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Primera Plana


Crisis de los recursos humanos en salud en tiempos de pandemia

Por la Prof. Mg. Patricia D’Aste(*)

 
Como si estuviésemos recorriendo las imágenes de una película de terror, cuadro a cuadro los directores de hospitales repiten las mismas frases casi con la esperanza que de tanto repetirlas se gasten: no tengo personal. Esta frase que nos angustia no es nueva, ya que hace muchos años que se viene hablando de la escasez de enfermeros y de médicos en proporciones cada vez mayores por zonas y provincias de la Argentina. Se estimaba en 2007 que el déficit de enfermeros era cercano a los 40.000 en todo el país.
La sucesión ininterrumpida de funcionarios nacionales de salud que ningunearon este problema, diciendo que los recursos humanos de la salud no eran un problema de Estado, nos llevaron hoy a encontrarnos ante dilemas de incapacidad de atención por falta de personal. Frases como “el problema del personal es problema de quien los contrata” pareciera dejar afuera de toda esencialidad y valoración a los profesionales, técnicos, personal de apoyo y administrativos de la salud, sólo tenidos en cuenta por su costo económico y no por su función profesional y social.
No tengo personal suena como la excusa torpe para explicar un evento adverso prevenible del sistema de salud y del que son víctimas su personal y los pacientes. ¿Cómo hacemos para organizar las guardias de esta semana?, ¿conoces a los reemplazantes?, tengo enfermos incluso a los jefes y supervisores también y los que quedan están agotados. ¿Qué hacemos?
No hay peor cosa que prospectar el futuro con ánimos de ahorrar angustias para el futuro y encontrarnos que nadie escucha los avisos. Y nuevamente la excusa que no explica nada: no lo pudimos esquivar.
Que los recursos humanos de la salud son escasos no creo que sea una noticia que sorprenda a nadie, que por los magros salarios la gente tenga dos o más empleos no les corta el hipo a los bebés de una NEO, o que hoy cerca de la mitad del personal de la salud está contagiado o aislado. ¡Ah! Eso es distinto. Si, distinto porque se pudieron prever medidas de monitoreo o de mitigación y no se tomaron.
En ese contexto nos planteamos en ProSanitas BSC y con el auspicio de SADAM (Asociación Argentina de Auditoría y Gestión Sanitaria), hacer un estudio encuestando a nuestros RR.HH. de la salud para saber: cómo se estaban preparando los hospitales, clínicas y sanatorios y los equipos de salud para recibir el pico de los contagios.
Le preguntamos a más de 1.300 profesionales de la salud durante 4 meses acerca de los temas críticos que en el mes de mayo se distinguían en los informes de los sistemas de salud europeos, y los incluimos en el diseño de la: “Encuesta a Recursos Humanos de la Salud en tiempos de Covid - Argentina 2020”.
Mientras diseñábamos la Encuesta, en Europa la proporción de personal sanitario contagiado oscilaba, según el país, entre el 12 y el 20% de los infectados. En esos meses en la Argentina los pacientes afectados por el coronavirus eran pocos y las instituciones de salud estaban vacías por debajo del 50% en camas generales y menos del 33% las camas de las terapias.

La Encuesta fue respondida por 1.374 profesionales de la salud, en las siguientes proporciones: médicos (20%), enfermeros (49%), otras profesiones sanitarias (13%), administrativos y otras profesiones no sanitarias (11%) y personal de apoyo (7%), pertenecientes a hospitales públicos y privados, clínicas y sanatorios, centros comunitarios de comunidades extranjeras y CAPs de todo el país. Se distribuyó durante 4 meses (Jun/Set) por páginas web de entidades de salud y redes sociales, fue de carácter voluntario, independiente, con finalidad científica y de investigación en materia de recursos humanos de la salud.
Sabíamos que este estudio inédito podía favorecer la construcción de un conocimiento sin registro previo, a partir de las condiciones y recomendaciones que se iban fijando semana por semana en los países europeos y los Estados Unidos y cuya aplicabilidad en el territorio nacional debatimos antes de que aparecieran recomendaciones locales.
Nuestras fuentes de información fueron el Instituto Robert Koch de Alemania, el Istituto Superiore di Sanità de Italia, el Ministerio de Sanidad de España, OMS, Our World in Data de la Universidad de Oxford, la Universidad John Hopkins de los Estados Unidos y las publicaciones de los medios de comunicación de dichos países.
Inicialmente nuestro foco estuvo en verificar la información recibida por el personal de salud para el autocuidado, la capacitación de quienes hacían las tomas de muestras para testeo y la provisión de elementos de seguridad personal. Luego incluimos aspectos actitudinales y de percepción personal de la pandemia, lo que junto a la información de dotación e institucional constituyeron el esquema principal de la Encuesta.
La gran cantidad de información recogida durante 4 meses nos permitió pesquisar tendencias y ver el efecto de un problema o varios sobre una situación mayor en importancia como el ausentismo y como afectaban en la medición. También se aplicaron correlación lineal y puntos de equilibrio a grupos de indicadores para verificar influencias o sesgos. De este modo pudimos anticipar puntos de alarma con tendencias negativas para varias jurisdicciones con especial afectación de los hospitales públicos.
Desde agosto vimos como progresivamente se instalaba la pandemia más temida en la gestión de recursos humanos: el ausentismo masivo. Es creciente el número de instituciones cuyas dotaciones sanas se encuentran por debajo del 60%, sea por contagios, por pertenecer a algún grupo de riesgo, por aislamiento o por agotamiento, el personal de salud fue progresivamente dejando su lugar de trabajo.
¡Una vez más la realidad superó a la imaginación y nos encontramos ante la sorpresa de que tenemos camas y tenemos respiradores, pero no tenemos personal para atender a los enfermos!
La cobertura de 4 meses de Encuesta permitió ver una progresión temporal en las opiniones de las mujeres y los hombres de la salud, opiniones que mantuvieron un sentido en algunos casos y cambiaron de dirección en otros, dejando al descubierto las inquietudes y angustias vividas a lo largo de más de 7 meses de tensión y cansancio físico y mental.
La criticidad de la situación fue estudiada a través de 4 variables, las que combinadas permitieron proyectar el escenario de potencial crisis de atención:

  • Dotaciones presentes por subsectores.

  • Antigüedad del personal presente.

  • Percepción y estado de ánimo.

  • Conocimiento acerca de colegas contagiados.

ANÁLISIS POR SUBSECTORES

Se analizaron las respuestas según la condición de pertenencia laboral a: Subsector Público, Privado o que trabaja en ambos (Pluriempleo).

a. Subsector Público

El 31% de los encuestados dicen trabajar sólo en el Subsector Público de la Salud. Su distribución por provincias es la siguiente: 41.5% de la Prov. de Buenos Aires, el 30.4% de CABA, 5% de Mendoza, 5.1% de Santa Cruz, 6.3% de Entre Ríos, 3.8% de Neuquén, 4.6% de Tierra del Fuego, 1.8% de Santa Fe, 1.1% de Córdoba y por debajo del 1% en el resto de las provincias.
Las 4 variables que inciden en la condición de las dotaciones del Subsector Público evidencian una condición de mayor criticidad creciente ya que el 48% de los hospitales, donde los encuestados trabajan, se encuentran con menos del 60% de su personal presente. Un 38% es personal con más de 16 años de antigüedad y otro 38% tienen entre 6 y 15 años. El grupo de los más jóvenes no superó a lo largo de los 4 meses el 24%.
De los encuestados del Subsector Público, el 61% son mujeres, el 68.4% conocen a un infectado de su dotación y solo el 64% de ellos cobró el Bono dado para el personal de salud.
Las palabras que representan el estado de ánimo del personal del Subsector Público son: INCERTIDUMBRE y AGOTAMIENTO.

Subsector Privado-Encuestados por profesión: Palabras que expresan su estado de ánimo:

b. Subsector Privado
El 49% de los encuestados dice trabajar sólo en el Subsector Privado de la salud.
Su distribución por provincias es la siguiente: 51.4% de CABA, 32% de la Prov. de Buenos Aires, el 3.8% de Santa Fe, 3.6% de Córdoba, 2.5% de Mendoza, 1.4% de Entre Ríos, 1.2% de Salta, 1.1 % de Chubut, 1.1 % de San Juan, 1% de Río Negro y por debajo del 1% el resto de las provincias.
Las 4 variables que inciden en la condición de las dotaciones del Subsector Privado muestran una presencia muy superior de su personal en la atención, teniendo al 40% de sus instituciones con 80% de su dotación presente.

Predomina el personal con una antigüedad de entre 6 y 15 años con un 47% del total, en tanto que los mayores de 16 años representan el 30% de los presentes en el Subsector Privado. En un rango muy similar al del Subsector Público los más jóvenes son el 23%.
De los encuestados del Subsector Privado son mujeres en un 68%, el 71.75% conocen a un infectado de Covid en su institución y sólo el 51.29% de ellos cobró el Bono dado para el personal de salud.
La palabra que representa el sentir del personal del Subsector Privado es INCERTIDUMBRE.

Subsector Privado-Encuestados por profesión: Palabras que expresan su estado de ánimo:

c. Los que trabajan en ambos subsectores: pluriempleo
Este grupo de profesionales y trabajadores de la salud que se desempeñan en roles de los otros dos subsectores en forma simultánea, son los comúnmente denominados del PLURIEMPLEO.
Dentro de nuestra Encuesta también participaron personas de este amplio grupo de personal que se desplazan cotidianamente de un lugar a otro teniendo simultáneamente entre 2 y 3 empleos, los que llevando adelante extensas jornadas laborales de más de 12 hs., muchas veces se encuentran en situación de precariedad laboral.
El 20% de los encuestados pertenecen a este subgrupo de trabajadores de la salud y se concentran especialmente en CABA y el Conurbano bonaerense, aunque el fenómeno del pluriempleo o los que trabajan en ambos subsectores, se lo ve en crecimiento en la mayor parte de las capitales provinciales.
La composición de este grupo es, en casi su totalidad, médicos y enfermeros de mediana edad en adelante, que desarrollan tareas en guardias de instituciones públicas y privadas, aunque también hay jefes y supervisores.
Un 46% de ellos tienen más de 16 años de antigüedad en su función, de ellos un 55.3% cobraron el Bono establecido para el personal de salud y un 73% refiere conocer colegas infectados por coronavirus en las instituciones en las que trabajan. Este grupo tiene un 55% de hombres.
Estos profesionales son los que muestran signos más visibles de cansancio y deterioro y es el primero entre los trabajadores de la salud en colocar la palabra AGOTAMIENTO en el tope de sus opiniones en el mes de agosto, trasladándose en setiembre dicha valoración a los grupos de público y privado también. Un 45% de las dotaciones de las instituciones donde ellos trabajan están con menos del 60% de dotación presente, por lo que se puede inferir que este personal hoy está haciendo reemplazos o refuerzos en instituciones con alto ausentismo, siendo ellos el grupo de trabajadores con mayor exposición al contagio y a contagiar.
Sus opiniones se pueden apreciar comparándolas con los encuestados de los otros subsectores:

 

CONCLUSIONES

Gracias a las opiniones vertidas en la Encuesta por más de 1.300 profesionales de la salud de todo el país, pudimos comprender la magnitud del problema y compartir nuestros resultados con funcionarios del Ministerio de Salud de la Nación, sociedades científicas y médicas y entes de acreditación de calidad en salud.
Luego de un análisis exhaustivo de las variables a lo largo de 4 meses (junio a setiembre 2020) se fue evidenciando un panorama que progresivamente se complejizó con relación al personal sanitario, a su posibilidad de continuar trabajando, al riesgo de contagio que ellos enfrentan en sus lugares de trabajo-en particular los de pluriempleo-, y a la calidad de la atención brindada a los pacientes, por equipos agotados y en constante tensión por más de 7 meses. Este conjunto de condiciones presentes hoy en los hospitales y centros de atención más un progresivo deterioro de los miembros de los equipos de salud permiten adelantar una posible crisis de atención.
El grado de desgaste es entre alto y muy alto entre los encuestados del subsector público de Prov. de Buenos Aires y CABA, jurisdicciones donde las dotaciones mermadas se encuentran en los más altos porcentajes, asociado a condiciones insuficientes para sostener el nivel de exigencia al cual está sometido todo el equipo de atención directa de pacientes, los equipos de apoyo y el personal administrativo.
En estas jurisdicciones el predominio de las respuestas a la palabra que define su estado de ánimo es AGOTAMIENTO, en más de un 40% a fines de setiembre seguido muy de cerca por INCERTIDUMBRE. En tanto que la palabra SOLEDAD es la que apareció en agosto entre las más elegidas, en particular, entre los médicos y enfermeros que trabajan en ambos subsectores (público y privado).
Se comprenden estas expresiones al incorporar al marco de análisis las respuestas a otras tres preguntas de la Encuesta:

  • 60% de los encuestados dice NO disponer de un espacio de descanso amplio dentro de sulugar de trabajo,

  • 53% las instituciones NO cubren sus necesidades de alimentación,

  • 28% no poseen EPP completos disponibles.

El aspecto del espacio de descanso es al que más atención se deberá prestar si se desean disminuir las cadenas de contagios intrahospitalarios: vestuarios, office de enfermería, salas de espera y comedores que son los lugares donde se producen los contagios. El no disponer de espacio adecuado para el descanso o la alimentación, con capacidad de garantizar el distanciamiento recomendado para cuando deben quitarse los barbijos, constituye un punto de atención para los directores y administradores de hospitales.
Desde junio en zona AMBA se observa un aumento progresivo en los contagios dentro del personal de salud, mes en el que 48% de los encuestados dijo conocer a un colega con coronavirus. Esta progresión ha ido en crecimiento ininterrumpido tocando 71% en julio y 73% a comienzos de setiembre, impactando en el ausentismo y en la calidad de atención. En octubre se sumaron también las principales ciudades de nuestras provincias donde han debido derivar pacientes con coronavirus desde los hospitales públicos a las clínicas locales, al verse superada su capacidad de atención.
El grupo de trabajadores de la salud con mayor riesgo de colapso son los médicos/as y los enfermeros/as que trabajan en ambos subsectores (Pluriempleo) y que representan el 20% de los encuestados. Estos son los que manifestaron mayor nivel de agotamiento unido a una sensación de soledad.
Se observa un mayoritario predominio de las mujeres en los roles de atención, en condiciones de trabajo de altísima exigencia mental, física y espiritual. Tanto en el Subsector Público como en el Privado, las mujeres son mayoría entre los encuestados representando el 65% del total de las respuestas.
La Encuesta permitió comprobar una clara toma de conciencia respecto de los malos hábitos en la práctica asistencial cotidiana, encontrando en esta situación histórica un reconocimiento hacia el valor del lavado de manos, que fue señalado como el primero entre los nuevos hábitos que continuarán practicando luego de esta pandemia. Los otros dos más elegidos: la distancia entre colegas y la higiene del teléfono celular.
Es claro que si las dotaciones del sector asistencial de salud en la Argentina ya reportaban hace más de 15 años niveles de marcado déficit en su composición y distribución en el territorio nacional, hoy ese personal insuficiente sometido a un muy largo período de exigencia está mostrando síntomas de agotamiento, que nos hace pensar que estamos en el umbral de una crisis de atención sanitaria por falta de personal adecuadamente formado y con la experiencia para cuidar a los pacientes en las terapias intensivas y cuidarse a sí mismos.
La pandemia ha puesto al desnudo las falencias estructurales del sistema de salud argentino y entre ellas la de los recursos humanos, siempre pospuestos ante otros gastos más importantes. Pero para una comprensión correcta de la crisis hay que remontarse a decisiones desacertadas y omisiones que están en el pasado y que si no hubiesen continuado escondidas.
Las condiciones de atención en la crisis de coronavirus han deteriorado la salud de los integrantes de los equipos de salud, las largas horas de trabajo en muchos casos con inadecuado equipamiento, la falta de lugares apropiados para descansar guardando la distancia recomendada, mucho personal que no recibe la alimentación adecuada en su turno de trabajo, el miedo al contagio y a llevarlo a casa, han ido agravando un clima laboral que se deteriora día a día, pese a los esfuerzos individuales y de algunas instituciones que están apoyando a su personal con dispositivos psicológicos, el sector asistencial debe sobreponerse solo y a puro corazón.
Hoy tenemos hospitales bien equipados con tecnologías, camas y respiradores que no pueden atender más pacientes porque les falta el personal y los reemplazos no tienen la misma idoneidad de los que están enfermos o aislados.
Hasta el 14 de octubre se han contado oficialmente 46.430 infectados y 229 muertos entre médicos y enfermeros de todo el país. Y más allá de las precisiones y de aquellos no incluidos en ningún informe, ellos y ellas no han sido tapa de diarios digitales ni trending topic de las redes sociales ni tema de interés para los medios de comunicación masivos ni para muchos que deberían haberse ocupado de ellos, sin embargo, queremos dedicar nuestro trabajo de investigación a los que dieron todo de si hasta el final. En una sociedad frívola y cortoplacista donde la vocación y el sacrificio están devaluados, vaya el recuerdo emocionado para los colegas profesionales de la salud de la Argentina que murieron para que otros vivan.

(*) Prof. Mg. Patricia D’Aste - pdaste@prosanitas.com.ar


Mg. en Sistemas de Salud y Seguridad Social - Univ. ISALUD. Diploma Superior en organización y gestión de Servicios Socio - sanitarios - Univ. de Bologna, Italia. Docente y consultora en temas de Cuadro de Mando Integral y Gestión de RR.HH. en Salud. Ex consultor de Banco Mundial para proyectos de RR.HH. Presidente de ProSanitas BSC y ex presidente de SADAM - Asoc. Argentina de Auditores y Gerentes de Salud.
 

 

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