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Administración de riesgos
en salud |
Por el Dr. Horacio E. Canto.
Gerencia de Administración
de Riesgos Médicos
SMG Seguros |
Desde el
comienzo de los tiempos el hombre ha
tenido que enfrentarse con el
riesgo. El reconocimiento, control y
la posible eliminación del mismo ha
sido un desafío constante.
Este proceso es conocido como
Administración de riesgo.
La administración de riesgo ha
cumplido un papel importante en las
industrias por más de 50 años, y si
bien las actividades de manejo de
riesgo han tenido un lugar desde
siempre en los hospitales y en la
actividad médica, es recién a partir
de mediados de la década del 70,
durante la crisis de la mala praxis
en EE.UU., que se organiza como
disciplina y se le asigna un papel
de privilegio en el campo de la
administración de la salud.
Durante esos años, los juicios por
mala praxis aumentaron en forma
significativa en EE.UU., y la
cobertura de responsabilidad
profesional médica era prácticamente
imposible de obtener, o bien las
primas de seguro eran exorbitantes.
La economía estaba deprimida y
muchas aseguradoras se retiraron del
mercado, mientras otras aumentaron
sus primas en forma considerable,
por lo que las instituciones de
salud se vieron forzadas a encontrar
métodos alternativos de financiación
de sus riesgos en cuanto a
responsabilidad profesional.
Las aseguradoras que permanecieron
en el mercado exigían el
cumplimiento de ciertos requisitos a
sus asegurados, incluyendo el
desarrollo de programas de
administración de riesgo. Y de
hecho, muchos de los estados que
establecieron topes indemnizatorios
exigieron contar con este tipo de
programas.
Algunas instituciones implementaron
programas de administración de
riesgo sólo por cumplir con
requisitos impuestos por la ley o
por las compañías aseguradoras, por
lo que la mayoría de ellos no
tuvieron el apoyo y el compromiso
necesarios para desarrollar un
proceso exitoso.
Al respecto resulta importante
señalar que el seguro es sólo una
forma de protección del patrimonio y
la reputación de las instituciones.
El propósito y la función de la
administración de riesgo aún no es
muy clara para la gran mayoría de
las personas que se desenvuelven en
el área de la salud no directamente
involucrados en este proceso. De
hecho, el término RISK MANAGEMENT en
su lengua original, generalmente es
considerado algo ligado totalmente
al seguro.
Este último en los días que corren,
es un elemento fundamental para
distinto tipo de actividades, pero
puntualmente en el campo de la
salud, las técnicas de control del
riesgo, son de gran importancia.
La administración del riesgo en el
campo de la salud tiene dos
objetivos fundamentales: proteger la
organización de las pérdidas
financieras y mejorar la calidad de
atención a través de la
identificación y eliminación de
riesgos potenciales.
Es trascendente señalar que la
actividad médica está expuesta a los
riesgos propios de una disciplina
llevada a cabo por seres humanos
sobre seres humanos.
Nuestro medio carece en general de
estadísticas confiables, pero
analizando aquéllas obtenidas en
EE.UU., desde el clásico estudio de
Harvard, publicado en el New England
Journal of Medicine en 1991, los
eventos adversos producto de las
prácticas médicas son una realidad
incontrovertible, alrededor de un 4
% en dicho estudio. Y de éstos, casi
un 70 % fueron atribuidos a errores
médicos.
Resulta indiscutible que pese a
encarar un programa de gestión de
riesgo con la mayor eficiencia,
muchos de estos daños serán muy
difíciles de evitar, pero sin lugar
a dudas, podrán ser
significativamente disminuidos con
la aplicación de un proceso
sistemático de identificación,
análisis, tratamiento y evaluación
de los riesgos actuales y
potenciales.
Dichos programas tendrán, sin lugar
a dudas, una estrecha relación con
la administración de calidad.
La administración de riesgos en
salud constituye una disciplina
autónoma manejada por un
administrador de riesgos clínicos y
un equipo multidisciplinario
compuesto por médicos legistas,
auditores, abogados especializados
en riesgo, especialistas en higiene
y seguridad, actuarios,
especialistas en electromedicina, y
en recursos humanos, etc.
Este equipo profesionalizado a tal
fin, genéricamente tiene como
función identificar los riesgos,
desarrollar las técnicas para su
tratamiento, luego seleccionar la
más apropiada e implementarla, para
finalmente monitorear su eficacia,
evaluando disminución de problemas
previamente identificados, demandas,
incidentes, quejas, evoluciones
desfavorables, etc.
Independientemente de todas las
medidas de prevención, el equipo de
abogados especializados en
responsabilidad institucional y
profesional, juntamente con el
médico especialista en medicina
legal, se deberán ocupar, además,
del manejo judicial de los
siniestros de esta índole recibidos
por la institución.
En síntesis puede concluirse
haciendo un análisis retrospectivo
de la experiencia norteamericana,
que la implementación de Programas
de Administración de Riesgos
Clínicos ha reportado un importante
beneficio a las instituciones de
salud en los EE.UU.
La inversión en los referidos planes
logró a largo plazo, no sólo una
mejoría en los estándares de
atención, sino que disminuyó
dramáticamente los índices de
siniestralidad, haciendo el riesgo
razonable para las aseguradoras.
En base a la experiencia sajona
mencionada, puede concluirse que la
implementación de un plan de RISK
MANAGEMENT, debería constituir hoy
un pilar básico en el funcionamiento
de toda institución de salud,
debiendo las autoridades de las
instituciones considerarlo una
inversión y no un gasto.
Finalmente puede afirmarse que la
conjunción de un seguro de
responsabilidad
profesional/institucional a
satisfacción, con un adecuado
programa de administración de
riesgo, constituye la base esencial
que brindará seguridad para una
correcta práctica médico asistencial.
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