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Columna


Nada nuevo, presagios viejos
Por el Doctor Ignacio Katz

"Para ver algo nuevo,
hay que hacer algo nuevo".
Georg Lichtenberg
   

Quien ha elaborado una crónica real con la sucesión de vivencias acaecidas en el Hospital Posadas y hoy recoge los relatos que provienen del Hospital de Clínicas, puede, con sobriedad, tristeza y estupor afirmar: nada nuevo. Una vez más un gran proyecto de hospital, que se convierte en una nave solitaria, fuera de toda red de prestaciones, navega sin rumbo y de ella parten gritos que sólo reclaman gasolina, en forma de más presupuesto e insumos.
Una cosa es hacer una crónica, otra hacer una novela y otra muy distinta es la trágica y frustrada descripción de una entidad que es “como si” fuera un hospital. Este tipo de establecimientos tiene una doble naturaleza: por un lado, se lo considera un tecnosistema productor de servicios asistenciales, abocado a la docencia, a la investigación y a la asistencia. Y por el otro, es una institución en la que se llevan a cabo reparaciones vitales para la población, que lo transforman en un bastión de la dignidad humana. En el caso del Clínicas se agrega que es nuestra “nave insignia” en lo referente a la educación médica.
Pero el Clínicas es “como si” fuera un hospital porque está atravesado por toda clase de conflictos y porque no está integrado a ningún sistema sanitario nacional. De todos modos, lo que sucede en su interior no es azaroso. La ceguera frente al derrumbe es similar a aquella que creía en la “teoría del derrame”. Las conductas parecen resultantes de una epidemia que nos hubiera lesionado el hipocampo, una zona del cerebro donde se registran los recuerdos cuyo almacenamiento llamamos “experiencia”.

Pasado y presente

“Tenemos que esforzarnos más
por comprender que por explicar”
Vaclav Havel

Argentina hospital, el rostro oscuro de la salud, es un libro dedicado a los personajes centrales de esta historia: los sufridos pacientes. En el extremo opuesto están los “asesinos de la ética”, verdaderos “eticidas” que perdieron la oportunidad de transformar la angustiosa situación sanitaria.
El libro fue escrito como testigo y partícipe involucrado, comprometido y profundamente conmovido por el sufrimiento humano-y a la vez inhumano- que atravesaba todo el ámbito hospitalario. Ahí se mezclaba dolor y tragedia. Creo haber cumplido con el deber de sacar a la luz estos hechos.
El relato desarrollado en Argentina Hospital, parte de febrero de 2000 y llega a noviembre de 2001. Paso a paso va describiendo con premonición el 19/20 de diciembre de 2001. También, es un inventario de cierta “memoria del horror”, detectada en un hospital clave como el Posadas.
Hoy, al observar la concatenación de acontecimientos, incidentes y conductas que se desarrollan en el Clínicas, surge como duda: ¿de qué forma hemos digerido, cómo hemos metabolizado los argentinos el 2001? ¿Cuál es la experiencia que nos ha dejado?
Los pasos se repiten con pasmosa similitud. Volvimos a hablar de “presupuesto e insumos”, hasta desde las propias esferas gubernamentales. Pero ignoramos a la estructura que soporta este emprendimiento, tanto en lo referente a los llamados “recursos humanos”, al parque instrumental y a la infraestructura edilicia. No se hace referencia a la estrategia política y operacional que aborde los modos de producción y menos aún se adoptan nuevas pautas que posibiliten cambios en la cultura laboral.
En Argentina Hospital, repasábamos un mosaico de situaciones y personajes, que se repiten en otros hospitales con distintas caras, pero con idénticos libretos. Descontrol administrativo, ausencias laborales inexplicables, negocios privados a expensas de la salud pública, suciedad, negligencias fatales, son algunos de los eslabones de una cadena que une el pasado con el presente.
Hagamos un breve punteo de las irregularidades detectadas en el Posadas, y sus equivalencias con la actualidad de otros establecimientos.

*2000: Hospital Posadas: “No había aire acondicionado en la nursery. “¿Por qué no lo ponen en marcha? ¿No funciona?”, pregunté. Me respondieron que sí, “pero si lo conectamos, salta todo el sistema eléctrico.
*2007: Hospital Garrahan: “Reclaman por la falta de aire acondicionado en el Hospital Garrahan. Con ventiladores, en terapia intensiva”, afirma La Nación el 4 de enero de 2007.
*2000: Hospital Posadas. De diez quirófanos, funcionan tres. Y en uno solo funciona la lámpara scialítica.
*2007. Hospital de Clínicas. Reducción progresiva de operaciones para el corriente año, según denuncia la División Cirugía Torácica del Hospital, en La Nación del 7 de febrero de 2007.
*2000. Hospital Posadas: Enorme porcentaje de ausentismo de enfermeros y médicos.
*2007: “Largas esperas para realizar estudios médicos complejos”, dice La Nación el 29 de mayo de 2007.
*2000: Hospital Posadas: Déficit de horas de secretaría, lo que perjudica la admisión, el registro y la facturación de pacientes y prácticas, como también la estadística de producción del área. Imposibilidad de calcular insumos, personal necesario y el desarrollo futuro. También se registran contratos por montos desmesurados por servicios de limpieza y falta de control de personal.
*2007: Hospital de Clínicas: “Duro dictamen de un fiscal por irregularidades en el Clínicas”, según Clarín, el 28 de marzo de 2007. La nota da cuenta de falta de controles de insumos y fondos, deficiencias en el mantenimiento del Hospital y falta de limpieza, entre otras denuncias.
*2000: Hospital Posadas. Internaciones de pacientes por tiempos increíblemente excesivos, confinando a la persona en el hospital hasta un año y, al mismo tiempo, bloqueando el acceso a la cama de otro enfermo.
*2007: “Pami echó a dos médicos por cobrar ensayos con una droga”, dice Clarín el 27 de marzo de 2007, dando cuenta del caso de profesionales de la salud que experimentaban remedios con pacientes sin su consentimiento y que cobraban importantes sumas de dinero de laboratorios.

¿Cuál es el costo que pagamos por este persistente grado de degradación, cometido por depredadores de todo tipo? Esta situación afecta la existencia personal, los valores, la libertad, hasta comprometer la identidad misma.
Llegados a este punto, creo que los vaivenes ideológicos deben quedar al margen y hay que retornar al pensamiento crítico, para lo cual quisiera volver a centrarme en las premisas básicas del tema, para que podamos:
    *Reformular estrategias
    *Asignar correctamente los recursos
    *Contener los costos
    *Preservar el capital humano

Vale citar a Jaques Bouveresse cuando se refiere a la “falsa petición humanística” de aquellos que se permiten reclamar retrospectivamente lo que no hicieron cuando hubieran debido hacerlo. Nos está diciendo además, que estamos obligados a asumir no solamente nuestras intenciones y nuestros actos, sino también las consecuencias y el sentido que ellos toman en un determinado contexto histórico.
No se trata de meditaciones sino de un análisis de esa brumosa esfera que componen la corruptela e ineficiencia y que con los años se ha hecho estructural. Perpetuar este presente anquilosado es no tener ni presente ni futuro. Un hospital deja de ser público cuando lo gobiernan intereses sectoriales. Y deja de ser gratuito cuando son los pacientes los encargados de proveer los insumos.
La batalla por revertir la condición sanitaria argentina no ha cesado. La obsolescencia cultural sigue siendo mayor que la obsolescencia edilicia. Los pacientes siguen “amontonándose”, sea en el Clínicas, en el Posadas, u otro hospital, sufriendo por momentos frecuentes formas de indignidad y humillación.
Por el respeto al ser humano, a sus libertades y derechos inalienables y al principio de que todo poder emana del pueblo, se impone profundizar el cambio. Sin embargo, lo que debería ser una convocatoria a reconstruir el país se transforma en una puja de litigantes. De este modo, quienes deberían mostrarnos el mayor rigor científico en el tratamiento de una situación tan compleja como la que atraviesan, permanecen enmarañados en actitudes que los paralizan.
Que la ciencia como base de transformación, la comprensión y el coraje los iluminen, a fin de discernir y decidir superar esta encrucijada cuyo dilema es simple: el desgarro de una posibilidad o recuperar una institución nacional apropiada para ponerla al servicio del Pueblo. Al gran pueblo argentino: ¡Salud!

Ignacio Katz, Doctor en Medicina (UBA) ,
Autor de: “Argentina Hospital, El rostro oscuro de la salud” , (Edhasa, 2004).

 

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