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Quien ha elaborado una
crónica real con la sucesión de vivencias acaecidas en
el Hospital Posadas y hoy recoge los relatos que
provienen del Hospital de Clínicas, puede, con
sobriedad, tristeza y estupor afirmar: nada nuevo.
Una vez más un gran proyecto de hospital, que se
convierte en una nave solitaria, fuera de toda red de
prestaciones, navega sin rumbo y de ella parten gritos
que sólo reclaman gasolina, en forma de más presupuesto
e insumos.
Una cosa es hacer una crónica, otra hacer una novela y
otra muy distinta es la trágica y frustrada descripción
de una entidad que es “como si” fuera un hospital. Este
tipo de establecimientos tiene una doble naturaleza: por
un lado, se lo considera un tecnosistema productor de
servicios asistenciales, abocado a la docencia, a la
investigación y a la asistencia. Y por el otro, es una
institución en la que se llevan a cabo reparaciones
vitales para la población, que lo transforman en un
bastión de la dignidad humana. En el caso del Clínicas
se agrega que es nuestra “nave insignia” en lo referente
a la educación médica.
Pero el Clínicas es “como si” fuera un hospital porque
está atravesado por toda clase de conflictos y porque no
está integrado a ningún sistema sanitario nacional. De
todos modos, lo que sucede en su interior no es azaroso.
La ceguera frente al derrumbe es similar a aquella que
creía en la “teoría del derrame”. Las conductas parecen
resultantes de una epidemia que nos hubiera lesionado el
hipocampo, una zona del cerebro donde se registran los
recuerdos cuyo almacenamiento llamamos “experiencia”.
Pasado y presente
“Tenemos que esforzarnos
más
por comprender que por explicar”
Vaclav Havel
Argentina hospital,
el rostro oscuro de la salud, es un libro dedicado a
los personajes centrales de esta historia: los sufridos
pacientes. En el extremo opuesto están los “asesinos de
la ética”, verdaderos “eticidas” que perdieron la
oportunidad de transformar la angustiosa situación
sanitaria.
El libro fue escrito como testigo y partícipe
involucrado, comprometido y profundamente conmovido por
el sufrimiento humano-y a la vez inhumano- que
atravesaba todo el ámbito hospitalario. Ahí se mezclaba
dolor y tragedia. Creo haber cumplido con el deber de
sacar a la luz estos hechos.
El relato desarrollado en Argentina Hospital,
parte de febrero de 2000 y llega a noviembre de 2001.
Paso a paso va describiendo con premonición el 19/20 de
diciembre de 2001. También, es un inventario de cierta
“memoria del horror”, detectada en un hospital clave
como el Posadas.
Hoy, al observar la concatenación de acontecimientos,
incidentes y conductas que se desarrollan en el
Clínicas, surge como duda: ¿de qué forma hemos digerido,
cómo hemos metabolizado los argentinos el 2001? ¿Cuál es
la experiencia que nos ha dejado?
Los pasos se repiten con pasmosa similitud. Volvimos a
hablar de “presupuesto e insumos”, hasta desde las
propias esferas gubernamentales. Pero ignoramos a la
estructura que soporta este emprendimiento, tanto en lo
referente a los llamados “recursos humanos”, al parque
instrumental y a la infraestructura edilicia. No se hace
referencia a la estrategia política y operacional que
aborde los modos de producción y menos aún se adoptan
nuevas pautas que posibiliten cambios en la cultura
laboral.
En Argentina Hospital, repasábamos un mosaico de
situaciones y personajes, que se repiten en otros
hospitales con distintas caras, pero con idénticos
libretos. Descontrol administrativo, ausencias laborales
inexplicables, negocios privados a expensas de la salud
pública, suciedad, negligencias fatales, son algunos de
los eslabones de una cadena que une el pasado con el
presente.
Hagamos un breve punteo de las irregularidades
detectadas en el Posadas, y sus equivalencias con la
actualidad de otros establecimientos.
*2000: Hospital Posadas: “No había aire
acondicionado en la nursery. “¿Por qué no lo ponen en
marcha? ¿No funciona?”, pregunté. Me respondieron que
sí, “pero si lo conectamos, salta todo el sistema
eléctrico.
*2007: Hospital Garrahan: “Reclaman por la falta
de aire acondicionado en el Hospital Garrahan. Con
ventiladores, en terapia intensiva”, afirma La Nación el
4 de enero de 2007.
*2000: Hospital Posadas. De diez quirófanos,
funcionan tres. Y en uno solo funciona la lámpara
scialítica.
*2007. Hospital de Clínicas. Reducción progresiva
de operaciones para el corriente año, según denuncia la
División Cirugía Torácica del Hospital, en La Nación del
7 de febrero de 2007.
*2000. Hospital Posadas: Enorme porcentaje de
ausentismo de enfermeros y médicos.
*2007: “Largas esperas para realizar estudios
médicos complejos”, dice La Nación el 29 de mayo de
2007.
*2000: Hospital Posadas: Déficit de horas de
secretaría, lo que perjudica la admisión, el registro y
la facturación de pacientes y prácticas, como también la
estadística de producción del área. Imposibilidad de
calcular insumos, personal necesario y el desarrollo
futuro. También se registran contratos por montos
desmesurados por servicios de limpieza y falta de
control de personal.
*2007: Hospital de Clínicas: “Duro dictamen de un
fiscal por irregularidades en el Clínicas”, según
Clarín, el 28 de marzo de 2007. La nota da cuenta de
falta de controles de insumos y fondos, deficiencias en
el mantenimiento del Hospital y falta de limpieza, entre
otras denuncias.
*2000: Hospital Posadas. Internaciones de
pacientes por tiempos increíblemente excesivos,
confinando a la persona en el hospital hasta un año y,
al mismo tiempo, bloqueando el acceso a la cama de otro
enfermo.
*2007: “Pami echó a dos médicos por cobrar
ensayos con una droga”, dice Clarín el 27 de marzo de
2007, dando cuenta del caso de profesionales de la salud
que experimentaban remedios con pacientes sin su
consentimiento y que cobraban importantes sumas de
dinero de laboratorios.
¿Cuál es el costo que pagamos por este persistente grado
de degradación, cometido por depredadores de todo tipo?
Esta situación afecta la existencia personal, los
valores, la libertad, hasta comprometer la identidad
misma.
Llegados a este punto, creo que los vaivenes ideológicos
deben quedar al margen y hay que retornar al pensamiento
crítico, para lo cual quisiera volver a centrarme en las
premisas básicas del tema, para que podamos:
*Reformular estrategias
*Asignar correctamente los recursos
*Contener los costos
*Preservar el capital humano
Vale citar a Jaques Bouveresse cuando se refiere a la
“falsa petición humanística” de aquellos que se permiten
reclamar retrospectivamente lo que no hicieron cuando
hubieran debido hacerlo. Nos está diciendo además, que
estamos obligados a asumir no solamente nuestras
intenciones y nuestros actos, sino también las
consecuencias y el sentido que ellos toman en un
determinado contexto histórico.
No se trata de meditaciones sino de un análisis de esa
brumosa esfera que componen la corruptela e ineficiencia
y que con los años se ha hecho estructural. Perpetuar
este presente anquilosado es no tener ni presente ni
futuro. Un hospital deja de ser público cuando lo
gobiernan intereses sectoriales. Y deja de ser gratuito
cuando son los pacientes los encargados de proveer los
insumos.
La batalla por revertir la condición sanitaria argentina
no ha cesado. La obsolescencia cultural sigue siendo
mayor que la obsolescencia edilicia. Los pacientes
siguen “amontonándose”, sea en el Clínicas, en el
Posadas, u otro hospital, sufriendo por momentos
frecuentes formas de indignidad y humillación.
Por el respeto al ser humano, a sus libertades y
derechos inalienables y al principio de que todo poder
emana del pueblo, se impone profundizar el cambio. Sin
embargo, lo que debería ser una convocatoria a
reconstruir el país se transforma en una puja de
litigantes. De este modo, quienes deberían mostrarnos el
mayor rigor científico en el tratamiento de una
situación tan compleja como la que atraviesan,
permanecen enmarañados en actitudes que los paralizan.
Que la ciencia como base de transformación, la
comprensión y el coraje los iluminen, a fin de discernir
y decidir superar esta encrucijada cuyo dilema es
simple: el desgarro de una posibilidad o recuperar una
institución nacional apropiada para ponerla al servicio
del Pueblo. Al gran pueblo argentino: ¡Salud!
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Ignacio Katz, Doctor en Medicina
(UBA) ,
Autor de: “Argentina Hospital,
El rostro oscuro de la salud” ,
(Edhasa, 2004). |
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