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Pocas veces hemos llegado a las elecciones en
condiciones como las actuales. La situación económica
del país, sumada a un contexto social acuciante sin
dudas condicionaron los resultados. Luego del negativo
resultado para el oficialismo se generó un nuevo
escenario donde la política (o la falta de) condiciona
la respuesta de los votantes más que la situación
sanitaria que lejos esta de ser resuelta.
Por eso no debemos olvidar el lugar que ocupó la salud
en la agenda y en la visibilidad pública todo el 2020 y
buena parte del 2021. La salud le sacó el sueño al
oficialismo hasta las PASO. Apostó por llegar con baja
tasa de incidencia y muchos vacunados. No fue la
oposición el adversario fueron sus propios yerros y
contradicciones junto con groseros errores
comunicacionales cometidos.
Tanto oficialismo como oposición quisieron capitalizar
los aplausos y la empatía generada por los profesionales
de salud ofreciendo candidaturas a médicos en todos los
niveles, llamativamente esto ocurrió tanto con afines al
Gobierno como a la oposición.
La salud ha sido siempre marginal en las propuestas de
gobierno, en el mejor de los casos un slogan de campaña,
y las carteras sanitarias siempre moneda de cambio de
acuerdos electorales. Pero sobrevuela un ánimo
reformista que no debemos desatender ya que estos
legisladores en el Congreso decidirán aspectos que
condicionan que sistema de salud tenemos.
Desde la añorada Ley Neri al Programa Medico Obligatorio
(PMO) se aprobaron allí. Mucha de la fragmentación que
sufre el sistema es producto de las leyes vigentes o de
la ausencia de ellas. Combinamos una extraña forma de
federalismo sanitario atravesado por obras sociales
sindicales y un elefantiásico PAMI de alcance nacional
junto con transferencias a las provincias desiguales en
relación con las respuestas que deben dar.
Cercano al Gobierno, el Instituto Patria elaboró una
propuesta en las que fustiga al sector prestador
privado, que en la pandemia ha dado casi la mitad de la
respuesta sanitaria porque el subsector público no tiene
capacidad instalada para la respuesta total. La
propuesta es fuertemente estatista sin clarificar como
ese subsector va a asumir lo que hoy no cubre o como lo
va a lograr.
Señala como responsabilidad exclusiva de la
fragmentación al conjunto de prestadores privados sin
revisar la fragmentación que sufre el subsector público
entre sus jurisdicciones, así como la falta de
articulación de obras sociales provinciales y el PAMI.
No se abordan problemas tales como el incremento
sostenido de los costos del PMO, ni muchas otras
problemáticas quedando en declaraciones voluntaristas y
un deseo de administrar los fondos.
Todos los sistemas deben definir un modelo financiero,
uno de gestión y uno prestador. Otros países federales
en el mundo como Canadá o Brasil lograron acuerdos para
dotar de equidad al sistema y asegurar una cobertura y
modelo similar en todo el país, dejando a las provincias
los trazos finos. Son numerosas las intervenciones que
pueden hacerse en el Congreso.
Se puede ordenar el financiamiento del sistema de obras
sociales, se puede promover la provincialización de los
núcleos de financiamiento si hay valentía de revisar la
caja de los sindicatos y perder poder centralizado. Se
puede revisar la gestión y la cobertura revisando el
modelo del PMO, haciéndolo también obligatorio para
quienes están fuera del sistema de seguridad social y
solo son cubiertos por el Estado.
Se puede poner en marcha de una vez por todas las
Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías que
permitiría que un país con las dificultades del nuestro
elija más sabiamente, informado por evidencias
científicas, las intervenciones que son efectivas y
deberían ser cubiertas por el sistema. Se puede regular
la oferta prestadora haciéndola más racional y acorde a
las necesidades y esto se puede hacer desde la
habilitación de servicios a la planificación del recurso
humano.
Debemos interpelar a los candidatos sobre estos temas.
La salud que construyamos en el futuro inmediato será la
que nos protegerá (o no) en lo que queda de pandemia y
en las que vendrán.
(*) Médico. Master of Health Professions
Education. Profesor Asociado del Departamento de
Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Sur
- Ex Director de Capital Humano del Ministerio de Salud
y Desarrollo Social de la Nación. |