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El concepto de “Política de Estado” ha sido controversial e
incluso algunos ponen en duda su existencia, planteando la
disyuntiva sobre si la política es la construcción de consensos
o la resolución de conflictos producto de los disensos. Para
algunos autores, una política es de Estado “en la medida en que
trasciende a los partidos y a las ideologías... debería ser
producto del consenso o de un gran acuerdo nacional que ponga
por delante el interés del conjunto de la Nación”. (1)
Una Política de Estado, por definición, trasciende los períodos
gubernamentales individuales, manteniéndose más allá de los
cambios políticos. Originada por una gestión específica, esta
política es adoptada y continuada por sucesivos gobiernos,
incluso aquellos con visiones políticas opuestas.
Este tipo de política no responde simplemente a una coyuntura,
busca dar respuesta a problemas relevantes para la sociedad. Por
ello, estas políticas deben encarnar valores fundamentales
compartidos por la sociedad. Este concepto se hace
particularmente relevante en épocas en las que todo parece estar
en revisión.
En síntesis, una Política de Estado debe:
-
Tener continuidad a través de
cambios políticos: perdurar más allá de los
distintos períodos gubernamentales, manteniendo su curso
incluso bajo administraciones con visiones políticas
diferentes.
-
Informarse en evidencias:
las políticas de estado deben tener fundamentos teóricos,
científicos que las sustenten y hagan predecibles sus
resultados.
-
Encarnar valores compartidos:
representar valores fundamentales de la sociedad.
-
Generar orientación normativa:
reflejar una dirección clara estableciendo principios y
valores que guían la regulación y la toma de decisiones.
-
Influenciar
de modo relevante: establecer un curso de acción
que define en el desarrollo en un área de impacto.
-
Consistencia a largo plazo:
ofrecer un marco sustentable en el tiempo.
Numerosos aspectos del sistema sanitario
podrían mejorar si incrementáramos el número de políticas de
estado, lo que implicaría la construcción de consensos. En el
campo del capital humano en salud, existen ejemplos que
demuestran que una política sostenida en el tiempo puede tener
un impacto positivo en los resultados.
Un ejemplo es el examen único de ingreso a la residencia, que se
ha mantenido desde 2011, atravesando diferentes administraciones
con cuatro presidentes, siete ministros de salud y varios
directores nacionales de área. A pesar de estos cambios, la
herramienta sigue convocando a miles de graduados para acceder a
su formación de postgrado.
En la misma línea, la normatización de marcos formativos, el
vínculo estrecho entre las regulaciones de salud y educación,
así como la formación basada en competencias, se han establecido
como pilares en la formación de postgrado.
Estas políticas y enfoques consistentes a lo largo del tiempo
han contribuido a mejorar la calidad y la coherencia en la
formación de los profesionales de la salud, lo que podría
replicarse en otros aspectos del sistema sanitario mediante
políticas de estado sostenidas y consensuadas.
En la Provincia de Buenos Aires, si evaluamos al gobierno actual
en términos de salud, podemos señalar problemas en los
hospitales, como la falta de cobertura de cargos, dificultades
en las guardias y la ausencia de una red sanitaria provincial
sólida que responda de manera efectiva a una mirada de
regionalización.
Sin embargo, al analizar las políticas de capital humano,
podemos observar que poco a poco se han ido construyendo
políticas que cumplen los criterios de políticas de estado, con
la formación de un equipo de trabajo que ha mantenido
continuidad entre diferentes gestiones. En 2016 se puso en
marcha el Programa Quiero Ser Residente (Resolución 690/2016).
Este programa, que incluía apoyo a la radicación en áreas
remotas, un enfoque en el desarrollo de la medicina general y
familiar, y un programa de incorporación a la planta
hospitalaria, entre otras medidas, buscaba revitalizar el
interés por la residencia entre los graduados.
Simultáneamente, se llevó a cabo un extenso proceso de revisión
de las normativas que regían las residencias, que en aquel
momento no pudo salir a la luz y recién se concretó en este
gobierno. Estas normativas, si bien mantienen varios de los
principios originales, fueron mejoradas y enriquecidas para
garantizar derechos para los residentes en términos
previsionales y salariales, así como humanizar aspectos como la
carga laboral y cuestiones de género.
Con base en la creación de la Escuela de Gobierno en Salud
“Floreal Ferrara”, y una reflexión del impacto de la pandemia en
el sistema de salud, se puso en marcha el plan de
fortalecimiento de especialidades médicas estratégicas que
impulsa, entre otros aspectos, el ingreso a la carrera
hospitalaria una vez finalizada la residencia. Asimismo, incluye
la incorporación de nuevos elementos como incentivos adicionales
para especialidades con déficits de capital humano y la
obtención del título universitario, fomentando el diálogo entre
los ámbitos de formación de postgrado.
El programa de pre-residencia (Resolución 79/2024) es otra
iniciativa innovadora que refuerza estas líneas de acción. Este
programa, que se lleva a cabo en el período entre la graduación
y el ingreso a la residencia (actualmente extendido debido a los
retrasos, a partir de la pandemia, en la fecha anual de
incorporación de residentes), brinda la oportunidad a graduados
recientes de acercarse a especialidades clave, incluyendo la
medicina general y los cuidados críticos, facilitando su ingreso
posterior a esas residencias.
La generalización en la crítica política es una práctica común
que, lamentablemente, nos sumerge en un enfoque de todo o nada,
donde aceptamos o rechazamos automáticamente las acciones
gubernamentales según su afiliación política. Estos prejuicios
limitan nuestra capacidad de análisis crítico y nos impiden
discernir entre las acciones positivas y aquellas que podrían
ser cuestionables.
En este contexto, corremos el riesgo de perder de vista aquellas
iniciativas valiosas que merecen ser celebradas y protegidas
como políticas de estado, independientemente del partido en el
poder, siempre y cuando estén alineadas con el interés público y
promuevan el bienestar de la sociedad. Es esencial reconocer y
respaldar estas iniciativas para asegurar que perduren a través
de los cambios de gobierno y continúen avanzando en la dirección
correcta.
Referencias:
(1) Cueto, Walter José, & Guardamagna, Melina. (2012). ¿Hay
políticas de Estado en la Argentina?: Aproximaciones a un
concepto. Documentos y aportes en administración pública y
gestión estatal, (18), 7-26. Recuperado en 24 de abril de 2024,
de
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-37272012000100001&lng=es&tlng=es
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