|
Debemos prevenir la propagación de la información errónea,
diletante e intelectualoide. Además, dado lo cambiante de la
misma, se va diseminando y confundiéndonos por más permanente
que fuere la comunicación del Estado. Así como el virus y su
contexto mutan, muta la data.
“Cuando nos enteramos de los peligros del Covid-19 vamos al
lugar donde más fácil es obtener información -las redes
sociales-. Como toda situación de crisis -por cambio- quien
puede mantiene la calma, quien no, entra en pánico e
incertidumbre. La lectura en las redes causa emociones
dispersas. Piensa en su familia y en su trabajo. Y aparecen
datos sobre la cura y las vacunas, entonces el individuo se
replantea o lo inducen a hacerlo en las mismas redes del porqué
no los está proveyendo el Estado y si esto es un experimento”.
Surge una primera confusión... Por qué no se le provee de los
tratamientos que leyó, y en vez de ello se indican los tapabocas
u otras medidas preventivas de los cuales los latinos no estamos
tan acostumbrados. Ya el pueblo sabe lavarse las manos, evitar a
las personas enfermas y el barbijo que dificulta la respiración.
(SIC)
El habitante desesperado llama y consulta. Pregunta sobre un
tratamiento del cual leyó. Quien es consultado, sabe y se
encuentra con alguien que además de desesperado está lleno de
información errónea. Y no es el único porque la Organización
Mundial de la Salud ha identificado una infodemia que surgió con
la pandemia.
“Gunter Eysenbach acuñó el término infodemia en el año 2002, con
relación a la demasiada información o data engañosa que puede
afectar negativamente causando confusión y produciendo efectos
negativos en la salud de la población”.
Internet y las -redes sociales- la información falsa y engañosa
tiende a difundirse especialmente en un momento traumático
emocionalmente como una pandemia. Puede abrumar, provocando
comportamientos riesgosos del individuo y generando desconfianza
en las autoridades de salud, es decir el Estado.
Pese al esfuerzo en la comunicación y acciones de salubridad.
Una infodemia puede provocar o alargar brotes como el Covid-19
porque las personas se sienten inseguras de cómo protegerse, o
que hacer si se enferman. Aquí se produce una alteración externa
de la denominada: Contención de la Atención Primaria -o mejor
dicho Primera-.
“Se accede a datos no bien diseñados para la comprensión, no
están claros para el público que la consume, porque la cantidad
la deforma y el consumidor se ve acosado. En -las redes- se
citan a médicos que el consumidor no sigue y está tentado a
confiar más en lo que se dice que en lo que diariamente informa
el Estado. Más aún quien es personal de salud debe ayudarle a
las personas a poder identificar la información correcta y
distinguirla de la desinformación, muchas veces intencional”.
Ahora, ¿alguien consultó a su médico? - poco, o casi nada.
“Y todos hablan de como verificar una información y de las
organizaciones de investigación. Los profesionales de la salud
ante la infodemia tampoco somos inmunes a la información o datos
erróneos. Según los autores mencionados en la fuente entender la
información implica: 1. Quién escribe o lo expresa. 2. Que los
datos estén basados en investigación y estadísticas, como cuál
es su fuente de información. 3. El propósito y el sentimiento
que hacen repercutir en el lector. 4. Qué sesgo tiene... es
noticia, es opinión, expresa los aspectos negativos y positivos.
5. Está bien diseñado o tiene errores tipográficos. 6. Cuándo se
publicó, - y agregaría el contexto del país de donde emanan las
informaciones”.
Se empieza a hablar de los estudios previos y la aprobación de
los organismos gubernamentales, como la FDA y en nuestro país la
ANMAT. No sirven las propias experiencias, sirven los estudios
de investigación que deben realizarse rápidamente porque la
pandemia apremia.
Lo anecdótico no sirve, si la investigación basada en la
evidencia. Tampoco es suficiente un sólo artículo - todos
sabemos que muchas investigaciones sufren revisiones
sistemáticas y que no cuentan toda la realidad. Aquí surgen las
publicaciones de las bases de Cochrane como un ejemplo de ello.
Se debe leer más allá del titular para comprender lo real o
exacto de la información y cuáles son los sitios del Estado que
informan sobre las campañas de acción en el contexto del País.
También a evitar los conceptos de política partidaria que pueden
desagregar la información, por sobre la política pública.
Además, que en todos los países suelen darse -errores no
forzados- aún a nivel mundial.
Cuando apareció la vacuna el concepto era su aplicación, a pesar
de leer en las redes que se produjo muy rápido y era insegura.
Debemos como profesionales de la salud explicar y enseñar cuando
la información es de calidad y creíble. Así se distribuye la
información correcta. Se combate la infodemia cumpliendo todos
los preceptos enunciados por los autores. La información de
salud debe ser fácil de entender, no demasiado técnica con
aporte visual y conclusiones claras. Recordemos, se debe
verificar que la información sea confiable, Cochrane, la OMS, el
CDC y sobre todo el Estado y la ANMAT escriben y utilizan
revisiones sistemáticas.
El papel del médico consultado es fundamental.
La guerra es continua o continúa, no es una cuestión de acentos.
FUENTES
Paige Jarreau - Jordan Collver, 2021
https://app.us.lifeology.io/viewer/lifeology/scicomm/what-is-an-infodemic-and-how-can-we-prevent-it-es
https://www.amjmed.com/article/S0002-9343(02)01473-0/fulltext
https://www.cochrane.org/news/what-cochrane
|