicas,
algo que no es nuevo, ya que desde
1960 apenas un puñado de años hubo
superávit fiscal; con inflación muy
alta, donde el último año llego al
60% y nos ubicó como la segunda
mayor inflación mundial; con aumento
de pobreza, con niveles de 40% de
pobreza general y 50% en niños
menores de 14 años; y finalmente,
con la caída de la tasa de empleo y
aumento del trabajo no registrado.
Una crisis económica con un gran
descontento social. En términos
económicos la Argentina estaba en el
peor escenario posible “Estanflación”.
A este escenario debemos sumarle el
“soft Default” o “Default con
negociación”. Es clave entender que
la Argentina incumplió y está en
cesación de pagos. Dado que se sigue
negociando con los acreedores, a
esta cesación negociada se la
denomina “soft”. El problema surge
cuando uno de los acreedores inicia
un juicio o pide un default cruzado;
esto significa que se caen todas las
otras deudas, porque no se pudo
pagar la deuda actual. Mientras las
negociaciones sigan no va a haber
cambios importantes, pero sí se
siguen prorrogando presionarán sobre
el dólar y la inflación. Salir de
esta situación es necesario para
generar la posibilidad de comenzar a
crecer, y poder hacerlo lo más
rápido posible. Entrar en cesación
de pagos implica nuevamente
quedarnos sin crédito y sin la
posibilidad de volver al comercio
internacional en forma ordenada.
LA
PANDEMIA EN LA ARGENTINA
La Argentina ha adoptado el
Aislamiento Social Preventivo
Obligatorio como principal
estrategia sanitaria con una alta
efectividad. Paralelamente, ha
adoptado medidas económicas en
función de mantener los niveles
económicos y evitar el desempleo. Se
estableció un bono dentro de la
Asignación Universal por Hijo, otro
para jubilados y pensionados, así
como un pago de 10.000 pesos para
familias de menores ingresos. Por
otro lado, para las empresas, a
través del programa ATP, el Gobierno
pagó parte de los sueldos y se
hicieron exenciones a los pagos de
seguridad social. También se
ofrecieron créditos a tasa 0% y
créditos especiales para productores
de alimentos, higiene y limpieza.
Dentro del marco público se anunció
un aumento en el presupuesto para
inversión en obra pública.
Finalmente, el Poder Ejecutivo
Nacional, a través del Decreto de
Necesidad y Urgencia (DNU) 329/2020,
estableció medidas tendientes a
limitar los despidos y las
suspensiones, donde la norma, en su
artículo 2, prohíbe los despidos sin
justa causa y por las causales de
falta o disminución de trabajo y
fuerza mayor.
Sin embargo, todas estas medidas no
alcanzaron a todas las empresas y
personas necesitadas y sus
requisitos burocráticos muchas veces
fueron un impedimento para su
concreción. Muchas empresas
cerraron, especialmente en AMBA, la
zona más afectada del país. El
desempleo comenzó a crecer y muchas
familias vieron afectados sus
ingresos por recortes salariales o
directamente porque no pueden
ejercer el comercio o su profesión.
Además, las políticas sanitarias y
económicas adoptadas generan un
aumento del déficit fiscal, ante la
necesidad de mayor gasto público y
de transferencias al sector privado,
como así también, debido a la
estrepitosa caída de la recaudación.
Esto lleva a la necesidad de emisión
monetaria, consecuentemente presión
inflacionaria y mayor presión sobre
el dólar.
EL
FUTURO ECONÓMICO
Las proyecciones a corto plazo
muestran escenarios con un aumento
de desempleo, una caída del PBI de
al menos 10% e inflación. La
diferenciación entre los países será
la velocidad de recuperarse y crecer
en el mediano plazo. Es por lo que
el futuro económico argentino
dependerá de varios factores:
¿cuándo superaremos la pandemia?
¿Cómo terminará la negociación del
default? ¿Qué políticas se aplicarán
post Covid-19?
Los tres factores generan una gran
incertidumbre. A nivel mundial, casi
ningún país ha superado la pandemia,
y la nueva normalidad se mezcla con
rebrotes y amenazas de volver atrás.
En cuanto al default, la situación
es tensa, aunque las negociaciones
siguen en pie. A ambas partes les
conviene arreglar, pero nadie quiere
ceder mucho. En cuanto a las
políticas, los mensajes de parte del
sector gobernante fueron
contradictorios, desde expropiación
o quedarse con parte de empresas que
accedieron al ATP, hasta el impuesto
a la riqueza que aún no se trata en
el Congreso.
El resumen, la Argentina está ante
una situación económica muy delicada
y la coyuntura apremia. Sin embargo,
se deberá resurgir una vez más e
intentar de una buena vez,
solucionar los problemas
estructurales. De lo contrario, en
unos pocos años estaremos ante la
misma situación económica.
(*) Asociación de Economía de la
Salud.
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