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 Columna

    
¿QUÉ HACER AHORA EN SALUD?
CINCO PROPUESTAS PARA INCORPORAR EN EL CONTEXTO ACTUAL

Por el Dr. Adolfo Sánchez de León (*)


Los cambios que se vienen operando en el sistema de salud no impactan en la estructura general del sistema que continúa con su morfología histórica y con los rasgos de alta fragmentación y segmentación que lo caracterizan. Las consecuencias de estos cambios tampoco modifican los resultados que presenta el sistema como lo son la inequidad y la ineficiencia; por el contrario, las profundizan.
Podríamos generalizar diciendo que los cambios realizados son un aquelarre de medidas que tienden a eliminar la escasa y desorganizada regulación que existe en el sistema y a producir un ajuste en el ya escaso financiamiento del Ministerio de Salud de la Nación hacia las provincias.
Así vemos como se liberaron las restricciones de precios al sistema de medicina prepaga, se permite elegir libremente entre cualquier obra social o prepaga que se inscriba en el nuevo régimen, se desarticula el sistema de Hospitales de Gestión Descentralizadas (Hospitales de Autogestión) en el sentido del cobro automático a las obras sociales, debiendo ahora cada hospital gestionar sus propios convenios con cada financiador, se habilitó la venta de algunos medicamentos de venta libre en la vía pública, kioscos, y cualquier otro comercio, se eliminó la ANLAP, Agencia Nacional de Laboratorios Públicos, órgano que intentaba generar rectoría, coordinar y fortalecer la producción pública de medicamentos entre otras medidas.

¿Qué podemos hacer en este contexto?

En un sistema altamente fragmentado y segmentado, medidas de este tipo por sí misma no producen ningún beneficio a la población, ni a la economía. Por el contrario, como dijimos aumentan la inequidad causando mayor pobreza y enfermedades sin resolución, disminuyendo la calidad de la atención, aumentando el gasto en salud sin mejores resultados por lo que aumenta la ineficiencia.
Algunas iniciativas posibles en este contexto que podrían analizarse e implementarse para morigerar el impacto de este ajuste son:

1. Generar rectoría
Se puede y se debe generar rectoría desde muchos aspectos. Desde generar un marco legal y normativo, desarrollar un marco conceptual, definir políticas, establecer protocolos y procedimientos, pasando por lograr consensos, establecer un plan nacional, evaluar políticas y programas hasta empoderar a la población en diferentes aspectos.

2. Aumentar la gobernanza del Ministerio de Salud de la Nación
De la mano de lo anterior se deben desarrollar algunos instrumentos que fortalezcan y den musculatura a un Ministerio que ya de por sí carecía de la posibilidad de interactuar fuertemente en el sistema como pueden ser el fortalecimiento del sistema nacional de vigilancia epidemiológica (brilló por su ausencia en las epidemias de dengue), incorporar sistemas de clasificación de pacientes como los GRD o ACG, nominalizar y georreferenciar a toda la población, avanzar en sistemas de sistemas de información en salud, incorporar estudios de carga de morbilidad a través de indicadores como los AVAD, impulsar sistemas de medición de costos y protocolos en salud, definir sistemas adecuados de medición del gasto y financiamiento y de resultados en salud, etc.

3. Incentivar y asistir a la conformación de sistemas provinciales en salud
La unificación de los presupuestos provinciales de salud con los de las obras sociales provinciales, e incluso sumando al PAMI, daría cobertura a más del 80 % de la población en la gran mayoría de las provincias.
Muchas obras sociales pequeñas adherirían a este fondo y sumarían cobertura. La unificación de sistemas de compra de medicamentos e insumos médicos en las provincias también tendría un efecto positivo al generar posibilidades de grandes ahorros. Por el lado de la demanda el contar con un padrón unificado y programas preventivos y protocolos de atención únicos, mejoraría la calidad de la atención y los niveles de salud.

4. Modificar el Programa Médico Obligatorio (PMO)
El actual PMO está totalmente desactualizado y es imposible de financiar por el sistema de seguridad social y de la medicina prepaga. Se debe analizar y reformular este PMO e implementar a la brevedad uno nuevo. Como base se podría tomar un estudio realizado por la Superintendencia de Seguros de Salud en el marco de un programa denominado PAISS que había avanzado bastante en la identificación de unas 40 líneas de cuidados.

5. Disminuir la cantidad de obras sociales
Existen innumerables agentes de salud inscriptos en la Superintendencia de Seguros de Salud, la mayoría con escasos ingresos y afiliados. La cantidad de OOSS y mutuales, etc. no deberían superar las 50, concentrando en ellas los aportes y el financiamiento.

Reflexiones finales

Los recientes cambios en el sistema de salud acompañan las medidas generales del gobierno en cuanto a la desregulación en general y la disminución del gasto público, medidas que puedan ser tal vez viables en la economía en general pero que en salud son contraproducentes.
El mercado de la salud es altamente imperfecto y requiere de medidas regulatorias y adecuadas, además de un Estado fuerte que fije reglas de juego claras. Caso contrario se incrementará la fragmentación y la segmentación del sistema y sus resultados negativos que son la ineficiencia y la inequidad.
 

(*) Especialista Médico en Salud Pública. Presidente del Grupo PAIS


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