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Sobran los artículos y las
exposiciones en las que se repite
hasta el cansancio que el Programa
Médico Obligatorio está agotado en
su modelo actual y que resulta una
variable distorsiva tanto para la
cobertura como para el
financiamiento de la seguridad
social nacional y las empresas de
medicina prepaga.
En plena pandemia de Covid-19, con
un reducido equipo de profesionales,
nos planteamos la necesidad de
ejecutar la tan promocionada reforma
del PMO y entendimos que el costo de
oportunidad de una realidad como la
que estábamos viviendo, con la salud
en la centralidad de la agenda
política por primera vez desde que
teníamos memoria, era el momento
indicado entendiendo que el camino
iba a ser complejo ya que las
prioridades de esa agenda eran
otras.
Empezamos a discutir cual sería el
mejor modelo que aporte al sistema
en su conjunto previsibilidad de
cobertura y financiamiento generando
reglas claras de acceso y que
progresivamente se cierren las
brechas de cobertura existentes.
Nuestra conclusión fue que el
desarrollo de un Plan de Beneficios
en Salud (PBS) explícitos para toda
la población independientemente de
su cobertura y financiamiento era
nuestro escenario de máxima.
Los
planes de beneficio en salud (PBS)
son una herramienta fundamental de
la política pública en salud en
tanto permiten focalizar los
recursos disponibles para alcanzar
las metas de los sistemas de salud.
Mediante las herramientas de
priorización, costeo, y evaluación
de impacto, los planes de beneficios
permiten trazar el mapa de ruta para
expandir en el tiempo la cobertura
en salud y evaluar si los objetivos
sanitarios se están cumpliendo.
Conforman un grupo de herramientas
que permiten mejorar la eficiencia asignativa del gasto en salud,
aumentar la equidad en salud, dar
mayor legitimidad social en caso de
necesidad de racionamiento en salud
y mejoran la gestión y calidad en la
prestación de servicios.
Para que un PBS brinde todos los
beneficios arriba señalados,
responda a las necesidades en salud
de la población, y se corresponda
con la realidad fiscal y de oferta
en salud del país, es necesario un
correcto diagnóstico de la situación
inicial (línea de base), una
correcta definición de los
objetivos, alineados con la política
de salud del país, y utilizar las
herramientas disponibles para
avanzar paulatinamente en el diseño,
evaluación e implementación del plan
elaborado. Lo anterior implica
promover espacios deliberativos, y
realizar los cambios institucionales
y de financiamiento necesarios.
Con miras a establecer entonces una
política de PBS coherente,
sostenible y legítima, Glassman,
Giedion y Smith (Ed) (2017) re-
saltan diez elementos clave a
considerar en el proceso de
construcción de un PBS:
(I)
Definir los objetivos en salud que
se quieren alcanzar, así como los
criterios que guiarán el proceso de
priorización de las intervenciones
en salud.
(II)
Operacionalizar los criterios de
decisión (i.e. especificar
indicadores cuantificables para cada
criterio) y definir el método
analítico para evaluar los servicios
y tecnologías en salud a considerar.
(III)
Precisar la manera en que se van a
organizar o estructurar los
servicios y tecnologías en salud
para definir inclusiones o
exclusiones prioritarias. En otras
palabras, especificar la estructura,
el lenguaje y el nivel de
granularidad de los beneficios en
salud a considerar. Este proceso
incluye también identificar las
áreas de análisis (p.ej.
especialidades en salud) a priorizar
en el inicio del proceso de
evaluación de las prestaciones en
salud (p.ej. salud materna y
neonatal).
(IV)
Recolectar de manera sistemática
información ya disponible en las
instituciones y buscar nueva
evidencia que permita la evaluación
de las prestaciones en salud, de
acuerdo con los criterios y el
método analítico definido.
(V)
Realizar la evaluación de las
prestaciones en salud a partir del
método analítico definido, costear
el conjunto de beneficios resultante
y llevar a cabo un análisis de
impacto fiscal. Esto último, con el
fin de identificar el impacto
presupuestal que tendrá el PBS dados
los recursos de los que dispone el
país para la salud.
(VI)
Deliberar respecto a los resultados
del proceso de evaluación de las
prestaciones en salud, por medio de
un mecanismo establecido que permita
el proceso de deliberación y
discusión entre los distintos
actores de interés.
(VII)
Formular recomendaciones a los
tomadores de decisión frente a la
cobertura prestacional del PBS y
tomar decisiones finales al
respecto.
(VIII)
Traducir las decisiones de cobertura
en asignación de recursos para
garantizar la entrega de los
servicios y tecnologías en salud
priorizadas.
(IX)
Realizar las adecuaciones necesarias
para que los servicios en salud
priorizados sean entregados por los
prestadores del sistema; monitorear
que los ciudadanos sí estén teniendo
acceso a dichos beneficios en la
práctica; y verificar que el
conjunto de prestaciones esté en
línea con sus objetivos iniciales y
que sea sostenible desde el punto de
vista financiero, operativo e
institucional.
(X)
Evaluar el impacto del plan de
beneficios, identificar las
oportunidades de mejora y realizar
actualizaciones periódicas.
Nuestro enfoque tomó en
consideración una línea de trabajo
disruptiva que nos obligó a salir de
la zona de confort y mirar la
película y no solamente la foto y
decidimos avanzar en la conformación
de un equipo técnico coordinado
inicialmente desde la Super-
intendencia de Servicios de Salud.
Iniciamos en paralelo las gestiones
para, por intermedio del Ministerio
de Salud de la Nación, poder
conseguir financiamiento del BID
para incorporar especialistas
locales y la mirada objetiva de
consultores internacionales con
amplia experiencia en el armado y
desarrollo de Canastas Básicas de
Servicios que formaban parte de la
Red Criteria del propio Banco
Interamericano de Desarrollo.
Partimos de la base del análisis
integral del actual PMO y nos
propusimos organizarlo de modo tal
que pueda ser evaluado y que sirva
como instrumento de política pública
para focalizar los recursos
disponibles en función de las
necesidades de la población y las
metas de política sanitaria. Lo
anterior, desde una lógica con-
céntrica (i.e. partiendo del primer
nivel de atención hacia niveles
superiores) y procurando una
definición homogénea de las canastas
de prestaciones de servicios de
salud, que tenga en cuenta la
continuidad de la atención por
líneas de cuidado.
Asimismo, definimos trabajar
priorizando de manera explícita las
prestaciones contenidas en el PMO
luego de su reorganización por
líneas de cuidado, identificando un
núcleo central de prestaciones de
primera prioridad, para luego
avanzar en el conjunto de primera
necesidad y así subsiguientemente
hasta alcanzar el conjunto de
cobertura universal y evaluando la
brecha de cobertura de las
prestaciones priorizadas al interior
del PMO y sus posibles causas, así
como las necesidades de recursos
(humanos, infraestructura,
tecnológicos, de información y
financieros) para poder cerrarla.
El trabajo encarado también incluyó
la estimación el costo del PMO para
cada una de las prestaciones
priorizadas, teniendo en cuenta la
brecha de cobertura en salud, la
evaluación del impacto fiscal de
avanzar en la cobertura efectiva de
las intervenciones priorizadas, el
diseño e implementación de las
herramientas de gestión y
financieras para aumentar la
cobertura efectiva del PMO en
aquellas prestaciones que resulten
prioritarias y para monitorear y
rendir cuentas frente al avance de
cierre de las brechas y el
establecimiento de métodos y
procesos de actualización periódica
al PMO, incluyendo la incorporación
de nuevas tecnologías en salud, el
ajuste al costeo de las prestaciones
en salud que hacen parte del Plan y
su impacto financiero.
La estrategia de abordaje de diseño
del Plan de beneficios se estructuró
en tres componentes:
Componente 1: diseño de un conjunto
de servicios priorizado organizado
por líneas de cuidado (LdeC) que
sirva como instrumento de política
pública para focalizar los recursos
disponibles en función de las
necesidades de la población y las
metas de política sanitaria, dentro
de las restricciones existentes y a
la luz de las brechas de cobertura
observadas.
Componente 2: costeo del conjunto de
servicios priorizado, determinando
las brechas actuales de cobertura de
los servicios priorizados, y
cuantificando su impacto fiscal a la
luz de diferentes escenarios de
trayectoria de ampliación gradual de
la cobertura prestacional y
poblacional.
Componente 3: diseño institucional
del conjunto de servicios priorizado
que incluye la elaboración de una
propuesta de: a) procesos de
actualización periódica y
sistemática en términos de su
contenido y costo; b) herramientas
de gestión requeridas para facilitar
la entrega efectiva de los servicios
priorizados; y c) estrategia de
financiamiento.
Se acordó llevar a cabo el diseño y
elaboración del PAISS en 7 etapas
(Ver figura). Las etapas 1 a 3 se
finalizaron a febrero de 2022. Las
etapas 4 a 7 fueron concluidas en
setiembre de 2023. Las 7 etapas
descritas siguieron la lógica
requerida para un diseño exitoso de
un PBS y se basan en las
recomendaciones de la literatura. (Giedion,
Bitrán, Tristao editores, 2014) (Glassman
A, 2012), (Glassman A. G., 2016), (Glassman
A. Giedion y Smith., 2017) y la
experiencia previa de la Red
CRITERIA en la región.
El trabajo llevado adelante durante
más de tres años y el resultado de
este han significado una experiencia
muy enriquecedora no solamente desde
el punto de vista técnico sino desde
la lógica de la construcción de
consensos con actores y organismos
con intereses coyunturales
diferentes, pero con un objetivo
final común. Todo este proceso
deliberativo incluyó la
participación de casi todos los
actores del sistema de salud lo que
le da una legitimidad nunca
alcanzada. Queda por delante el
desafío de desarrollar la hoja de
ruta de implementación de todo lo
desarrollado siempre y cuando la
decisión política exista
considerando que para poder avanzar
se necesita de un férreo compromiso
de esos decisores políticos y sus
equipos técnicos como así también un
claro espacio de exposición y
explicación hacia todos los actores
del sistema y de la sociedad.
Requiere también la clara convicción
del Poder Legislativo de acompañar
con la sanción de las normas que se
requieran para darle la
sustentabilidad que una política de
estado como esta requiere. Asimismo,
la discusión y reingeniería del
financiamiento de cara a la
Seguridad Social y otros actores
vuelve indispensable construir
nuevos espacios de diálogo y
consensos tendientes a fortalecer la
legitimidad de base de todo lo
desarrollado.
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(*)
Médico. Especialista en
Economía y Gestión en Salud.
Ex Viceministro de Salud de
la Nación. Ex Presidente del
Grupo Unión Personal. Ex
Gerente General de la
Superintendencia de
Servicios de Salud de la
Nación.
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