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Opinión


Falta de intensivistas: no hay recetas mágicas

Por el Dr. Marcelo García Dieguez (*)


Llevamos más de 500 días desde el primer caso de SARS-CoV-2 en la Argentina, dos olas o picos y las noticias son recurrentes. Cada vez que aumentan los casos se saturan los servicios de cuidados intensivos y se habla del agotamiento y la falta de intensivistas.
Esto no es algo nuevo, la pandemia sólo lo arroja a los titulares de los diarios.
Ya el estudio realizado antes del 2015 por el Ministerio de Salud, con asesoramiento de la Escuela Andaluza de Salud Pública, mostraba datos alarmantes. (1)
El número de especialistas registrados apenas superaba los 2.000 profesionales sin datos de cuantos están activos, con una proyección negativa hacia el 2025 y un aumento de la brecha. Datos actuales sugieren que un tercio de ese número no presta servicios de la especialidad. Por otra parte, son contundentes los datos que demuestran que cuando las unidades de terapia intensiva están bajo el cuidado de terapistas mejoran los resultados de salud de los pacientes asistidos. (2)
Los factores que determinan esta realidad son múltiples. Se entrelazan aspectos relacionados a las retribuciones, la organización del sistema de salud -en particular en lo referente a las entidades presentadoras y la planificación del capital humano-.
La especialidad tampoco escapa a la centralización que sufre toda la profesión médica.
Los bajos salarios y la falta de incentivos afectan a esta especialidad de forma particular dada su modalidad de práctica vinculada a salarios en relación de dependencia y escasas alternativas para incrementar el ingreso. La fragmentación de los subsectores y la atomización del sector prestacional profundiza esta problemática y promueve el multiempleo, característica invisibilizada de las profesiones de salud en la Argentina.
En el subsector de la seguridad social, y en las ciudades más pequeñas predominan instituciones medianas que organizan sus equipos en base a guardias de 24 horas, un factor que facilita el pluriempleo como solución para alcanzar un ingreso razonable.
Esto en el interior de la provincia de Buenos Aires instaló el fenómeno golondrina de médicos que van de localidad en localidad cubriendo guardias por valores muy superiores a los de los grandes centros.
La pandemia agravó otro motivo de déficit de la especialidad generado por el “burnout”. Reportes de otros países señalan que hasta el 50% de los profesionales médicos están alcanzados por este fenómeno que tampoco es ajeno a sus colegas de enfermería.
Para buscar soluciones hay que analizar el capital humano a través de las etapas de la carrera de un profesional: a) la de inicio o ingreso, b) la de desarrollo (la más extensa) y c) la de salida o retiro.
En cuanto al inicio de la formación las políticas se han centrado en la generación de más cupos de residencia. Esta política asume que a mayor oferta habrá más ocupación, pero el análisis de la evidencia muestra que esto ocurre hasta alcanzar una meseta y luego sólo contribuye a engrosar la brecha de cobertura. Analizando la historia reciente es claro que esto no alcanza. La cobertura de la oferta de residencias está por debajo del 40%.
Es necesario intervenir en otros factores para hacer una especialidad más atractiva.
Es posible que no haya respuestas únicas. El uso de incentivos económicos es una alternativa, así como asegurar una salida laboral al egreso puede ser una alternativa en una especialidad que aún no muestra una marcada feminización.
La experiencia iniciada con neonatología bajo el formato de residencias integradas que permiten una doble titulación (estas permiten también certificar como pediatras) pueden abrir el abanico laboral posterior y aumentar el atractivo. Seguir ofreciendo alternativas post-básicas para quienes finalicen residencias de clínica médica puede ser también un camino.
El progreso de la carrera para los que llevan más de 20 años en la práctica también debe ser fuente de preocupación. La organización piramidal indica que sólo unos pocos alcanzarán puestos de conducción, y la alternativa de guardias prolongadas se hace cada vez más pesada. Más del 20% de los especialistas registrados son mayores de 55 años.
La modificación del modelo de organización de servicios, un ingreso que reduzca el multiempleo y la promoción de caminos alternativos (incorporación de programas con mentores, docencia, gestión en otras áreas) para continuar la carrera profesional deben formar parte de propuestas que permitan visualizar salidas para el final de la carrera.
El retraso en la edad de retiro, un problema creciente en todo el mundo incrementa el número de profesionales en esta situación. (3,4)
Tal vez el futuro pueda aportar otras soluciones basadas en el uso de “big data”, la telemedicina o una participación creciente de otros profesionales a los que se les puede dar mayores responsabilidades. Si queremos asegurar una fuerza laboral suficiente en un plazo más corto tenemos que revisar las acciones en cada etapa, generar consensos y corregir nuestros modelos organizacionales para conseguir el objetivo buscado.


1) Navarro P y col. Análisis de la distribución geográfica de médicos especialistas en la República Argentina. Buenos Aires Ministerio de Salud de la Nación: 2015.
2) Levy MM, Rapoport J, Lemeshow S, Chalfin DB, Phillips G, Danis M. Association between critical care physician management and patient mortality in the intensive care unit. Ann Intern Med. 2008 Jun 3;148(11):801-9. doi: 10.7326/0003-4819-148-11-200806030-00002.
3) Skowronski GA, Pisa C. The greying intensivist: ageing and medical practice — everyone’s problem. Med J Aust 2012; 196 (8): 505-507.|| doi: 10.5694/mja11.11579.
4) Jones A, Walker J, Thorpe C. Increasing the Retirement Age in Intensive Care Medicine: Perception of the Effect on Patient Safety and Personal Health. Journal of the Intensive Care Society. 2014;15(1):57-60. doi:10.1177/175114371401500112
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(*) Médico. Master of Health Professions Education. Profesor Asociado del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Sur - Ex Director de Capital Humano del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación.

 

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