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PROSANITY CONSULTING y la
UNIVERSIDAD ISALUD presentaron en
noviembre del año pasado el trabajo
anual de actualización de “La
estimación del gasto necesario para
garantizar la cobertura asistencial
contenida en el programa médico
obligatorio (PMO)” a julio 2020.
Como dicha investigación, a
consecuencia de la pandemia, tuvo
algunos sesgos ya que fue realizada
actualizando precios, pero sin
modificar ninguno de los indicadores
de uso respecto del 2019, se decidió
generar esta publicación adicional
cuyo objetivo es determinar el gasto
necesario para garantizar la
cobertura del PMO surgido de
considerar los indicadores de uso
verificados durante el período de
tiempo que va desde abril a
setiembre 2020 inclusive, al que
denominamos período COVID,
aunque la enfermedad producida por
este virus haya continuado y
continúe a posteriori de dicha
fecha.
Se ha podido verificar, que, durante
ese período de tiempo, se han dado
los mayores cambios en la frecuencia
de utilización de determinadas
prestaciones, que habitualmente
tienen un uso diferente en el PMO y
que si se modifican lo hacen en el
tiempo y acompañando a cambios
epidemiológicos o a la aparición de
alternativas tecnológicas
diferentes. En este período, por
diferentes motivos (atención de los
enfermos con Covid-19, priorización
de determinadas prestaciones por
sobre otras por parte de los
diferentes subsectores de salud,
temor a la pandemia por la
población, disminución de la oferta,
problemas de accesibilidad, etc.) ha
habido modificaciones sustanciales
en prácticas habituales e
incorporación de otras específicas
para el diagnóstico y tratamiento
del Covid-19, que no existían como
habituales en el listado de
prestaciones del PMO.
La
cobertura adicional de pacientes
Covid, se ha hecho en sus diferentes
modalidades diagnósticas y
terapéuticas, ambulatorias y en
internación. Para comparar los
resultados de este trabajo con la
grilla habitual ya presentada y
modificar solamente una variable, se
decidió mantener como valores de
mercado para todas las prestaciones
no Covid los recabados a julio 2020,
o sea los mismos que se encuentran
en la grilla habitual presentada.
Esta adicional es el resultado de la
recepción y análisis por parte de
los autores de todos los datos
recibidos de los diferentes agentes
de salud, redes, cámaras, etc. y
valorizados, en la grilla habitual,
incorporando a la misma, aunque en
un apartado, los nuevos indicadores
específicos del diagnóstico y
tratamiento del Covid-19.
También en este trabajo adicional se
aborda el segundo objetivo habitual
de esta investigación que es
determinar en qué medida las Obras
Sociales Nacionales Sindicales se
encontraron en condiciones
financieras de brindar un PMO
íntegro y comparar estos resultados
con los obtenidos en la
actualización a julio 2020. Este
análisis permite examinar la
capacidad de cobertura que han
tenido las OOSS durante este tiempo.
Adicionalmente a estos objetivos
principales, se hace una pequeña
referencia al impacto del período
COVID sobre los prestadores del
sector privado, profesionales,
centros de diagnóstico y
tratamiento, establecimientos
asistenciales, etc., aunque han
existido varias publicaciones de
asociaciones y cámaras que lo han
abordado con rigurosidad y de las
que fueron extraídas algunas
conclusiones.
La pandemia del Covid-19 ha
ocasionado y seguirá ocasionando
impacto en la salud de las personas.
Se hace necesario analizar el
escenario de la salud de la
población investigando indicadores
objetivos, y considerar las
circunstancias que han impulsado a
los gobiernos y a las personas, a
priorizar una respuesta de
emergencia ante una pandemia
producida por un agente desconocido.
Se orientó la atención a la
creciente demanda de atención médica
de pacientes con Covid-19, y como
consecuencia se varió la oferta y el
uso habitual de los servicios
sanitarios.
Como ha pasado y pasa en todos los
sistemas de salud a nivel mundial,
en la Argentina la situación de
pandemia y el uso menor de los
servicios sanitarios se ha
profundizado debido a las
condiciones adicionales que impone
el aislamiento social por parte de
la comunidad. Se comprende la
importancia de las medidas de
emergencia adoptadas por las
autoridades de salud nacionales y
provinciales frente a la pandemia.
Pero ello no debe ser un impedimento
para apreciar que dichas medidas,
han generado interrupciones de
atención en servicios de salud
esenciales en forma parcial o
completa, no sólo en nuestro país
sino en la mayor parte de los
observados, impacto cuyo resultado a
corto y mediano plazo sobre la carga
de morbilidad y mortalidad general
directa por la pandemia y la
indirecta por limitación de acciones
de prevención o diagnóstico precoz,
o atención adecuada de enfermos
crónicos, etc. debido a la
dificultad en el acceso a la
atención de la salud necesaria y
oportuna, es una tarea
indispensable.
Muchos prestadores del sector han
visto reducir su caudal de trabajo
durante esta etapa. El sistema
sanitario ha decidido en muchos
casos restringir prestaciones
electivas con el doble fin de
priorizar los espacios
prestacionales para los enfermos de
Covid-19, y limitar el acceso a
personas no infectadas a
establecimientos que inicialmente no
tenían claramente sectorizados los
lugares de atención con el notorio
riesgo de contagio. La importante
disminución de acciones de
prevención, en las consultas
médicas, odontológicas, en salud
mental, en rehabilitación
observadas, en postergación de
estudios de diagnóstico y controles
de rutina e incluso en internaciones
electivas impactará a futuro en el
perfil de morbimortalidad de la
población.
Evidentemente los sistemas
sanitarios deberían haber
contemplado tanto el acceso a la
salud de los enfermos con Covid-19
como la continuidad de la atención
médica de los que la necesitan,
fomentando un comportamiento
adecuado para la búsqueda de
atención y la adhesión de la
comunidad a los consejos de salud.
Y aunque contra fáctico, es
importante pensar la importancia que
debería haberse dado a la APS en
esta pandemia. Desde la calidad y
oportunidad en el seguimiento de
pacientes crónicos hasta la
detección, testeo y rastreo de
contactos en tiempo y forma, así
como la invalorable participación y
comunicación a la comunidad con
información de calidad.
Se ha observado muy escasa actividad
específica asignada al primer nivel
de atención en esta pandemia. Por el
contrario, disminuyó ostensiblemente
el trabajo en este nivel cuando era
dable suponer un incremento de su
actividad durante la crisis. La
Atención Primaria de la Salud como
estrategia y los múltiples recursos
del primer nivel de atención no
fueron aprovechados en todas las
jurisdicciones en su justa medida
con mayor presencia cercana a los
habitantes, mayores controles
barriales, mayores testeos, y
aislamientos más limitados a los
grupos de contactos y a los grupos
de riesgo. Tampoco se sacó partido
de esta crisis para plantear
reformas en la gestión de hospitales
públicos.
La disponibilidad de recursos en
establecimientos con internación ha
sido uno de los factores claves para
hacer frente a esta emergencia. Si
bien previo a esta pandemia la
Argentina ya era el país de América
latina con mayor cantidad de camas
por habitante y uno de los mayores
en camas de cuidados especiales, los
recursos, incluyendo los humanos en
salud disponibles están distribuidos
en forma muy heterogénea en nuestro
país, característica de nuestro
sistema federal de salud.
Para hacer frente a la pandemia de
Covid-19, el Ministerio de Salud
aumentó en más del 40 por ciento la
disponibilidad de unidades de
terapia intensiva lo cual implicó
sumar camas, recurso humano
capacitado y equipamiento para
brindar atención a los pacientes
críticos. Se construyeron hospitales
modulares en distintas
jurisdicciones, se fomentó la
elaboración local de equipos de
protección personal y respiradores,
la elaboración de kits de
diagnóstico y serológicos y la
investigación de diferentes líneas
con suero humano y equino.
La pandemia ha privilegiado la
atención pública de la salud y el
fortalecimiento del sector. Esta
estrategia de fortalecimiento de las
instituciones hospitalarias y
sanatoriales ha sido un elemento muy
importante de abordaje de la
pandemia. Ha permitido que el
sistema de salud haya dado respuesta
a los pacientes infectados y
complicados con necesidad de
atención en unidades con internación
y en unidades de terapia intensiva.
Esta crisis ha logrado poner a la
salud durante un tiempo en el centro
de atención de la sociedad. Se ha
entendido que la salud es un
objetivo que requiere de inversiones
y mantenimiento constante. Que se
necesita una clara coordinación por
parte del Ministerio de Salud de la
Nación, capaz de delinear una
verdadera política de salud para los
próximos años, que considere los
modelos de atención, los RR. HH.
transformar la ilusión de la APS en
una realidad, generar la integración
de los subsistemas y analizar y
proyectar el financiamiento.
INVESTIGACIÓN REALIZADA Y RESULTADOS
OBTENIDOS
Este trabajo de investigación que
realizamos pretende determinar con
la mayor certeza posible y en base a
la información recibida, las tasas
de uso del período de la mayoría de
las prestaciones que se encuentran
listadas en el PMO, principalmente
aquellas que por su importancia
impactan mayormente en el costo.
Pueden existir algunas prestaciones,
de las que no se ha recibido
información veraz o detallada, a las
que se les asignó una tasa de uso
análoga a otras de habitualidad
similar, o directamente se
sostuvieron similares indicadores al
2019 por ser irrelevantes en el
impacto final del precio del PMO.
La investigación realizada se ha
hecho con igual metodología que los
trabajos habituales, utilizando la
misma grilla modificando los
indicadores de uso de cada uno de
los renglones relevados en función
de los datos recibidos de las
diferentes obras sociales que
apoyaron este trabajo y de un grupo
de redes que administran poblaciones
cerradas.
Hay claramente en este
período COVID dos etapas, una
inicial que comprende abril, mayo y
junio (marzo ha respondido casi como
un mes habitual) y otra desde julio
a setiembre donde algunos
indicadores se han comenzado a
recuperar, persistiendo la alta
demanda por Covid.
HALLAZGOS
REMARCABLES
Datos del trimestre
abril – junio 2020
PROGRAMAS PREVENTIVOS: Se ha
observado un programa materno
infantil con una reducción inicial
de un 20% en las inmunizaciones.
Programas oncológicos: una reducción
del 19% en las consultas entre abril
y junio, PAP 11% menos, colposcopías
45% menos, laboratorio un 8% menos,
en mamografías un 61% menos y un 34%
menos en otros estudios del
programa. Odontología preventiva
reducción entre abril y junio de un
94%. Programas de reproducción una
disminución del 19% en consultas y
del 11% en la administración de
métodos anticonceptivos. Programas
de salud mental reducción del 46% en
consultas.
PRESTACIONES AMBULATORIAS:
Consultas: En general -38% en
clínicas o pediátricas, -21% con
especialistas, -60% en salud mental
-43% (de éstas psicológicas -40%,
psiquiatras -13%). Laboratorio: -20%
en determinaciones básicas -26% en
especializadas. Eco diagnóstico:
ecocardiograma -42 ecodoppler -68% y
ecografías -35%.
INTERNACIÓN: La tasa de
internaciones en general (sin Covid)
sólo en el 2,52 egresos cada 100
beneficiarios año manteniéndose los
egresos obstétricos, bajando casi un
80% los egresos quirúrgicos y casi
un 20% los clínicos respecto a los
indicadores habituales.
Datos
del trimestre
julio - setiembre 2020
Los egresos (sin Covid) subieron a
4,63 cada 100 beneficiarios/año,
manteniéndose los egresos
obstétricos y bajando un 68% los
egresos quirúrgicos y alrededor de
un 10% los clínicos respecto a los
indicadores habituales. En
urgencias, emergencias y traslados
se ha asistido a algunos cambios en
los servicios al haberse agregado
las visitas por telemedicina,
reducido al 30% el rubro traslados e
incorporada la facturación de los
EPP (equipos de protección
respiratoria). Se notó un incremento
de visitas domiciliarias (código
verde) en sus diferentes variables
sobre todo a partir del mes de junio
que llegó a más del 50% en algunos
meses con la incorporación de las
consultas por telemedicina que
llegaron a ser alrededor del 60% del
total. Antes de junio (abril y mayo,
sobre todo) hubo una reducción de
alrededor de un 35% en las visitas
domiciliarias. Los códigos amarillos
y rojos se incrementaron en
alrededor de un 60% sobre todo a
expensas de los códigos amarillos.
En prótesis, se observó una
disminución en procedimientos
cardiovasculares, TAVI,
angioplastías que disminuyeron a un
15/20% de lo habitual desde abril,
subieron al 40% en junio julio y
llegaron al 75/80% en setiembre.
Similar fue el caso de las cirugías
traumatológicas, aunque en el mismo
mes no superaron el 50% de lo
utilizado en 2019. En salud mental
una disminución de consultas con
psicólogos de hasta un 30% en todo
el período. De las consultas
realizadas un 95% fueron online. Las
consultas con psiquiatría se han
mantenido con una ligera reducción
en el primer trimestre, aumentando
casi un 50% en el segundo con
relación a lo habitual. Las
consultas on-line en psiquiatría
subieron en alrededor de un 90%.
ATENCIÓN PACIENTES COVID
Junto a las prestaciones habituales,
en este período se han agregado la
atención de pacientes Covid. Han
existido diferentes modalidades de
atención que han acompañado a las
modificaciones producidas en los
protocolos de atención. A dichas
modalidades de atención se han
sumado gastos por kits para
protección. Se han considerado
atenciones en domicilio para testeos,
consultas presenciales y a
distancia, cuidados domiciliarios
para personas Covid-positivo y su
núcleo familiar, internaciones en
centros específicos desarrollados
para seguimiento de cuarentenas
(hoteles, campings, etc.), en
hospitales y sanatorios para control
y espera de resultados o para
tratamiento, ya sea en sala de
cuidados generales con aislamientos
específicos, o en unidades
especiales de cuidados intermedios o
intensivos, con o sin respiración
asistida, etc. A pesar de las
dificultades de información y lo
heterogénea de la misma, se realizó
este trabajo utilizando tasas de uso
de cada tipo de prestación en cada
uno de los períodos y precios de
mercado que reflejen una media
plausible.
RESULTADOS
Si consideramos solamente el valor
que debe financiar el Seguro Social
Obligatorio (sin los coseguros), en
el semestre analizado
(abril-setiembre 2020) surge un
valor de $ 2.136,27 que comparado al
de la actualización de julio de 2020
de $ 2.541,53, ha significado una
reducción porcentual del 16%. En el
trimestre abril-junio 2020 el valor
resultante ha sido de $ 1.785,54. Si
se compara al de la actualización de
julio de 2020 de $ 2.541,53, ha
significado una reducción porcentual
del 30%, mientras que en el
trimestre julio-setiembre 2020 el
valor determinado fue de $ 2.399,51
que comparado al de la actualización
de julio de 2020 de $ 2.541,53, ha
significado una reducción porcentual
de solo un 2%. Si consideramos lo
financiado por los agentes de salud
y lo financiado por el beneficiario
de bolsillo el costo per cápita del
PMO época Covid, período analizado,
mantiene una reducción de alrededor
del 16% con escasas variantes, según
se consideren los valores de
coseguros.
El segundo objetivo de esta
investigación fue determinar en el
período analizado (abril-setiembre
2020), en qué medida las Obras
Sociales Nacionales Sindicales se
encontraban en condiciones
financieras de brindar un PMO
íntegro de la Etapa Covid y
compararlo también con los
resultados de la actualización del
PMO publicados a julio 2020.
PMO-COVID
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Fuente: elaboración propia
en base a datos de la
SSSalud y AFIP
Ingresos Netos por Aportes y
Contribuciones. |
Estos dos
primeros gráficos computan
exclusivamente los ingresos por
aportes y contribuciones, con un
promedio del sistema de $ 2.087 por
afiliado y por mes. Para las OOSS en
condiciones de cubrir el PMO el
promedio es de $ 3.280 por
afiliado/mes, y para las que no
pueden hacerlo el promedio es de $
1.413 por afiliado/mes.
En los dos gráficos siguientes, se
computan además los subsidios y
reintegros del FSR (incluidos los
adelantos realizados por la SSSalud
por el SUR). Allí el promedio de
ingresos es de $ 2.564 por
afiliado/mes. Para las OOSS que
pueden cubrir el PMO el promedio es
de $ 3.294 por afiliado/mes, para
las que no pueden hacerlo el
promedio es de $ 1.775 por
afiliado/mes.
En la actualización realizada al 31
de julio de 2020 (valor del PMO $
2.541,53) comparamos el valor
obtenido con la recaudación promedio
por cada beneficiario del universo
de OSN.
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Fuente: elaboración
propia en base a datos de la
SSSalud y AFIP
Ingresos Netos por Aportes y
Contribuciones más Subsidios
y Reintegros |
Dicho
promedio, para ese momento y de
acuerdo con los datos de SSSalud
sobre número de beneficiarios y AFIP
respecto a recaudación por aportes y
contribuciones, alcanzaba los $
2.008 tomando un promedio de seis
meses anteriores. Esos montos se
lograron a pesar de la fuerte
reducción de la actividad, por la
compensación de esos rubros por
parte de la Superintendencia con
recursos provenientes del Fondo de
Asistencia y Emergencia. Este
período analizado es diferente pues
cubre de abril a setiembre 2020 y
los ingresos por aportes y
contribuciones con la misma ayuda de
la SSSalud llega a $ 2.087 por
afiliado y por mes, variando en un
4% respecto a la primera. Al mismo
tiempo el universo de afiliados
considerados en la actualización de
julio fue 2,5% mayor que en la
actual. Ello no es un impedimento
para comparar la cobertura por parte
de las OOSS del PMO con los
indicadores habituales a julio del
2020 con la cobertura del PMO con
los indicadores de la etapa Covid.
Habida cuenta que el valor promedio
de la etapa Covid que surge de este
estudio es de $ 2.136,27 se observan
los resultados que se pueden
sintetizar en la tabla de la página
siguiente:
Algunas observaciones surgidas de
dicha comparación:
a) El aporte por parte de la SSSalud
tanto para compensar la caída de los
ingresos por aportes y
contribuciones más los subsidios,
reintegros, y los importantes
adelantos Sur son los factores
sustanciales que han hecho que en un
período de tantas dificultades el
70% de las obras sociales hayan
podido cubrir el PMO COVID.
b) Con la compensación de la caída
de Aportes y Contribuciones lo
hubieran logrado solamente el 41% de
las obras sociales.
c) No ha subido en la misma
proporción el de afiliados
cubiertos. Eso a pesar de que por la
forma de distribución realizada el
promedio de ayuda por parte de la
SSSalud ha sido sustancialmente
mayor para las obras sociales que no
llegan a cubrir el PMO, respecto a
aquellas que si lo cubren.
OBSERVACIONES FINALES Y CONCLUSIONES
El sector de la salud es uno
de los pocos en donde aumentaron los
empleos los últimos años y es uno de
los grandes dinamizadores de la
economía, aunque sufre desde hace
tiempo un deterioro progresivo que
amerita reformas de fondo que
creemos no pueden esperar más tiempo
para producirse y que referimos año
a año en cada escrito que realizamos
u opinión que vertimos. En relación
con los agentes del seguro de salud
(Obras Sociales) y entidades de
Medicina Prepaga han tenido la
obligación de cubrir en todo el país
la totalidad de los tratamientos que
requieran los pacientes con casos
sospechosos o confirmados de haber
contraído la enfermedad Covid-19.
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Esta
obligación incluye, la realización
de test diagnósticos (PCR y/u
otros), traslados, medidas de
aislamiento, internaciones, etc.
Esos agentes de salud han sido
apuntalados por varias acciones
realizadas por la Superintendencia
de Servicios de Salud, con dinero
propio de los aportes de
trabajadores y empleadores en todos
los casos, ya sea del fondo de
Emergencia y Asistencia o del F.S.R.
Entre esas acciones se pueden
referir:
a) Creación de los módulos Covid
internación y ambulatorio.
Asistencia financiera para las OOSS
de lo abonado en concepto de
internación de terapia, de piso y un
módulo de seguimiento
extrainstitucional.
b) Asistencia por caída de aportes y
contribuciones: se complementó la
diferencia de aportes entre el mes
el curso y el mes de marzo
(devengado de febrero) de 2020.
C) Adelantos de fondos SUR,
liquidándose pagos a cuenta de
expedientes SUR contrastando los
1.600 millones de pesos mensuales
promedio liquidado en 2019, con los
casi 3.000 millones mensuales del
2020.
Todo ello ha hecho que se haya
podido transitar este período a
pesar de que el sector del Seguro
Social Obligatorio está totalmente
desfinanciado (Según datos de la
Superintendencia las obras sociales
tenían al 2020 un pasivo que
alcanzaba alrededor de 4
recaudaciones promedio, lo que
significa $ 107.000 millones de
pesos y son los sindicatos que
aportan en promedio entre un 20 y un
30% del gasto de las obras sociales
los que ayudan para cubrir las
prestaciones).
Los resultados obtenidos nos
permiten verificar que los agentes
de salud han tenido un costo menor
por prestaciones PMO del orden del
16%, de lo que hubiera sido
habitual, en todo el período
considerado. En el primer trimestre
analizado (abril-junio) alrededor de
un 30% menos y cerca del 2% menos en
el segundo trimestre
(julio-setiembre).
Ese menor costo, en el que está
incluido el costo agregado por
atención Covid-19, ha sido resultado
de una merma importante, sobre todo
en el primer trimestre de
prestaciones habituales. Esto pudo
haber significado, junto al fuerte
apoyo de la Superintendencia, una
reducción del pasivo durante este
período para algunas OOSS, aunque
para otras solamente la disminución
del déficit mensual que padecen al
no alcanzar aún con esta disminución
a cubrir el costo del PMO. Así se
visualiza claramente en la cantidad
de OOSS y de afiliados cubiertos por
ellas que aún en este período no han
alcanzado a cubrir el costo de
aquello que están obligadas a
brindar. El menor costo del PMO
durante estos dos períodos
analizados no modifica la grave
situación del sector, sino que
posiblemente sólo haya retrasado la
grave crisis que se avecina y la
toma de decisiones imprescindibles
para hacerlo sustentable.
LOS PRESTADORES DE LA SALUD
Como consecuencia de la epidemia el
sector privado prestador sufrió una
importante caída de las prestaciones
habituales. Según las diferentes
publicaciones recabadas ha existido
una caída en la ocupación de camas
generales y de UTI de hasta un 50%
en abril, habiéndose recuperado a un
75% en agosto/setiembre. Hubo fuerte
caída en las cirugías en un promedio
del 58%. Las prestaciones
ambulatorias han tenido descensos de
casi un 80% inicialmente,
recuperándose luego a un 50%. Aún
las consultas de emergencia
declinaron sustancialmente. Los
costos de elementos de protección y
los medicamentos (sobre todo los de
uso intensivo en UTI) como
consecuencia del Covid-19 aumentaron
por su mayor uso y su precio. Los
costos de insumos en la estructura
de costos de un establecimiento
aumentaron un 40%. Antes de la
iniciación de la pandemia parte del
sector privado prestador padecía
valores de las prestaciones por
debajo de sus costos y tiempos de
pago muy prolongados. Durante la
pandemia los prestadores de salud
han tenido que absorber el impacto
de la inflación sin que los valores
que cobran por las prestaciones sean
actualizados desde comienzos de año.
Pese al reconocimiento por su
trabajo, los médicos, por ejemplo,
mantienen en general los valores ya
muy depreciados de honorarios y
sueldos similares al del comienzo
del año. En general todos los
sectores de los trabajadores de la
salud aumentaron sus riesgos
asociados inicialmente con la falta
de material de protección y la falta
de protocolos y aun con ellos por la
exposición continua al virus. Se
potenciaron los riesgos emocionales
por ansiedad, cansancio,
aislamiento, incertidumbre, el miedo
a la infección familiar la presión
del ambiente de trabajo etc. Los
aportes por ATP provenientes del
Gobierno Nacional han sido
fundamentales para mantener el
sector privado prestador activo.
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