:: REVISTA MEDICOS | Medicina Global | La Revista de Salud y Calidad de Vida
 
Sumario
Institucional
Números Anteriores
Congresos
Opinión
Suscríbase a la Revista
Contáctenos

 

 

 

 

 

 

Federación Farmacéutica

 

 
 

 
 

:: Infórmese con REVISTA MEDICOS - Suscríbase llamando a los teléfonos (5411) 4362-2024 /  (5411) 4300-6119 ::
   
 Columna

       

CIVILIZACIÓN Y BARBARIE

“La ilustración y fomento de las letras son las llaves maestras que abren las puertas de la abundancia y hacen felices a los pueblos” / José de San Martín
(Al Cabildo de la Capital de Chile, Mendoza, 17 de marzo de 1817)

Por el Dr. Mauricio Klajman  dr.mklajman@gmail.com


La idea de civilizar la barbarie, de integrar a las comunidades incivilizadas al proyecto de la Modernidad, es un concepto que atraviesa casi toda la historia de América, y que desde la Colonia y la República (y hasta la actualidad) se ha venido instalando como una columna vertebral en las múltiples estrategias de poder que pretenden clasificar y definir los cánones de lo “racional”, de lo “cultural” o de lo “identitario”. (1)
La barbarie es definida -en primera instancia-, como un espacio exterior escasamente comprendido por quienes tienen el poder de establecer límites (geográficos/políticos, epistémicos o subjetivos), y que implica necesariamente la condición de “subalternidad” de aquel “otro” colonizado. Por otro lado, el concepto de “civilización” (Civilization francesa, o Civilization inglesa) surge muy posteriormente en el siglo XVIII, tendrá sus antecedentes muy remotos y en aspectos muy puntuales. (2)
Nuestro país tiene durante el siglo IXX una batalla entre civilización y barbarie. Sarmiento publica en el exilio en 1845: “Facundo o civilización o barbarie en las Pampas Argentinas”. Oscar Terán en un ensayo de 2007 hace hincapié en el estado real de la República (3) de mediados del siglo IXX:
“Un país bifronte, caracterizado por una fricción inédita entre lo civilizado y lo bárbaro”. Obsérvese lo similar en este momento, en nuestro tiempo con la llamada “grieta”. Que no es otra cosa que la lucha entre modernidad y atraso, entre desarrollo y subdesarrollo. (4)
Esto es hacer confluir la libertad, la igualdad de condiciones, además de la fraternidad social, lo que deberíamos hacer indefectiblemente. Pilares de la revolución francesa, qué fueron adoptados por los Estados modernos a partir del siglo IXX y acentuados en el XX y XXI. Ciencia, derechos, cultura, educación y salud como pilares y cimientos incólumes de un país con futuro.

La barbarie hoy es el tecnofeudalismo

Las dinámicas tradicionales del capitalismo ya no gobiernan la economía. Lo que ha matado a este sistema es el propio capital y los cambios tecnológicos acelerados de las últimas dos décadas, que, como un virus, han acabado con su huésped. (5)
Los dos pilares en los que se asentaba el capitalismo han sido reemplazados: los mercados, por plataformas digitales que son auténticos feudos de las big tech; el beneficio, por la pura extracción de rentas. Sumado a esto si prestamos atención, no nos costará ver que la mutación del capital en lo que se llama “capital en la nube” ha demolido los dos pilares del capitalismo: los mercados y los beneficios.
Por supuesto, ambos siguen estando omnipresentes -de hecho, también lo estaban en el feudalismo-, pero ya no ejercen el control de antaño. Lo que ha ocurrido en las dos últimas décadas es que el beneficio y los mercados han sido expulsados del epicentro de nuestro sistema económico y social, se han desplazado a sus márgenes y han sido reemplazados. ¿Con qué?
Los mercados, el medio del capitalismo, han sido sustituidos por plataformas de comercio digitales que parecen mercados, pero no lo son, y que se entienden mejor si los consideramos feudos. Y el beneficio, el motor del capitalismo, ha sido sustituido por su predecesor feudal, la renta. En concreto, una forma de renta que debe pagarse para tener acceso a esas plataformas y, en general, a la nube, la “renta de la nube”.
Así, en la actualidad el poder real no lo ostentan los propietarios del capital tradicional, es decir, de la maquinaria, los edificios, las redes ferroviarias y telefónicas, los robots industriales. Éstos siguen extrayendo beneficios de los trabajadores, de la mano de obra asalariada, pero ya no mandan como antes.
Como veremos, se han convertido en vasallos de una nueva clase de señor feudal, los propietarios del capital en la nube. En cuanto al resto, hemos vuelto a nuestra antigua condición de siervos y contribuimos a la riqueza y el poder de la nueva clase dominante con nuestro trabajo no remunerado y cuando tenemos la oportunidad, con el trabajo asalariado que realizamos.
El regreso del rentismo, una forma parásita de organizar las sociedades, tanto en la época feudal, así como en los tiempos del colonialismo. Esto no tiene precedentes. Los empleados de General Electric, ExxonMobil, General Motors o cualquier otro gran conglomerado perciben en sueldos y salarios alrededor del 80 por ciento de los ingresos de la empresa. (6) Esta proporción aumenta en las empresas más pequeñas.
En cambio, los trabajadores de las grandes tecnológicas perciben menos del 1 por ciento de los ingresos de sus empresas. La razón es que la mano de obra asalariada sólo realiza una fracción del trabajo del que dependen las grandes tecnológicas. La mayor parte lo realizan miles de millones de personas de forma gratuita.
Véase la similitud con el trabajo médico: pluriempleo casi siempre mal remunerado. Somos trabajadores que producimos mediante nuestro capital intelectual, reemplazamos a las grandes fábricas por empresarios de la salud o financiadores sujetos a los vaivenes del antiguo mercado.
Incluso se habla de la inteligencia artificial como sustituto de nuestra labor. Es verdad que la IA no le puede dar la mano a un paciente y sentir el intercambio de calor humano entre ambos. Pero si se equivoca en el diagnóstico o en la terapéutica a los dueños del capital no les interesa, ya que la ética de la humanidad no está en juego: no la conocen.
Estamos en el neofeudalismo, no hay diferencia entre la barbarie según pensaban los griegos con su definición de esclavos o la servidumbre de la época feudal. Es dura esta definición, pero es una lectura de la realidad sanitaria que nos aqueja.
El Estado dejo de ser árbitro tratando de civilizar, promover la igualdad y favoreciendo la equidad que supimos conseguir en nuestro país, a través de nuestra exquisita historia de derechos, de educación y de promoción de la ciencia.
Ridículas explicaciones sobre el presupuesto cada vez más acotado del Garrahan, de las universidades, de la cultura en general y sobre todo la desfinanciación de la salud. “Vamos al revés del mundo, hacia el retorno de la barbarie” que, en el Facundo, Sarmiento denuncia.
La educación nos impulsó a ser uno de los países más avanzados del mundo y en el siglo XX con un índice de ascenso social de las clases medias ejemplo para otros países sudamericanos.
No quisiera finalizar este artículo sin un mensaje esperanzador: los argentinos somos resilientes de cantidades de crisis, hemos atravesado tormentas más duras… pero siempre a través de la unidad y la fuerza que otorga esa historia de derechos mencionada.
Encontraremos una salida a este desfiladero donde estamos inmersos en este momento: pongamos fuerza y esperanza en el futuro.
En resumen, la esperanza es una fuerza activa, conectada con la acción y la comunidad, que nos impulsa a construir un futuro mejor, incluso cuando enfrentamos la negatividad y la oscuridad.

Bibliografía:

1) Civilización, historia de un concepto /José Burucúa/Fondo de Cultura Económica/México/ Buenos Aires/2024.
2) Civilización y barbarie. La instauración de la “diferencia colonial” durante los debates del siglo XVI y su encubrimiento como “diferencia cultural”/Patricio Lepe-Carrión/Pontificia Universidad Católica de Valparaíso/Scielo/Andamios vol.9 no.20 Ciudad de México sep./dic. 2012.
3) Facundo o Civilización y barbarie en las pampas argentinas/Chile 1845.
4) Para leer el Facundo/Civilización y barbarie: cultura de fricción/Oscar Terán/Capital intelectual/ 2007.
5)(6) Tecnofeudalismo - el sigiloso sucesor del capitalismo/Yanis Varoufakis/Ariel/2025.



(*) Docente libre - Departamento de Salud Pública y Humanidades Médicas - Facultad de Medicina/UBA.

SUMARIO 
 
 

Copyright 2000-2025- Todos los derechos reservados, Revista Médicos