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INTRODUCCIÓN
El creciente envejecimiento de la
población en todo el mundo ha
llamado la atención de los expertos
y ha puesto en alerta a los
gobiernos. Se suma a otras
importantes amenazas a la salud
pública como las enfermedades
infecciosas, los bajos niveles de
vacunación y el peso de las
enfermedades no transmisibles. El
envejecimiento de la población es un
tema del que poco se habla y mucho
menos se atiende, al menos desde la
perspectiva de las políticas
públicas. Y que, si no se toman
acciones inmediatas, puede
desestabilizar los endebles sistemas
de salud en muchos países en vías de
desarrollo.
De acuerdo con los organismos
multilaterales globales, el
envejecimiento va más allá de un
problema de salud. Es un problema
económico y social que trasciende
fronteras, culturas e ideologías. Y
que, si no se revisa desde una
perspectiva integral, podría
impactar seriamente en la
sostenibilidad de los sistemas de
salud y la vida de millones de
personas en todo el mundo.
Con el cambio demográfico actual
-disminución de las tasas de
natalidad y de fertilidad, y aumento
de la esperanza de vida- el enfoque
es urgente en la medicina
preventiva, la creación o la
adaptación de infraestructuras
hospitalarias, el diseño de
programas especializados de atención
médica y cuidados para adultos
mayores, los métodos de diagnóstico
temprano y accesibles y la
investigación para el desarrollo de
terapias personalizadas y enfocadas
en la tercera edad. Esto requiere la
colaboración entre expertos,
empresas y gobiernos para sumar
esfuerzos y agregar calidad a las
últimas décadas de vida.
Este documento analiza el impacto
global del aumento de la población
adulta, las necesidades específicas
de tratamiento y servicios de salud
especializados, los costos
asociados, el acceso a medicamentos,
cuidados e infraestructura, y los
desafíos para los sistemas de salud.
“El
envejecimiento de la población es un
tema del que poco se habla y mucho
menos se atiende, al menos desde la
perspectiva de las políticas
públicas”
EL
ENVEJECIMIENTO SALUDABLE
Para la Organización Mundial de la
Salud (OMS), la vejez se resume como
las últimas décadas de la vida. Para
los médicos, la vejez es el avance
de la edad y la pérdida paulatina de
la salud, la movilidad y la
independencia, entre otros factores.
Sin duda, aunque con diferentes
perspectivas, el paso de los años y
la edad adulta generan inquietudes
diversas que requieren acciones
específicas.
El envejecimiento saludable se
define como la capacidad funcional
para estar y sentirse bien. Esta
capacidad está determinada por las
facultades físicas y mentales de una
persona y por el entorno en el que
vive. Este proceso afecta a todas
las personas a lo largo de toda la
vida e involucra diversos factores,
como los cambios fisiológicos y
psicológicos subyacentes, los
comportamientos o los hábitos
relacionados con la salud, y la
presencia de enfermedades.
El Plan para la Década del
Envejecimiento Saludable 2030 (OMS)
(a) destaca la estrecha relación
entre el envejecimiento saludable y
los factores sociales y económicos a
lo largo de la vida. Aspectos como
la educación, el empleo, los
ingresos y la salud impactan
directamente en la capacidad de las
personas mayores para tomar
decisiones saludables, así como en
su capacidad de recibir y brindar
apoyo.
TRANSFORMACIÓN DEMOGRÁFICA:
CIFRAS ALARMANTES
Estamos viviendo una transformación
demográfica de gran impacto. De
acuerdo con el Foro Económico Global
(b) (WEF por sus siglas en inglés),
en algunos países el creciente
envejecimiento de la población ya se
ha convertido en una crisis. En
China, por ejemplo, el 30 % de su
población tendrá 60 años o más este
año.
De hecho, el número y la proporción
de personas de 60 años o más están
aumentando en todas las poblaciones.
(1) En 2019, el número de personas
de 60 años o más ascendía a 1.000
millones. Entre 2000 y 2050, la
proporción de la población mundial
de 60 años y más se duplicará, del
11% al 22%. Se prevé que el número
absoluto de personas de 60 años o
más aumentará de 900 millones en
2015, a 1400 millones para 2030 y a
2.100 millones para 2050, y podría
llegar a 3.200 millones en 2100.
En 2050, las personas de 60 años o
más representarán un 34% de la
población de Europa, un 25% de
América Latina y el Caribe y Asia, y
aunque África tiene la estructura
demográfica más joven entre todas
las regiones principales, en
términos absolutos el número de
personas de 60 años o más aumentará
de 46 millones en 2015 a 147
millones en 2050. (2)
AMÉRICA LATINA
De acuerdo con datos publicados por
la Organización Panamericana de la
Salud (c), en América Latina y el
Caribe la transición demográfica
está más acelerada. Apenas en 2020,
más del 8 % de la población tenía 65
años o más, y se estima que ese
porcentaje se duplicará para el 2050
y superará el 30% para finales de
siglo. El gran desafío es que muchas
de las personas mayores no disponen
de acceso a recursos básicos para
tener un envejecimiento saludable.
EUROPA
El caso de Europa también es
alarmante. En España, (3) casi un 20
% de los ciudadanos ya tiene más de
65 años; en Europa, en 2020, el 21 %
de la población tenía 65 años o más,
frente al 16% en 2001, lo que supone
un aumento de 5 puntos porcentuales.
Además, la proporción de mayores de
80 años casi se duplicó, en 2001 era
del 3.4 % y en el 2020 de 6%.
ESTADOS UNIDOS
De acuerdo con cifras del Population
Reference Bureau (d), el número de
personas de 65 años o más en Estados
Unidos ha aumentado desde la década
de 1960. Solo entre 2020 y 2030, se
prevé que el número de personas
mayores aumentará en casi 18
millones. Aunque mucho menor en
tamaño total, el número de personas
mayores de 85 años se triplicará con
creces, pasando de los 6 millones en
2015 a casi 20 millones en 2060.
DESAFÍOS DEL ENVEJECIMIENTO
A juicio de la OMS y otras fuentes
consultadas, las cifras del cambio
demográfico y el envejecimiento de
la población requieren una respuesta
integral y colaborativa que no
siempre es factible. Este ritmo de
envejecimiento, muy acelerado en
comparación con eras pasadas,
presenta desafíos únicos que
necesitan estrategias innovadoras y
sostenibles y que atañen al ámbito
de la atención médica y la calidad
de vida. Esta transformación
demográfica pone en riesgo la
sostenibilidad de los sistemas de
salud, ya que este grupo de
población demandará atención médica
especializada, tratamiento, cuidados
y otros requerimientos en
infraestructura.
Las necesidades específicas para la
población de edad avanzada se deben
a factores médicos -enfermedades
crónicas, limitaciones físicas y
cognitivas- y sociales -soledad,
entorno familiar, hábitos de estilo
de vida- y requieren la
identificación de obstáculos y
soluciones para el acceso a la
atención médica, el análisis de la
infraestructura y el equipamiento
médico, incluyendo la disponibilidad
de instalaciones accesibles y
tecnologías relevantes para un
envejecimiento saludable. Además, es
necesario saber en qué están se
están centrando las empresas para
investigar y desarrollar cada vez
mejores medicamentos para vivir “más
y mejor”, con mejor calidad de vida
y ahorros para los sistemas de
salud.
FACTORES DETERMINANTES PARA LA
ATENCIÓN MÉDICA ENTRE LA POBLACIÓN
ADULTA
En 2060, casi una cuarta parte de la
población estadounidense tendrá 65
años o más, de acuerdo con la
Oficina de Prevención de
Enfermedades (e) y Promoción a la
Salud de los Estados Unidos. Los
adultos mayores tienen un mayor
riesgo de sufrir problemas de salud
crónicos como diabetes, osteoporosis
y enfermedad de Alzheimer. Además, 1
de cada 3 adultos mayores se cae
cada año, y las caídas son una de
las principales causas de lesiones
en este grupo de edad.
De acuerdo con los datos publicados
por los Centros de Control de
Enfermedades de Estados Unidos (f)
(CDC, por sus siglas en inglés), el
envejecimiento aumenta el riesgo de
enfermedades crónicas como
demencias, enfermedades cardíacas,
diabetes tipo 2, artritis y cáncer.
Estos son los principales factores
que causan enfermedades,
discapacidades, muertes y costos de
atención médica. El riesgo de
padecer la enfermedad de Alzheimer y
otras demencias aumenta con la edad,
y estas afecciones son más comunes
en adultos mayores de 65 años o más.
IMPACTO DE LAS ENFERMEDADES
CRÓNICAS Y DEGENERATIVAS
La población adulta enfrenta una
mayor incidencia de enfermedades
crónicas como diabetes,
osteoporosis, hipertensión,
enfermedades cardíacas y pulmonares,
que requieren un manejo continuo y a
largo plazo, y enfermedades
degenerativas como el Alzheimer, que
requiere cuidados y apoyo
especializados.
Los adultos mayores también son más
propensos a ir al hospital por
algunas enfermedades infecciosas,
incluida la neumonía, que es una de
las principales causas de muerte en
este grupo de edad. Asegurarse de
que los adultos mayores reciben
atención preventiva, incluyendo
vacunas para protegerles contra la
gripe y la neumonía, puede ayudarles
a mantenerse saludables.
EL 74 % DE LAS CAUSAS DE
MUERTE PUEDEN SER EVITABLES EN LA
POBLACIÓN ADULTA
De acuerdo con los datos de 2010 de
la OPS y FEDEFARMA (g), más del 74%
de las causas de muerte en adultos
mayores fueron evitables. Estos
señalan que, de haberse aplicado
oportunamente las correctas medidas
de prevención y tratamiento, las
cifras serían otras.
Entre las principales razones de
esta situación se encuentra la falta
de acceso a los servicios de salud
debido a las limitaciones
económicas, geográficas y de calidad
de la atención sanitaria. Además, el
proceso de envejecimiento representa
en sí mismo un reto de atención para
los sistemas de salud, al requerir
un tratamiento especializado para
causas complejas relacionadas al
deterioro en esta población como
padecimientos asociados al
Alzheimer, demencias y caídas y
riesgos por el uso de medicamentos,
especialmente aquellos que toman
múltiples medicinas.
DISPARIDAD EN
INFRAESTRUCTURA HOSPITALARIA Y
RESIDENCIAS DE ANCIANOS
La infraestructura, el equipamiento
médico y las tecnologías desempeñan
un papel crucial en la promoción del
envejecimiento saludable. Sin
embargo, existen disparidades
significativas por regiones. Países
como México, Costa Rica o Colombia
están a la cola del ranking (h) de
la OCDE en cuanto al número de camas
disponibles para uso inmediato, con
menos de 2 camas por cada 1.000
habitantes. Japón y Corea del Sur
son los que se sitúan en la cima del
ranking, con 13,4 y 11,5 camas
respectivamente. España está por
delante de EE.UU. con 3 camas frente
a 2,8.
Hospirank
(i) calcula que, en América Latina,
hay aproximadamente 3,5 hospitales
por cada 100.000 personas, y que
Brasil cuenta con casi el doble de
hospitales (6.704) en comparación
con México (3.381) y destina
aproximadamente el 9 % de su
Producto Interno Bruto (PIB) a la
atención médica, mientras que México
invierte menos del 6 % de su PIB en
este sector. También hay grandes
diferencias en la gestión de los
servicios. En Argentina y Chile son
infraestructuras privadas el 52% de
los hospitales, el 61% en Brasil y
el 62% en México, frente a la
situación de Ecuador con un 56 % de
infraestructura pública, Colombia,
50 % y Perú, 53%. Bolivia, Uruguay y
Paraguay cuentan con un 57% de
hospitales públicos. En Estados
Unidos, a fecha de 2022, según la
American Hospital Association (j),
hay un total de 6.129 hospitales,
pero no toda la población cuenta con
seguro hospitalario.
De acuerdo a datos de Statista (k),
España cuenta con más de 770 centros
hospitalarios, siendo el número de
hospitales privados ligeramente
superior al de hospitales públicos.
El gasto sanitario público en salud
es del 8% del Producto Interno Bruto
(PIB), una media de 1.907 euros por
habitante. (4)
Sin embargo, uno de los desafíos
clave que enfrentan actualmente
muchos centros hospitalarios
españoles es la escasez de
profesionales sanitarios,
especialmente en especialidades de
alta demanda como oncología,
inmunología, geriatría y
alergología, además de la
obsolescencia (5) de equipos
médicos, lo que dificulta la
implementación de tecnologías
médicas más avanzadas y precisas
para el tratamiento de enfermedades.
Situación similar es la que enfrenta
México, que, por ejemplo, sólo
cuenta con 1,5 equipos de resonancia
por millón de habitantes, cifra
menor al promedio de los países de
la OCDE, que es de 9,8 por millón de
habitantes y donde la distribución
de los equipos tanto de radioterapia
como de mastógrafos y tomografía es
desigual.
Algo parecido ocurre cuando
analizamos el número de residencias
de ancianos por geografías. Según el
Centro Nacional de Estadísticas de
Salud (l) (NCHS) en Estados Unidos,
en 2018, existían 15.600 residencias
de ancianos, siendo el costo
promedio mensual de una habitación
privada en una residencia de
ancianos de 108.408 dólares al año,
según la encuesta de Genworth. (m)
En España, según datos del Consejo
Superior de Investigaciones
Científicas (n) (CSIC) en 2020, se
registraron aproximadamente 5.567
centros residenciales en
contraposición con las cifras de
México, cuya población es más del
doble que la de la península ibérica
y en 2018 contaba solamente con 819
asilos y otras residencias para el
cuidado de ancianos, según el
Directorio Estadístico Nacional de
Unidades Económicas (DENUE) del
INEGI. (o)
En Brasil, en 2020, existían 1.451
residencias de ancianos (6)
registradas para atender a más de 30
millones de personas mayores de 60
años, lo que representa el 13 % (7)
de la población del país. Hay que
considerar que, tanto en Brasil como
en México a diferencia de EE.UU. y
España, los adultos en la mayoría de
los casos se quedan con la familia.
Estos datos subrayan la importancia
de la diversidad de opciones y el
acceso a servicios de atención a
largo plazo para adultos mayores. Es
fundamental adaptar las
instalaciones de atención médica
para satisfacer las necesidades de
esta población vulnerable. Aunque se
están dando pasos en la dirección
correcta, como la creación de salas
de urgencias geriátricas
especializadas como el Hospital
Mount Sinaí, el primero en el estado
de Nueva York en especializarse en
medicina geriátrica de emergencia,
todavía queda mucho trabajo por
hacer en términos de mejorar la
atención médica y la infraestructura
para los adultos mayores y
garantizar que reciban la atención
de alta calidad que merecen,
especialmente en los países en vías
de desarrollo.
COSTOS
ASOCIADOS AL ENVEJECIMIENTO
En 2021, en Estados Unidos, los
costos sanitarios y de cuidados a
largo plazo asociados al Alzheimer y
otras demencias alcanzaron los
355.000 millones de dólares. (8) Se
calcula que, en 2050, en Europa se
diagnosticará la enfermedad de
Alzheimer a unos 15,9 millones de
personas. Eso supone una previsión
de costos sanitarios y sociales
asociados de 110.000 millones de
euros (9), lo que la convierte en la
enfermedad más costosa para la
sociedad.
Se estima que, en España, las
demencias conllevan un costo diario
de unos 60 millones de euros (10),
sumando un total anual de 20.800
millones de euros y aproximadamente
24.184 euros por persona afectada al
año. Es importante destacar que las
estimaciones actuales sobre el
impacto económico de esta enfermedad
a menudo pasan por alto diversos
gastos como la atención médica a los
cuidadores, la disminución de la
calidad de vida tanto de los
pacientes como de quienes los cuidan
y los costos “ocultos” que se
acumulan antes del diagnóstico.
Un reciente estudio del Banco
Mundial (p) revela que esta
transición no es homogénea para
todos los países, ya que difieren
tanto la magnitud como la velocidad
de estos procesos. Sin embargo, el
cambio en la estructura etaria
llevaría a que, en promedio, el
gasto social pase del 12,8 % del
Producto Interno Bruto (PIB) en
2015, al 19 % en 2045 para poder
cubrir los gastos que generará una
población más envejecida, con
mayores necesidades de cuidados de
salud y pensiones.
DE UNA
SITUACIÓN FAMILIAR A UN PROBLEMA DE
SALUD PÚBLICA NACIONAL
La situación en una familia cambia
drásticamente con el paso de los
años, cuando los hijos se casan, los
padres ayudan con el bebé, hacen
recomendaciones y ayudan en la
alimentación y cuidados con su
tiempo y esfuerzo. Pero pasan los
años, los nietos crecen y con ellos
viene el envejecimiento. Y a los
padres les cuesta trabajo salir
solos, cruzar las calles o conducir
un auto. Se presentan necesidades de
cirugías, terapias físicas y muchas
citas con médicos, que, a los hijos,
incluso con el trabajo más flexible,
les es casi imposible atender. Y el
problema se vuelve insostenible.
Casi todos hemos pasado por esta
experiencia o conocemos a alguien
que pasó o está pasando por ella. Y
es un tema que en muchos países se
queda en la esfera familiar. Pero el
envejecimiento debe tratarse desde
un punto de vista social y sacarse
del núcleo familiar.
CONSIDERACIONES RELACIONADAS
CON EL BIENESTAR, EL COSTO DE LA
ATENCIÓN Y LA DIGNIDAD DE LOS
PACIENTES DE EDAD MAYOR
ES MÁS VALIOSA LA ATENCIÓN PRIMARIA
EN EL HOGAR
Atender las necesidades de personas
mayores en el hogar es algo
controversial. Para algunos médicos
es factible, pero no para otros, ya
que hay muchos factores
involucrados. Sin embargo, un
estudio publicado por The Journals
of Gerontology (q) evaluó una
intervención multidisciplinaria en
el hogar debida a problemas de
adultos mayores vulnerables,
comparando el modelo de atención en
el hogar con el modelo de atención
tradicional. En el estudio
participaron 151 personas mayores
con problemas cognitivos,
nutricionales, de comportamiento, de
humor o de movilidad, con edad media
de 82 años y el 74 % de sexo
femenino. 85 recibieron atención en
el hogar y 66 atención tradicional.
Después de tres meses las áreas de
tratamiento mostraron diferencias
significativas a favor de la
intervención en el hogar. Las
capacidades funcionales mejoraron
2,2 puntos y el bienestar 5,8
puntos. Después de seis meses el
efecto favorable para el bienestar
aumentó 9,1 puntos, pero el efecto
sobre las capacidades funcionales ya
no fue significativo.
MENOR
COSTO Y MAYOR BIENESTAR
Suele pensarse que un programa de
atención médica en el hogar puede
ser costoso. Pero otro estudio sobre
edad y envejecimiento de Oxford
Academic (r) evaluó la rentabilidad
de la evaluación geriátrica integral
a domicilio, que podría ser una
alternativa menos costosa al ingreso
hospitalario. Este estudio evaluó a
más de 1.055 personas con
posibilidades de ingreso y no
ingreso al hospital y concluyó que,
ajustando algunas variables, la
atención en el hogar fue menos
costosa que la atención en el
hospital y no hubo diferencias en la
supervivencia ajustada por calidad.
Por ello podemos concluir de nuevo
que una visión más preventiva que
curativa podría ayudar en gran
medida a aliviar no sólo la
saturación de hospitales, sino los
costos relacionados con la atención
de los adultos mayores.
LA
DIGNIDAD, EL VALOR MÁS IMPORTANTE EN
EL TRATO A LOS PACIENTES DE EDAD
MAYOR
En un artículo de los Institutos
Nacionales de Salud de EE.UU. que
analiza 306 artículos y publicado
por PubMed (s) se estudió el impacto
de la dignidad en el trato y el
cuidado de pacientes adultos
mayores. La dignidad se considera
uno de los valores más importantes y
que los pacientes perciben de manera
más sensible. En la atención
institucional, estos corren un alto
riesgo de perderla desde la
perspectiva del personal de
enfermería, se recomienda ver al
paciente como una persona única,
tener una mejor comunicación, más
privacidad y cultura y mejor entorno
de trabajo. Desde la perspectiva de
los pacientes, se sintetizaron seis
temas principales: autonomía y
control, privacidad, relaciones,
cuidado y comodidad, comunicación e
identidad.
EL
BIENESTAR MENTAL DE LOS ADULTOS
MAYORES, UN FACTOR CRÍTICO
La pérdida de amigos y familiares,
que a menudo lleva a la soledad y el
aislamiento social, puede contribuir
al desarrollo de problemas de salud
mental, como la depresión y los
trastornos de ansiedad, que afectan
al 3.8 % de la población de edad
mayor. Además, la OMS (t) destaca
que la salud mental influye en la
salud del cuerpo y viceversa. Por
ejemplo, los adultos mayores que
padecen enfermedades crónicas, como
las cardiopatías, tienen tasas más
altas de depresión en comparación
con aquellos que no tienen problemas
médicos. Otro tema preocupante es la
vulnerabilidad al maltrato y el
abandono. Los datos actuales indican
que aproximadamente una de cada 10
personas mayores sufre algún tipo de
maltrato, ya sea físico, sexual,
psicológico, emocional, económico o
material. Y los problemas
relacionados con el abuso de
sustancias psicotrópicas afectan a
casi el 1%.
“Los adultos mayores que padecen
enfermedades crónicas, como las
cardiopatías, tienen tasas más altas
de depresión en comparación con
aquellos que no tienen problemas
médicos”
¿CÓMO
ESTÁN AVANZANDO LA INVESTIGACIÓN Y
EL DESARROLLO PARA MEJORAR LA
CALIDAD DE VIDA DE LOS ADULTOS
MAYORES Y REDUCIR LOS COSTOS DE
ATENCIÓN MÉDICA?
En el ámbito de la investigación
médica y el desarrollo de
tratamientos, estamos siendo
testigos de un impulso significativo
en áreas cruciales que buscan
mejorar la calidad de vida de la
población de adultos mayores, a la
vez que alivian la presión sobre los
sistemas de atención médica.
Se
observa un claro enfoque de la
industria farmacéutica (u) en el
estudio de enfermedades crónicas y
con un impacto social considerable,
como el dolor neuropático o las
enfermedades mentales. Estos
trastornos de salud han adquirido un
protagonismo destacado en el
pipeline de empresas de
biotecnología líderes que están
desarrollando medicamentos para la
artritis reumatoide, la esclerosis
múltiple, la diabetes, la
degeneración macular asociada a la
edad, enfermedades cardíacas como la
hipertensión y el ictus y
enfermedades neurodegenerativas como
el Parkinson, el Alzheimer, la
depresión y la esquizofrenia.
Un campo prometedor en esta línea de
investigación involucra terapias
innovadoras, como las terapias
génicas y las inmunoterapias. Los
ensayos clínicos actualmente en
desarrollo incluyen evaluaciones de
nuevas inmunoterapias, como las
vacunas de ARNm diseñadas para
combatir el cáncer y otras vacunas
innovadoras como la vacuna contra el
colesterol, que plantea una
alternativa a los tratamientos
convencionales disponibles.
Además, se están explorando terapias
modificadoras de la enfermedad para
afecciones como la osteoporosis, así
como el alto potencial regenerativo
del tratamiento con células madre,
lo que representa un avance
significativo en la búsqueda de
soluciones para enfermedades
relacionadas con el envejecimiento y
otros trastornos de salud.
LA
TECNOLOGÍA COMO GRAN ALIADO:
INFINITAS POSIBILIDADES EN EL ÁMBITO
DE LA SALUD Y EL BIENESTAR DE LA
POBLACIÓN ADULTA MAYOR
Varias empresas de tecnología médica
están liderando el desarrollo de
dispositivos avanzados aplicando la
tecnología y la innovación en el
campo de la salud. Estos incluyen
desde marcapasos hasta monitores de
glucosa, implantes ortopédicos,
equipos de diagnóstico, así como
procedimientos mínimamente invasivos
en cirugías para promover estadías
más cortas en el hospital y un
tiempo de recuperación más breve.
Asimismo, la gestión remota de
pacientes emerge como una tendencia
relevante en el campo de la salud
digital, con un enfoque particular
en pacientes con enfermedades
cardiovasculares. Esta estrategia
permite un monitoreo constante y una
eficaz atención médica a distancia.
A ello se suman las tecnologías de
realidad virtual (RV) como
herramientas eficaces para el
tratamiento del dolor, la ansiedad y
el trastorno de estrés
postraumático, lo que abre nuevas
opciones de atención médica que
mejoran la calidad de vida de las
personas mayores, y la domótica y la
robótica, que permiten la
automatización de algunas de las
tareas y actividades en el hogar con
el objetivo de hacer la vida más
fácil a las personas mayores o a las
que tienen alguna discapacidad.
EL
SIXPACK QUE NO PODEMOS PASAR POR
ALTO
UN DIÁLOGO URGENTE Y VOLUNTAD
POLÍTICA ENTRE LOS PRINCIPALES
ACTORES
UN SISTEMA DE SALUD MÁS PREVENTIVO
QUE CURATIVO
POLÍTICAS PÚBLICAS
ENTENDIMIENTO DE PACIENTES Y
CUIDADORES
INNOVACIÓN Y TECNOLOGÍA: IMPULSAR
UNA VIDA SALUDABLE Y CONECTADA
EL ROL DE LAS EMPRESAS Y EL VALOR
DE LA COMUNICACIÓN
CONCLUSIÓN
CON CANAS, SIN GANAS Y... CON POCAS
ESPERANZAS
Pareciera que llegar a los 65 años,
retirarse después de trabajar por
muchos años, disfrutar de momentos
felices con la familia, viajar o
hacer lo que se quiera es un sueño
que muy pocos harán realidad.
Posiblemente se tengan canas, pero
no ganas de llegar a la edad madura,
porque esto representa problemas de
salud e inestabilidad económica y
pocas esperanzas, al menos en los
países en vías de desarrollo.
Si miramos la pirámide de población
de Alemania, la cuarta economía
global, el 13,3% son jóvenes, el
55,1 son adultos y el 20,6%
ancianos. Se trata de una
contracción común en países
desarrollados, con baja natalidad y
mortalidad, e indica que hay una
larga esperanza de vida, un alto
nivel educativo y una buena atención
médica. El reto se materializa
cuando no se cuenta con estos
factores de desarrollo económico. Es
esencial adaptar y mejorar la
infraestructura y los servicios de
atención médica para atender
adecuadamente a esta creciente
población de adultos mayores en todo
el mundo.
La falta de infraestructura adecuada
y los equipos médicos obsoletos
representan un desafío significativo
en la promoción del envejecimiento
saludable. Existen disparidades
notables en diferentes regiones del
mundo; algunos países cuentan con
una infraestructura médica sólida,
mientras que otros enfrentan graves
carencias en la atención de adultos
mayores. Además, la distribución de
infraestructura médica pública y
privada varía ampliamente en
distintos países, lo que impacta en
el acceso a servicios de calidad.
La investigación para desarrollar
medicamentos y tecnologías para el
cuidado del adulto mayor ha avanzado
significativamente, pero las
disparidades en el acceso a la
innovación no permiten la misma
atención para todos, por lo que las
colaboraciones público-privadas
pueden ser de gran utilidad.
Las estadísticas no mienten. Muy
pronto habrá muchos más adultos
mayores que niños, y es momento de
pensar en quién va a ayudar con las
citas al médico, con la medicación y
con la compañía que necesitan. Es
momento de un consenso y de una
conversación seria sobre el impacto
del envejecimiento y cómo debemos
prepararnos para enfrentarlo.
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3.- El Instituto Nacional de
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7.- PAHO, Taking the pulse of the
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8.- Centers for Disease, Control and
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9.- La Federación Europea de
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10.- “Tip of the Iceberg: Assessing
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