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La “medicina digital” dejó hace tiempo de ser un concepto
liderado por tecnólogos y médicos “early adopters”: hoy es una
realidad en la vida de los pacientes y de todos los
profesionales de la salud.
Esta nueva realidad y tendencia nos obliga a plantear algunas
preguntas básicas desde y para la comunidad médica... ¿Sabe un
profesional médico cuál es el marco legal de la salud digital en
la Argentina? ¿Cuánto sabe un médico sobre sus derechos y
obligaciones (y los del paciente) sobre historia clínica
digital, las recetas y órdenes electrónicas, las regulaciones
sobre protección de datos personales, la cobertura de su seguro
y/o la legalidad de los actos médicos remotos de telemedicina
como la mensajería digital, la videoconsulta o la interconsulta
virtual?
¿Conocen los profesionales la nueva evidencia médica que se
viene publicando en todo el mundo, desde hace ya años, sobre la
eficacia del uso de herramientas digitales en el seguimiento de
pacientes crónicos? ¿Se les enseña a los estudiantes sobre el
creciente uso de apps y dispositivos de seguimiento remoto de
pacientes, sobre inteligencia artificial y sobre el adecuado uso
de tecnologías para prevenir, educar y acompañar a los
pacientes? ¿Somos conscientes de que en otros países los médicos
ya les indican a sus pacientes “terapias digitales”, bajo
estricta prescripción médica, servicios médicos digitales
basados en software con AI que son aprobados regulatoriamente
por la FDA después de analizar su evidencia publicada?
Estas y muchas otras preguntas son las que a diario se hacen los
profesionales y estudiantes de las ciencias de la salud, quienes
son testigos directos de la creciente adopción de tecnología en
la vida de los pacientes, en su práctica médica diaria y en la
evidencia que leen.
Es por eso que nos parece apropiado preguntarnos si las
universidades y los centros académicos están actualizando sus
programas científicos para sumarles las “habilidades digitales
necesarias” (digital literacy) para conocer y saber usar las
herramientas tecnológicas que están irrumpiendo en la medicina
desde ya hace algunos años, transformando los servicios de salud
para los pacientes y las instituciones.
Veamos primero el marco estratégico que nos proponen algunas de
las instituciones referentes en salud, globales, regionales y
locales, que podrían guiarnos en las necesidades y oportunidades
que abre la tecnología para el sector:
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En 2019 la OMS publicó su “Estrategia mundial sobre salud
digital 2020-2025” y ese mismo año publicó su primera Guideline
sobre Telesalud: “Recommendations on digital interventions for
health system strengthening”.
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En 2019 el Estado Argentino publicó su “Estrategia de Salud
Digital de Argentina”.
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En 2021 la Organización Panamericana de la Salud publicó un
documento llamado “Ocho principios rectores de la transformación
digital del sector de la salud”.
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En 2022 el BID publicó su documento clave sobre el tema: “La
gran oportunidad de la salud digital en Latinoamérica y el
Caribe”, donde delinea cuales son las oportunidades de la
medicina digital y los pilares sobre los cuales esta se puede
llevar adelante.
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En 2021 fue publicado el “The Topol review: Preparing the
healthcare workforce to deliver the digital future”, un trabajo
de investigación contratado por el Gobierno de Gran Bretaña,
liderado por el “médico tecnólogo” Eric Topol, destinado a
pensar cómo debería ser capacitada la fuerza laboral de salud.
En todos estos documentos y estrategias se destaca la
oportunidad y la necesidad de promover conocimiento y adopción
de herramientas como:
√ Conectividad
a internet para instituciones, profesionales de la salud y
pacientes.
√ Historia
clínica digital.
√ Telesalud y
telemedicina.
√
Telementoring y otras herramientas de capacitación continua para
profesionales.
√ Data privacy
y gobernanza de los datos.
√ Redes
sociales e internet como herramientas educativas y de prevención
para pacientes.
√ Mobile apps,
companion apps y terapias digitales.
√
Dispositivos, sensores, wearables y plataformas de seguimiento
digital y remoto de pacientes.
√ Robótica.
√ Realidad
virtual y realidad aumentada.
√ Data science.
√ Inteligencia
artificial.
√ Genómica.
Cada año se presentan en el congreso anual de la HIMSS, el
encuentro global más importante en tecnología para la salud, una
docena de universidades americanas y centros médicos de
excelencia que lideran la oferta de educación e investigación en
medicina digital, entre las cuales se destacan prestigiosas
instituciones como Cleveland Clinic, Mayo Clinic, Mount Sinai y
la Universidad Johns Hopkins.
Respecto de la oferta académica de salud digital en
universidades americanas:
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Stanford University ofrece programas relacionados con la salud
digital a través de su Escuela de Medicina y su Departamento de
Ingeniería Biomédica.
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Harvard: la Escuela de Medicina de Harvard y la Escuela de Salud
Pública de Harvard han estado involucradas en la enseñanza e
investigación de la salud digital.
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La University of California es conocida por su enfoque en la
tecnología y la innovación en la atención médica. Ha ofrecido
programas relacionados con la salud digital.
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La Universidad de Michigan tiene un Centro de Innovación en
Salud Digital que ofrece programas y cursos relacionados con la
salud digital.
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La Escuela de Medicina de Johns Hopkins ha estado involucrada en
la investigación y la educación en el campo de la salud digital.
La propia HIMSS.org tiene una variada oferta de servicios
educativos y de certificación desde su centro de Profesional
Development, a través de programas presenciales y digitales,
buscando hacerle llegar nuevas herramientas y skills a la
comunidad médica y tecnológica internacional.
En la Argentina las universidades que ofrecen carreras de grado
en Medicina aún tienen pendiente sumar la “salud digital” a sus
programas formales con acreditación oficial, mientras algunas
instituciones u organizaciones académicas internas que ofrecen
posgrados son las que van sumando estas tendencias y
herramientas a su oferta académica:
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La Facultad de Medicina de la UBA desde el Laboratorio de
Innovación de su Instituto de Salud Pública.
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La FCB de la Universidad Austral ofreciendo su programa de “IA y
ciencia de datos en medicina” junto con el Instituto
Universitario CEMIC.
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El Instituto Universitario del HIBA desde su Maestría en
Informática en Salud y sus múltiples programas vinculados.
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La Universidad Nacional de Cuyo a través de su Diplomado de
Posgrado en Telemedicina.
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La Facultad de Derecho de la UBA desde el Programa de
Actualización en Salud Digital organizado por su Observatorio de
Salud.
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La Universidad Favaloro con su Diplomatura en Inteligencia
Artificial aplicada a la Medicina.
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La UCEMA desde su flamante Posgrado en Health Management.
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La Universidad de San Andrés desde su programa Health Tech.
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Algunas Sociedades médicas líderes como la SAR, SAD, CAO, SAO,
SAC, entre otras, que desde hace años ofrecen capacitación en
temas de telemedicina y salud digital.
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Programas de capacitación de organizaciones non profit
especializadas como TISAC.org.ar, el HIBA, y cámaras o
asociaciones como ACTRA, CADIME, CADIEM, entre otras.
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Programas educativos para emprendedores desde
incubadoras/aceleradoras como The Hive, del Hospital
Universitario Austral, o la Fundación Barceló, desde su programa
Incubando Salud.
En julio de 2023 el New England Journal of Medicine publicó un
interesante artículo titulado “AI and Medical Education - A
21st-Century Pandora’s Box”, donde sus autores Avraham Cooper,
M.D., and Adam Rodman, M.D., M.P.H., frente a la intempestiva
arremetida de la inteligencia artificial, se hacían una pregunta
que muchos directivos de instituciones académicas se deben estar
haciendo frente a la tecnología en general y a la medicina
digital en particular.
“Claramente, las arenas de la educación médica se están moviendo
(y ya se han movido) bajo nuestros pies, lo que deja a la
disciplina con una elección existencial: ¿adoptan los educadores
médicos un enfoque activista para integrar la IA en la
capacitación médica, preparando deliberadamente a la fuerza
laboral médica para el futuro seguro? ¿Y el uso adecuado de esta
tecnología transformadora en la atención sanitaria? ¿O
permitimos que fuerzas externas gobernadas por incentivos para
priorizar eficiencia operativa y ganancias para determinar cómo
se ve esa integración? Creemos firmemente que los diseñadores de
currículos, los líderes institucionales y de programas y los
organismos de acreditación deben comenzar a tomar en cuenta la
IA”.
Pensar la medicina del siglo XXI sin el debido aprovechamiento
de las nuevas herramientas digitales equivaldría a pensar la
medicina del siglo XX prescindiendo de usar laboratorios de
sangre o estudios por imágenes. La falsa dicotomía entre la “la
relación presencial médico-paciente” versus la “medicina
digital” responde a un modelo de pensamiento que ya fue superado
por la comunidad médica.
La pandemia nos enseñó a todos que ambas prácticas pueden ir de
la mano, y que la tecnología nos ofrece una variedad de
herramientas de un potencial formidable para la clínica, tanto a
profesionales como a pacientes.
Es por eso que creemos que las instituciones académicas y los
centros médicos de excelencia serán los grandes responsables de
evaluar su eficacia y guiar a los alumnos y profesionales de la
salud en su debida utilización, privilegiando siempre la
formación basada un criterio médico integral, que en definitiva
será el que prevalezca a la hora de tomar la decisión de usar/no
usar una tecnología para cada paciente o contexto específicos.
El nuevo mundo digital nos arroja un guante a los que trabajamos
en docencia para el sector de la salud, y nos deja sembrada una
pregunta clave... ¿Incorporaremos habilidades en medicina
digital o dejaremos que los alumnos y el mercado lo hagan por su
cuenta?
| CEO de FutureDocs Latin
America |
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