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Los cambios que se vienen operando en el sistema de salud no
impactan en la estructura general del sistema que continúa con
su morfología histórica y con los rasgos de alta fragmentación y
segmentación que lo caracterizan. Las consecuencias de estos
cambios tampoco modifican los resultados que presenta el sistema
como lo son la inequidad y la ineficiencia; por el contrario,
las profundizan.
Podríamos generalizar diciendo que los cambios realizados son un
aquelarre de medidas que tienden a eliminar la escasa y
desorganizada regulación que existe en el sistema y a producir
un ajuste en el ya escaso financiamiento del Ministerio de Salud
de la Nación hacia las provincias.
Así vemos como se liberaron las restricciones de precios al
sistema de medicina prepaga, se permite elegir libremente entre
cualquier obra social o prepaga que se inscriba en el nuevo
régimen, se desarticula el sistema de Hospitales de Gestión
Descentralizadas (Hospitales de Autogestión) en el sentido del
cobro automático a las obras sociales, debiendo ahora cada
hospital gestionar sus propios convenios con cada financiador,
se habilitó la venta de algunos medicamentos de venta libre en
la vía pública, kioscos, y cualquier otro comercio, se eliminó
la ANLAP, Agencia Nacional de Laboratorios Públicos, órgano que
intentaba generar rectoría, coordinar y fortalecer la producción
pública de medicamentos entre otras medidas.
¿Qué podemos hacer en este
contexto?
En un sistema altamente fragmentado y segmentado, medidas de
este tipo por sí misma no producen ningún beneficio a la
población, ni a la economía. Por el contrario, como dijimos
aumentan la inequidad causando mayor pobreza y enfermedades sin
resolución, disminuyendo la calidad de la atención, aumentando
el gasto en salud sin mejores resultados por lo que aumenta la
ineficiencia.
Algunas iniciativas posibles en este contexto que podrían
analizarse e implementarse para morigerar el impacto de este
ajuste son:
1. Generar rectoría
Se puede y se debe generar rectoría desde muchos aspectos. Desde
generar un marco legal y normativo, desarrollar un marco
conceptual, definir políticas, establecer protocolos y
procedimientos, pasando por lograr consensos, establecer un plan
nacional, evaluar políticas y programas hasta empoderar a la
población en diferentes aspectos.
2. Aumentar la gobernanza del Ministerio de Salud de la
Nación
De la mano de lo anterior se deben desarrollar algunos
instrumentos que fortalezcan y den musculatura a un Ministerio
que ya de por sí carecía de la posibilidad de interactuar
fuertemente en el sistema como pueden ser el fortalecimiento del
sistema nacional de vigilancia epidemiológica (brilló por su
ausencia en las epidemias de dengue), incorporar sistemas de
clasificación de pacientes como los GRD o ACG, nominalizar y
georreferenciar a toda la población, avanzar en sistemas de
sistemas de información en salud, incorporar estudios de carga
de morbilidad a través de indicadores como los AVAD, impulsar
sistemas de medición de costos y protocolos en salud, definir
sistemas adecuados de medición del gasto y financiamiento y de
resultados en salud, etc.
3. Incentivar y asistir a la conformación de sistemas
provinciales en salud
La unificación de los presupuestos provinciales de salud con los
de las obras sociales provinciales, e incluso sumando al PAMI,
daría cobertura a más del 80 % de la población en la gran
mayoría de las provincias.
Muchas obras sociales pequeñas adherirían a este fondo y
sumarían cobertura. La unificación de sistemas de compra de
medicamentos e insumos médicos en las provincias también tendría
un efecto positivo al generar posibilidades de grandes ahorros.
Por el lado de la demanda el contar con un padrón unificado y
programas preventivos y protocolos de atención únicos, mejoraría
la calidad de la atención y los niveles de salud.
4. Modificar el Programa Médico Obligatorio (PMO)
El actual PMO está totalmente desactualizado y es imposible de
financiar por el sistema de seguridad social y de la medicina
prepaga. Se debe analizar y reformular este PMO e implementar a
la brevedad uno nuevo. Como base se podría tomar un estudio
realizado por la Superintendencia de Seguros de Salud en el
marco de un programa denominado PAISS que había avanzado
bastante en la identificación de unas 40 líneas de cuidados.
5. Disminuir la cantidad de obras sociales
Existen innumerables agentes de salud inscriptos en la
Superintendencia de Seguros de Salud, la mayoría con escasos
ingresos y afiliados. La cantidad de OOSS y mutuales, etc. no
deberían superar las 50, concentrando en ellas los aportes y el
financiamiento.
Reflexiones finales
Los recientes cambios en el sistema de salud acompañan las
medidas generales del gobierno en cuanto a la desregulación en
general y la disminución del gasto público, medidas que puedan
ser tal vez viables en la economía en general pero que en salud
son contraproducentes.
El mercado de la salud es altamente imperfecto y requiere de
medidas regulatorias y adecuadas, además de un Estado fuerte que
fije reglas de juego claras. Caso contrario se incrementará la
fragmentación y la segmentación del sistema y sus resultados
negativos que son la ineficiencia y la inequidad.
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(*)
Especialista Médico en Salud Pública. Presidente del
Grupo PAIS |
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