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 Obras Sociales

    
LA ENCRUCIJADA DE LAS OBRAS SOCIALES SINDICALES: DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS
 
Por el Dr. Carlos Felice (*)


El año 2024 ha sido un período de profundos cambios y desafíos para las Obras Sociales Sindicales. La desregulación del sector, impulsada por el Decreto 170/2024, ha generado una nueva dinámica en la relación entre los trabajadores, las obras sociales y las prepagas, con implicancias aún por evaluar a mediano y largo plazo.

Un panorama en constante evolución

La libertad de elección de obra social o prepaga ha empoderado a los afiliados, quienes ahora pueden optar por la cobertura que mejor se adapte a sus necesidades. Sin embargo, esta mayor autonomía ha generado una competencia más intensa entre las entidades de salud, lo que ha llevado a una reestructuración de los servicios y a la búsqueda de nuevos modelos de gestión.
Por otro lado, la inflación y la devaluación han impactado fuertemente en los costos de los servicios de salud, poniendo a prueba la sostenibilidad financiera de las Obras Sociales Sindicales. La caída del poder adquisitivo de los salarios ha disminuido la recaudación de aportes, lo que ha obligado a estas entidades a ajustar sus prestaciones y a buscar nuevas fuentes de financiamiento.

Los desafíos del 2024 y las perspectivas para el 2025

Entre los principales desafíos que enfrentaron las Obras Sociales Sindicales en 2024, podemos mencionar:

Interpretación de la nueva visión; necesidad versus demanda del afiliado: la redefinición del nuevo contrato social, demanda transparencia e inmediatez en la capacidad de respuesta de las obras sociales en un amplio sentido de ecosustentabilidad; esto implica ni más ni menos que se considere al afiliado/paciente como ciudadano con una mirada integral que lo contemple en el aspecto individual, social y económico -eco centrista-.
La adaptación a un nuevo marco regulatorio: las obras sociales han debido modificar sus procesos internos y sus relaciones con los prestadores para ajustarse a las nuevas normativas emanadas por el estado nacional.
La competencia con las prepagas: la apertura del mercado ha intensificado la competitividad con las prepagas, que ofrecen una amplia gama de servicios y planes.
La contención de costos: la inflación y la devaluación han obligado a las obras sociales a buscar mecanismos para contener los costos, pero a la vez, garantizar y mantener la calidad de las prestaciones.
La atención de las demandas de los afiliados: los afiliados cada vez son más exigentes, están más comunicados e interconectados y demandan una mayor variedad de servicios y una mejor atención.

Para el año 2025, se vislumbran nuevos desafíos y oportunidades. Por un lado, se espera que continúe la tendencia hacia la personalización de los planes de salud, con la oferta de productos más flexibles y adaptados a las necesidades individuales de los afiliados. Por otro lado, las herramientas tecnológicas y la inteligencia artificial jugarán un papel cada vez más importante en la gestión de la salud, permitiendo una mayor eficiencia y una mejor experiencia para los usuarios, obligando a las obras sociales a poner estos instrumentos a disposición del afiliado/ciudadano.

El rol de las Obras Sociales Sindicales en el futuro

Las Obras Sociales Sindicales han tenido y tienen un rol fundamental en el sistema de salud argentino y representan la única posibilidad de acceder al derecho de salud para una franja importante de personas que se encuentran en este subsistema. A pesar de los desafíos que representó el año 2024, éstas han demostrado su capacidad para adaptarse a los cambios y a pesar de la disminución o falta de aporte y precariedad laboral, brindar servicios de calidad a sus afiliados.

Así es que, en el futuro, las Obras Sociales Sindicales deberán:

Innovar: incorporar nuevas tecnologías y desarrollar productos y servicios transformadores que respondan a las demandas de los afiliados.
Establecer alianzas estratégicas: colaborar con otros actores del sistema de salud: prestadores -clínicas y sanatorios, laboratorios- y empresas de tecnología, para ofrecer una atención integral a los afiliados.
Fortalecer la gestión: implementar sistemas de gestión eficiente y transparente, con el objetivo de optimizar los recursos y garantizar la calidad de las prestaciones, a través de una adecuada gobernanza del riesgo.
Defender los intereses de los trabajadores: continuar trabajando en defensa de los derechos de los trabajadores y en la mejora de las condiciones de vida de los afiliados.
Interpretar el empoderamiento del afiliado: esto implica promover estrategias de accesibilidad en un marco colaborativo, gestionar y educar en la prevención, en estilos de vida saludables, controles periódicos, seguimiento de la cronicidad y respeto al medio ambiente.
Medir y evaluar: el impacto continuo con indicadores de calidad y seguridad del afiliado.

En conclusión, las Obras Sociales Sindicales se encuentran en un proceso de transformación profunda. Los desafíos son numerosos, pero también existen grandes oportunidades. Estamos interpelados a adaptarnos a los cambios y fortalecer los servicios, a fin de que las Obras Sociales Sindicales sigan siendo otro de los ejes de gestión y representantes claves en el sistema de salud argentino

 

(*) Abogado. Especialista en Sistemas de Salud. Presidente de Obra Social del Personal de la Actividad del Turf (OSPAT) y Secretario General de Unión de Trabajadores del Turf y Afines (UTTA)
 
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