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Debate


Cartesianos y nihilistas

“Una sociedad bien organizada,
podrá con el paso del tiempo progresar más eficazmente”.
August Comte

Por el Dr. Mauricio  Klajman
Director Médico Nacional de la Obra Social de los Trabajadores de Televisión
mklajman@satsaid.com.ar


El Método Cartesiano, creado por René Descartes, consiste en el escepticismo metodológico -se duda de cada idea que puede ser dudada-. Descartes establece la duda: sólo se puede decir que existe aquello que pueda ser probado (“Sólo tenemos acceso a nuestra mente”).
El propio Descartes consiguió demostrar la existencia de su propio yo que duda, por lo tanto, es sujeto de algo -cogito ergo sum: pienso, luego existo, considerando el acto de dudar como indudable. (1)
Asimismo, el método consiste en realizar cuatro tareas básicas: verificar si existen evidencias reales e indudables acerca del fenómeno o cosa estudiada; dividir al máximo esas cosas en sus unidades de composición, fundamentales; analizar o estudiar esas cosas más simples que aparecen; sintetizar, o sea, agrupar nuevamente las unidades estudiadas en su conjunto real; y enumerar todas las conclusiones y principios utilizados, a fin de mantener el orden del pensamiento. Se puede considerar como el método actual del método científico.
La contribución de Descartes, con su nueva metodología, fue de extrema importancia para la constante búsqueda del conocimiento “verdadero” a partir de las ciencias. (2)

PRINCIPIOS

1. Principio de duda o evidencia sistemática: no aceptar como verdadero algo hasta que se compruebe con evidencia -clara y distintamente- aquello que es realmente verdadero. Con la duda sistemática, se evita la prevención y la precipitación, aceptándose como cierto lo que sea evidentemente cierto.
Aplicado al sistema prestacional argentino-véase que no dije sistema de salud, ya que no estoy seguro de que el sistema prestacional otorgue salud- permite dudar de la veracidad de que existe un mercado de la salud. Este llamado “mercado” no sería aplicable a un sistema prestacional e incluso a uno de salud, ya que los sistemas biológicos se comportan en forma caótica, por ende, no son exactos, ergo las leyes de mercado no son aplicables.
2. Principio del análisis o descomposición: dividir y descomponer cada dificultad o problema en tantas partes como sea posible y necesarias para su comprensión y solución y resolverlas por separado.
Dividir o descomponer en partes, es exactamente lo que tenemos que cambiar: la fragmentación del sistema. De este principio equivocado es que se aprovecha el mercado para operar y obtener enormes ganancias subdividiendo continuamente y en forma creciente al sistema.
La extrema corporativización de nuestro sistema es un ejemplo del avance continuo de la fragmentación de éste. Hay que pensar que desde que se quiso comenzar con un sistema integrado en los 70, la subdivisión es cada día mayor. Por lo tanto, es inversamente proporcional a un Sistema Nacional Integrado de Salud.
3. Principio de la síntesis o la composición: conducir cuidadosamente los pensamientos y razonamientos, a partir de las formas más fáciles y simples de conocer para pasar gradualmente a los más difíciles, y así ir armando pensamientos para poder probar su funcionamiento.
Al subdividir en muchos subsistemas y a su vez, éstos en cada vez más pequeños grupos, la creación y manejo del pensamiento complejo se aleja cada vez más de la integralidad.
4. Principio de la enumeración o de la verificación (comprobación): hacer verificaciones, recuentos y revisiones para asegurarse de que nada fue omitido o pasado por alto, y poder comprobar si la evidencia es falsa o verdadera.
Dada la creciente fragmentación, el sistema se torna cada vez más difícil de controlar. El alcance de la fiscalización sanitaria no aumenta sus RR.HH. ni sus algoritmos, yendo siempre por detrás de la oferta. Entonces la fragmentación creciente es inversamente proporcional a la fiscalización sanitaria. Las estadísticas nacionales se tornan misteriosas y relativas. (3)

El nihilismo (del latín nihil, “nada”) es una doctrina filosófica que considera que al final todo se reduce a nada, y por lo tanto nada tiene sentido. (4)
Nietzsche estructuró la conceptualización del término, pero éste ya existía como corriente en la antigua Grecia representado por la escuela cínica y en el escepticismo. (5)
El nihilismo niega lo que pretenda un sentido superior, objetivo o determinista de la existencia puesto que dichos elementos no tienen una explicación verificable. En cambio, es favorable a la perspectiva de un devenir constante o concéntrico de la historia objetiva, sin ninguna finalidad superior o lineal.
Es partidario de las ideas vitalistas y lúdicas, de deshacerse de todas las ideas preconcebidas para dar paso a una vida con opciones abiertas de realización, una existencia que no gire en torno a cosas inexistentes.
Introduzco estos conceptos, porque el nihilismo en algunos protagonistas del sistema prestacional argentino nos otorga una explicación cruzada de lo que está pasando:
Por un lado, están los que se aprovechan del concepto de que nada es verificable e inventan cínicamente teorías amigas del mercado que, al ser el sistema general no verificable, se comportan como “verdades”.
En la vereda opuesta están los nihilistas con expresiones de buenos deseos, sin que medie un desarrollo programado y posible para cambiar al sistema.
Venimos hablando de un Sistema Nacional Integrado de Salud.
Algunos desde hace décadas, otros desde un tiempo más cercano.
Los problemas del “pseudo sistema argentino” fueron en aumento.
Por nombrar algunos:
1. Falta de enfermeras/os universitarios.
2. Distribución geográfica inequitativa de la oferta de servicios prestacionales con concentración de éstos en las zonas urbanas de alto conglomerado.
3. Falta de especialistas en zonas alejadas de los conglomerados urbanos.
4. Zonas de la República con prestaciones alejadísimas entre sí.
5. Formación de grado en las universidades con gran influencia de intereses económicos del llamado “mercado de la salud”.
6. Residencias médicas en prestadores privados de relativa calidad, donde se sospecharía mano de obra barata.
7. Medicalización creciente de la sociedad.
8. Corporaciones en aumento.
9. Influencia del sector privado en la toma de decisiones sanitarias. Hasta incluso en la comunicación neurolingüística de difusión de los temas sanitarios.
Podríamos señalar cantidades de problemas en el sistema, pero no es el motivo de esta nota.
La percepción generalizada es que no hay ningún modelo concreto único y puro que permita resolver todos los problemas de salud de la población en nuestro entorno. El modelo sanitario ideal no existe, cualquier modelo que elijamos tiene defensores y detractores por sus propias características y complejidades. La salud en su concepción tiene una dimensión ética que se apoya en valores sociales y políticos, entrecruzados con distintas visiones ideológicas e intereses de todo tipo que no siempre tienen apreciaciones comunes.
El Modelo hace al ámbito de la política y se lo puede definir como: el conjunto de criterios o fundamentos doctrinales e ideológicos en los que están cimentados los sistemas sanitarios. En él se determinan aspectos como: población receptora, quién financia el sistema, prestaciones que se van a dar, actuaciones y competencias de la salud pública-autoridad sanitaria. Esto sería el modelo de salud.
Mientras que el Sistema hace a la operatividad y ejecución del Modelo, pero al momento de definirlo aparecen distintas maneras de conceptualizarlo propio de las características y complejidades que guarda. Sería el sistema de prestaciones.
No hay que confundir sistema de salud que es el modelo para alcanzarla, que el sistema prestacional, que son los efectores, que no producen salud, sino que tratan las patologías, justamente cuando no hay salud. (6)
La propuesta es que pensemos distinto, que la fragmentación en aumento nos conduce a un precipicio donde pierden todos.
Asimismo, la OMS visualiza los distintos actores que lo componen al explicar que “sistema es el conjunto de todas las actividades, oficiales o no, relacionadas con la prestación de servicios de salud a una población determinada, que debe tener acceso adecuado a la utilización de dichos servicios. Integrado por todo el personal de la salud disponible, los procedimientos de formación de este tipo de personal, las instalaciones sanitarias, las asociaciones profesionales, los recursos económicos que por cualquier motivo u origen se pongan al servicio de la salud y el dispositivo oficial y no oficial existente”.
Y añade que “todo este conjunto debe armonizarse en un sistema homogéneo que permita utilizar los recursos habilitados para el logro de la máxima satisfacción de los objetivos prefijados: garantizar el derecho a la salud no sólo como un derecho humano y universal, sino como un recurso para el desarrollo social, económico e individual de una persona y de su comunidad”.
La conclusión es la misma, el Sistema Nacional Integrado de Salud.

REFERENCIAS
(1) Discurso del método / Rene Descartes / Paris / 1637.
(2) La ciencia / Su método y su filosofía / Mario Bunge-DCC Universidad de Chile / 1959.
(3) Chasing Reality / Strife over realism / Mario Bunge / Toronto University / 2006.
(4) Iván Serguéyevich Turguénev / Imperio Ruso / 1879.
(5) Ecce Hommo / Friedrich Nietzsche.
(6) El sistema de salud argentino / Dr. Mauricio Klajman /2021.

 

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