|
Como todos los años PROSANITY CONSULTING y la UNIVERSIDAD ISALUD
realizaron el trabajo de actualización de “La estimación del
gasto necesario para garantizar la cobertura asistencial
contenida en el programa médico obligatorio (PMO)”. Este trabajo
anual tiene dos objetivos fundamentales.
1) El primer objetivo determinar el valor de la canasta
prestacional conocida como PMO a una fecha definida. (31 de
julio).
2) El segundo objetivo de esta investigación es determinar a
finales de julio 2021 en qué medida las Obras Sociales
Nacionales Sindicales se encuentran en condiciones financieras
de brindar un PMO íntegro y su comparación con los años
anteriores.
Si bien en el período julio 20 a julio 21 no existió el gran
sesgo de la pandemia de Covid-19 como en el período anterior
(que obligó a realizar dos determinaciones), se mantuvo la
metodología con que fue realizada la estimación de julio 2020, o
sea sin modificación de las tasas de uso respecto a la del 2019.
Como consecuencia de haberse priorizado la atención de los
enfermos con Covid-19, muchos de esos indicadores o tasas de uso
no se han acomodado a lo habitual este último período. Ante esta
situación, se actualizaron solamente los precios del trabajo
anterior (julio 2020), aunque lo habitual es ir seleccionando
prestaciones que van variando su uso o por cambios
epidemiológicos o por la aparición de nuevas tecnologías,
analizarlas, determinar los nuevos indicadores de utilización y
modificarlos en la investigación. En los más de diez años en que
se realiza este trabajo, han sido abordadas muchas de las más
relevantes y modificados sus indicadores en la grilla del PMO.
Respecto a la problemática del sector de la salud, los
desórdenes económicos se han mantenido y potenciado, la
inflación sigue siendo muy alta y desde julio del 2020 a la
fecha del presente estudio, se ha producido una gran devaluación
de la moneda. La pandemia ha agudizado la problemática económica
previa. Sigue existiendo una falta de precios de referencia en
el mercado. También, dada la gran dispersión de precios en
algunos rubros, se dificulta la determinación de un valor que
represente al universo, lo cual puede provocar algún grado de
desvío en el costeo del PMO.
Todo
el sistema sanitario, financiador y prestador, se mantiene en
una crisis de gran magnitud, a lo que se suman los indicadores
de pobreza e indigencia, aún a determinar post pandemia, los que
se estiman en un 50% de pobreza medida por ingresos. Si se
hiciera la medida de pobreza por necesidades básicas
insatisfechas, seguramente en muchas regiones o localidades el
indicador sería mucho mayor, influyendo como ningún otro factor
en el estado sanitario de la población. No se conocen aún los
impactos indirectos en morbimortalidad que generará la pandemia,
como resultado de la falta de atención o ausencia de consulta de
pacientes con patología previa o por nuevos eventos como los
IAM, oncología, enfermedades mentales, etc.
La situación epidemiológica ha modificado el modo de acceso a
determinadas prestaciones, impulsando la aplicación de
tecnologías que aparecen como pasibles de persistir en el tiempo
luego de la desaparición de la crisis sanitaria. Entre otras han
destacado la teleconsulta, el uso de recetas digitales, las
autorizaciones on line, etc. Respecto a la teleconsulta, no hay
dudas de su potencial actual y a futuro, aunque en un marco
regulatorio claro, seguridad de protección de datos, y equidad
en el acceso a la conectividad. Estas herramientas son un buen
complemento en determinados casos, no un reemplazo de la visita
presencial. Todas las aplicaciones tecnológicas tienen múltiples
ventajas, en la medida de su aplicación adecuada. Mejora de
acceso a los servicios de salud, mejora de la eficiencia,
reducción de costos, gestión de la información, actualización de
conocimientos de los integrantes del equipo de salud, mejora en
la continuidad de los seguimientos, etc.
El segundo elemento que ha quedado como resultado de esta
pandemia tiene que ver con una revalorización del rol de la
Salud Pública, y de la integración público–privada, de la
capacitación continua de los trabajadores de la salud y del rol
esencial de los mismos haciendo especial énfasis en enfermería,
salud mental, medicina familiar, etc. Durante la pandemia se ha
logrado una mayor integración entre todos los sectores y
subsectores de nuestro sistema de salud, con las sociedades
científicas, universidades, etc. Se espera que este hecho se
mantenga y profundice en el tiempo por ser uno de los elementos
que aportan a la solución de un sistema fragmentado como el
nuestro.
A pesar de lo fragmentado y segmentado de nuestro Sistema de
Salud, durante la pandemia se logró un mejor funcionamiento en
Red (público-privadas) lo que seguramente ha minimizado
temporalmente las fuertes inequidades en el mismo tanto en el
acceso, como en la oportunidad y la calidad de los servicios
prestados, según las regiones y/o provincias, y según el
subsector financiador.
Los diferentes estamentos de la salud tuvieron el abordaje de la
pandemia como prioridad casi excluyente, por lo que durante este
año no se han producido cambios estructurales sustanciales en el
sistema. La casi totalidad de acciones desarrolladas han sido
destinadas a afrontar este flagelo, con los cuidados, las
restricciones y la vacunación como ejes de estas. El apoyo
realizado a los financiadores y prestadores ha estado
sustancialmente relacionado al financiamiento.
Como fue señalado en la publicación anterior, durante el período
de pandemia la SSSALUD destinó fondos adicionales a las OOSS
Nacionales con el propósito de paliar la caída de la recaudación
potencial liberando fondos provenientes del FONDO DE EMERGENCIA
Y ASISTENCIA, dispuesto por el Decreto 908, del 2016. También
liberó fondos correspondientes al SUR a cuenta de expedientes en
trámite, para asegurar otro ingreso indispensable para las Obras
Sociales, considerando que los costos de las prestaciones
cubiertas por dicho reintegro son las que más aumentan año a año
en el PMO. Este elemento se mantuvo inalterable durante este
período. El Estado Nacional aportó fondos directos a las
empresas de salud y disminuyó algo, tanto la carga impositiva
como previsional que recae sobre las mismas.
Los Seguros de Salud Obligatorios y dentro de ellos las Obras
Sociales Sindicales, como así también el sector prestador que
les brinda servicios ha mantenido todos los problemas
preexistentes entendiendo que, la salida de la pandemia
seguramente significara repetir y magnificar las serias
dificultades del sector, a la luz de eventuales demandas
contenidas, enfermedades que no han sido convenientemente
cubiertas, el aumento presumible de morbimortalidad y de los
costos, entre otros factores.
Las Obras Sociales en conjunto y por supuesto también las
Sindicales padecen cada vez una mayor dificultad para cubrir las
prestaciones a las que están obligadas, pues dependen de un
porcentaje de los aportes y contribuciones de los salarios,
(sumados los bajos ingresos de los monotributistas y empleadas
de casas particulares) que han seguido perdiendo valor con
relación a la inflación existente. La caída de los ingresos se
va profundizando, el aumento de costos en salud es incesante y
el mercado laboral va modificando sus formatos sin conocerse a
futuro como impactará en el subsistema.
Como expresamos en la edición anterior se hace imprescindible
analizar si el Sistema de los Seguros Sociales Obligatorios es
pasible de ser financiado a futuro exclusivamente con aportes y
contribuciones como en la actualidad. El aumento de los costos
en salud está marcado por un incremento de enfermedades crónicas
y una esperanza de vida cada vez mayor, y la incorporación de
nuevas tecnologías, sobre todo en medicamentos
(biotecnológicos). Las coberturas de prestaciones incorporadas
al SU en caso de discapacidades (Prestaciones Educativas
cubiertas por Salud), pesan mucho en el costo del PMO, y aunque
sigan siendo cubiertas desde el área de salud, los fondos
deberían provenir del Estado Nacional o del sector educativo.
Respecto al sector privado prestador, la ley de emergencia
sanitaria genera un alivio transitorio de las deudas impositivas
y previsionales del sector de prestadores privados, que es quien
sustenta la atención de la mayor cantidad de prestaciones del
Seguro Social Obligatorio, aunque, por otro lado, resiente la
fuente de financiamiento de Obras Sociales del sector, que
provienen justamente de aportes y contribuciones. Nuestro
Sistema de Servicios de Salud por fragmentado, inequitativo y
poco solidario necesita de muchas acciones a implementar, muchas
de ellas simultáneas a fin de perfeccionar la integración de los
diferentes subsectores y hacer un sistema más equitativo y
eficiente para toda la población en lo que hace a la
accesibilidad, oportunidad, calidad, etc.
Algunas acciones, abordadas como un todo, en forma unificada,
pueden impactar en todos los subsectores al ser una problemática
transversal a los mismos y aplicar, sin dudas y de forma muy
importante, en el costo efectividad, la calidad y la equidad del
sistema. Consideramos como un error el abordar la atención de la
salud de las personas solo desde la perspectiva del
financiamiento. Se ha marcado repetidamente en nuestras
diferentes presentaciones que la mayor mejora en la salud de las
poblaciones se logra abordando acciones sobre la pobreza, sobre
los determinantes sociales, el medio y sobre las conductas de
los individuos.
Y que, si bien la participación del sector de la salud es
sustancial para el impacto en la salud poblacional, a través de
sus acciones de educación de la salud y acciones de prevención
como la vacunación, comparte las responsabilidades con muchos
otros sectores y disciplinas, con los cuales debe trabajar
mancomunadamente, y volcar recursos y generar acciones cuyo
impacto en la salud de las poblaciones, supera en mucho el que
tiene el Sistema de Servicios de Salud. El sistema sanitario es,
en todos los sistemas de salud, quien lleva la mayor parte del
gasto en salud, y al que se le vuelcan la mayor cantidad de
recursos. Pero siendo que su impacto en la salud poblacional es
limitado, (aunque importante) su abordaje no debe y no puede ser
exclusivamente de financiamiento. Abordar y pensar
exclusivamente la forma de conseguir fondos adicionales para
subsanar la crisis de la salud, es un error conceptual de gran
implicancia actual y a futuro.
Los costos de los sistemas sanitarios del mundo siguen en
aumento y lo seguirán haciendo por las modificaciones
epidemiológicas y por el avance tecnológico. Es necesario una
búsqueda diferente, integral y con claras modificaciones de los
paradigmas de abordaje, tales como modificar los modelos de
atención y basarlos efectivamente en la atención primaria de la
salud, evaluar sistemas administrados de atención y de gestión,
limitar los alcances del PMO a aquellas prestaciones con
evidencia científica probada, con costo-efectividad, integrar
las redes públicas y privadas para bien utilizar recursos
disponibles, lograr una CUS para la población sin cobertura
formal equitativa con la población formalmente cubierta, pagar
desde la demanda y no desde la oferta, propender a la educación
y capacitación continua de los recursos humanos del sistema, a
su certificación, acreditar efectores de salud, generar una
agencia de evaluación de tecnologías, generar mecanismos de
aseguramiento para gasto catastrófico, trabajar para disminuir
costos de no calidad, minimizar la variabilidad clínica, etc.
Este es un listado de solo algunas de las varias acciones
estratégicas que aplicadas en conjunto deben ser la base del
cambio estructural del Sistema de Salud, que asegure una calidad
y un financiamiento adecuado y posible del sistema, y que lo
haga sustentable en el tiempo. Para concretarlas se deben
generar los espacios de consenso y coordinación y asegurar la
participación de todos los actores del sector, de todas las
regiones y jurisdicciones. De ahí la trascendencia de la
rectoría y gobernanza de las autoridades sanitarias para llevar
a cabo estos consensos. La pandemia, habiendo recolocado a la
salud en el centro de las agendas, sigue constituyendo una
oportunidad para encarar los desafíos, cuya solución definitiva,
se encuentra largamente postergada, y que no permite nuevas
dilaciones.
METODOLOGÍA
Se continuó con la metodología de investigación utilizada
usualmente; los parámetros considerados son las tasas o
indicadores de uso y los precios de mercado. Como en todos los
trabajos anteriores no se incluyen los costos de administración,
por no contar con información fiable de los mismos. El costo del
PMO y sus indicadores han sido elaborados sobre la base
exclusivamente de poblaciones activas, habiendo considerado como
tales aquellas con rangos etarios entre 0 y 65 años, tanto para
hombres como para mujeres. Los indicadores de uso y los precios
considerados son de poblaciones de Obras Sociales Sindicales de
la Ciudad de Buenos Aires y Conurbano Bonaerense. Si bien la
matriz elaborada es aplicable a todo el país, los indicadores y
valores de mercado considerados corresponden a grandes
poblaciones urbanas.
La inflación de julio 2020 a julio 2021 fue, según INDEC, del
50,19%. El incremento del dólar oficial en igual período fue del
34,4%. Si se considera solamente el valor que debe financiar el
Seguro Social Obligatorio (sin los coseguros que provee el
beneficiario de su bolsillo, en el momento de la prestación)
teníamos al 31 de julio 2020 un valor de $ 2.541,53. Con esta
actualización de julio de 2021 el valor resultante ha sido de $
3.562,31, significando un incremento interanual del 40,2%. Si,
por otra parte, también sin considerar gastos administrativos,
examinamos la totalidad del valor necesario para garantizar la
cobertura (lo financiado por los agentes de salud y lo
financiado por el beneficiario de bolsillo), el costo per cápita
del PMO, al 31 de julio de 2021 fue estimado en $ 4.075,06 con
coseguros al 100% y de $ 3.946,33 con coseguros al 50%.
Mantenemos una estructura similar de gráficos que la edición
anterior a fin de permitir un mejor cotejo de la información, y
hacer más fácil la lectura comparativa. En la mayoría se ha
tomado fundamentalmente el valor que deben financiar las OSN, y
solo en algunos también el gasto de bolsillo de los
beneficiarios.
El Grafico N° 1 compara los valores estimados del PMO a
financiar por las Obras Sociales para las actualizaciones
anuales realizadas entre 2010 y 2021. Como puede observarse, el
costo del PMO a financiar por los Agentes de Salud, ha seguido
una tendencia creciente desde el 2010 aumentando año a año como
mínimo por encima del 25% y con un aumento sustancial de su tasa
de crecimiento anual desde el 2014 donde se incrementó cada año
en alrededor o por encima del 40% y en 2019 llegó al 65,8%. Este
año nuestros cálculos la estiman en un 40,2%. En este período
(julio 2020 a julio 2021) el costo del PMO es inferior a la
inflación determinada para igual período por el INDEC, como
ocurrió en la actualización anterior, aunque siempre en un
contexto de altísimo incremento interanual.




Los coseguros como mecanismos
de regulación del sistema tienen actualmente un peso similar al
año anterior. En este análisis del PMO a fines de julio del año
2021, cada beneficiario abona de bolsillo $
512,75 por mes con coseguros del 100%, de los cuales $
253,27 corresponden a medicamentos ambulatorios (49% del total).
Si consideramos los coseguros al 50% de lo máximo autorizado,
cada beneficiario abona de bolsillo $ 384,02 de los cuales los
medicamentos ambulatorios significan $ 253,27 o sea un 66% del
total. En esta actualización (2021) el gasto de bolsillo con
coseguros al 100% es un 12,6% del total y del 9,7% con coseguros
al 50% (aumenta con relación al año anterior por el impacto
mayor de los medicamentos ambulatorios).
En el Gráfico N° 2 se observan los valores financiados por los
agentes de salud y el gasto de bolsillo en febrero 2010, en
febrero 2011, en abril 2012, y en julio desde el 2013 al 2021
inclusive.
En la Tabla N° 1 se comparan los valores por grupos de
prestaciones en julio 2020 y en julio de 2021 sin considerar
coseguros, o sea teniendo en cuenta solamente lo que deben
abonar los Agentes del Seguro Social Obligatorio.
Se observa que el mayor incremento se verifica en las
prestaciones especiales, influidos fundamentalmente por los
precios de los medicamentos. Único rubro que supera el aumento
de costo del PMO año a año.
El Gráfico N° 3 muestra la evolución en el tiempo de los
diferentes grupos de prácticas con una caída importante de las
prestaciones ambulatorias y en internación desde el 2010, una
meseta en programas preventivos y un fuerte incremento en las
prestaciones especiales que han pasado de un 12,9% en 2010 al
30,4% en 2021.
En el rubro “Prestaciones Especiales”, que analizamos
específicamente en los últimos años por su constante incremento,
los dos renglones más significativos por su crecimiento han sido
los medicamentos especiales, las prótesis ligadas al valor dólar
y las urgencias, emergencias y traslados. Las prestaciones del
SU para discapacidad, con valores regulados, aumentaron en
valores similares a los del PMO en esta actualización.
COMPARACIÓN ENTRE EL VALOR DEL
PMO Y LA RECAUDACIÓN DE LAS OSN
En este apartado cumplimos el segundo objetivo de estos trabajos
de actualización. El mismo consiste en comparar el valor del PMO
financiado por los Agentes de Salud, actualizado en este caso a
julio de 2021 ($ 3.562,31) correspondiente en promedio a cada
beneficiario del sistema, con la recaudación promedio por cada
beneficiario del universo de OSN. Dicho promedio, de acuerdo a
los datos de SSSALUD sobre número de beneficiarios y AFIP
respecto a recaudación por aportes y contribuciones, alcanza los
$ 3.049 tomando febrero a julio 2021 para evitar distorsiones,
debiéndose remarcar que ese número corresponde a lo recaudado en
concepto de aportes y contribuciones solamente.
Respecto a los fondos aportados a las OOSS por el FSR en
concepto de subsidios y reintegros, este año también han tenido
un sesgo importante, al haberse continuado los aportes
extraordinarios a las diferentes Obras Sociales de fondos por
reintegros SUR adicionales a cuenta de expedientes en trámite.
El valor recaudado promedio con todos los subsidios, etc. ha
sido de $ 3.684 para el período considerado.




Tomando lo ingresado por
aportes y contribuciones, al desagregar dicha información por OS
vemos que solamente un 30% de dichas instituciones (87 OSN)
superan el valor estimado de costo de un PMO en su recaudación
per cápita ,mientras que el 70% restante (203 OSN) no alcanza el
valor del PMO (Gráfico N° 4).
En términos de beneficiarios, las OSN que superan con su cápita
promedio el valor del PMO dan cobertura solamente al 30% de los
mismos mientras las Obras Sociales que no alcanzan a cubrir el
valor del PMO cubren al 70% de los beneficiarios del sistema
(Gráfico N° 5).
En el Gráfico N° 6 y 7 se consideran además los ingresos
provenientes del FSR por todos los subsidios y reintegros. Con
esos fondos se logró que el 54% de las OOSS lleguen a cubrir el
valor del PMO sin gastos de administración, lo que significa la
cobertura solamente del 40 % de los beneficiarios.
Este año (finales de julio 2020 a julio 2021 inclusive) el costo
del PMO aumentó por debajo de la inflación y la SSSALUD aportó
fondos extraordinarios al sistema. Es el segundo año consecutivo
que ello ocurre. Ambos elementos han hecho que 43 OOSS más hayan
podido cubrir el PMO respecto al 2019. Debemos entender que este
es un hecho excepcional, que se ha dado en los dos últimos años,
y que a pesar de ello sólo el 54% de las OOSS (40% de los
beneficiarios) pueden cubrir el costo de un PMO sin gastos de
administración, lo que marca la gravedad de la situación del
subsistema. En el gráfico los dos años se han destacado en un
color diferente.
CONCLUSIONES
Este trabajo corresponde a la undécima actualización de la
“Estimación del gasto necesario para garantizar la cobertura
asistencial contenida en el PMO”, a partir del documento
metodológico original correspondiente al año 2010. Conocer los
valores de las prestaciones que conforman el PMO es esencial. Si
no se tiene referencia, ¿cómo puede una Obra Social estimar la
posible carga financiera que tiene que afrontar, para brindar
las prestaciones incluidas en el PMO, a las que está obligada? y
¿cómo puede compararlo con los ingresos que recibe? Los ingresos
de las diferentes Obras Sociales difieren sustancialmente entre
ellas, tal cual puede visualizarse en esta investigación y más
allá de los mecanismos de compensación existentes, muchas no
alcanzan el piso mínimo para lograr cubrir la canasta.

Los Seguros Sociales
Obligatorios, cuyos ingresos son un porcentaje de los salarios
(aportes y contribuciones), se vienen deteriorando año a año con
relación a la evolución del costo de las prestaciones y al
aumento de la inflación. Durante el año analizado ha persistido
el período de pandemia, caracterizado por una meseta de casos y
olas periódicas. La SSSALUD frente a esta situación y con fondos
propios, continuó distribuyendo montos importantes de dinero a
las Obras Sociales reguladas, a cuenta de prestaciones SUR.
Si bien al fin de esta investigación, no se ha llegado en muchos
renglones a los indicadores habituales de consumo, las tasas de
uso han ido aumentando y aún se evalúa la posibilidad de un pico
producto de la demanda contenida en algunas prestaciones sobre
todo electivas.
Es necesario reiterar, como lo venimos haciendo año a año, que
es necesario tomar acciones de fondo, estructurales en el
Sistema de Salud Argentino y al mismo tiempo hacer viable al
sector del Seguro Social que es la columna vertebral del mismo.
En el Gráfico N° 8 desde el 2010 hasta el 2021, para una
inflación acumulada del 388,6% se ha dado un aumento del PMO
financiado por los Agentes de Salud del 443,4%. Es decir que en
11 años los gastos de salud han aumentado un 54,8% por encima de
la inflación. (aun considerando que, como resultado de la
pandemia, los dos últimos años los costos del PMO han sido
inferiores a la inflación informada).
Sin considerar los coseguros, o sea tomando en cuenta solamente
lo que financian los Agentes del Seguro de Salud, el PMO se ha
incrementado en el período analizado en un 40,2% o sea en
alrededor de un 10% por debajo de la inflación oficial.
El aporte promedio como gasto de bolsillo representa entre un
9,7 y un 12,6% del costo total del PMO 2021, según a que valor
se tomen los coseguros autorizados. Si bien el gasto de bolsillo
de los Seguros Sociales Obligatorios es sustancialmente menor al
gasto de bolsillo total del Sistema de Salud Argentino (cercano
al 30%), y casi similar al del 2020, todo gasto de bolsillo es
un signo de regresividad de los modelos. En el caso del Seguro
Social obligatorio entendemos que actúa como regulador y como
una fuente de financiamiento de este.
Los mecanismos solidarios tendientes a mejorar la equidad dentro
del Seguro Social Obligatorio siguen perdiendo relevancia año a
año, marcándose cada vez más las diferentes capacidades
financieras existentes entre las diferentes instituciones. El
rubro medicamentos es el que sigue concentrando el mayor
interés. En este año de investigación, los medicamentos han
sufrido un porcentaje de incremento del 54%, una vez más se
colocan por encima del incremento del propio PMO y de la
inflación registrada por el INDEC. Algunos medicamentos (la
mayoría de alto costo) han superado sobradamente ese porcentaje
global de incremento.
Según el análisis que hacemos en este trabajo para el 2021 el
ingreso per cápita para las diferentes OSN por aportes y
contribuciones se ha estimado en $ 3.049 por beneficiario/mes.
Ello da como resultado que con estos aportes solo un 30% de las
OOSS (30% de los beneficiarios) tienen la posibilidad de cubrir
el costo de un PMO sin considerar gastos de administración. Si
incluimos todos los ingresos adicionales provenientes del FSR
(subsidios y reintegros este año el 52% de las OOSS sindicales
(40% de beneficiarios) tienen los fondos suficientes para cubrir
el costo de un PMO sin considerar gastos de administración.
Dada la alta inflación existente, se realizó, como en años
anteriores, una simulación tendiente a determinar cuál sería el
valor actual del PMO (a fines de febrero 2022) financiado por
los agentes de salud, a partir del valor obtenido a fin de julio
2021 en esta investigación. Se tomaron en cuenta el IPC de CABA
y el valor del dólar oficial, utilizando una fórmula ponderada
que se ha desarrollado a tal efecto. Se debe resaltar, que
existe una diferencia importante en los valores obtenidos para
el período julio 2020/julio 2021, entre esta metodología de
actualización de fórmula ponderada y la investigación que
realizamos anualmente
|