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 Columna

    
CRISIS POLÍTICA DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
 Por el Dr. Hugo E. Arce (*)


En coincidencia con una decisión similar de la Presidencia de EE. UU., el Gobierno argentino ha comunicado su decisión de retirar al país de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Posiblemente la decisión argentina no tenga significación operativa en el funcionamiento de la entidad, pero la cancelación del apoyo de los EE. UU., seguramente va a determinar una seria crisis de financiamiento de la OMS y, posiblemente a corto plazo, del sistema de relaciones y cooperación internacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El país mantiene su pertenencia a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), institución creada en 1902 que, desde 1949 asumió además las funciones de Oficina Regional para las Américas de la OMS, y desde 1959, las de organismo sectorial de salud de la Organización de Estados Americanos (OEA). (1)
En este sentido, la vinculación del país con la OMS se sigue manteniendo indirectamente a través de la OPS, pero resignará su participación en reuniones internacionales de carácter científico y coordinación, organizadas por ese ente multilateral. Estas decisiones fueron claramente de carácter político, no técnico. Aludir a la gestión de la pandemia parece un argumento circunstancial.
La OMS forma parte del conjunto de organismos, establecidos al término de la 2a Guerra Mundial, para consolidar la convivencia de las naciones en un marco global de equilibrio y colaboración. El punto de partida político, sobre el que se construyeron los organismos multilaterales, se inició con los acuerdos alcanzados en Yalta (URSS) en febrero de 1945 y en Potsdam (Alemania) en julio-agosto del mismo año. Previamente, los Acuerdos de Bretton Woods (EE. UU.) de 1944, habían determinado los términos en que se establecerían los vínculos económicos.(2) Más tarde, entre 1945 y 1948, se constituyeron UNESCO, FAO, UNICEF -para responder a las necesidades más urgentes de los niños damnificados por la guerra-, y la OMS. (3)
Es notorio que el desarrollo cooperativo del sistema de la ONU comprometió gran cantidad de recursos y esfuerzos, en los que EE. UU. aportó una parte sustancial. La estructura organizativa se basa en Estados jurídicamente independientes, aunque sus dimensiones sean infinitamente diferentes: conviven pequeños archipiélagos oceánicos con EE. UU., Rusia, China e India, con teórica igualdad de derechos, por lo que actualmente están asociados 196 Estados, en esas entidades de carácter intergubernamental. La diferenciación en el poder de decisión de los miembros, sólo se instrumenta a través del Consejo de Seguridad de la ONU. La misma estructura decisoria intergubernamental mantienen tanto la OMS como la OPS, pero los aportes tienden a ser proporcionales a la magnitud de los países. A lo largo de las 8 décadas transcurridas, desde que el concierto de naciones emergentes de la 2ª Guerra Mundial construyó esta compleja estructura de relaciones político-económicas y sectoriales, los costos del funcionamiento se incrementaron precipitadamente en comunicaciones, edificios, personal y logística, sin que los resultados fueran satisfactorios para los Estados miembros.
El principio que inspiró esta convergencia multilateral de naciones puede remontarse al concepto de “estado de bienestar” o welfare state, acuñado por el Reino Unido en los ’40, por oposición al de warfare state, en base al eje de relaciones entre Estados. Tras el fin de la conflagración empleando armas nucleares, el propósito del sistema de la ONU fue supeditado a la “coexistencia pacífica” entre los bloques capitalista y socialista. Las estrategias de protección social, implementadas por los países entre las décadas del 50 y 80, posibilitaron condiciones aceptables de bienestar, sin que los resultados -vistos un cuarto de siglo después (1990 a 2015) (4)-, permitieran encontrar rasgos favorables en el desarrollo de las naciones: sólo mejoraron significativamente en salud, las que disponían de recursos socio-demográficos previos. En el marco de coexistencia entre los bloques políticos -expresado a través de un lenguaje neutro- predominaron orientaciones social-demócratas y socialistas, entre el personal permanente (no, entre los expertos convocados). Es visible cierta actitud de aprobación hacia los modelos de organización sanitaria de Inglaterra y Cuba, y, en cambio, marcadamente crítica ante el de EE. UU. Sus técnicos suelen atribuir la mayor parte de los rasgos inequitativos de los sistemas de salud, al que caracterizan como “modelo médico-hegemónico”. (5)
Tras este apretado relato, cambiaron las circunstancias de- terminantes. La doctrina de estado de bienestar enfrentó una aguda crisis a principios de la década del 90. Nuevas opiniones políticas cobraron adhesiones desde los primeros años del Siglo XXI, alentando el crecimiento de corrientes liberal-conservadoras, que se creían desplazadas. El enorme presupuesto del sistema institucional de la ONU -donde está incluida la OMS- ha sufrido un marcado desgaste, en función de los resultados de su desempeño. Los fondos con que cuentan estas organizaciones sólo alcanzan para financiar su propio metabolismo basal, pero no para subsidiar las acciones que promueven. Los criterios de consenso a través de Estados han sido desplazados por alianzas comerciales, políticas y regionales más dinámicas. El principio de “coexistencia pacífica” entre bloques ideológicos, fue superado por la competencia tecnológica entre las grandes potencias (4ª Revolución Industrial), y el mundo asiste asombrado ante enfrentamientos político-religiosos ancestrales, que parecen extemporáneos. Parece necesario revisar el modelo de cooperación y coordinación internacional actual, basado en Estados, por otro más adecuado a los enunciados formulados a mediados del Siglo XX.

Bibliografía:

1) Conviene acotar como ilustración histórica que, Emilio Coni, principal organizador de los congresos sanitarios latinoamericanos en los primeros años del Siglo XX, que derivaron más tarde en la creación de la OPS, se oponía a la denominación “panamericana”, porque implicaría el predominio de EE. UU. en la organización regional.
2) De Bretton Woods surgieron dos organismos permanentes: a) el Fondo Monetario Internacional (FMI), para financiar déficits eventuales de balanza de pagos, mediante préstamos a mediano plazo de fondos multilaterales, y b) el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), luego conocido como Banco Mundial (BM), para asistencias financieras de largo plazo.
3) Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO, United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization), 1945, sede París; b) Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO,
Food and Agriculture Organization), 1945, sede París; c) Fondo de Emergencia Internacional de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, United Nations International Children’s Emergency Fund), y d) Organización Mundial de la Salud (WHO, World Health Organization), 1948, sede París.
4) Healthcare Access and Quality Index in 195 countries and territories, 1990 –2015. The Lancet; 390: 231-66. Funded by Gates F., 2017.
5) OPS: Documento de Posición de OPS/OMS. Washington D.C., 2007.



(*)  Médico sanitarista. Doctor en Ciencias de la Salud. Director de la Maestría en Salud Pública, Instituto Universitario de Ciencias de la Salud, Fundación Barceló. Miembro del Grupo PAIS.

 
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