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La
pandemia que azota al mundo puso
sobre el tapete los problemas
estructurales que arrastran los
sistemas de servicios de salud. En
nuestro país entre otros problemas
se visualiza la ausencia de una
estrategia eficaz y eficiente de
Atención Primaria de Salud (APS).
En la Argentina el Aislamiento
Social Preventivo y Obligatorio
(ASPO) se decretó muy tempranamente
a fin de aplanar la curva y poder
preparar al sistema de salud. Esto
fue concebido desde una mirada
estrecha; sólo se aumentaron camas
de cuidados intensivos y
respiradores, cuestiones muy
necesarias, por cierto, pero
insuficientes a la hora de dar una
respuesta integral a la enfermedad,
teniendo en cuenta que más del 80%
de los infectados no requieren
internación y pueden ser atendidos y
seguidos en un primer nivel de
atención.
Desde la infraestructura en salud y
coherente con la política adoptada,
también se priorizó la construcción
de los denominados “hospitales
modulares” como grandes salas
destinadas a los cuidados
intensivos, resignando incluso
superficie para los servicios de
apoyo asistenciales y de confort
para el personal abocado al cuidado
de los pacientes.
UNA
MIRADA DESDE LA INFRAESTRUCTURA EN
SALUD
Al igual que ocurre con la APS en
nuestro país, la arquitectura
especializada en salud
lamentablemente se sigue encontrando
en el lugar del discurso y no está
incorporada en la planificación y
ejecución de políticas de salud. Si
bien se reconoce la importancia del
arquitecto hospitalario como parte
del sistema y del equipo, en muchos
casos no se los consulta en los
procesos de planificación y menos
aún en la ejecución de políticas de
salud.
Sumado a lo comentado anteriormente
en cuanto a la construcción de los
hospitales modulares y sin irnos tan
lejos en el tiempo, en la provincia
de Buenos Aires se desarrolló una
política de mejoras de las guardias
hospitalarias teniendo como objetivo
mejorar la infraestructura, pero sin
tener en cuenta una planificación
sanitaria más profunda.
En ese caso se llevó adelante una
política basada en mejorar las
emergencias, que incluyó la
instalación del SAME (Sistema de
Atención Médica de Emergencia) y que
en los hospitales significó la
remodelación y ampliación de las
guardias, incrementando el número de
personal de guardia, ampliando y
equipando sus áreas de atención. En
este caso se mejoró la
infraestructura sin dar respuesta a
las causas que originan el mal
funcionamiento de la atención
ambulatoria como la falta de un
primer nivel de atención.
El porcentaje de la consulta
ambulatoria no programada en
hospitales, respecto del total de
consultas, es muy alto en nuestro
país. La implementación del sistema
de triage en la provincia de Buenos
Aires, deja en evidencia que casi el
80% de esas consultas son leves las
cuales pueden ser atendidas en
mejores condiciones en el primer
nivel de atención o en la consulta
programada. Analizando estos datos,
se observa que atender infinidad de
casos leves en la guardia no permite
que los casos verdaderamente de
urgencia tengan el espacio que les
corresponde.
Esta manera de trabajar beneficiaría
al personal del equipo de salud
optimizaría los tiempos de espera y
reduciría conflictos.
Consolidando un mal funcionamiento
no encontraremos la solución, Y como
las crisis nos dan oportunidades, no
nos podemos permitir desperdiciar
todo este esfuerzo.
LA
IMPORTANCIA DE CONFORMAR EQUIPOS
TRANSDISCIPLINARIOS EN SALUD
La conformación de equipos
transdisciplinarios formados y
capacitados en gestión en salud
facilita la toma de decisiones y
optimiza el funcionamiento del
sistema. Dejando que cada uno de los
integrantes aporte y utilice su
tiempo en lo que deben, evitando que
el día a día los lleve de las
narices. En la búsqueda de la
garantía de eficacia operativa, que
ordena el exacto cumplimiento de los
objetivos específicos y metas de
cada uno de los integrantes, y por
ende del sistema.
La infraestructura en salud es un
aspecto al que la pandemia tuvo a
mal traer, y ahí se visibilizaron
temas en los que la arquitectura
puede y debe aportar, formando parte
activa del equipo.
Los accesos, los circuitos
circulatorios, los tiempos y los
recorridos que demandan los
diferentes procesos según el diseño,
el tratamiento del aire, la
seguridad, los niveles de confort,
la humanización, la adaptabilidad a
nuevos requerimientos, la imagen, la
sustentabilidad, son sólo algunos de
los puntos a tratar.
Ahora bien, reconocemos al sistema
como complejo y por lo tanto
acciones puntuales no son las que
darán solución. En consecuencia,
apelando a la planificación
estratégica, proceso de
planificación que se abarcará en su
totalidad, con roles según áreas de
incumbencia, llegaremos a formular
un Plan Maestro.
Entendemos que además de aplicar
métodos y medidas necesarios para
llevar a cabo acciones prioritarias
respecto a contar con información
segura y oportuna, formación y
capacitación permanente del capital
humano, debemos de una vez
implementar la tan mentada APS y
para eso también tenemos ideas.
APS, INFRAESTRUCTURA EN SALUD Y
PANDEMIA
Según el médico Sergio Minué Lorenzo
(1), cuando las tres estrategias
implementadas en la pandemia:
Mitigación, Supresión o Ninguna
Estrategia, están centradas en
acceder al hospital como
concentrador de la atención de salud
para los pacientes Covid-19, en un
estadio de la enfermedad ya
declarada o avanzada, queda
evidenciada así la desarticulación
de los atributos de la atención
primaria de la salud, nuevamente
reafirmadas en la declaración de
Astana. (2) Estos atributos son:
Accesibilidad: disponer de un
acceso rápido y efectivo al sistema
sanitario es especialmente
importante. Evitar desplazamientos
hacia otros lugares que no sean a
los cuales se concurre asiduamente y
se reciben cuidados sanitarios.
Longitudinalidad: mantener la
continuidad de la atención como
resultado de una atención y
conocimiento prolongados de las
personas. Conocer su familia y su
contexto social.
Integralidad de cuidados: no
sólo atender el Covid-19 sino todas
las comorbilidades que tenga el
paciente, por lo que determina su
pronóstico.
Coordinación: entendiendo que
será mucho mejor la relación entre
los médicos de APS y los
especialistas, involucrando los
niveles de atención y las
tecnologías.
Por ello sostenemos, que una de las
acciones para mejorar nuestro
sistema de atención, debería estar
dirigido a un plan que reformule los
Centros de Salud, de acuerdo a las
estrategias mencionadas, para
asistir a las personas en su primer
nivel de atención.
El modelo de hospital está
supeditado a decisiones de cómo
abordar la salud. Es vital que
funcione la red de atención con sus
niveles de complejidad, con o sin
pandemia teniendo en cuenta a las
ENT (Enfermedades no Trasmisibles),
adultos mayores y vulnerables
sociales.
Implementar la APS, jerarquizándola,
implicaría desactivar la consulta
ambulatoria programada de los
hospitales y sólo contemplar
consultorios de especialidades a los
cuales únicamente se accede por
derivación. Contando con un sistema
de comunicación e información a la
comunidad y volcando el capital
humano cerca de la gente, así podría
funcionar como un primer “Triage”
sin cambio en la cultura de
accesibilidad al sistema por parte
de la población ante nuevas
pandemias.
“Desde Alma Ata (1978) hasta la
fecha, la APS se encuentra incluida
como actor permanente en todo
discurso de salud. Sin embargo,
cuando necesitamos recurrir a una
experiencia en APS no podemos dejar
de acceder a la experiencia de
ATAMDOS, un programa que marca un
hito sobre la Atención Primaria
Integral. Su dinámica en la
incorporación de los equipos
interdisciplinarios, la
participación social desde un rol
protagónico y transformador y su
profunda reflexión que se hizo
praxis sobre el modelo
Salud-Enfermedad lo posicionan, a
pesar de su corta duración, como una
de las intervenciones más
importantes en el campo de la
salud”.(3)
Partiendo de la estrategia de APS,
planteamos generar un plan de
construcción de nuevos Centros de
Salud estratégicamente ubicadas en
el territorio, que mejoren sus
espacios para desarrollar sus
programas de promoción y prevención
de la salud y a su vez incorporar,
áreas de laboratorio y de
diagnóstico por imágenes.
En este contexto, la telemedicina
vino para quedarse y debe
incorporarse a la estrategia de APS
aumentando el acceso a
interconsultas, con sus médicos.
Su implantación debería ser en
terrenos que posibiliten un
crecimiento planificado, como primer
cordón de atención dentro de la red,
en futuras pandemias. Valiéndonos
también de las nuevas tecnologías
constructivas que garantizan el
armado y desactivación en forma
rápida y segura, de áreas de
internación y apoyo tal lo
demostrado en la construcción de los
denominados Hospitales de Campaña,
pero en base a un Proceso de
Planificación que minimice los
conflictos.
Si es verdad, que la pandemia ha
dejado alguna enseñanza, ¿seremos
capaces de provocar algún cambio?
¿Se logrará que, en el equipo de
salud, se complementen las acciones
en disciplinas que no sean sólo las
hegemónicas? ¿Tendrá la APS un rol
más importante en el Sistema de
Salud que vendrá?, veremos en el
futuro, si es real que las crisis
dan oportunidades o sólo abren
interrogantes.
1) Contra el coronavirus, más
Atención Primaria que nunca. -
Sergio Minué Lorenzo. - Especialista
en Medicina Familiar y Comunitaria.
Profesor de la Escuela Andaluza de
Salud Pública. Granada.
2) https://amf-semfyc.com/web/article_ver.php?id=2626
www.who.int/primary-health/conference-phc/declaration
3) ATAMDOS: Atención Ambulatoria y
Domiciliaria de la Salud Reflexiones
sobre la experiencia Lic. Luisina
González - Lic. Verónica Minassian -
Lic. Gabriela Trunzo - Enf. Gladys
Chávez - Una Reflexión sobre ATAMDOS
- Carlos Alberto Hidalgo. Médico.
Especialista en Sistemas de Salud y
Seguridad Social.
www.psicologosgcaba.org.ar ›
Derechos-Humanos › A... 4 abr. 2012
(*) Arquitectos.
Especialistas en el Planeamiento
del Recurso físico para la
Salud. CIRFS – UBA. Profesores
Universitarios en Ciencias de la
Salud. ISALUD.
(**) Médico. Especialista en
Salud Pública (UBA). |
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