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 Columna

       

SALUD, COMPLEJIDAD Y EL CONTRATO SOCIAL

Por el Dr. Mauricio Klajman  dr.mklajman@gmail.com


Cuatro décadas han pasado desde que surgió en el quehacer científico el paradigma de la complejidad, posicionamiento que manifiesta un distanciamiento de lo mecánico, de lo unidireccional, de la lógica tradicional y de las matemáticas convencionales; es una perspectiva fortalecedora que une disciplinas, se aleja del Cartesianismo, así como de los paradigmas economicistas. (1)
El estado de salud-enfermedad de una población depende de varios factores, entre los que mencionaremos: las condiciones económicas del país, el nivel de ingreso de los individuos y sus familias, la genética, la alimentación, el nivel educativo, el estilo de vida, las características sociodemográficas, la ecología de cada región, los recursos gubernamentales y los programas destinados a la atención en salud. (2)
Desde esta columna venimos hablando del sistema de salud argentino en ya reiteradas oportunidades. De hecho, analizamos las fortalezas y debilidades del “Sistema” al que llamamos prestacional y no sistema de salud dada la fragmentación creciente del mismo.
Fragmentación también en aumento en la sociedad argentina, como hace décadas que no se producía, alterando profundamente el contrato social.
Las prepotentes medidas tomadas por el Ejecutivo en salud y en otras esferas, como parte de un ataque a la sociedad para volverla cada vez más desigual, es una constante desde que asumió esta administración.
Se sigue insistiendo que la salud es parte del mercado, cosa que demostramos ampliamente en columnas anteriores acerca de la irrealidad de esta tesis. (3)
La salud es un bien social y evidencia que cuanto más igualitaria es una sociedad más fácil es el acceso a los sistemas de salud.
El discurso, por ejemplo, del tratamiento de la pandemia y la cuarentena, ya es un cuentito que todos sabemos falso y cansador como argumento, por la falacia de estupideces que se mencionan.
En el grafico que acompaña este artículo se aprecia que EE. UU. tuvo más muertes por millón de habitantes que la India, país con una población que la cuadruplica.
Las cifras que dejo la Pandemia en Estados Unidos son dantescas. Hablamos de más de 1.200.000 muertes. Duplica la cantidad de muertos de la India, cuya base demográfica es la más grande del planeta, con más de 1.400 millones de seres humanos, es decir, cuatro veces la población de Estados Unidos. Claro, la India está entre los países que aplicaron “cuarentenas cavernícolas”. (4)
Ni hablar del Brasil de Bolsonaro con su famosa Gripecita tuvo 3.303 casos fatales por millón de habitantes. Tanto EE. UU. como Brasil no hicieron una cuarentena seria como si se realizó en la Argentina y no distribuyeron rápidamente vacunas, pese a que en EE. UU. se producían en cantidad suficiente para toda la población. En la India se hizo una cuarentena posible y rápida y se distribuyeron vacunas velozmente.
En 2020, la población de Argentina se estimaba en 45.376.763 habitantes, según proyecciones del INDEC.

- Casos de coronavirus: 10.128.845
- Fallecidos: 130.841
- Recuperados: 9.064.882 (5)
- La cuarentena fue un éxito.

Ahora para distraer la atención sobre el mal funcionamiento del falsamente llamado “mercado de la salud”; y, por otro, para aumentar aún más la tasa de ganancia y de plusvalor del sector privado se toman medidas, que atentan contra la accesibilidad, desfinanciando el subsector público y el subsector de Obras Sociales. O acaso creemos que la merma del presupuesto Universitario, por ejemplo, no provocara menos egresados en las carreras de salud.
Nuevamente la reducción del Ministerio de Salud a una Secretaría dependiente de un Ministerio gigantesco y cuasi fantasma, llamado “Capital Humano”. Nombre raro, si los hay, dentro de las modernas ciencias sociales.
El aumento exorbitante del precio de los medicamentos, tanto los producidos por los laboratorios locales, como los producidos por los laboratorios internacionales, absolutamente fuera de las cifras de la inflación.

El desmantelamiento de las políticas públicas que daban ayudas a pacientes y a sus familiares, en forma de medicamentos oncológicos, oncopediátricos, o para portadores de HIV, o el no otorgamiento de pensiones por discapacidad-coartando derechos adquiridos por el articulo 14 y 14 bis de la Constitución-.
La disminución de la cobertura en el PAMI de medicamentos, y además el no aumentar los ingresos de la clase pasiva a niveles aceptables, provocando una enorme pauperización, de tal manera que no puedan ni comer.
A propósito de este tema: el encarecimiento de los alimentos en general, y los proteínicos en especial, tendrá consecuencias en el aumento de la obesidad por ingesta mayor de hidratos de carbono y de las enfermedades crónicas que se producirán, con la consiguiente sobrecarga sobre el sistema de salud.
Nos referimos en artículos anteriores, a las consecuencias de la subalimentación en la primera fase de la niñez, la infancia durísima llena de privaciones, un millón de chicos que se van a dormir sin cenar en la Argentina, en parte son causa de los problemas educativos y los malos resultados educativos. (6)
¿Se les ocurre a las autoridades pensar en los trastornos en el desarrollo neurológico como consecuencia de la subalimentación proteínica? (7)
El ataque sistemático a las obras sociales nacionales, con el argumento de eliminar los “sellos de goma”, de los cuales hablamos en estas columnas y en foros públicos y los denominamos inaceptables, ya que invaden a un subsector solidario con empresas comerciales de relativa calidad-por lo menos sin estadísticas comprobables-... y con ese argumento se libera la afiliación no respetando la ley 18.610 y tergiversando el concepto de solidaridad mencionado.
La agresión a instituciones insignias de la atención pública en nombre de una poco creíble necesidad de auditoría -que la realiza la AGN tal como se aclaró-, sea que hablemos de hospitales escuelas (como el Hospital de Clínicas), o de hospitales psiquiátricos, como el Hospital Nacional Laura Bonaparte, o la cancelación de obras en curso en hospitales, mayormente en territorios esquivos para el Ejecutivo. El freno total de la obra pública no solo afecta al sector salud, sino que quita del trabajo registrado a amplios sectores de la población, con la consiguiente merma de aportes al sector de obras sociales.
El empobrecimiento de los trabajadores de la salud por los salarios que no se actualizan convenientemente, traerá con- secuencias gravísimas a un sector que ya venía sufriendo desde hace años.
Parecería ser que la política de salud de esta secretaria de salud desvencijada es que hay que pagar muy caro los servicios de salud, incluso mucho más caro que en las economías centrales. Y desde ya, olvidarse de la trilogía necesidades, derechos y políticas públicas en salud que atiendan a esos derechos. En caso de una pandemia, nada de pedir el derecho a vacunas o a una cuarentena ordenada, como han hecho todos los países con cierto instinto de supervivencia.
No puedo dejar de mencionar la idiotez de anunciar la retirada de la OMS, con el falaz argumento de ganar en libertad de acción en materia de salud.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) es una agencia especializada en salud pública que opera como la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las Américas... o sea que depende de la OMS... no como dijo el Secretario de Salud de la Nación que depende de la OEA... sería importante que se informe al respecto.
En 1948, el director de la OPS, Dr. Fred Soper firmó un convenio con la Organización Mundial de la Salud (OMS), con lo cual la OPS pasó a ser la Oficina Regional de la OMS para las Américas. Junto con la OMS, la OPS es miembro del sistema de las Naciones Unidas.
O sea que hay dejar morir personas de forma innecesaria durante una pandemia, para no tocar los privilegios de las corporaciones comerciales del sector salud... y además que sostener el equilibrio fiscal es el fin último de esta política. Estos planes fueron denunciados precisamente por la OMS.
Las preguntas que venimos haciendo reiteradamente siguen sin respuesta:
¿Cómo se distribuyen geográficamente los servicios de salud? ¿Continuaremos con hiper concentración de oferta y de tecnología en las zonas que son negocio? ¿Cuándo vamos a entender que la salud es un derecho humano?
Debemos debatir la importancia de lo público y lo privado, en su medida e influencia en la sociedad como contrato social que afecta la vida de la gente.
¿Los costos impuestos por el sector privado a la salud son reales? ¿Son eficaces las prestaciones públicas y las privadas? Cuando tendremos en nuestro país estadísticas que no tengan visos de misterio y podamos saber de qué se enferman y mueren los argentinos.
Por último, volver a hablar sobre un sistema INTEGRADO hoy parecería una utopía, pero todos aquellos que pensamos en un país moderno, solidario y democrático sabemos que es posible.
Todos los subsectores trabajando éticamente, complementándose y con el norte en la preservación de la vida, que es el valor supremo…

Argentinos pongamos manos a la obra...

Bibliografía:

1) MORIN, Edgar. El Método. Naturaleza de la naturaleza. Madrid, Edic. Cátedra, 1993.
2) El capital en el siglo XXI / Thomas Piketty, Arthur Goldhammer/(2013). Capital in the 21st Century, Harvard University Press.
3) La salud como bien social / Abrutzky, Rosana; Bramuglia, Maria Cristina /2017/ Editorial Instituto Argentino para el Desarrollo Económico.
4-5) www.worldmeters.info/coronavirus.
6-7) Dr. Carlos Regazzoni, médico y exdirector Ejecutivo del PAMI, reportaje realizado en los estudios de CNN Radio donde analizó la situación del país, especialmente en el sector salud



(*) Docente Libre/Dto. De Salud Pública y Humanidades Medicas/Fac. de Medicina /UBA.

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