:: REVISTA MEDICOS | Medicina Global | La Revista de Salud y Calidad de Vida
 
Sumario
Institucional
Números Anteriores
Congresos
Opinión
Suscríbase a la Revista
Contáctenos

 

 

 

 

 

 

Federación Farmacéutica

 

 
 

 
 

:: Infórmese con REVISTA MEDICOS - Suscríbase llamando a los teléfonos (5411) 4362-2024 /  (5411) 4300-6119 ::
   
 Columna

    
EL MANEJO POLÍTICO DE LA PANDEMIA

Por el Dr. Adolfo Sánchez de León (*)


Recientes declaraciones del exministro de economía de la Nación, Martin Guzmán, han reavivado una polémica sobre la gestión de la pandemia de la Covid-19 en nuestro país.
El 2 de septiembre próximo pasado, Infobae tituló en una nota en su sitio web lo siguiente: Martín Guzmán aseguró que la cuarentena por la pandemia se extendió porque “fue una bandera política que hacía más fuerte al Gobierno”.
El exministro de Economía de Alberto Fernández admitió en una entrevista que las restricciones sanitarias que se adoptaron fueron “más largas de lo que debieron haber sido”. En el cuerpo de la nota se lee:
“Por mucho tiempo era ‘no, no se puede’. Después creo que pasó a ser un problema más político, una bandera política el hecho de que la administración de la pandemia es lo que hacía fuerte al Gobierno. Entonces en ese caso lo que yo les decía es sepamos que le va a afectar más a la capacidad de recuperación del salario real formal e informal porque entonces a mediados de 2021 el trabajador formal ya estaba recuperando el salario, pero el informal seguía cayendo. Eso tenía que ver mucho con las restricciones sanitarias”, explicó.
“La extensión fue más larga de lo que debió haber sido. Desde el punto de vista, dada la información técnica que tenía, fue más larga de lo que debía haber sido”, reconoció. La pandemia dejó 130 mil víctimas fatales y la segunda ola de contagios se produjo en mayo de 2021 cuando se establecieron restricciones extremas durante 9 días. Luego de ese período lentamente la actividad fue volviendo a la normalidad en nuestro país.

Al respecto de esta confesión del exministro de economía, recopilé una serie de párrafos escritos en diferentes artículos que publiqué en esta misma revista en donde advertía el manejo político de la pandemia y el daño que esto provocó.
No solo fue la cantidad de muertos que pudieron evitarse con una vacunación adecuada, sino también el desastre económico que estas decisiones provocaron, el impacto en el estado de la salud mental de gran parte de la población y la oportunidad perdida de reformar y fortalecer el sistema de salud.

En la edición 119 de noviembre del 2020 en un artículo denominado “Algunas respuestas que va dejando la pandemia en Argentina”, escribí lo siguiente:

Las decisiones tomadas tuvieron un carácter netamente político, no sanitario. No me refiero a política sanitaria, ni política estratégica. Política en su acepción más transaccional, electoralista. Se tomaron las decisiones mirando análisis de encuestas y Big Data sobre el humor de la población y la variación en la imagen positiva del gobierno y sus funcionarios.
La decisión de flexibilizar el ASPO (el 18 de julio) y pasar de fase 1 a fase 3 en el AMBA, en una etapa clara de aumento de la pendiente de la curva (o sea, en el peor momento que se podría haber elegido para adoptar esta medida de relajación), estuvo influenciada por la caída de la imagen del gobierno y el aumento del descontento social con estas medidas.
Finalmente, el 8 de octubre el presidente en conferencia de prensa y con anuncios de cierta flexibilidad admitió que la decisión de estas aperturas era política, no epidemiológica. La imagen negativa del gobierno y sus dirigentes superaban ampliamente a la positiva.

También el manejo de la vacunación fue vergonzoso, muy poco transparente y con tintes políticos. En la edición 121 de marzo de 2021 de esta misma revista publiqué el articulo “Gobernanza en Salud: el Plan Estratégico para la vacunación contra el Covid-19 en Argentina”. En el mismo decía:
Pero la gran oportunidad que daba el tener la vacuna en tiempo récord traía una expectativa e ilusión a toda la ciudadanía que fue totalmente desaprovechada. Podría haber significado un inicio mejor del 2021. Hoy reina el descrédito, la desconfianza y una gran incertidumbre en momentos críticos en donde debiera haber reinado la transparencia, la honestidad y el sentido común.
Otro tiro en el pie que nos damos desde el propio sistema de salud, desde supuestos grandes sanitaristas que venían a poner la salud en marcha y a mejorar la equidad. Sin embrago en una acción concreta y crítica como lo es el plan de vacunación, la inequidad, la falta de transparencia, la falta de sentido común aumentó descaradamente.
Desde la elección y compra de los Kits diagnósticos (por qué los de Abbott si y no los Neo Kits o por qué no los dos, por ejemplo) hasta el manejo de la información epidemiológica. La información sobre cantidad de casos positivos es desastrosa. No solo de la cantidad de casos sino también de muertos, nunca se cargó en tiempo real, por el contrario, se hizo con enormes desfasajes de tiempo generando errores garrafales.
Tanto es así que Our World in Data, una página en tiempo real sobre los números de la pandemia, con base en la Universidad de Oxford, informó que la Argentina dejó de formar parte de su mapa de datos porque las cifras oficiales agregadas por el Gobierno no reúnen la calidad suficiente para reflejar el alcance de las pruebas.
La falta de gobernanza con respecto al plan de vacunación comenzó a mostrarse ya desde la elección de la vacuna a apli- car. Al día de hoy no queda claro el por qué se decidió por la Sputnik V y no la de Pfizer cuando éramos uno de los países prioritarios para esa empresa por haberse desarrollado aquí uno de los ensayos clínicos que más n aportó al estudio mundial.
No hubo transparencia, integridad, rendición de cuentas ni capacidad política tampoco en estos casos, atributos esenciales de la gobernanza. Finalmente, el caso que termina eyectando del gobierno al Ministro de Salud, es la frutilla de todo este desmanejo y falta de gobernanza.
No fue solo la gravedad de un vacunatorio en el Ministerio para personas consideradas VIP. Fue una acción masiva en todo el país. Se permitió la vacunación de personas a quienes no les correspondía, dejando postergadas a las personas esenciales en un marco de extrema escases de vacunas.
La información que seguramente procesaban en el Ministerio mostraba quienes se vacunaban, grupos etareos, grupos de riesgo, etc. No se ejerció ninguna acción correctiva en la medida que se fueron observando esos datos.
Por el contrario, se llegó al extremo de hacer estas excepciones la norma. Se politizó la vacunación con puestos callejeros montados por agrupaciones políticas claramente identificadas para la inscripción para la vacunación.

En la edición 122 de mayo de 2021 en el artículo “La gestión de la segunda ola” escribí:
A este dilema que se enfrenta el gobierno se llega por varias causas. En primer lugar, analizábamos en la edición anterior una crisis de gobernanza, esto es falta de transparencia, rendición de cuentas y buenas prácticas de gobierno.
Esta falta de gobernanza se observó tanto en el manejo de la información (Our World Data sacó a la Argentina de su base de datos por la pésima calidad de su información), como en la gestión de la política de testeos y especialmente en la implementación del plan estratégico de vacunación.
Un segundo aspecto está relacionado con el manejo del ASPO tan prolongado del año pasado. Se anunciaban restricciones cada 15 días dejando entrever que al finalizar ese período se saldría de ellas.
Sin embargo, se prolongaron por siete meses lo que detonó la paciencia y salud mental de la población que ya no quiere saber más nada con medidas totalmente restrictivas. Malgastamos la bala de plata, o sea la única medida realmente eficaz en momentos de colapso del sistema.
Un tercer aspecto tiene que ver con el manejo escandaloso del Plan Estratégico de Vacunación y la salida eyectada del Ministro de Salud. La vacunación fue anunciada como la solución y final de la pandemia. Se generaron enormes expectativas en la población. Se hicieron anuncios rimbombantes de fabricación local de vacunas, de aplicación de millones de dosis en épocas tempranas de este año y sin embargo nada de eso ocurrió.
Fallaron todas las apuestas. Nuevamente un manejo turbio y poco transparente en cuanto a las adquisiciones de las vacunas (ya había pasado con los test) hasta el salteo de los grupos de riesgo para vacunar militantes políticos jóvenes mostraron la peor cara de la administración de esta pandemia.

Los dichos del exministro Martin Guzmán motivaron un acción judicial de un fiscal. Esperemos que esa investigación de luz a los oscuros manejos políticos que se hicieron en la pandemia para que exista un “Nunca Más” en salud.
Sería interesante conocer quienes se beneficiaron políticamente y en otros aspectos con una ASPO tan prolongada y con el manejo del plan de vacunación. Por ejemplo, si existieron beneficios económicos en elegir una vacuna por sobre otra. O quienes fueron los funcionarios beneficiados por los vacunatorios VIP entre otros manejos oscuros.

 

(*) Especialista Médico en Salud Pública. Presidente del Grupo PAIS


SUMARIO 
 
 

Copyright 2000-2024 - Todos los derechos reservados, Revista Médicos