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¿Qué
hay oculto en los pliegues de la
realidad? Más allá de nuestros
viejos criterios, observaciones,
discusiones por zoom, y horas de
lectura, percibimos que hay algo
más. Es un tiempo desafiante, que
nos trae complejos interrogantes,
con posibles respuestas de
proyecciones apasionantes.
¿Dónde estamos parados en este
diciembre del 2020?
Vivimos “la incertidumbre” como un
modo cotidiano de paréntesis vital.
Es una vivencia inédita en
la vida del planeta y en la nuestra…
Transitamos la realidad Covid-19,
que nos atraviesa, y exige aceptar
nuestra vulnerabilidad, y la de los
otros, instalando una nueva
normalidad.
Aquello que nos molesta y angustia,
también trae la posibilidad de
ampliar una cartografía en otros
territorios que podríamos transitar.
Pero… ¿Cómo construimos nuestras
miradas y el modo de accionar?
Es en base a lo que recibimos
durante el curso vital, incluidas
las memorias emotivas, las
búsquedas, aspiraciones,
necesidades, formaciones académicas,
intercambios profesionales, a lo que
nos llega de “los medios de
comunicación y redes sociales” y a
nuestra capacidad de metabolizar lo
verdadero y desechar lo
falso.
La epidemiología, ciencia que
estudia los procesos de
salud-enfermedad en una población
determinada, en un tiempo y espacio
geográfico, se constituye hoy como
una herramienta indispensable.
Es hoy la protagonista de las
determinaciones no sólo de salud,
sino de las políticas estratégicas,
económicas, sociales, etc.
La toma de decisiones para proyectar
los recursos necesita de las
herramientas metodológicas de la
epidemiología.
Un proyecto de telemedicina, la
compra de insumos de un sanatorio,
el médico frente a un paciente, un
equipo de salud de una terapia
intensiva, un servicio de pediatría,
un programa institucional del
Estado, una obra social o una
empresa de medicina prepaga, un
equipo de docencia académica.
Es hora de incorporar la
transdisciplina, la interdisciplina,
la complementariedad, la sinergia.
Y esto lo podemos hacer aquí y
ahora, convocando a profesionales de
esas áreas, o estudiando nosotros
mismos. Hay una infinita oportunidad
de estrategias a mano, accesibles.
Ya no tenemos tiempo de soberbias,
ni de odios y resentimientos,
estamos todos en este suceder Covid-19,
y hemos llegado aquí con nuestros
haberes y deficiencias.
En 1927 Werner Heisenberg publica su
teoría del “Principio de
Incertidumbre”.
En ese momento, ni el mismo llegaba
a sospechar la envergadura de su
descubrimiento, que dio nacimiento a
una nueva concepción de ciencia y de
filosofía, donde ya no era una
“revolución científica” que daba por
tierra todo lo anterior, como fue la
de Copérnico, Galileo, Kepler o
Newton.
Lo qué significaba que abría las
compuertas de nuevas comprensiones,
sumando y ampliando.
Apuntalando la concepción de un
todo, donde el lapso de una vida no
alcanzaría a abarcar.
“Heisenberg no introdujo la
incertidumbre en la ciencia. Lo que
cambio y de forma profunda, fue su
propia naturaleza y significado”.
Su aporte nos dice que, a nivel
subatómico, dos partículas a la vez
pueden producir un mismo fenómeno, o
dos fenómenos diferentes
simultáneos, y que además al
observar esto modificamos el
resultado, este principio
es uno de pilares de la mecánica
cuántica.
“El principio de incertidumbre” se
está utilizando desde hace décadas
atravesando los estudios de
constelaciones de científicos,
físicos, matemáticos, sociólogos,
politicólogos, médicos, para nombrar
solo algunos...
La idea de este artículo es aportar
elementos para pensar y pensarnos,
como protagonistas de un tiempo,
donde ya están sucediendo
transformaciones increíbles a
nuestros razonamientos.
La medicina asistencial, los
programas de salud, los cambios
socioculturales, los teléfonos
digitales, las pantallas de
hologramas, los algoritmos de las
redes sociales… etc. etc., son
también productos de la física
cuántica… y vienen ahora muchos más.
Es antiguo ya hablar de “Salud
Pública”
… o
de la salud de pobres o de ricos…
Es la “Salud de todos”,
que está atravesada por fenómenos
ambientales de contaminación de todo
orden, por pandemias como la del
Covid-19 ahora, pero seguirán otras,
resultado del avance del humano,
sobre territorios que sólo
pertenecían a la naturaleza y sus
ecosistemas interactuantes, donde
todos somos integrantes activos.
Nadie se salva solo, ni aislado… y
además es imprescindible pensar, con
nuevos conocimientos.
Todos estos espacios están
atravesados por eventos que impactan
en esas determinaciones. Donde los
profesionales necesitamos
herramientas metodológicas claras de
acción y proyección, en territorios
que cambian exponencialmente, y
arrastran las deficiencias que ya
conocemos, pero que
podrían ser también potencialidades.
Entonces, estamos aquí… con
conocimientos que pueden dar lugar a
nuevas y más enriquecedoras
intervenciones, la física cuántica,
la epidemiología, las matemáticas,
son herramientas que podemos ya
mismo incorporar trabajando desde la
interdisciplina y la
transdisciplina,
indispensables en esta época de
pandemia.
El conocimiento como
fuerza emancipadora…
se constituye en una necesidad
básica, para encontrar juntos
respuestas útiles, dinámicas y
accesibles.
No es ciencia ficción, ni un
territorio inalcanzable a nuestras
mentes. Hoy, es una posibilidad
real, que puede ayudarnos a plantear
los problemas, (eje de todo
abordaje), para dar respuestas a un
espectro de preguntas, desde todos
los sectores del arco de
protagonistas que trabajan en la
salud.
De hecho, ya en varios espacios,
están trabajando aquí y ahora, con
estas herramientas.
Las universidades deberán actualizar
sus contenidos curriculares,
compartiendo en los pregrados de
cada facultad, la formación en
epidemiología, tanto en el ámbito de
la salud, en economía, sociología,
matemáticas, ciencias sociales y
otras.
Es imposible pensarse como una
corporación única, un país, o un
individuo.
No es sólo un tema filosófico, como
plantea el sociólogo, Marshall
McLuhan: “No hay pasajeros
en la nave espacial Tierra. Todos
somos tripulantes”.
Es una necesidad esencial de
supervivencia, la idea de un todo
interactuante.
Vuelvo sobre los términos como
interdisciplina,
transdisciplina, complementariedad,
sinergia,
son imprescindibles en toda
propuesta laboral y son accesibles
de aplicar en estrategias prácticas,
reales, con resultados interesantes
a nuestra ávida apetencia
de logros inmediatos.
Desde luego que necesitamos acceder
a la comprensión que todo esto
demanda, un desarrollo de trabajo
donde, el otro no puede ser mi
enemigo, ni con quien debo competir…
porque estaríamos pensando
antiguo.
La vida no es un negocio, sería
impensable hablar de pobreza,
desocupación, educación equitativa…
como cargas de otros.
Todos aquí y ahora tenemos la
oportunidad de un cambio de
paradigma, que nos ayude a transitar
este tiempo nuevo, más alivianados y
mejor predispuestos a la
flexibilidad del cambio.
Bibliografía:
1.- Ervin Laszlo “El Cambio
Cuántico” - Editorial Kairós.
2.- Howard Gardner “Inteligencias
Múltiples” - La teoría en la
práctica - Ediciones Paidós.
3.- Ilya Prigogine “El nacimiento
del Tiempo” - Editorial Tusquets.
4.- Centro de Investigaciones en
Epidemiologia y Salud Pública -
https://ciesp.conicet.gov.ar
5.- David Lindley “Incertidumbre” -
Editorial Ariel.
6.- Thomas Piketty “El capital en el
Siglo XXI” - Fondo de Cultura
Económica.
7.- Gilles Deleuze “En medio de
Spinoza”.
8.- José Ignacio Latorre “Cuántica”
- Editorial Ariel.
9.- Arne Naess “Ecología, Comunidad,
Estilo de Vida” – Editorial
Prometeo.
10.- Conversaciones con el Dr.
Mauricio Klajman.
11.- Michio Kaku, físico (48) -
Versión Completa. Cómo Einstein me
ayudó a convertirme en científico -
https://www.youtube.com/watch?v=kpvwqwcMrU8
12.- CERN - Organización Europea de
Investigación Nuclear -
https://home.cern/
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