|
En el exigente mundo de la medicina, donde la excelencia y la
eficiencia son pilares fundamentales, la búsqueda del éxito
profesional va más allá de la adquisición de conocimientos y
habilidades técnicas. Se trata, en gran medida, de desarrollar
hábitos que permitan una gestión efectiva de uno mismo y de las
relaciones con los demás.
Para comenzar aportemos luz sobre dos conceptos que parecieran
ser lo mismo, pero no lo son: eficiencia y eficacia. Si bien a
menudo se utilizan indistintamente, existe una distinción
importante entre ambos términos.
Ser eficaz implica lograr el objetivo deseado, sin importar los
recursos o el tiempo que se invierta. Se centra en los
resultados y en cumplir con lo que se propone. En otras
palabras, hacer las cosas correctas.
Ser eficiente, por otro lado, se refiere a optimizar el uso de
los recursos para lograr un objetivo de la manera más rápida y
con el menor costo posible. Se centra en los procesos y en hacer
las cosas de la mejor manera posible. En otras palabras, hacer
las cosas de manera correcta.
En este contexto, la obra de Stephen Covey, “Los 7 hábitos de la
gente altamente efectiva”, ofrece una guía valiosa para los
profesionales médicos que buscan alcanzar su máximo potencial.
Entre estos hábitos, el cuarto, “Pensar ganar-ganar”, se destaca
como un pilar fundamental para construir relaciones sólidas y
duraderas con pacientes, colegas y equipos de trabajo.
Los 7 Hábitos se dividen en tres categorías:
A) Hábitos de paradigma personal: estos hábitos se
enfocan en el desarrollo personal y la gestión de uno mismo.
Ser proactivo:
tomar la iniciativa y asumir la responsabilidad de nuestras
vidas, en lugar de ser reactivos a las circunstancias externas.
Tener un fin en mente:
definir nuestros objetivos y valores con claridad, para que
sirvan como guía para nuestras decisiones y acciones.
Primero lo primero:
priorizar las tareas más importantes y urgentes, gestionando
nuestro tiempo y energía de manera efectiva.
B) Hábitos de liderazgo interpersonal: estos hábitos se
enfocan en las relaciones con los demás y la comunicación
efectiva.
Pensar en ganar-ganar:
buscar soluciones que beneficien a todas las partes involucradas
en una interacción.
Buscar primero
comprender, y después ser comprendido: escuchar
atentamente y empatizar con los demás antes de expresar nuestras
propias ideas.
Sinergizar:
trabajar en conjunto con los demás para lograr resultados que
serían imposibles de alcanzar individualmente.
C) Hábitos de renovación personal: estos hábitos se
enfocan en el cuidado personal y el crecimiento continuo.
Afilar la sierra:
renovarnos física, mental, emocional y espiritualmente para ser
más efectivos en todas las áreas de nuestras vidas.
Más allá de una estrategia de
negociación
Pensar en ganar-ganar no se limita a una simple estrategia de
negociación, sino que representa una mentalidad y una filosofía
de vida. Es un paradigma que busca el beneficio mutuo en todas
las interacciones, buscando soluciones creativas que satisfagan
las necesidades de todas las partes involucradas.
En el ámbito médico, el ganar-ganar se traduce en la búsqueda de
soluciones que beneficien tanto al paciente como al profesional.
Esto implica:
Establecer una
comunicación abierta y honesta con los pacientes:
es fundamental escuchar atentamente sus preocupaciones,
comprender sus expectativas y trabajar en conjunto para
encontrar el mejor tratamiento posible.
Fomentar el trabajo
en equipo: la colaboración entre profesionales de
diferentes especialidades es esencial para brindar una atención
integral y de alta calidad. El ganar-ganar implica valorar las
diferentes perspectivas y trabajar juntos para alcanzar
objetivos comunes.
Gestionar conflictos
de manera efectiva: los desacuerdos son
inevitables en cualquier entorno laboral. Sin embargo, el
ganar-ganar proporciona un marco para abordar los conflictos de
manera constructiva, buscando soluciones que beneficien a todas
las partes involucradas.
Negociar acuerdos
justos: En el ámbito médico, las negociaciones
pueden surgir en diferentes situaciones, desde la contratación
de personal hasta la colaboración con instituciones de salud. El
ganar-ganar permite establecer acuerdos que sean justos y
equitativos para todas las partes.
Los beneficios de adoptar una mentalidad ganar-ganar en
la medicina son numerosos:
Mejora de la
satisfacción del paciente: un enfoque ganar-ganar
conduce a una mejor comunicación, mayor confianza y una
experiencia más positiva para los pacientes.
Reducción del estrés
y el burnout: al fomentar la colaboración y la
resolución de conflictos de manera efectiva, se reduce el estrés
individual y se promueve un ambiente laboral más positivo.
Aumento de la
productividad: el trabajo en equipo y la búsqueda
de soluciones creativas optimizan el tiempo y los recursos, lo
que se traduce en una mayor productividad.
Crecimiento profesional:
la capacidad de establecer relaciones sólidas y construir
acuerdos ganar-ganar contribuye al desarrollo de habilidades
interpersonales y de liderazgo, lo que favorece el crecimiento
profesional.
Los profesionales médicos que deseen adoptar una mentalidad
ganar-ganar pueden comenzar por:
1) Reflexionar sobre sus propias creencias y actitudes:
es importante identificar cualquier patrón de pensamiento de
“ganar-perder” y trabajar para reemplazarlo por una mentalidad
de abundancia y colaboración.
2) Desarrollar habilidades de comunicación efectiva:
la escucha activa, la empatía y la asertividad son habilidades
esenciales para construir relaciones ganar-ganar.
3) Practicar la resolución de conflictos de manera
constructiva: existen diversas técnicas para abordar
los conflictos de manera efectiva, como la negociación basada en
intereses y la mediación.
4) Buscar oportunidades para colaborar con otros:
el trabajo en equipo es fundamental para alcanzar objetivos
comunes y encontrar soluciones ganar-ganar.
Al adoptar una mentalidad ganar-ganar, los profesionales médicos
pueden crear un impacto positivo en su propia carrera, en la
atención de sus pacientes y en el sistema de salud en general.
Tiempo después de su icónico libro, Covey incorpora uno más en
su libro “El Octavo Hábito: de la Efectividad a la Grandeza”, se
titula “Encontrar tu voz interior y vivir con integridad”. Se
trata de un hábito que va más allá de la efectividad personal y
se enfoca en el crecimiento interior y la contribución a algo
más grande que uno mismo. ¡De esto hablaremos en artículos
venideros! Los esperamos
(*) Abogadas – Mediadoras - Consultoras en Mediación Sanitaria
|