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Es una realidad innegable que la
actividad diaria consume la mayor
parte de nuestras energías y
preocupaciones. Y eso parece lógico:
se vive en el presente. El presente
es lo real, lo concreto. Es el aquí
y ahora. Pero es bueno recordar (o
comprender), que el presente no es
más que la consecuencia natural de
un conjunto de acciones y omisiones,
realizadas en el pasado por un
diverso conjunto de actores.
Esos actores, en nuestro caso, no
son otros que los farmacéuticos, sus
instituciones, la industria del
sector, el gobierno nacional, los
gobiernos provinciales, la seguridad
social, los entes reguladores, los
medios de comunicación… la gente.
Llegados a este punto parece claro
advertir que, así como el presente
es hijo del pasado, se constituye a
su vez en padre del futuro: lo que
hagamos o dejemos de hacer hoy,
moldeará la realidad que viviremos
en el futuro.
TENDENCIAS
Tomando en consideración los rasgos
más notorios del presente, podríamos
decir que es tendencia mundial la
consolidación de estos factores:
-
El
deterioro de los ingresos medios de
la población.
-
La
disminución de los ingresos y el
incremento de los costos en salud
para los financiadores.
-
Judicialización creciente
relacionada con productos de alto
costo.
-
Falta
de priorización del uso racional del
medicamento, con garantía de acceso
para la gente.
-
Las
farmacias no sólo soportan
dificultades financieras crecientes
por atrasos e incobrabilidades, sino
que ponen en riesgo su
sustentabilidad por caída de calidad
y cantidad en la demanda.
-
La
propia industria soporta crecientes
dificultades, tanto para colocar
unidades como para poder cobrarlas.
A lo
anterior, debemos adicionar un rasgo
general común a todas las
actividades: el mundo avanza hacia
procesos de globalización,
estandarizando formas de vida y
estableciendo nuevos modelos
sociales.
En este escenario, el retail
progresa en forma sistemática y con
gran rapidez en la estructura
industrial actual. En nuestra
actividad ha llegado para quedarse y
avanzará en la medida que los países
liberalicen sus legislaciones
sanitarias.
El problema trasciende el ámbito
farmacéutico-sanitario,
constituyéndose en un asunto
económico y sociológico de gran
alcance. Por ello, consideramos
imperioso limitar-modular sus
efectos mediante la implementación
de efectivas políticas de consenso,
con miras hacia el futuro.
¿QUÉ
HACER?
Ante esta realidad, sólo tenemos dos
opciones: mirar cómo pasan las
cosas, como simples espectadores o
hacer que las cosas pasen,
gestionando de modo proactivo.
En FEFARA, desde el mismo momento de
su creación, tenemos una convicción
inalterable: resulta inaceptable
conformarse con el rol de
intermediador parasitario, sin
gestión, sin herramientas y sin
contratos para administrar.
Prestando la red a cambio de unos
pesos para subsistir. Reaccionando
pobre o erróneamente ante una
realidad que se presenta adversa.
Resignados a aceptar que otros
decidan nuestro futuro.
Por el contrario, hemos dado vida a
la Federación siendo proactivos y
gestionando. Haciendo importantes
inversiones en capital físico y
humano. Desarrollando sistemas y
procesos. Capacitando y formando
dirigentes a través de un Instituto
creado a tal fin. Teniendo como
objetivo central la contención y
sustentabilidad de los integrantes
de nuestra red; brindando más y
mejores servicios a los afiliados de
la seguridad social y asistiendo a
los financiadores para la mejor
utilización de sus limitados
recursos, en procura de la
utilización racional del
medicamento.
¿CÓMO
SIGUE?
Somos conscientes que para hacer
frente a los desafíos que se
presentan, resulta necesario atender
en forma simultánea varios frentes.
Esta situación nos impulsa a buscar
coincidencias con diferentes
actores, para involucrarnos
asociativamente en la ejecución de
estrategias de común interés.
.
Una trinchera: el mercado.
Aquí tenemos que dar respuestas a
estos interrogantes:
-
Cuáles son los factores negativos?
-
¿Podemos enfrentarlos?
-
¿Con
quiénes?
-
¿Solos o asociados?
-
¿Con
las otras Instituciones
Farmacéuticas, otras profesiones,
con los consumidores?
-
¿Con
el Gobierno nacional, provincial o
local?
-
¿Con
la Industria y sus instituciones?
-
Qué
tenemos en común con cada uno de
ellos?
-
¿Cómo
y cuánto afecta a cada uno esta
situación?
.
Otro frente: la farmacia
Nuestro trabajo se debe realizar
procurando:
-
Un
cambio de paradigma del
farmacéutico.
-
Gestión empresarial y comunicación.
-
Asociativismo - La farmacia como
espacio de salud.
-
Apoyo
profesional multidisciplinario para
nuestra red.
.
Ideas fuerza para el diseño de
planes y acciones
Inicialmente consideramos necesario:
-
Vincularnos con las Universidades.
-
Trabajar con los jóvenes
profesionales.
-
Procurar los marcos regulatorios
necesarios a todo nivel.
-
Analizar lo realizado en otros
países, intentando reproducir
algunas experiencias exitosas:
Brasil/Ecuador: gestión asociada
entre lo público y lo privado.
España/Francia: limitación a la
formación de grandes cadenas, que
producen integración vertical.
Canadá/Australia/Nueva Zelanda:
implementación de servicios
profesionales.
Finalmente, queremos dejar una
formal invitación a ponernos en
marcha sin más pérdida de tiempo. Y,
en tal sentido, concretar la
constitución de un foro donde no
sólo confluyan las instituciones
farmacéuticas, sino también la
Industria, el Gobierno y los demás
actores de este mercado, creando un
espacio de diálogo y debate para lo
cual resultará central el
establecimiento de un sistema
efectivo de comunicación y
colaboración entre las partes.
Nosotros podemos liderar el cambio
que creemos, o simplemente esperar y
aceptar lo que se imponga. La
elección es bastante clara:
nosotros… ¿vamos a liderar el
cambio?
Eso creemos y esperamos, con total
confianza. .
(*) Presidente de FEFARA (Federación
Farmacéutica de la República
Argentina).
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