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En los establecimientos de salud, la gestión de los riesgos para
la seguridad del paciente se estructura a menudo en torno a la
implementación de un sistema centralizado de señalamiento de
incidentes y de accidentes (Kavaler y Spielgel, 1997), cuyo
origen bien podría ser el Formulario Interno de Recolección de
Incidente. Ese sistema suele ser considerado como la fuente
principal, y a veces exclusiva, de identificación de los
riesgos. (1)
Más de 25 años de práctica y trabajo de campo, especialmente en
la Argentina y otros países de la región, me permiten precisar,
mediante el análisis de la literatura, los diferentes objetivos
y usos de esos sistemas de señalamiento, definiendo mejor su
interés y sus límites, identificando los requisitos previos y
los factores de una implementación exitosa.
Esto en la Argentina no existía en esa dimensión ni metodología,
hasta la aparición de los Sistemas de Acreditación en
Establecimientos. Sin embargo, no se advierte la efectiva
presencia de sistemas de prevención de daños y de seguridad del
paciente desde, por y para el recurso humano de los
establecimientos. Están más bien basados en transferirle la
responsabilidad al paciente. Y en anunciar la preocupación sobre
la seguridad del paciente, pour la galleríe.
Para empezar, habría que recurrir a la memoria de los más
“antiguos” del plantel, al menos será un comienzo, para recordar
los accidentes y los incidentes. Pero luego habrá que adoptar un
método. ¡Habrá que innovar! (2)
LOS OBJETIVOS Y LOS USOS
Verónica De Keyser identifica cuatro categorías de utilización
de los sistemas de señalamiento de incidente, cuyos diferentes
objetivos pueden ser sometidos a un seguimiento simultáneo (De
Keyser), 2001. (3)
a) La prevención
Puede aplicarse caso por caso y/o sobre una base estadística. Y
requiere:
- que cada incidente sea tratado por expertos en el campo
correspondiente para que quede el dato y luego pueda prevenirse
-en realidad tratar de evitarla- la recurrencia; (tratar de no
tropezar dos veces con la misma piedra).
Por ejemplo: aquellas situaciones francamente aleatorias
que se han repetido más de una vez, y no se incluyen entre los
riesgos a comunicar en un Consentimiento Informado de una
determinada especialidad.
- que la confidencialidad no impida la aplicación de acciones
correctivas, no punitivas.
Es importante definir las modalidades de clasificación y de
análisis de los incidentes y de sus causas (Van Veuren, 1999).
Los enfoques, generalmente empíricos se estructuran
progresivamente: la Joint Commission on Accreditation of
Healthcare Organizations (JCAHO) propuso, para los accidentes,
una actitud sistemática de análisis de las causas (root cause
análisis); el enfoque desarrollado por Charles Vincent para
analizar los incidentes se puede ver en los anexos 4 y 4 bis
(ALARM: Association of Litigation and Risk Management). (4)
El ITAES en nuestro país ha diseñado estándares para la creación
de lo que denomina un “Sistema de Prevención de Incidentes de
Seguridad” (5) que incluye herramientas como la documentación
que un establecimiento médico polivalente de atención de agudos
debería tener disponible, es decir un programa de gestión de
riesgos, normas para investigar retrospectivamente, designación
de un responsable y/o la creación de un comité de seguridad,
ejemplo documental de comunicación no punible (Reporte de
incidentes interno), capacitación del personal para la
prevención de incidentes y normas para el control de la gestión
del comité de seguridad.
b) La formación y la sensibilización de la organización
ante los fenómenos de incidente y de error.
Es menos importante tratar un número elevado de casos que
seleccionar casos ocurridos en la propia Institución, que
aporten enseñanzas. Este tipo de tarea fue desarrollada por los
anestesistas, a partir del trabajo de Harvard School of Medicine
de 1986. (6)
En ambos casos, la identificación y evaluación de los incidentes
ya ocurridos y la puesta a disposición de los actores de primera
línea en terreno de medidas de prevención o, de casos
ejemplificadores, fue más importante que la recolección de un
número importante de datos, para ayudarlos en la evolución y
mejoramiento de sus prácticas. El sistema de recopilación y de
análisis de los incidentes ocurridos debe ser completado por una
amplia difusión de esas informaciones por medio de formales
presentaciones en ocasión de las reuniones de servicio,
publicaciones en el newsletter interno, o el método que el
sanatorio prefiera o vea como más eficaz.
c) La vigilancia de la confiabilidad de un sistema, es
decir la comparación de su performance actual con respecto a su
estado anterior.
Dentro de esa perspectiva, la recopilación procura medir la
evolución de un sistema comparado con su estado anterior, para
poder detectar una degradación o, por el contrario, un
mejoramiento. Se puede realizar cada 365 días. Es una de las
tareas más difícil. El “follow up” en la Argentina es una de las
estrategias más difíciles de cumplir. El plazo de dos años es
muy razonable.
Su realización es difícil pues la cantidad de incidentes
declarados, varía en el tiempo (es clásico constatar que después
de un aumento en el momento de implementar el sistema, la
cantidad de declaraciones tiende a bajar, sin que por eso haya
mejorado la confiabilidad); por lo tanto las informaciones
recogidas no son representativas, lo que explica las
dificultades para definir comparaciones a través del tiempo (de
un año a otro) o en el espacio (de un servicio o de un
establecimiento de salud a otro). Un ejemplo burdo y sencillo:
caída de camas.
d) Administrar mejor las quejas
La primera finalidad del sistema debería ser detectar los
acontecimientos que podrían poner en juego la responsabilidad
del establecimiento de salud, pensando que la investigación
precoz de los accidentes permitirá la construcción de una
defensa mejor en caso de litigio. Su eficacia ha quedado
demostrada para identificar los acontecimientos que requieren
una reacción importante (a raíz una potencial o real difusión
mediática, o de un litigio potencial), mejorando así la gestión
de las quejas (Lindgren y otros, 1991). (7)
Reconocemos que demostrar su eficacia para reducir efectivamente
la ocurrencia de daños para los pacientes, el patrimonio
institucional, los profesionales, los visitantes, o el prestigio
del establecimiento, dentro de la Institución, no nos resulta
posible siempre, pues en general en la Argentina el Formulario
Interno de Recolección de Incidentes casi no se utiliza, y
tampoco existe la persona indicada en la Institución para
ocuparse de una tarea casi de Mediación.
Sin embargo, en todos aquellos casos sobre los que hemos podido
actuar casi inmediatamente, hemos tenido la suerte de evitar el
disgusto.
REFERENCIAS
1) Un “accidente” es un acontecimiento repentino e inesperado
que suele tener consecuencias negativas para alguien
(profesional, institución, paciente, pariente, paramédico,
asegurador, prepaga, obra social, empresa de emergencias
médicas). Un “incidente” tiene lugar de manera imprevista y a
diferencia del anterior no tiene porqué causar daño.
2) “Principios de Gestión de Riesgos y Seguridad del paciente”.
Bárbara Youngberg, James & Barlett Learning, 2010.
3) De Keyser, V. “Le risque de defaillance et son controle par
les individues et les organisation” Seminaire CRS, Université de
Liege, 12-13 mars.2001.
4) Joint Commission on Acreditation of Healthcare Organizatiosn:
“What every hospital should know about sentinel events”.
Oakbrook Terrace (IL), JCAHO 2000.
5) ITAES (Instituto Técnico para la Acreditación de
Establecimientos de Salud) Manual de Acreditación, pág. 90.
6) “Estándares mínimos para monitoreo del Departamento de
Anestesia del Harvard Medical School, y en octubre de ese año la
American Society of Anesthesiologist (ASA) crea el Comité para
la estandarización de los cuidados en Anestesia.
7) Lindgreen, DH, Christensen R, Mils DH “Medical malpractice
riskmanagement early warning systems” Law Ccontempt Probl
1991:54 (1-2) 22-41.
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