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Prestadores


El sector privado de la salud en la pandemia

Por el Cp. Jorge Cherro - Presidente de ADECRA (*)


La pandemia dejó al sector médico prestador privado al borde de la quiebra. El motivo no fue el desborde de pacientes sino la falta de pacientes.
La salida para la crisis de los prestadores deberá combinar ajustes de aranceles con un ordenamiento impositivo que está hundiendo al sector privado de la salud desde mucho antes de la pandemia.

LA CAÍDA DE LA ACTIVIDAD MÉDICA

La decisión de establecer una cuarentena estricta para evitar un contagio masivo que pudiera hacer colapsar el sistema de salud hizo que la actividad económica en el mes de abril sufriera una abrupta caída del 26%. (1) La economía sufrió un fuerte desmoronamiento con una disminución del PBI en el segundo trimestre del 19%, lo que se tradujo en una pérdida similar del empleo total. (2)
El confinamiento también produjo una abismal caída de la demanda por atención médica. La demanda en las áreas de guardia de los hospitales privados cayó en los meses de abril, mayo y junio en un 70% promedio. En el período julio-octubre cierta gente empezó a acercarse a las guardias, pero el nivel de ocupación quedó promediando el 55%.
En el caso de las áreas de prácticas de imágenes más convencionales, la caída fue aún mayor. La radiología simple llegó a caer cerca del 90% en abril; y las ecografías, resonancias y tomografías lo hicieron entre 70% y 80%. Es importante destacar en este punto que, gran parte de la caída de la ocupación se debe, no sólo al “miedo al contagio” sino también al espaciado de turnos, la separación física de personas y la descontaminación de superficies.
Las áreas ambulatorias intensivas en tecnología médica, como las de imágenes, tienen un lucro cesante muy elevado porque son áreas con inversiones de infraestructura y tecnología de muy alto costo. Tenerlas inmovilizadas supone una pérdida de generación de ingresos muy gravosa.
Retomando el hecho de que la cuarentena estricta se aplicó en prevención a evitar un colapso de las terapias intensivas, sirve analizar que ocurrió con la ocupación en las áreas críticas del sector privado. En los meses de abril, mayo y junio, las terapias intensivas estuvieron trabajando muy por debajo de su capacidad (menos del 70% (3)). Habría sido de esperar que en julio y agosto se tienda a la normalidad por ser meses núcleo de la temporada invernal y porque las tasas de contagio levantaron vuelo. Sin embargo, la ocupación se mantuvo en el orden del 74% en pleno invierno, cuando era de esperar una ocupación, como mínimo, del 85%.

LA CRISIS ECONÓMICA DE LOS PRESTADORES MÉDICOS

El vaciamiento de pacientes de las instituciones privadas de salud trajo como correlato directo la caída en los ingresos monetarios. Los márgenes económicos de los prestadores médicos provienen más que nada del volumen de pacientes y del valor agregado incorporado en la alta complejidad de las prestaciones.
Ante la evidencia de que los prestadores médicos privados tenían problemas económicos, se instrumentó la reducción de hasta un 95% de la contribución patronal con destino al sistema previsional, y el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para el sector salud. Este subsidio cubrió aproximadamente un tercio de la masa salarial.
Si bien la ayuda fue importante, no fue suficiente para evitar que muchos prestadores entren en un preocupante estrés financiero. Según un relevamiento a asociados de Adecra+Cedim, el 90% experimentó demoras –adicionales a las que ya traían– en los cobros de los financiadores de hasta 120 días. Asimismo, un 22% de los prestadores sufrió el rechazo de cheques, porcentaje elevado para el sector privado de la salud que suele trabajar con flujos fluidos entre financiadores y proveedores.
Todo esto generó que el 92% de las instituciones aumenten su deuda ya sea financiera, comercial o impositiva; y que un 14% incurra en suspensión de personal por razones económicas. Este porcentaje es menor de lo esperado, debido a que, las instituciones de salud no pueden prescindir del personal por ser intensivas en recursos humanos.
El golpe económico a los prestadores médicos privados no vino sólo por la falta pacientes. En paralelo actuaron los siderales aumentos de costos por la provisión de medicamentos de terapia intensiva e insumos Covid-19 (4), cuyas cantidades demandadas aumentaron un 303%.
Del cruce de datos entre los asociados de Adecra+Cedim surge que el incremento de precios promedio de insumos Covid-19 medido en agosto 2020 fue de 615% interanual, con picos en los meses de marzo y abril. Entre el extraordinario aumento de las cantidades consumidas y de los precios de los insumos Covid-19, el aumento del gasto en insumos Covid-19 ascendió al 2.776%.
Por su parte, algunos medicamentos de terapia intensiva han llegado a incrementos de hasta un 700%. La razón de ello fue la escasez que se produjo en el mercado, no por la complejidad del medicamento, sino por el aumento de la cantidad consumida debido al largo tiempo de internación de los pacientes.

LA NECESIDAD DE UN ORDENAMIENTO IMPOSITIVO

Una particularidad distintiva del sector salud argentino es que nunca se resuelven los problemas de política sanitaria: el mejor ejemplo en este sentido es la Emergencia Sanitaria, iniciada en 2002 y prorrogada hasta hoy. Uno de los factores que impidió salir de la emergencia es la imposibilidad fáctica de los prestadores de cumplir con sus obligaciones tributarias.
A la hora de analizar el peso de los impuestos en un sector hay que medir diferenciadamente lo que son los impuestos indirectos (que son los que se aplican en el proceso productivo) de los impuestos directos (que son los que se aplican sobre el producto o ingreso final).

Del Cuadro 1 se desprende que, un prestador privado de salud paga 30% de impuestos cuando atiende a un paciente. Luego, cuando factura esa atención médica debe pagar un 6% adicional en impuestos directos. En suma, cuando un paciente recibe atención médica está pagando 36% de impuestos.
Dado que no se sabe si se tendrá que convivir con la pandemia por un tiempo más, es necesario ordenar impositivamente al sector privado de la salud ya que la atención del coronavirus demanda costos extras.

PERSPECTIVAS A FUTURO

En el Cuadro 2 puede verse que, por la revisión de los salarios de comienzos de año más la negociación 2020, el costo laboral tendrá un aumento de 44% a diciembre 2020. Sumando los aumentos proyectados para el resto de los insumos surge que el aumento de costos totales se ubicará en 47%. Las ayudas otorgadas por el Estado (ATP y decreto 300) representan un alivio de 20%. Por tanto, a diciembre, el peso efectivo en el aumento de costos será de aproximadamente 27%.

Dado que estas ayudas finalizan en diciembre del corriente año, el ajuste de aranceles que requerirán los prestadores será de 56%. Este valor surge de actualizar los costos laborales (entre enero y marzo 2021 se integrarán las sumas fijas al salario básico); y, de incluir al resto de los costos -con excepción de los servicios públicos- las proyecciones de inflación del Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central.
Es muy difícil pensar que se podrá recuperar un atraso de 56% de aranceles en un solo paso. En este sentido, una alternativa técnica y políticamente viable sería combinar aumentos de aranceles con rebaja de impuestos, fundamentalmente aquellos indirectos que pegan más fuerte sobre los costos médicos: utilizar los créditos de IVA-compras para cancelar contribuciones patronales; igualación del impuesto al cheque al de las obras sociales; ingresos brutos diferencial para prestadores médicos; vuelta de los impuestos municipales a tarifa en lugar de porcentaje de facturación; y moratoria amplia para los prestadores de salud.

(*) Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina.


1) Fuente: Estimador Mensual de Actividad Económica del INDEC.
2) Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, 2,5 millones de personas perdieron su trabajo. Unos 1,3 millones eran trabajadores asalariados no registrados y otros 900 mil cuentapropistas. Ambos tipos de empleos muy ligados al nivel de actividad económica. En cambio, la caída entre los asalariados registrados fue de 300 mil trabajadores debido a la prohibición de despido y subsidios al salario.
3) La caída de ocupación en áreas de cuidados críticos en gran parte se debe a la separación por áreas, y la limitación en personal disponible e insumos.
4) Estos insumos se conforman por los elementos de protección personal (alcohol en gel, mascarillas, quirúrgicas y respiratorias, batas impermeables, dispositivos oculares, etc.).

 

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