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I -
EL CONFLICTO
“Regular en serio el mercado del
medicamento o sentarse a esperar la
debacle total del sector”.
Noticias periodísticas recientes dan
cuenta que varias Obras Sociales
provinciales no sólo no están
pudiendo responder ante los
laboratorios farmacéuticos por las
deudas acumuladas, sino que además
se encuentran al borde de la
suspensión de las prestaciones por
la acumulación de facturas impagas
con la red de farmacias.
Durante todos estos años desde
FEFARA hemos estado insistiendo en
advertir la imposibilidad de
mantener un sistema que consideramos
inviable. Los principales aspectos
de nuestra prédica, se basan en la
certeza de que en el sector hay una
insuficiente respuesta a la demanda
a causa de:
-
El
deterioro de los ingresos medios de
la población.
-
El
mal uso o dispendio de recursos.
-
La
disminución de los ingresos y el
incremento de los costos en salud
para los financiadores.
-
Imposibilidad de atender las mínimas
prestaciones que se deben
garantizar, por parte de los
financiadores, a raíz de problemas
económicos crecientes.
Por
otra parte, dentro del mercado del
medicamento destacamos también la
existencia de:
-
Fuerte presión de marketing
especialmente centrada en la
prescripción.
-
Judicialización creciente
relacionada con productos de alto
costo.
-
Falta
de transparencia y control en el
circuito de provisión de
medicamentos.
-
El
gerenciamiento queda en manos de las
mandatarias de la oferta y el
financiador debe dar por buena la
liquidación que le presentan.
-
No se
prioriza el uso racional del
medicamento, ni se garantiza el
acceso a la gente.
-
Las
farmacias no sólo soportan
dificultades financieras crecientes
por atrasos e incobrabilidades, sino
que ponen en riesgo su
sustentabilidad por caída de calidad
y cantidad en la demanda.
-
La
propia industria soporta crecientes
dificultades, tanto para colocar
unidades como para poder cobrarlas.
Ante
esta realidad, que es el común
denominador de todos los
financiadores del sector
(gubernamentales, sindicales o
privados), se hace evidente que ya
no sólo es injusto sino también
inviable mantener en el tiempo el
sistema que la oferta diseñó e
impuso en nuestro mercado durante
las últimas décadas. Un sistema
carente de control, límites y
transparencia.
Resulta imperioso entonces, aplicar
nuevos mecanismos en la provisión de
medicamentos, tanto para
ambulatorios como para tratamientos
especiales, que incluye una
negociación de precios aún en los
casos donde haya pocos oferentes.
No hay mayores opciones. El Gobierno
debe avanzar con firmeza en la
implementación de políticas y
estrategias que permitan regular el
mercado del medicamento para
optimizar las prestaciones, brindar
servicios de calidad sin incrementar
los costos y propiciar el acceso a
prestaciones basadas en criterios
científicos, epidemiológicos y de
evaluación económica para toda la
población.
II
- EL TRÁNSITO HACIA LA SOLUCIÓN
El derecho a la salud, es un derecho
humano básico protegido
especialmente por la Constitución
Nacional y Tratados Internacionales.
Es por ello que el Estado tiene el
deber de garantizar el acceso a toda
la sociedad. Ahora bien, asegurar
que los beneficios de la salud
lleguen a todos nos enfrenta al
dilema de satisfacer necesidades
crecientes disponiendo de recursos
limitados.
Esto se torna aún más complejo en lo
que respecta al acceso al
medicamento, debido al alto costo de
los mismos y al gran impacto que
tiene para los presupuestos
familiares. Es por lo que, para
garantizarlo, especialmente a los
sectores sociales y/o etarios más
vulnerables, se precisa de un alto
nivel de financiamiento y regulación
estatal.
Si bien son numerosas las
alternativas para la adopción de
políticas centradas en el acceso a
los medicamentos, a continuación,
enunciaremos las que consideramos
prioritarias para la consecución de
los objetivos antes descriptos.
1. Identificación del
beneficiario
Resulta indispensable tener
información sobre la población en un
Padrón Nacional Unificado. Esta
valiosa herramienta permitirá fijar
las bases desde las cuales construir
una política de medicamentos, a la
misma vez que otros programas de
salud más complejos.
Se podrá trabajar en el registro y
categorización de los pacientes por
patologías crónicas a partir de los
diagnósticos indicados en las
recetas y los consumos registrados
en las farmacias, permitiendo
componer mapas epidemiológicos de
cronicidad, diseñar estrategias de
coberturas complementarias (vg.
afiliados que tengan más de una obra
social), entre otras.
2. Regulación de precios y
garantía de competitividad
En el mercado de medicamentos la
formación de precios está
concentrada en los laboratorios
productores, y la única referencia
con la que se cuenta es el manual
farmacéutico publicado por empresas
financiadas por la propia industria.
Ni las farmacias ni las droguerías
cuentan con una injerencia
sustancial en este proceso.
Por lo tanto, dentro de la
actividad, todo se reduce a la
capacidad de negociación que tenga
el financiador respecto del
laboratorio productor. Es por ello,
que insistimos en la necesidad de
regulación por parte del Estado. El
valor de los medicamentos debe ser
definido en el ámbito del Ministerio
de Salud de la Nación, estableciendo
un precio por franja terapéutica que
servirá de precio de referencia para
todos los actores del mercado.
Por otro lado, la regulación
mediante precios de referencia por
franja terapéutica genera una
ampliación de la oferta, permitiendo
que los laboratorios de menor
incidencia y los laboratorios
públicos puedan participar en
condiciones más equitativas.
3. Uso racional del medicamento
El uso racional de medicamentos es
la condición por la cual los
pacientes reciben la medicación
adecuada a sus necesidades clínicas,
en las dosis correspondientes a sus
requisitos individuales, durante un
período de tiempo adecuado y al
menor costo posible para ellos y
para la comunidad (OMS, 1985).
Para ello es necesario que el Estado
establezca los formularios
terapéuticos de referencia para
respaldar el plan de uso racional de
medicamentos mediante la aplicación
de criterios de selección de
principios activos que cuentan con
evidencias disponibles de eficacia,
seguridad, conveniencia y costo.
También que oriente el suministro y
la adquisición de medicamentos de
forma centralizada, otorgando
prioridad a la producción pública de
medicamentos con el fin de
resguardar el Derecho a la Salud y
la accesibilidad a los mismos.
4. Distribución de medicamentos
Actualmente existe una estructura de
distribución muy concentrada que no
permite a los laboratorios de menor
incidencia en el mercado y/o a los
laboratorios públicos acceder como
una oferta adicional al conjunto de
la red de farmacias de la República
Argentina.
En este sentido, el Estado deberá
garantizar estructuras logísticas de
distribución de medicamentos que
permitan que la oferta más
competitiva esté disponible para la
totalidad de las Farmacias del país.
5. Producción nacional de
medicamentos genéricos
En el mercado de los medicamentos
existen franjas terapéuticas no
atractivas para el sector privado
por diversos motivos: por la baja
rentabilidad o porque son
controladas por uno o dos
laboratorios líderes. Esto genera
condiciones poco propicias para
garantizar el acceso al medicamento
a precios razonables.
Es conveniente definir una política
de producción público/privada de
medicamentos genéricos que regule y
permita promover el desarrollo de
segmentos relegados por la
actividad, además que garantice
contar con una oferta más diversa en
cantidad y calidad de productos.
6. Dispensa de los medicamentos
La regulación y promoción de la
actividad farmacéutica ha sido una
política casi abandonada durante los
años noventa y, si bien se intentó
mejorar su situación durante los
doce años del kirchnerismo, ha sido
una actividad relegada frente a la
de otros actores del mercado que
debe ser revisada.
La farmacia es una entidad que
brinda un servicio público
fundamental en el área de la salud.
El desarrollo de la provisión de
medicamentos mediante la farmacia,
debe apuntar a equilibrar las
desigualdades geográficas y
sociales, garantizando a todos los
habitantes, independientemente de su
situación geográfica y
socio-económica el libre acceso al
medicamento.
Revitalizar el rol de la farmacia,
garantizándoles las condiciones
económicas, comerciales y de
rentabilidad que le permitan
trabajar los programas de salud
prioritarios, sobre todo a aquellas
farmacias pequeñas y medianas que
proveen a los sectores más
postergados de la sociedad, es una
acción importante para el éxito de
todo plan nacional de medicamentos.
(*) Presidente de FEFARA (Federación
Farmacéutica de la República
Argentina).
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