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Cuatro décadas han pasado desde que surgió en el quehacer
científico el paradigma de la complejidad, posicionamiento que
manifiesta un distanciamiento de lo mecánico, de lo
unidireccional, de la lógica tradicional y de las matemáticas
convencionales; es una perspectiva fortalecedora que une
disciplinas, se aleja del Cartesianismo, así como de los
paradigmas economicistas. (1)
El estado de salud-enfermedad de una población depende de varios
factores, entre los que mencionaremos: las condiciones
económicas del país, el nivel de ingreso de los individuos y sus
familias, la genética, la alimentación, el nivel educativo, el
estilo de vida, las características sociodemográficas, la
ecología de cada región, los recursos gubernamentales y los
programas destinados a la atención en salud. (2)
Desde esta columna venimos hablando del sistema de salud
argentino en ya reiteradas oportunidades. De hecho, analizamos
las fortalezas y debilidades del “Sistema” al que llamamos
prestacional y no sistema de salud dada la fragmentación
creciente del mismo.
Fragmentación también en aumento en la sociedad argentina, como
hace décadas que no se producía, alterando profundamente el
contrato social.
Las prepotentes medidas tomadas por el Ejecutivo en salud y en
otras esferas, como parte de un ataque a la sociedad para
volverla cada vez más desigual, es una constante desde que
asumió esta administración.
Se sigue insistiendo que la salud es parte del mercado, cosa que
demostramos ampliamente en columnas anteriores acerca de la
irrealidad de esta tesis. (3)
La salud es un bien social y evidencia que cuanto más
igualitaria es una sociedad más fácil es el acceso a los
sistemas de salud.
El discurso, por ejemplo, del tratamiento de la pandemia y la
cuarentena, ya es un cuentito que todos sabemos falso y cansador
como argumento, por la falacia de estupideces que se mencionan.
En el grafico que acompaña este artículo se aprecia que EE. UU.
tuvo más muertes por millón de habitantes que la India, país con
una población que la cuadruplica.
Las cifras que dejo la Pandemia en Estados Unidos son dantescas.
Hablamos de más de 1.200.000 muertes. Duplica la cantidad de
muertos de la India, cuya base demográfica es la más grande del
planeta, con más de 1.400 millones de seres humanos, es decir,
cuatro veces la población de Estados Unidos. Claro, la India
está entre los países que aplicaron “cuarentenas cavernícolas”.
(4)
Ni hablar del Brasil de Bolsonaro con su famosa Gripecita tuvo
3.303 casos fatales por millón de habitantes. Tanto EE. UU. como
Brasil no hicieron una cuarentena seria como si se realizó en la
Argentina y no distribuyeron rápidamente vacunas, pese a que en
EE. UU. se producían en cantidad suficiente para toda la
población. En la India se hizo una cuarentena posible y rápida y
se distribuyeron vacunas velozmente.
En 2020, la población de Argentina se estimaba en 45.376.763
habitantes, según proyecciones del INDEC.
- Casos de coronavirus: 10.128.845
- Fallecidos: 130.841
- Recuperados: 9.064.882 (5)
- La cuarentena fue un éxito.
Ahora para distraer la atención sobre el mal funcionamiento del
falsamente llamado “mercado de la salud”; y, por otro, para
aumentar aún más la tasa de ganancia y de plusvalor del sector
privado se toman medidas, que atentan contra la accesibilidad,
desfinanciando el subsector público y el subsector de Obras
Sociales. O acaso creemos que la merma del presupuesto
Universitario, por ejemplo, no provocara menos egresados en las
carreras de salud.
Nuevamente la reducción del Ministerio de Salud a una Secretaría
dependiente de un Ministerio gigantesco y cuasi fantasma,
llamado “Capital Humano”. Nombre raro, si los hay, dentro de las
modernas ciencias sociales.
El aumento exorbitante del precio de los medicamentos, tanto los
producidos por los laboratorios locales, como los producidos por
los laboratorios internacionales, absolutamente fuera de las
cifras de la inflación.

El desmantelamiento de las políticas públicas que daban ayudas a
pacientes y a sus familiares, en forma de medicamentos
oncológicos, oncopediátricos, o para portadores de HIV, o el no
otorgamiento de pensiones por discapacidad-coartando derechos
adquiridos por el articulo 14 y 14 bis de la Constitución-.
La disminución de la cobertura en el PAMI de medicamentos, y
además el no aumentar los ingresos de la clase pasiva a niveles
aceptables, provocando una enorme pauperización, de tal manera
que no puedan ni comer.
A propósito de este tema: el encarecimiento de los alimentos en
general, y los proteínicos en especial, tendrá consecuencias en
el aumento de la obesidad por ingesta mayor de hidratos de
carbono y de las enfermedades crónicas que se producirán, con la
consiguiente sobrecarga sobre el sistema de salud.
Nos referimos en artículos anteriores, a las consecuencias de la
subalimentación en la primera fase de la niñez, la infancia
durísima llena de privaciones, un millón de chicos que se van a
dormir sin cenar en la Argentina, en parte son causa de los
problemas educativos y los malos resultados educativos. (6)
¿Se les ocurre a las autoridades pensar en los trastornos en el
desarrollo neurológico como consecuencia de la subalimentación
proteínica? (7)
El ataque sistemático a las obras sociales nacionales, con el
argumento de eliminar los “sellos de goma”, de los cuales
hablamos en estas columnas y en foros públicos y los denominamos
inaceptables, ya que invaden a un subsector solidario con
empresas comerciales de relativa calidad-por lo menos sin
estadísticas comprobables-... y con ese argumento se libera la
afiliación no respetando la ley 18.610 y tergiversando el
concepto de solidaridad mencionado.
La agresión a instituciones insignias de la atención pública en
nombre de una poco creíble necesidad de auditoría -que la
realiza la AGN tal como se aclaró-, sea que hablemos de
hospitales escuelas (como el Hospital de Clínicas), o de
hospitales psiquiátricos, como el Hospital Nacional Laura
Bonaparte, o la cancelación de obras en curso en hospitales,
mayormente en territorios esquivos para el Ejecutivo. El freno
total de la obra pública no solo afecta al sector salud, sino
que quita del trabajo registrado a amplios sectores de la
población, con la consiguiente merma de aportes al sector de
obras sociales.
El empobrecimiento de los trabajadores de la salud por los
salarios que no se actualizan convenientemente, traerá con-
secuencias gravísimas a un sector que ya venía sufriendo desde
hace años.
Parecería ser que la política de salud de esta secretaria de
salud desvencijada es que hay que pagar muy caro los servicios
de salud, incluso mucho más caro que en las economías centrales.
Y desde ya, olvidarse de la trilogía necesidades, derechos y
políticas públicas en salud que atiendan a esos derechos. En
caso de una pandemia, nada de pedir el derecho a vacunas o a una
cuarentena ordenada, como han hecho todos los países con cierto
instinto de supervivencia.
No puedo dejar de mencionar la idiotez de anunciar la retirada
de la OMS, con el falaz argumento de ganar en libertad de acción
en materia de salud.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) es una agencia
especializada en salud pública que opera como la Oficina
Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las
Américas... o sea que depende de la OMS... no como dijo el
Secretario de Salud de la Nación que depende de la OEA... sería
importante que se informe al respecto.
En 1948, el director de la OPS, Dr. Fred Soper firmó un convenio
con la Organización Mundial de la Salud (OMS), con lo cual la
OPS pasó a ser la Oficina Regional de la OMS para las Américas.
Junto con la OMS, la OPS es miembro del sistema de las Naciones
Unidas.
O sea que hay dejar morir personas de forma innecesaria durante
una pandemia, para no tocar los privilegios de las corporaciones
comerciales del sector salud... y además que sostener el
equilibrio fiscal es el fin último de esta política. Estos
planes fueron denunciados precisamente por la OMS.
Las preguntas que venimos haciendo reiteradamente siguen sin
respuesta:
¿Cómo se distribuyen geográficamente los servicios de salud?
¿Continuaremos con hiper concentración de oferta y de tecnología
en las zonas que son negocio? ¿Cuándo vamos a entender que la
salud es un derecho humano?
Debemos debatir la importancia de lo público y lo privado, en su
medida e influencia en la sociedad como contrato social que
afecta la vida de la gente.
¿Los costos impuestos por el sector privado a la salud son
reales? ¿Son eficaces las prestaciones públicas y las privadas?
Cuando tendremos en nuestro país estadísticas que no tengan
visos de misterio y podamos saber de qué se enferman y mueren
los argentinos.
Por último, volver a hablar sobre un sistema INTEGRADO hoy
parecería una utopía, pero todos aquellos que pensamos en un
país moderno, solidario y democrático sabemos que es posible.
Todos los subsectores trabajando éticamente, complementándose y
con el norte en la preservación de la vida, que es el valor
supremo…
Argentinos pongamos manos a la obra...
Bibliografía:
1) MORIN, Edgar. El Método. Naturaleza de la naturaleza. Madrid,
Edic. Cátedra, 1993.
2) El capital en el siglo XXI / Thomas Piketty, Arthur
Goldhammer/(2013). Capital in the 21st Century, Harvard
University Press.
3) La salud como bien social / Abrutzky, Rosana; Bramuglia,
Maria Cristina /2017/ Editorial Instituto Argentino para el
Desarrollo Económico.
4-5) www.worldmeters.info/coronavirus.
6-7) Dr. Carlos Regazzoni, médico y exdirector Ejecutivo del
PAMI, reportaje realizado en los estudios de CNN Radio donde
analizó la situación del país, especialmente en el sector salud
| (*) Docente Libre/Dto. De Salud
Pública y Humanidades Medicas/Fac. de Medicina /UBA. |
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