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 Columna

    
La reforma
¿Cuál reforma?



Por el Dr. Adolfo Sánchez de León (*)


A fines de 2020, en un discurso en el Estadio Único de la Ciudad de La Plata, Cristina Kirchner, acompañada por el gobernador de la provincia Axel Kicillof, puso en agenda la necesidad de una reforma integral del sistema de salud. En junio del 2021, otra vez en la Ciudad de La Plata y nuevamente acompañada por el gobernador de la Provincia de Buenos Aires volvió a abogar por una reforma del sistema de salud.
El proyecto de reforma que se mencionaba estaba plasmado en un documento denominado “Ejes centrales para un programa de salud 2020-2024” elaborado y difundido por la agrupación política “La Cámpora” en donde se propone la sanción de una Ley Nacional de Salud, la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud Argentino, (SNISA) y el aumento de la inversión directa en salud del Estado nacional a través de un Fondo Nacional de Salud entre otras iniciativas. A la fecha nada de esto ocurrió.
Sin embargo, esto no quiere decir que no se estén produciendo cambios o reformas en diferentes ámbitos de la salud relacionados con el Estado. Específicamente en dos obras sociales administradas por el Estado se están produciendo cambios en sus modelos prestacionales.
Ambas obras sociales son conducidas por integrantes del mismo grupo político autor del documento de reforma mencionado más arriba: “La Cámpora”. Una es el Instituto Nacional de Seguridad Social para Jubilados y Pensionados (PAMI) y la otra es el Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) de la Provincia de Buenos Aires.
Lo curioso de esto es que, a pesar de ser conducidos por el mismo grupo político, planteen propuestas de reforma en la atención totalmente diferentes.

El CASO PAMI

Recientemente (el 18/02/2022) el presidente de la Nación Alberto Fernández y la titular del PAMI, Luana Volnovich anunciaron un cambio en el modelo de pago a proveedores pasando de una modalidad capitada a un sistema de pago por prestación a especialistas y la libre elección de algunas prestaciones.
Según el propio PAMI anunció a través de un comunicado de prensa, “a partir del 1 de marzo, el Instituto pone fin a un sistema de asignación fija, donde las personas mayores no podían seleccionar a los especialistas” (Diario El Cronista del 18/02/2022).
Según la propia página web del PAMI este cambio se da “para conseguir turnos más rápido y recibir una mejor calidad de atención”.
Según el propio diario El Cronista, la titular del PAMI afirmó: “El sistema capitado es lo que hoy empezamos a demoler, ahora funcionamos como cualquier obra social, o como cualquier prepaga”. Incluso, siempre según el matutino, el propio presidente en su discurso cuestionó el sistema capitado.
Si bien el PAMI modificó varias veces las formas de pago, en términos generales podemos afirmar que en sus inicios pagaba por prestación y en la década de los 90, bajo la titularidad de Matilde Menéndez, paso a un sistema capitado y así continuó (con ciertas variaciones del sistema de cápitas y de modelo de atención como las UGP de la Alianza u otras modalidades de pago, pero siempre dentro del concepto de cápita) hasta estos días.
Según el PAMI en esta etapa habrá libre elección de especialistas y centros de diagnóstico por imágenes y pago por prestación para estos.

El CASO IOMA

El IOMA es la obra social de los empleados estatales de la Provincia de Buenos Aires y desde su creación aboga por la libre elección (figura en su estatuto de creación por ley). Si bien paga por cápita a algunas federaciones médicas, al médico se le paga finalmente por prestación, así como las internaciones y otras prácticas, siendo esta modalidad la dominante.
La actual conducción del IOMA, que como dijimos pertenece al mismo grupo político que la titular del PAMI, está avanzando hacia un cambio de modelo en una dirección contraria a la anterior. Básicamente están creando efectores propios (Policonsultorios y clínicas propias de IOMA) con médicos que perciben un sueldo, con una carga horaria determinada, independientemente de la cantidad de consultas que realicen. O sea, un modelo más cercano a la cápita que al pago por prestación.
También están promoviendo el pago a especialistas a través de las clínicas y sanatorios intentando también un pago del tipo salarial (ya lo están logrando en las denominadas áreas cerradas como son las guardias, terapias, etc.).
Si bien este modelo está en estado embrionario, ha trascendido que un paso posterior será el acuerdo con clínicas y sanatorios que estén dispuestos, a través de un sistema capitado o del tipo presupuestal. En definitiva, se está avanzando a un sistema muy similar al del que el PAMI intenta salir.

ALGUNAS CONSIDERACIONES

Estos cambios de modelo en dos instituciones conducidas por un mismo grupo político que pertenece a su vez a un mismo signo político (Nación y Provincia están gobernadas por el Frente de Todos) son muy llamativas y preocupantes.
En principio porque muestran una falta de rectoría muy grande, enviando mensajes contradictorios a todos los actores del sector. No solo no se cumplió con la reforma anunciada por la vicepresidenta y plasmada en un documento, sino que integrantes del mismo grupo político que escribió aquel documento, realizan reformas contrapuestas en las dos principales obras sociales del país.
La importancia de esto radica que entre ambas instituciones dan cobertura a alrededor de unos ocho millones de personas (4,8 millones el PAMI y más de 3 millones el IOMA). Ambas son instituciones referentes del sector (el PAMI a nivel de obras sociales nacionales y el IOMA dentro de la COSSPRA para el resto de las obras sociales provinciales).
Al mismo tiempo que el PAMI emite una señal clara de que el modelo de capitación y cartillas cerradas (de la forma que se implementó) fracasó, el IOMA avanza hacia un modelo similar al que el presidente y la titular del PAMI acaban de denostar.
Estos mensajes contradictorios generan alta incertidumbre, ponen de manifiesto una baja capacidad técnica de quienes conducen y administran los presupuestos millonarios de las dos principales instituciones de cobertura de salud del Estado (no se presentaron estudios ni análisis serios que justifiquen los cambios), disminuyen aún más la pobre gobernanza y rectoría del sector y lo peor de todo, no muestran grandes ganancias de años de vidas saludables de la población beneficiaria.
Si las reformas iniciadas en el PAMI se producen por las largas listas de espera y la baja calidad de atención, según el propio Instituto admite, es dable esperar que el camino emprendido por el IOMA vaya en esa dirección, totalmente perjudicial para los afiliados.
Se requiere en forma urgente de una coordinación de políticas dentro del partido gobernante y un análisis profundo de la realidad sanitaria y sus problemas para elaborar una propuesta seria y coherente de reforma del sistema de salud.

Estos manotazos de ahogados que estamos presenciando solo contribuyen a deteriorar cada vez más nuestro pobre sistema sanitario que ya está totalmente vapuleado.

(*) Médico Especialista en Salud Pública - Secretario General del Grupo PAIS.


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