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Primera Plana


Transitando el año del Cincuentenario de IOMA

¿Cuándo se creó el IOMA?
- El 24 de junio se cumplieron 50 años desde que IOMA comenzó a funcionar como Obra Social. Precisamente el 20 de febrero de 1957 fue creado por Decreto el Instituto de Obra Médico Asistencial. Recordemos que IOMA es esencialmente la Obra Social de los empleados públicos del Estado Provincial, pero que como sistema abierto y arancelado, se ofrece a toda la población de la Pcia. de Bs. As.

- ¿Cuántos beneficiarios tiene actual-mente IOMA?
- Estamos llegando a 1.600.000 beneficiarios. Desde principios de 2006 somos la red de atención de salud del Programa Federal de Salud, que nos acerca casi 100 mil beneficiarios más, lo cual significó un gran desafío para nuestra organización no sólo en cuanto a la escala de nuevos servicios sino en la incorporación de una mecánica de trabajo distinta a la que el Instituto estaba acostumbrado. Realmente, nuestras expectativas en este proyecto han sido más que satisfechas.

- ¿Qué importancia le da al financiamiento?

- En IOMA consideramos como clave central el financiamiento. Nuestra forma de gestión puede ser replicable a muchas otras organizaciones de la seguridad social o al sistema en general. El financiamiento es el eje de la transformación, y su evolución en los últimos cinco años en el Instituto es notable: de 650 millones en 2001, pasamos a 1600 millones en 2006. También hubo un crecimiento en el padrón de los asociados del orden del 15%.
Esto significa un incremento del ingreso por beneficiario del 100% aproximadamente, que se ha traducido en nuevas prestaciones e incrementos arancelarios.

- ¿A qué se debe el crecimiento del padrón de beneficiarios?
- Por un lado se debe a la resolución de temas históricos, como por ejemplo la discriminación de los esposos, que no podían ingresar al sistema obligatorio. En este período hemos tenido 100 mil ingresos de parejas. También el Plan de Adherentes Voluntarios tiene casi 320 mil beneficiarios y la nueva experiencia del Programa Federal de Salud, nos ha acercado a casi 100 mil personas.
Obviamente, todos tuvimos que brindar nuevos servicios, acomodar la estructura de lo que veníamos ofreciendo y atender la demanda creciente en materia de las prestaciones de todos los beneficiarios. Marco algunos elementos que son patrón en toda la seguridad social, algunos en más, algunos en menos, como la eliminación progresiva de copagos en internación y alta complejidad. Yo sé que este tema puede ser muy discutible porque es cierto que actúan como reguladores en el acceso, pero hablo desde nuestra experiencia. Tendremos que evaluar los resultados con el tiempo, pero la valoración primaria es positiva. A mediano plazo podremos identificar si esto, ligado también a un cambio contractual en el esquema de contrataciones de la organización, que hoy por hoy mantiene sistemas de pago per cápita en el primer nivel de atención, realmente es efectivo.

- ¿Cómo evalúan la accesibilidad y la calidad de los servicios?
- En todos los casos, las organizaciones de la seguridad social hemos procurado establecer mejoras en los servicios. Todos los sistemas de inclusión obligatoria tienen su talón de Aquiles en los niveles de tolerancia de los beneficiarios y muchas veces en las demandas y los deseos de salirse de los sistemas de inclusión obligatoria. Por eso la pelea por la mejora constante y paulatina de los servicios debe estar sin duda a la cabeza de la gestión.
También se redujeron los tiempos en general: gestión directa del beneficiario con el prestador como marco general, un convenio importantísimo con el Banco de la Provincia de Buenos Aires para cambiar de manera contundente los mecanismos de acceso al primer nivel. También realizamos las primeras experiencias en la Acreditación de Calidad de Prestadores. En el año 2006 llevamos adelante la primera exigencia formal respecto a la Certificación en Calidad. Me parece que esto va a ser central en nuestra gestión, como en toda la seguridad social, en los próximos años. También tuvimos mejoras en general en los procesos de acceso.

- ¿Cuáles son las asignaturas pendientes de la seguridad social?

- Deberíamos abocarnos en conjunto a la mejora de la calidad de productos y servicios. En mi opinión, el proceso de acreditación de calidad de los prestadores lo debemos impulsar y recompensar. Este es un desafío para el que tenemos que estar preparados los directivos de las organizaciones financiadoras y profundizar este camino. Es otra condición insustituible para la mejora en la calidad de los servicios.
La vocación de servicio de nuestras organizaciones debe estar sometida a una evaluación objetiva. Esto implica lo que será la gestión en el corto plazo, nuestra Carta Compromiso. Tenemos que trazar indicadores objetivos alcanzables, pero comprometiéndonos a desarrollarlos en todos sus aspectos.
Debemos también pensar instrumentos muy disímiles, como crear departamentos de educación del beneficiario, que tienen que ver con mejorar todos los aspectos que hacen a la transparencia. Las decisiones y los procesos deben ser conocidos por todos. Debemos evitar un problema muy fuerte que tienen nuestras organizaciones respecto de la asimetría de las informaciones que hay entre prestadores, beneficiarios y empleados, porque deteriora la confianza en el sistema.

- ¿Cómo se resuelve la superposición de aportes?
- Estamos discutiendo mucho el tema con las autoridades de la SSSalud y la gestión del Pami. Entre todos, porque nadie tiene la responsabilidad única. Debemos acordar entre los actores para ir hacia ese camino. Desde el punto de vista de las obras sociales provinciales, por lo menos el 15% de los beneficiarios tienen otro régimen asistencial. En el IOMA supera el 25%. Coexisten afiliados directos a dos sistemas o directos a uno y voluntarios al otro.
Lo más fácil de resolver serían aquellos casos donde la persona está voluntariamente adherida a uno de los sistemas. Pero la decisión no debería ser producto de decisiones unilaterales tomadas por las organizaciones porque la otra obra social, que en este caso sería directa, quizá no le esté prestando el servicio pero no por su voluntad sino porque el afiliado elige asistirse por el otro, por lo que puede, frente a una decisión unilateral, sufrir un impacto no deseado. En este terreno también debe haber armonía en las determinaciones, aunque requiera de decisiones individuales.
En el caso de los afiliados directos en más de un sistema, podría analizarse, como alguna vez hemos hablado, la contratación de financiadores sobre este grupo de beneficiarios, de modo tal de perfeccionar el financiamiento en el sistema.
 
- ¿Cuál es su opinión de la integración público-privada?
- Creo que debemos trabajar en mejorar la integración. En mi opinión, crecer financiando la demanda no representa un traspaso del sector público al privado. Esto me parece importante porque a veces, cuando se analiza si crecemos sobre el financiamiento de la demanda o sobre la oferta nos planteamos un falso dilema: si crecemos a través de un mecanismo de seguro, vamos a hacer una transferencia de financiamiento entre el público y el privado. Esto no necesariamente es así.
Además, resulta mucho más efectivo desarrollar políticas de prevención en una población con tipo de seguro que en una población que se asiste directamente en un hospital público. No estoy planteando un dilema, sino que si estamos todos abocados en trabajar en mejorar e incrementar los programas de prevención, con los modelos con aseguramiento se puede trabajar mucho mejor.
Podemos concluir que hoy tenemos los instrumentos que en otro tiempo no existían en el país, que organizando y ordenando el trabajo de los financiadores podemos incluir un modelo de aseguramiento pleno universal.

 

La Agenda de IOMA para 2007

1- Tratar de replicar experiencias de organizaciones nacionales como la Superintendencia de Servicios de Salud y la ANSES, que para nosotros son un modelo en este aspecto. Estamos trabajando para suscribir nuestra Carta Compromiso con el beneficiario como una expresión inconfundible de la vocación de servicio que la organización tiene. Es una manera de autoexigirnos de manera más objetiva y programable respecto de nuestros beneficiarios.
 
2- Incorporar las redes de atención primaria de los municipios como prestadores. Este es un desafío enorme que sin duda, lo haremos de una forma ordenada. Como concepto entendemos que la obra social debe abonar la totalidad de las prestaciones que nuestros beneficiarios reciban, obviamente seleccionando la oferta y teniendo la autonomía para ello, que se debe flexibilizar. Sabemos el riesgo que implica, pero entendemos que cualquier municipio que invierte parte de su presupuesto en fortalecer sus redes de atención como su infraestructura hospitalaria, debe tener la posibilidad de recuperar sus costos a través de la prestación.

 

3- Efectuar el control médico periódico del personal del estado provincial. Esto es un objetivo que tenemos muy avanzado y que venimos trabajando con el gobierno de la Provincia. Sin duda las organizaciones como el IOMA, que tienen la experiencia de ingresar 100 mil beneficiarios al sistema obligatorio, no son habituales. Los sistemas que dependemos, que básicamente somos las obras sociales de los trabajadores públicos, obviamente tenemos un sistema de ingreso relativamente acotado. En la provincia de Buenos Aires quizá se ha dado un paso muy contundente del personal contratado a la planta permanente, por eso ha incidido fuerte en los afiliados directos obligatorios. Pero esto no es habitual en términos temporales, de modo tal, que debemos complementar las acciones y trabajar fuerte en la prevención y comenzaremos por los empleados públicos, que son la mayoría de nuestros afiliados.
 
4- Fortalecer una gestión plural. Creo que es el espíritu de todas las organizaciones donde participan los beneficiarios en la toma de decisiones a través de sus consejos consultivos o directores, etc. Más allá de la participación formal de los actores, lo que debemos procurar es definitivamente desarrollar una gestión de participación activa, plena. Por supuesto que el sector sindical y los representantes de los beneficiarios en sus más diversas expresiones deberán hacer mucho para esto. Pero nosotros desde el Estado debemos generar los canales y comprometernos en desarrollar una gestión plural.
 

 

Acerca del IOMA

En julio de 1956 se promulgó el decreto nº 12.739 mediante el cual se fundamentó y dio nacimiento a la Obra Social de la Administración de la Provincia de Buenos Aires, concretándose mediante este acto de gobierno, el antecedente inmediato a la creación del IOMA. A través del mismo se constituyó una comisión “Ad-Hoc” para que procediese al estudio y proyecto del régimen funcional-administrativo, de afiliación, beneficios a otorgarse, recursos, reglamentación y otros aspectos de la obra social.
El 20 febrero de 1957 se crea el IOMA (Instituto de Obra Médico Asistencial) por el decreto- ley nº 2452 sancionado en acuerdo de Ministros por la intervención federal de la Provincia de Buenos Aires. En su artículo 27, la norma disponía que “la Suprema Corte de Justicia, la Honorable Legislatura y las Municipalidades podrían adherirse al régimen creado, y en tal circunstancia el personal de sus dependencias tendría los mismos derechos y obligaciones que los estipulados para los integrantes de la Administración General”.
Se consideraron afiliados directos y obligatorios a “todo el personal en actividad dependiente de cualquier organismo de la Administración General de la Provincia, los jubilados y pensionados de dicha Administración”. Los beneficios alcanzaron al grupo familiar primario.
El Instituto se creó para proporcionar los siguientes beneficios: medicina general y especializada en consultorio y domicilio, internaciones en establecimientos asistenciales, servicios auxiliares (análisis de laboratorio, radiografías, masoterapia), asistencia odontológica y provisión de medicamentos.
A partir del 24 de junio de 1957, el IOMA comenzó a funcionar a pleno en la casa de la calle 46 Nº 886, en el mismo predio en el que se edificó la sede actual.
En 1957 el Instituto de Obra Médico Asistencial contaba con 107 empleados, un universo afiliatorio de 300.000 personas, entre los prestadores de Salud se encontraban adheridos 1.712 médicos (1287 en el interior de la provincia y 425 en la Plata con arancel básico), 436 odontólogos y 580 farmacias.
Durante los primeros seis meses de 1957 se adhirieron 40 Municipalidades de la provincia. Se incorporaron los poderes Legislativo y Judicial y la Municipalidad de La Plata.
En el año 1970 se inauguró el edificio actual de la sede Central, calle 46 nº 886.
En el año 1984 se incorporan a la Estructura del IOMA, 13 de sus actuales 14 Regiones.
En el año 2000 se incorpora a la Estructura la Región Dolores.
El 12 de abril de 2004 con la firma del decreto 599/04 por parte del Gobernador Ing. Felipe Solá se resuelve la discriminación entre cónyuges que contenían las normas del IOMA. Con esta decisión se puso fin a una situación que llevaba 46 años de vigencia, permitiendo que las afiliadas obligatorias actuales puedan optar por tener a su marido a cargo.
 

 

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