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Sin hospitales casi nadie llegaría a los 50 años de edad; la
mortalidad infantil, por ejemplo, sería 50 veces más elevada, y
la neumonía sería 10 veces más letal.
A partir de las innovaciones de San Juan de Dios en el siglo XV
nunca se dejó de crear y mejorar hospitales por una sencilla
razón: la alternativa (no hospitales) es intolerable. El
hospital es imprescindible; complejo; y costoso.
El funcionamiento hospitalario representa el 40% de la inversión
total en salud; servicios médicos ambulatorios son un 20%
adicional, y los medicamentos otro 10 a 12%. En los hospitales
el principal costo es de personal (70% a 75% según la
institución).
Siendo entonces que el gasto en salud es el 10% de nuestra
economía, el funcionamiento de hospitales y sanatorios
representa un 4% del PBI (poco por debajo de países
desarrollados).
Equivale a 4 veces el gasto en defensa o casi todo el gasto en
Educación. La mitad de este costo es público y el resto sale del
salario. Es demasiado relevante para ignorarse.
Complejidad
La evidencia es contundente. Las probabilidades de sobrevivir a
un infarto, ataque cerebrovascular, o cáncer, aumentan cuando
son atendidos en hospitales de alto volumen y complejidad.
Estos hospitales requieren equipamiento, recurso humano
(insostenible sin remuneración adecuada), y procesos
sofisticados. Peter Druker decía que el hospital era la
organización humana más compleja jamás conocida.
Y sus efectos sobre la salud poblacional son admirables;
pensemos qué sería de los vecinos de Almirante Brown sin el
Lucio Meléndez, de San Isidro sin el Melchor Posse, o de la
infancia argentina sin la Casa Cuna. El hospital José de San
Martin de la UBA, el Garrahan, el Ramón Carrillo de Santiago del
Estero, o el Hospital Central de la Provincia de San Luis, entre
muchos, son instituciones fundamentales para la gente.
Hoy, los hospitales, sus profesionales, y pacientes, enfrentan
una crisis sin precedentes. El ahogo de la profesión médica, la
falta crónica de enfermería, la deserción de las residencias
médicas, y el aumento exponencial de la demanda conforme se
deteriora nuestra situación social, dañan severamente lo más
preciado de un hospital: la cultura hospitalaria.
La cultura organizacional hospitalaria es de enorme relevancia
en el diseño de los sistemas de salud. Y requiere políticas
activas para promoverla y acompañarla hacia la transformación
más profunda de la práctica médica desde el surgimiento de la
farmacia o los rayos X; esto es la inteligencia artificial.
Todo lo que vemos en el funcionamiento hospitalario será
distinto debido a la inteligencia artificial y los robots, y
encuentra a la Argentina sin estrategia.
Gestión y vocación
Hace 35 años la práctica de la gestión de salud vino a ordenar
la administración de los hospitales incorporando gerentes
profesionales. Hoy se requieren nuevas herramientas. El mundo
evoluciona al diseño de sistemas y la investigación operacional
aplicados a los cuidados de la salud.
Son herramientas de planificación y control de procesos
originadas en la producción industrial que utilizan estadísticas
avanzadas e inteligencia artificial para administrar turnos y
camas disponibles, formalizar trayectos de cuidados, y para
volver a los hospitales más efectivos y sustentables. Son
herramientas ideales para la Argentina que viene donde con poco
debemos hacer mucho más.
¿Cuántos hospitales públicos hacen trasplante de médula ósea o
cardíaco? ¿Cuántos tienen neurocirugía de avanzada? Muy pocos.
Los argentinos necesitan estos y otros tratamientos.
Debemos concebir entonces una estrategia nacional para
modernizar la gestión de nuestros hospitales y su operatividad.
Pero con más alta prioridad aun debemos encarar su
transformación cultural.
Dotaciones profesionales bien remuneradas y a tiempo completo,
docencia e investigación de punta, renovación tecnológica,
erradicación de las mafias enquistadas, y gestión de recursos
responsable y autónoma, entre otros cambios.
Porque cuando uno recorre un hospital por la mañana, algo queda
claro: los hospitales son indispensables, y representan un poder
para la comunidad.
| (*) Médico y Doctor en Medicina /
Ex - titular del PAMI. |
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