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 Debate

      
EL CAMINO SON LAS POLÍTICAS DE ESTADO, PERO ¿CUÁLES LO SON?
 Por el Dr. Marcelo García Dieguez (*)


El concepto de “Política de Estado” ha sido controversial e incluso algunos ponen en duda su existencia, planteando la disyuntiva sobre si la política es la construcción de consensos o la resolución de conflictos producto de los disensos. Para algunos autores, una política es de Estado “en la medida en que trasciende a los partidos y a las ideologías... debería ser producto del consenso o de un gran acuerdo nacional que ponga por delante el interés del conjunto de la Nación”. (1)
Una Política de Estado, por definición, trasciende los períodos gubernamentales individuales, manteniéndose más allá de los cambios políticos. Originada por una gestión específica, esta política es adoptada y continuada por sucesivos gobiernos, incluso aquellos con visiones políticas opuestas.
Este tipo de política no responde simplemente a una coyuntura, busca dar respuesta a problemas relevantes para la sociedad. Por ello, estas políticas deben encarnar valores fundamentales compartidos por la sociedad. Este concepto se hace particularmente relevante en épocas en las que todo parece estar en revisión.

En síntesis, una Política de Estado debe:

  • Tener continuidad a través de cambios políticos: perdurar más allá de los distintos períodos gubernamentales, manteniendo su curso incluso bajo administraciones con visiones políticas diferentes.

  • Informarse en evidencias: las políticas de estado deben tener fundamentos teóricos, científicos que las sustenten y hagan predecibles sus resultados.

  • Encarnar valores compartidos: representar valores fundamentales de la sociedad.

  • Generar orientación normativa: reflejar una dirección clara estableciendo principios y valores que guían la regulación y la toma de decisiones.

  • Influenciar de modo relevante: establecer un curso de acción que define en el desarrollo en un área de impacto.

  • Consistencia a largo plazo: ofrecer un marco sustentable en el tiempo.

Numerosos aspectos del sistema sanitario podrían mejorar si incrementáramos el número de políticas de estado, lo que implicaría la construcción de consensos. En el campo del capital humano en salud, existen ejemplos que demuestran que una política sostenida en el tiempo puede tener un impacto positivo en los resultados.
Un ejemplo es el examen único de ingreso a la residencia, que se ha mantenido desde 2011, atravesando diferentes administraciones con cuatro presidentes, siete ministros de salud y varios directores nacionales de área. A pesar de estos cambios, la herramienta sigue convocando a miles de graduados para acceder a su formación de postgrado.
En la misma línea, la normatización de marcos formativos, el vínculo estrecho entre las regulaciones de salud y educación, así como la formación basada en competencias, se han establecido como pilares en la formación de postgrado.
Estas políticas y enfoques consistentes a lo largo del tiempo han contribuido a mejorar la calidad y la coherencia en la formación de los profesionales de la salud, lo que podría replicarse en otros aspectos del sistema sanitario mediante políticas de estado sostenidas y consensuadas.
En la Provincia de Buenos Aires, si evaluamos al gobierno actual en términos de salud, podemos señalar problemas en los hospitales, como la falta de cobertura de cargos, dificultades en las guardias y la ausencia de una red sanitaria provincial sólida que responda de manera efectiva a una mirada de regionalización.
Sin embargo, al analizar las políticas de capital humano, podemos observar que poco a poco se han ido construyendo políticas que cumplen los criterios de políticas de estado, con la formación de un equipo de trabajo que ha mantenido continuidad entre diferentes gestiones. En 2016 se puso en marcha el Programa Quiero Ser Residente (Resolución 690/2016). Este programa, que incluía apoyo a la radicación en áreas remotas, un enfoque en el desarrollo de la medicina general y familiar, y un programa de incorporación a la planta hospitalaria, entre otras medidas, buscaba revitalizar el interés por la residencia entre los graduados.
Simultáneamente, se llevó a cabo un extenso proceso de revisión de las normativas que regían las residencias, que en aquel momento no pudo salir a la luz y recién se concretó en este gobierno. Estas normativas, si bien mantienen varios de los principios originales, fueron mejoradas y enriquecidas para garantizar derechos para los residentes en términos previsionales y salariales, así como humanizar aspectos como la carga laboral y cuestiones de género.
Con base en la creación de la Escuela de Gobierno en Salud “Floreal Ferrara”, y una reflexión del impacto de la pandemia en el sistema de salud, se puso en marcha el plan de fortalecimiento de especialidades médicas estratégicas que impulsa, entre otros aspectos, el ingreso a la carrera hospitalaria una vez finalizada la residencia. Asimismo, incluye la incorporación de nuevos elementos como incentivos adicionales para especialidades con déficits de capital humano y la obtención del título universitario, fomentando el diálogo entre los ámbitos de formación de postgrado.
El programa de pre-residencia (Resolución 79/2024) es otra iniciativa innovadora que refuerza estas líneas de acción. Este programa, que se lleva a cabo en el período entre la graduación y el ingreso a la residencia (actualmente extendido debido a los retrasos, a partir de la pandemia, en la fecha anual de incorporación de residentes), brinda la oportunidad a graduados recientes de acercarse a especialidades clave, incluyendo la medicina general y los cuidados críticos, facilitando su ingreso posterior a esas residencias.
La generalización en la crítica política es una práctica común que, lamentablemente, nos sumerge en un enfoque de todo o nada, donde aceptamos o rechazamos automáticamente las acciones gubernamentales según su afiliación política. Estos prejuicios limitan nuestra capacidad de análisis crítico y nos impiden discernir entre las acciones positivas y aquellas que podrían ser cuestionables.
En este contexto, corremos el riesgo de perder de vista aquellas iniciativas valiosas que merecen ser celebradas y protegidas como políticas de estado, independientemente del partido en el poder, siempre y cuando estén alineadas con el interés público y promuevan el bienestar de la sociedad. Es esencial reconocer y respaldar estas iniciativas para asegurar que perduren a través de los cambios de gobierno y continúen avanzando en la dirección correcta.


Referencias:

(1) Cueto, Walter José, & Guardamagna, Melina. (2012). ¿Hay políticas de Estado en la Argentina?: Aproximaciones a un concepto. Documentos y aportes en administración pública y gestión estatal, (18), 7-26. Recuperado en 24 de abril de 2024, de http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-37272012000100001&lng=es&tlng=es

 

(*)  Médico (MP 18877). Profesor Asociado. Departamento de Ciencias de la Salud. Universidad Nacional del Sur. Ex director nacional de Capital Humano Ministerio de Salud

 
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