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NAVEGANDO EL CAMBIO: HABILIDADES ESENCIALES PARA PROFESIONALES DE LA SALUD
Por las Dras. Alicia Gallardo e Ingrid Kuster (*)


Como consecuencia de la cuarta revolución industrial, el proceso de automatización de los procesos productivos de bienes y servicios y el desarrollo de la inteligencia artificial provocará una sustitución del empleo humano en algunas ocupaciones.
Los empleos que necesiten habilidades de comprensión emocional, creatividad, relaciones interpersonales y artísticas serán menos susceptibles de ser automatizados. Este tipo de empleos, exigen de elevados niveles de calificación y de estudios profesionales. Este nuevo contexto conlleva cambios en las estructuras sociales, económicas y políticas, lo que impone la necesidad de respuestas rápidas y concretas para mitigar el impacto de este en la sociedad.
Los centros de formación ya están analizando los cambios que se suceden en el mercado laboral para sumar propuestas. Todo parece indicar que, si bien muchos trabajos desaparecerán en el futuro, muchos otros aparecerán o se desarrollarán.
Zygmund Bauman (2000) señala que la sociedad contemporánea vive en un mundo “líquido”, donde los cambios se desarrollan más aceleradamente que la capacidad de adaptación por parte del mercado laboral. Actualmente se solicita a los trabajadores una formación integral para el desarrollo de competencias y habilidades para su desempeño en el trabajo.
La constante demanda de actualización, así como una mayor especialización ha promovido dificultades de vinculación entre los centros de formación y el mercado. Los trabajadores afrontan el riesgo de quedar excluidos por avances muy bruscos de la tecnología, cuando éstos no permiten una adaptación de las capacidades existentes, en los tiempos requeridos. O dicho, en otros términos, cuando se produce una transformación tecnológica de gran envergadura, hay trabajadores que no logran reinsertarse, siendo marginados del mercado del trabajo.
Según numerosos estudios los que se desarrollarán o permanecerán estarán más vinculados con los servicios; las personas, especialmente los adultos mayores; el medioambiente; la biotecnología; la gestión; el arte; el entretenimiento; el marketing basado en el mayor conocimiento del mercado; el procesamiento de la infinidad de datos que se generan; la información y la robótica.
Hay actividades que, más allá del avance de la tecnología, seguirán siendo esencialmente humanas, como la medicina o la educación. También aquello que esté relacionado con la economía del cuidado, desde la medicina, hasta todos los aspectos asociados al cuidado de las personas y de los lugares.
Para Alexandra Manera, directora de Recursos Humanos del Grupo Adecco Argentina & Uruguay, las habilidades requeridas en el futuro no serán muy diferentes a las que ya se están imponiendo. “Hay algunos aspectos que se volvieron protagonistas luego de los tiempos de cambio que vivimos en los últimos meses, tales como comunicación, resolución de problemas, pensamiento crítico y liderazgo”.
Aspectos que forman parte de las conocidas ‘habilidades blandas’, señala. Insiste en que los líderes encargados de forjar la próxima generación de desarrollo están cada vez más convencidos de que las habilidades blandas son claves para conectar y motivar a los colaboradores. “Por parte de las compañías, ya se encuentran adaptándose al nuevo mundo con nuevas necesidades por satisfacer. Los líderes comprendieron que para tener un trabajo en equipo exitoso y alcanzar objetivos se debe priorizar a las personas, conocerlos y priorizar las necesidades de cada uno con escucha y compañerismo”.
Es por ello por lo que las actividades que requieren de comprensión emocional, la creatividad y del desarrollo de acciones vinculadas a las bellas artes, serán menos susceptibles de ser automatizadas y/o computarizadas. De manera contraria, el modelo predice que los trabajadores que realizan tareas rutinarias y repetitivas se encuentran en riesgo y poseen altas probabilidades de ser automatizados en los próximos años.
Puntualmente en el área de la salud podemos afirmar que estamos atravesando un momento de crecimiento de la demanda en trabajos del cuidado. Esta afirmación se basa en los siguientes puntos:

Envejecimiento de la población: con el aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población en muchas partes del mundo, se espera un mayor número de personas que necesiten atención médica y servicios de cuidado a largo plazo. Esto aumentará la demanda de profesionales de la salud en diversas áreas, como médicos, enfermeras, terapeutas y trabajadores sociales.

Avances tecnológicos: a medida que la tecnología continúa avanzando, se desarrollan nuevos tratamientos, procedimientos y terapias médicas. Esto requiere personal especializado para operar y mantener equipos médicos avanzados, así como para administrar tratamientos innovadores.

Mayor énfasis en la atención preventiva: con un enfoque creciente en la atención preventiva y el bienestar integral, se necesitarán más profesionales de la salud para educar a las personas sobre la prevención de enfermedades, promover estilos de vida saludables y proporcionar servicios de atención primaria.

Epidemias y pandemias: eventos como la pandemia de Covid-19 han resaltado la importancia crítica de contar con una fuerza laboral de salud pública capacitada para abordar emergencias de salud pública. Esto incluye no solo médicos y enfermeras, sino también epidemiólogos, trabajadores de laboratorio, investigadores y personal de apoyo.

Complejidad de las condiciones de salud: con el aumento de enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, se requerirá una atención médica más especializada y coordinada para tratar estas condiciones de manera efectiva. Esto puede implicar equipos interdisciplinarios de profesionales de la salud que trabajen en conjunto para brindar atención integral a los pacientes

¿Cuáles son las habilidades que un algoritmo jamás podrá superar?

La respuesta suena a poesía: conexión emocional, creatividad, curiosidad, intuición y todo aquello que tenga que ver con lo imprevisible. Es por ello por lo que se espera que la economía de los cuidados experimente un crecimiento notorio.
Allí donde haya criaturas o mayores, personas con dificultades, convalecientes o que necesiten algún tipo de cuidado, siempre hará falta alguien que les atienda. Exactamente igual que ayer y que hoy. La pregunta aquí no es si existirá la economía de los cuidados, sino en qué condiciones debe existir.
Analíticamente, se realiza una clasificación de los aspectos que limitan o vuelven menos susceptibles los cambios en el mercado laboral, en pos de la automatización y computarización; se identifican dos gran- des grupos:

A) Aspectos tecnológicos.
B) Aspectos institucionales.

En ambos casos, existe una relación directa con el desarrollo del mercado laboral y, por ende, con el desarrollo integral de las personas.
Nos interesa especialmente el primer aspecto (Tecnológicos). Debido a la especificidad del comportamiento y movilidad del cuerpo humano, la tecnología no ha logrado sustituir una serie de habilidades y destrezas, entre las que se encuentran:

La destreza con los dedos (trabajo artesanal): requerida para realizar movimientos precisos coordinando el movimiento de las dos manos para tomar, manipular y ensamblar piezas pequeñas.
La originalidad consiste en la habilidad de desarrollar innovación sobre una situación o el desarrollo creativo de mecanismos para la solución de problemas.
La perspectiva social, es decir la habilidad para tomar conciencia de las reacciones de otros e interpretar los motivos.
La asistencia y el cuidado del otro para proveer asistencia personal, atención médica, apoyo emocional y otros cuidados colaboradores, consumidores o pacientes.
La negociación como destreza necesaria para la convivencia y solución de conflictos.
La persuasión, como habilidad destinada a que otro modifique una idea o comportamiento.

Y es en estos dos últimos puntos donde desde el campo de la prevención y gestión de conflictos hacemos foco.
Como venimos compartiendo y es una realidad innegable, las controversias en el ámbito de la salud son un hecho. Los conflictos entre pacientes, profesionales de la salud, instituciones sanitarias y compañías de seguros, obras sociales, familiares, pueden generar un clima de tensión y afectar la calidad de la atención médica.
En este contexto, y también como un modo de diferenciarse de la competencia en términos empresariales, la mediación se presenta como una herramienta poderosa para la resolución pacífica y efectiva de estos conflictos.
Si bien la automatización amenaza con reemplazar tareas repetitivas y rutinarias, las habilidades blandas, como la creatividad, la comprensión emocional y la capacidad de construir relaciones, se convierten en la principal ventaja humana. Estas habilidades son esenciales para la resolución de problemas complejos, la gestión de equipos y la adaptación a entornos cambiantes.
Las relaciones sólidas entre compañeros de trabajo y líderes son fundamentales para el éxito de cualquier organización. Estas relaciones permiten una mejor comunicación, colaboración y resolución de conflictos. La empatía, la escucha activa y la capacidad de negociar son habilidades clave para construir y mantener relaciones positivas en el trabajo.
En el contexto de la creciente demanda de atención médica y servicios de cuidado de la salud, el conocimiento en mediación y negociación se vuelve invaluable entonces por varias razones:

Gestión de conflictos interpersonales: en entornos de atención médica, donde la colaboración entre diferentes profesionales es esencial, pueden surgir conflictos interpersonales. Tener habilidades de mediación y negociación permite abordar estos conflictos de manera efectiva y constructiva, lo que promueve un ambiente laboral más armonioso y facilita la colaboración entre colegas.

Comunicación con los pacientes: los trabajadores de la salud deben ser capaces de comunicarse de manera efectiva con los pacientes y sus familias, especialmente en situaciones difíciles o emocionalmente cargadas. La mediación y la negociación pueden ayudar a los profesionales de la salud a manejar conversaciones difíciles, resolver discrepancias en la toma de decisiones médicas y llegar a acuerdos que satisfagan las necesidades y preocupaciones de todas las partes involucradas.

Resolución de conflictos éticos: en el campo de la medicina, surgen conflictos éticos con regularidad, ya sea en relación con decisiones de tratamiento, distribución de recursos limitados o conflictos de valores entre pacientes y proveedores de atención médica. La capacidad de mediar y negociar de manera ética es fundamental para abordar estos dilemas de manera justa y equitativa.

Negociación de contratos y acuerdos: los profesionales de la salud también pueden estar involucrados en la negociación de contratos laborales, acuerdos con proveedores de servicios médicos o acuerdos de colaboración con otras instituciones de salud. La habilidad para negociar de manera efectiva puede garantizar que se alcancen acuerdos beneficiosos para todas las partes y se eviten malentendidos o conflictos futuros.

Resolución de disputas legales: en ocasiones, pueden surgir disputas legales en el ámbito de la atención médica, ya sea entre proveedores de servicios médicos, con aseguradoras o con pacientes y sus familias. La mediación y la negociación pueden ser herramientas útiles para resolver estas disputas de manera eficiente y evitar costosos litigios que podrían afectar negativamente a todas las partes involucradas.

En conclusión, en un contexto donde la demanda de trabajos en el cuidado de la salud está en constante crecimiento, la necesidad de profesionales capacitados en mediación y resolución de conflictos se vuelve cada vez más imperativa.
Aquellos trabajadores de la salud que puedan demostrar habilidades sólidas en estas áreas no solo serán valorados por su capacidad para promover un ambiente de trabajo colaborativo y armonioso, sino que también serán reconocidos por su capacidad para garantizar una atención médica de calidad centrada en el paciente.
Esta diferenciación en habilidades blandas no solo fortalece la posición de los profesionales en un mercado laboral competitivo, sino que también contribuye significativamente al éxito y la reputación de las instituciones de salud en un mundo cada vez más exigente y cambiante

  

(*) Abogadas – Mediadoras - Consultoras en Mediación Sanitaria


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