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Con gran satisfacción celebramos la creación del Procedimiento
de Mediación Prejudicial en Materia de Salud (PROMESA),
impulsado por el Decreto de Necesidad y Urgencia 379/2025. Este
avance marca un hito para la transformación del sistema de salud
argentino hacia un cambio cultural propiciando el diálogo,
ofreciendo a los ciudadanos una alternativa no adversarial para
la resolución de sus controversias.
Es fundamental reconocer y fortalecer lo valioso de esta
iniciativa.
PROMESA como política pública representa un paso significativo
que sitúa a la mediación en un lugar protagónico dentro del
ámbito sanitario. El hecho de que se haya generado un marco
norma- tivo específico, con visión preventiva y restaurativa, es
un logro que merece ser celebrado.
Este avance refleja una sensibilidad creciente respecto del
sufrimiento que atraviesan los usuarios, los equipos médicos y
las instituciones cuando no existen canales eficaces de
resolución. Por eso, es clave consolidar este camino y
garantizar su continuidad con los recursos adecuados y el aval
institucional.
No obstante, como autoras comprometidas con el fortalecimiento
institucional de la mediación, consideramos importante señalar
que sería deseable que PROMESA tuviera como ámbito de desarrollo
un organismo, dotado de estructura, presupuesto y articulación
intersectorial. Esto permitiría consolidar equipos de mediadores
especializados, entre ellos médicos mediadores, psicólogos
mediadores y profesionales de otras disciplinas relevantes según
el tipo de conflicto.
Asimismo, creemos indispensable la intervención de la CONETEC
(Comisión Nacional de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y
Excelencia Clínica), en las audiencias de mediación, como
organismo rector en el análisis de la evidencia médica y
tecnológica, para contribuir con decisiones fundadas, evitando
que los conflictos se resuelvan exclusivamente en base a
percepciones subjetivas o presiones judiciales.
Un sistema judicial desbordado
En el escenario actual, la judicialización de los conflictos en
salud suele ser la única vía conocida para los usuarios. Sin
embargo, se trata de un camino muchas veces lento, costoso y
alejado de las verdaderas causas del conflicto.
En la práctica cotidiana, los tribunales enfrentan una avalancha
de reclamos, por ejemplo, de prestaciones especiales y
medicamentos de alto costo, que muchas veces podrían resolverse
en un marco institucional de mediación sanitaria mediante una
instancia previa de diálogo, ágil, personalizada y orientada a
satisfacer los verdaderos intereses de las partes.
Insistimos, con la intervención de terceros en el marco de la
mediación, tales como los organismos técnicos, que con su
opinión pueden colaborar con el esclarecimiento de la
divergencia de opiniones.
PROMESA desarrollada en un marco institucional y neutral, podría
brindar un servicio de mediación profesional e inter-
disciplinario, al que también podrían derivar los jueces, los
casos que llegan a sus despachos, para que los pacientes, las
obras sociales, las prepagas, y los profesionales de la salud
puedan expresar sus perspectivas, acompañados por letrados
colaborativos y mediadores capacitados.
Se trata de una propuesta que se alinea con los estándares
internacionales de justicia terapéutica, donde el acceso a la
justicia no significa únicamente llegar a juicio, sino contar
con alternativas efectivas y humanas para resolver los
desacuerdos.
La importancia del “Derecho
Colaborativo”
El enfoque de Derecho Colaborativo, base conceptual para
propiciar el cambio de paradigma en el ejercicio de la abogacía
e interactuar con los principios y valores que propugna PROMESA,
propone un ejercicio innovador de la profesión legal: trabajar
en equipo con otras disciplinas para encontrar soluciones
pacíficas, evitando escalar el conflicto. Se trata de un cambio
de paradigma profundo: del litigio a la colaboración.
Este modelo se caracteriza por la apertura, la honestidad y el
compromiso ético de los profesionales intervinientes. Los
abogados colaborativos no buscan “ganar el caso”, sino ayudar a
sus clientes a encontrar acuerdos que respeten derechos y
necesidades reales, dentro del marco legal vigente.
Al incorporar esta visión al ámbito de la salud, abrimos una
puerta a prácticas más empáticas, responsables y centradas en el
bienestar de las personas. Porque la salud, en definitiva, es un
derecho humano que requiere de abordajes interdisciplinarios y
sensibles.
Innovar también en lo jurídico
Así como celebramos cada avance en innovación médica, es hora de
innovar en el ámbito jurídico. La transformación del modelo
paternalista hacia uno basado en la autonomía de la voluntad
debe reflejarse también en los mecanismos de resolución de
conflictos.
Para ello, formar equipos de mediadores capacitados, que
incluyan no solo abogados, sino también médicos, psicólogos y
otros profesionales, es clave para comprender integralmente las
dinámicas en juego. PROMESA puede y debe ser ese espacio.
Ahora bien, creemos que para que sea sostenible en el tiempo,
necesita un marco institucional sustentable que le de jerarquía
al proceso de mediación sanitaria, capacitación continua de los
mediadores intervinientes, acompañamiento técnico y coordinación
con organismos como CONETEC, ANMAT, entre otros, que puedan
validar, desde sus funciones de expertos neutrales sobre las
nuevas tecnologías y medicamentos, las decisiones que se tomen
en cada mesa de diálogo.
Una de las herramientas más valiosas con la que se trabaja en
mediación es con el uso de criterios objetivos, es decir,
programas publicados, datos estandarizados, valores de mercado
etc., de manera tal que son conocidos y aceptados por todos, no
tienen discusión, y en la mesa donde se gestiona un conflicto,
esclarecen la divergencia y dan una respuesta a ambas partes.
Consideramos que los conflictos de salud ameritan un encuentro
presencial con los mediadores, en una institución u organismo
calificado, con respaldo académico, transparente e imparcial,
que ofrezca un clima cómodo y apropiado para la escucha, que
refleje respeto por todos los asistentes al proceso de
mediación, en el que se pueda conversar sobre el caso particular
que se planteé. Solo por excepción podría ser virtual en casos
que lo justifiquen.
Cultura de prevención y diálogo
Entendemos a PROMESA también como una oportunidad para prevenir
futuros conflictos. Su implementación debería ir acompañada de
acciones formativas dentro de las organizaciones de salud:
promover espacios de reflexión interna, capacitar en habilidades
comunicacionales, escuchar activamente a los equipos y a los
usuarios. Solo así se podrán identificar señales tempranas de
conflicto y actuar antes que escalen.
La mediación, cuando se integra a una cultura institucional, no
solo reduce litigios, sino que mejora la calidad de los
vínculos, promueve el trabajo en equipo y fortalece la confianza
de los ciudadanos en el sistema de salud.
Un horizonte posible
PROMESA no es una solución mágica, pero es una oportunidad
concreta para cambiar el rumbo. Si logramos que se implemente
con responsabilidad, en red con actores del Estado, con equipos
interdisciplinarios y con mirada preventiva, será una
herramienta de transformación real.
Como autoras, abogadas y mediadoras, celebramos esta política
pública y a la vez levantamos la voz para que su aplicación no
quede librada a la buena voluntad de unos pocos, sino que se
traduzca en una política de Estado sostenida, articulada y con
visión estratégica.
Porque elegir la mediación es elegir la madurez de los usuarios,
de las empresas, de las organizaciones, y de la política en
salud. Es confiar en que el diálogo, bien conducido, puede sanar
incluso los conflictos más complejos.
(*) Abogadas – Mediadoras - Consultoras en Mediación Sanitaria
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