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Seis referentes de empresas
integrantes de la Cámara de
Entidades de Medicina Privada
(CEMPRA) comparten su visión sobre
los desafíos que plantea la post-
pandemia al sector y analizan las
reformas necesarias al sistema de
salud.
Miguel Ángel Troisi (Medifé/Finochietto),
sostiene que en 2022 “seguiremos
conviviendo con la pandemia. Se
estima que en otra escala, con menor
grado de hospitalización; la
aparición de fármacos para tratar la
enfermedad; una población mucho más
inmunizada. Pero todavía queda una
incógnita que es la eventualidad de
la aparición de nuevas cepas”.
Coinciden con esta visión Roberto
Villavicencio y Guillermo Copello
(Medicina Esencial) que consideran
que “en el año 2022 -siempre en caso
de no producirse una 3er ola- se
retomaría la normalidad previa a la
pandemia. Con esto podemos prever
internaciones de menor cantidad y
complejidad, con disminución de
casos en UTI y con un cuadro de
enfermedades más leves”.
REFORMAS NECESARIAS
Ante la evidencia del deterioro del
sistema de salud luego de la tensión
extrema por la alta demanda generada
durante la pandemia, surgieron
diversas voces reclamando reformas,
algunos con visiones extremas y
otros propiciando políticas de
consenso para alcanzar nuevamente un
equilibrio entre los subsectores.
Ricardo Lilloy (Medimás), presidente
de CEMPRA, plantea que “los sistemas
de salud, para recuperar estabilidad
necesitan que se cumplan las leyes y
los principios que rigen los
sistemas de aseguramiento de
cualquier naturaleza, no sólo de
salud.
Entre otras distorsiones a corregir,
se necesita reformular regulaciones,
restableciendo, por ejemplo, las
preexistencias; es decir, la no
obligación de hacerse cargo de
coberturas de personas que aún no
han aportado al sistema
solidariamente.
Por otra parte, los sistemas de
aseguramiento deben procurarse mayor
masa crítica para sustentar el alto
costo, y hay que depurar del sistema
todas las prestaciones que se han
incorporado sin planificar su
financiamiento, que han destruido la
capacidad de control de riesgos
dejándolas al borde de la quiebra.
La sociedad necesita del sistema de
obras sociales y prepagas para
cuidar su salud.
En este sentido, es fundamental
sostener el sistema federal y de
pequeñas y medianas empresas de
salud que hasta ahora han
contribuido, incluso en los momentos
más difíciles de la pandemia, a
brindar atención en forma coordinada
y eficiente, siendo, además, las
pymes uno de los sectores que más
fuerza laboral aporta”.
Por su parte Mario Koltan (Boreal),
afirma que para la futura
sostenibilidad del sistema de salud
es necesario establecer:
-
Precios referenciales únicos para
medicamentos de alto precio
acordados entre el MSN, el PAMI, la
SSSALUD y la UAS acordes a políticas
de medicamentos preestablecidas.
-
Ante la creciente participación
de trabajadores Monotributistas,
modificar los aportes a la Seguridad
Social, según sus ingresos y no por
monto fijo.
-
Debe establecerse un acuerdo de
partes entre Prestadores y
Financiadores en materia de precios
con reajustes previsibles
semestrales, con una base de ajuste
consensuada, ejemplo RIFTE.
-
Regionalizar la atención de
afiliados de las obras sociales,
evitando los gastos de
intermediación en la administración
del sistema y los gastos de
estructuras.
-
Ajustar los subsidios de SUMA Y
SANO en la SSSALUD que hoy tiene un
aplicativo regresivo.
-
Ajustar la tasa de impuestos de
la actividad de salud privada,
igualarlo a la educación privada.
Carlos Candiano (Obra Social YPF)
opina que “el escenario 2022 en
primer lugar nos interpela a pensar
sobre lo que hemos aprendido en esta
situación de pandemia. Primero,
debemos tener una mirada de largo
plazo. Segundo, la definición de
políticas de Estado respecto del rol
del sistema de salud dentro de
nuestro país. Su grado de
intervención, con qué modalidad, con
qué estrategia y oportunidad.
Pienso un Estado subsidiario
fomentando y complementando la
iniciativa privada, que ha
desempeñado en las últimas décadas
un rol fundamental en la
accesibilidad al sistema de salud en
nuestra población. Y ha fomentado
también un gran desarrollo del
recurso humano tanto en capacitación
como en el acceso y disposición de
las nuevas terapias y tecnologías
para la población.
Creo que el sector privado junto con
el Estado puede lograr esa
homogeneidad necesaria como para que
realmente el sistema sanitario
permita una mejor accesibilidad. Es
fundamental el rol de la
telemedicina y todas las
herramientas de tecnología aplicadas
a la salud para facilitar
accesibilidad y garantizar la
atención en lugares donde hoy no
tenemos acceso. La tecnología
permite mejorar la atención de salud
y gestionar de una manera más
eficiente el gasto en salud.
El sector público y privado deben
trabajar internamente los problemas
de fragmentación que tienen dentro
de sus espacios. Se debería comenzar
por la fragmentación que hoy
manifiesta el sector público para
después sentarnos a una mesa
multidisciplinaria para generar
desde una política de estado una
estrategia coherente que haga a la
sostenibilidad del sistema.
Es fundamental, además, una Agencia
de Evaluación de Tecnologías
Sanitarias con capacidad de
respuesta, con opinión vinculante,
que no sólo considere la
racionalidad, sino también la
equidad al momento de la
incorporación de una nueva
tecnología a la cobertura de salud.
No debería autorizarse ningún
tratamiento que no fuera accesible a
todos y que no tenga aprobación de
costo-efectividad.
Una nueva tecnología debería tener
como objetivo la eficientización de
un proceso y la disminución del
costo operativo. No sucede así en el
sistema de salud y tampoco sucede
que esas nuevas tecnologías tengan
la contrapartida de financiamiento
adecuada”.
Jorge Chiavassa (Mutual Médica Río
Cuarto) afirma que “ha llegado el
momento de sentarnos en la gran mesa
a trabajar todos juntos. Hay
material humano para ponernos a
trabajar. No hace falta inventar
nada. Lo que está creado en otros
países y funciona bien hay que
tomarlo e implementarlo. Basta de
palabras, hay que ir a la acción”
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