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Los métodos colaborativos de prevención y gestión de conflictos
tales como Mediación, Negociación, Facilitación del Diálogo,
Evaluación Neutral Temprana y Formación de Consensos, por
ejemplo, representan un nuevo paradigma para la prevención y
resolución de conflictos ya sea entre partes con intereses
divergentes, o bien dentro o entre las organizaciones.
En varias jurisdicciones a nivel nacional, desde el año 1995,
está vigente la mediación como medida previa a la iniciación de
un juicio, con el fin que las partes, con la intervención de un
mediador o mediadora profesional en su rol neutral, logren
acercar sus posiciones, satisfagan recíprocamente sus intereses,
alcanzando la mayoría de las veces un acuerdo que en ese ámbito
tiene el efecto de una sentencia.
Este procedimiento está incorporado en el ámbito prejudicial,
con resultados exitosos, con el consiguiente ahorro del costo
material y emocional que implica evitar un juicio. Se percibe
que cada día se instala aún más este nuevo paradigma en el
ámbito público (mediación escolar, deportiva, comunitaria,
nocturna), en el privado (colegios profesionales, alquileres) y
hace varios años ya, en el seno de las organizaciones
(gremiales, empresariales, sanitarias).
Los pacientes están dejando de ser tales para convertirse en
usuarios o consumidores de productos y servicios sanitarios.
Actualmente no sólo preocupa la enfermedad sino el estado de
salud, así como su promoción y prevención.
Como consecuencia de esta ampliación en la concepción de la
salud, los servicios sanitarios han pasado a ser servicios de
derecho a la salud y el perfil del paciente ha pasado a ser el
de un usuario-consumidor.
El aumento del nivel de información que poseen los pacientes
incrementa las expectativas, las necesidades, la conciencia de
derechos en la prestación de servicios de salud. La demanda de
prestaciones es infinita y los recursos para financiarlos tienen
sus límites naturales.
El médico también se encuentra permanentemente expuesto a la
realización de actos susceptibles de calificarse por su
resultado y por ello, muchas veces, se generan conflictos que
son demandados ante los tribunales.
Como titulamos, los conflictos existen y existirán, forman parte
de la vida de los humanos y de las organizaciones. Estas,
conscientemente o no, tienen una forma de enfrentarlos, o bien
los postergan, los esquivan, los ignoran, los controlan o luchan
contra ellos.
De hecho, tan gravitante es este tema (el modo en que gestionan
y/o previenen conflictos) que es uno de los indicadores para
establecer si una organización es o no resiliente, al mismo
tiempo, es un punto clave en las intervenciones de las
consultorías (como el manejo del liderazgo, distribución del
poder, perspectiva de género entre otros). En las organizaciones
e instituciones, la resiliencia es el resultado de reconocer y
elogiar competencias particulares, como las capacidades de estar
alerta y de combinar los recursos en arreglos novedosos.
Estar alerta permite conectarse con el entorno para:
Avizorar los
problemas y escalarlos antes de que se salgan de control y
mientras existen soluciones potenciales.
Identificar
nuevas oportunidades y realizar los acomodos organizacionales
que permitan aprovecharlas.
Recombinar los
recursos de que se dispone aumenta la diversidad de herramientas
que permiten atender eficazmente las situaciones que se
presenten, sean éstas ventajosas o no.
Adaptarse a las
condiciones del entorno favorece la producción de respuestas
eficaces ante los diversos acontecimientos, sean estos
favorables o no.
Actualmente se denomina “Desarrollo Organizacional”, su centro
es el hombre y como tal, integrante de grupos, miembros
gravitantes de las organizaciones. Ya no son las máquinas, ya no
solo es la tecnología, son los procesos que ponen en el centro
al ser humano. Que claramente en relación con otros conflictúa y
esos conflictos hacen a la relación personal, al rendimiento de
la institución, a como es vista esa organización para el público
en general (clientes, usuarios, competencia, etc.).
Es una respuesta al cambio, una estrategia de carácter
educacional que tiene la finalidad de cambiar creencias,
actitudes, valores y estructuras de las organizaciones de modo
que puedan adaptarse mejor a las nuevas tecnologías, a los
nuevos desafíos y al ritmo vertiginoso del cambio (Bennis).
Esta nueva tendencia resulta una oportunidad auspiciosa para
Diseñar Sistemas para Gestionar Conflictos, a la medida de cada
organización sanitaria, para prevenir y enfrentar los conflictos
de un modo superador, desentrañar sus elementos, a fin de
encontrar una solución equilibrada que mejore los circuitos
relacionales, y se produzcan respuestas que satisfagan las
necesidades de los usuarios-consumidores, de los profesionales,
y de los recursos humanos de la organización.
El desafío consiste en crear un sistema dentro de la
organización (Hospital, Sanatorio, Obra Social, Prepaga, etc.)
que integre los diferentes métodos colaborativos (Negociación,
Mediación interna, Evaluación Neutral), como un menú de
alternativas al que los propios recursos humanos de la
organización recurrirán según la característica de cada
situación, para abordar los conflictos gestionándolos
positivamente, de tal modo que se mejore el ambiente laboral y
la calidad asistencial, se asegure la contención y reducción de
los costos personales y organizacionales asociados al conflicto,
se pueda resolver la conflictividad dentro de la organización,
reduciendo notoriamente su judicialización y elevando los
niveles de ese desarrollo organizacional, que incluso posicionan
a la organización respecto de su competencia.
Algunos de los puntos de impacto que se logran son:
Restablece la
confianza entre las personas.
Optimiza el
rendimiento de los equipos.
Mejora la
satisfacción de los profesionales y usuarios.
Incorpora
nuevos aprendizajes para el cambio hacia un nuevo modo de ser,
pensar, sentir y actuar en un proceso continuado de crecimiento
personal y grupal de las personas que trabajan y se relacionan
en la organización sanitaria.
Reducir los
costos de la judicialización y se reinviertan en la
Organización.
Quienes hace años nos dedicamos a la operación de los conflictos
y nos preocupamos genuinamente por mejorar la calidad de vida de
las personas, sabemos que no es fácil, que las organizaciones
están en un estado de flujo continuo, expuestas a cambios y
evolución permanentes.
Creemos, que al igual que en otros países, que se han adelantado
a este cambio paradigmático, nuestro sistema sanitario necesita
esta mirada para mejorar su dinámica; que el Diseño de Sistemas
para Gestionar Conflictos redundará en la calidad de la
estructura funcional, y creará valor en el aspecto relacional de
las personas que se desempeñan en el sistema, ya que se sentirán
protagonistas del crecimiento de las organizaciones en las que
participan, aunque ello lleve más esfuerzo y compromiso, pero
con resultados mucho más efectivos.
Sabemos que nos enfrentamos a resistencias y tensiones que
genera cualquier intervención que conozca la dinámica interna de
la organización; aunque tenemos la certeza que, sorteados esos
primeros obstáculos, podrán disfrutar de un modelo de
comunicación y resolución de problemas que además será
trasladado a la vida cotidiana de las personas en sus relaciones
familiares y personales.
Asimismo, los beneficios de instalar las virtudes de los métodos
colaborativos de resolución de conflictos dentro de sus
organizaciones van a crear la base para la construcción
permanente de consensos, también en sus comunidades,
contribuyendo a la paz social y ¿porque no?, propiciarán la
creación de una política pública que tome estos lineamientos
para mejorar el rendimiento del sistema sanitario
(*) Abogadas – Mediadoras - Consultoras en Mediación Sanitaria
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