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EL IMPERIO... de los números |
Por el
Licenciado
Víctor Norberto Cerasale |
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“…
mirad y guardaos de todo avaricia;
porque la vida del hombre no
consiste en la abundancia de los
bienes que posee”. Evangelio según
San Lucas, 12:13-21. (séptima parte)
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Los números,
las estadísticas, los
indicadores signan nuestras
vidas condicionándolas hasta
el hartazgo. Quizás el peor
de los problemas es que la
salud en todo el mundo,
países desarrollados o
pobres, se declama como un
derecho inalienable aunque
en la práctica esto nunca
fue así, y mucho menos
ahora. Sin embargo la peor
de todas las limitaciones es
que la salud, tal lo he
expresado en numerosos
trabajos publicados incluso
en la misma Estados Unidos
de Norteamérica, se ha
transformado al igual que la
educación en una variable
económica que se ajusta
según los “criterios”
políticos [que dicho sea de
paso, nunca son tales].
Las tristes recetas
económicas de los años
noventa, vigentes hoy, han
promovido e instalado la
“exclusión” como método de
ajuste presupuestario, pero
además de esto impulsaron
modelos tales como el
quiebre definitivo en la
relación médico-paciente,
proponiendo que la
información mediática es
equivalente al conocimiento
científico, lo cual es un
“horror” como para decirlo
de una manera “suave”.
No obstante, subyacentes hay
otras cuestiones de tono no
menor que están creciendo y
se introducen en el
imaginario colectivo como
pseudo verdades inducidas de
modo de facilitar la
“aceptación” universal bajo
el sentido último de la
premisa de que “no queda más
remedio”. Desde muchos
ángulos académicos y sobre
todo desde los políticos, en
particular de países pobres
o marginados al extremo,
surge la idea de la
importancia del sistema de
salud de los Estados Unidos
como “meta ideal”, “objetivo
estratégico” a alcanzar.
Indudablemente, dicho país
es un buen modelo de muchas
cosas, tanto como lo es malo
para otras.
El modelo de formación
médica es indudablemente
bueno, sin embargo no se
corresponde con un modelo de
salud inequitativo que
reconoce al paciente por su
cuenta bancaria o el monto
de su seguro social. Si
paciente es aquel que puede
pagar por una buena
hotelería, algo anda muy mal
en nuestras cabezas... Si
“buen” médico es aquel que
le ahorra inversión a los
sistemas capitados, es aún
peor... Si “gasto en salud”
es aquello que sobra de los
presupuestos políticos,
hemos perdido coherencia y
razón... Si “gestión en
salud” implica pagar poco
[aún cuando parezca mucho o
creando el escenario para
que parezca tal cosa] a los
recursos humanos
calificados, idóneos y/o
especializados del equipo de
salud, entonces, estamos
quedando a merced de algo
semejante a “momentos
feudales” donde para que
pocos estén muy bien, muchos
deben estar muy mal.
En
tal sentido, creo que es
necesario revisar dónde
estamos parados y qué
queremos, o bien qué
pretendemos como sociedad,
ya que de lo contrario el
abismo tan temido se aparece
como algo cercano e
inevitable. Contrariamente a
lo que hay en las mentes del
mundo político y las
economías neoliberales y de
mercado, el problema
señalado los excede porque
es patrimonio de la propia
condición humana que tarde o
temprano golpeará sus
puertas reclamando lo que le
pertenece por el solo
derecho de nacer. ¿Se
acuerda de la revolución
francesa?; y, ¿de los
Zares?...
Como hemos visto en la nota
anterior que el 67% de la
facturación mundial de
medicamentos se concentre en
un solo país, por caso
Estados Unidos de
Norteamérica, no aparece
como un indicador
promisorio.
Que el 80% del presupuesto
mundial destinado a la
investigación médica se
concentre en un solo país,
por caso Estados Unidos de
Norteamérica, no parece ser
un indicador prudente.
Que el 75% de las patentes
farmacéuticas sean potestad
de una sola nación, por caso
Estados Unidos de
Norteamérica, parece
asociarse más con una
pretensión hegemónica que
guarda una segunda intención
que algo asociado con el
precepto de la pretendida
“universalidad” de las
ciencias.
Que el 90% de las patentes
biotecnológicas pertenezcan
a un solo país, por caso
Estados Unidos de
Norteamérica, deja al resto
del mundo (seres humanos
incluidos) y por
consiguiente a las ciencias
de la salud (como un todo),
a merced del pretendido
protagonismo mesiánico donde
el poder económico y sus
urgencias, determinan el por
qué, el cómo, el quién, el
cuándo y el dónde... con lo
cual, Usted y yo, míseros
mortales que habitamos en un
país “pobre”, pasamos a
carecer de importancia.
Por las dudas, insisto en
que los Estados Unidos de
Norteamérica, mucha de su
gente, muchos de sus
científicos y de sus centros
académicos y de
investigación, muchas de sus
instituciones
sanitario-asistenciales, sus
industrias especializadas,
constituyen “modelos” de
gestión a imitar. Lo cual no
inhibe, que haya cosas que
no se deben copiar y que hay
muchas otras que deben ser
corregidas... por el bien de
todos.
Un indicador que espanta...
francamente, lo hace, es el
crecimiento de la
facturación de medicamentos
de Estados Unidos en el
ámbito interno y su
participación internacional.
Veamos:
El cuadro de la página
siguiente es dramático pero
enseña una estrategia de
estado, en lo político y en
lo económico, además de la
consiguiente inteligencia
empresaria. Piénsese que
muestra la evolución de 35
años donde pasaron la guerra
de Vietnam, la caída del
Muro de Berlín y de la Unión
de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, la conformación
de la Comunidad Económica
Europea, la guerra de Irak
en sus dos versiones, etc.
El budget es significativo
por donde quiera
abordárselo, pero lo
fundamental es que no deja
lugar a dudas: el lugar que
cedieron otros fue
prolijamente ocupado. La
incapacidad política de
países como el nuestro
define el crecimiento de
aquellos que supieron
aprovechar la oportunidad.
Un buen ejercicio que le
recomiendo es analizar el
crecimiento por cada década.
¡Ah!, no se asuste. Ahora
bien, ¿esto ha redundado en
un modelo equitativo de
salud en lo interno, para la
propia gente de los Estados
Unidos de Norteamérica?...
veamos.
1. la población cubierta por
el seguro de salud en U.S.A.
alcanzaba en 1998 a 190
millones de personas
(70,2%).
2. El MEDICARE en ese mismo
año proveía cobertura a 35,9
millones de almas.
3. El MEDICAID lo hacía para
27,9 millones de
norteamericanos.
4. El total de la población
americana con cobertura
alcanzaba entonces a 227,5
millones de personas.
5. Excluidos del sistema en
forma total y absoluta, a
1998 eran 44,3 millones (una
Argentina y un poco más),
representando algo semejante
al 16,3% del total de
habitantes.
¿Bajo qué condiciones?...
MMMmmm, se nos terminó el
espacio, así que la seguimos
en la próxima.
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|
AÑO |
Ventas
Internas
en dólares |
Cambio
Porcentual
anual |
Ventas
Externas
(*) |
Cambio
Porcentual
anual |
Ventas
Totales
|
Cambio
Porcentual
anual |
|
2005 (**) |
164.152,4 |
2,1% |
85.879,6 |
5,5% |
250.032,0 |
3,3% |
|
2004 |
160.751,0 |
8,6% |
81.364,0 |
14,9% |
242.115,0 |
10,6% |
|
2003 |
148.038,6 |
6,4% |
70.782,2 |
31,8% |
218.820,8 |
13,5% |
|
2002 |
139.136,4 |
6,4% |
53.697,4 |
12,1% |
192.833,8 |
8,0% |
|
2001 |
130.715,9 |
12,8% |
47.886,9 |
5,9% |
178.602,8 |
10,9% |
|
2000 |
115.881,8 |
14,2% |
45.199,5 |
1,6% |
161.081,3 |
10,4% |
|
1999 |
101.461,8 |
24,8% |
44.496,6 |
2,7;% |
145.958,4 |
17,1% |
|
1998 |
81.289,2 |
13,3% |
43.320,1 |
10,85 |
124.609,4 |
12,4% |
|
1997 |
71.761,9 |
10,8% |
39.086,2 |
6,1% |
110.848,1 |
9,1% |
|
1996 |
64.741,4 |
13,3% |
36.838,7 |
8,7% |
101.580,1 |
11,6% |
|
1995 |
57.145,5 |
12,6% |
33.893,5 |
[a] |
91.039,0 |
[a] |
|
1994 |
50.740,4 |
4,45 |
26.870,7 |
1,5% |
77.611,1 |
3,4% |
|
1993 |
48.590,9 |
1,0% |
26.467,3 |
2,8% |
75.058,2 |
1,7% |
|
1992 |
48.095,5 |
8,6% |
25.744,2 |
15,8% |
73.839,7 |
11,0% |
|
1991 |
44.304,5 |
15,1% |
22.231,1 |
12,1% |
66.535,6 |
14,1% |
|
1990 |
38.486,7 |
17,7% |
19.838,3 |
18,0% |
58.325,0 |
17,8% |
|
1989 |
32.706,6 |
14,4% |
16.817,9 |
(-) 4,7% |
49.524,5 |
7,1% |
|
1988 |
28.582,6 |
10,4% |
17.649,3 |
17,1% |
46.231,9 |
12,9% |
|
1987 |
25.879,1 |
9,4% |
15.068,4 |
15,6% |
40.947,5 |
11,6% |
|
1986 |
23.658,8 |
14,1% |
13.030,5 |
19,9% |
36.689,3 |
16,1% |
|
1985 |
20.742,5 |
9,0% |
10.872,3 |
4,0% |
31.614,8 |
7,3% |
|
1984 |
19.026,1 |
13,2% |
10.450,9 |
0,4% |
29.477,0 |
8,3% |
|
1983 |
16.805,0 |
14,0% |
10.411,2 |
(-) 2,4% |
27.216,2 |
7,1% |
|
1982 |
14.743,9 |
16,4% |
10.677,4 |
0,1% |
25.411,3 |
9,0% |
|
1981 |
12.665,0 |
7,4% |
10.658,3 |
1,4% |
23.323,3 |
4,6% |
|
1980 |
11.788,6 |
10,7% |
10.515,4 |
26,9% |
22.304,0 |
17,8% |
|
1979 |
10.651,3 |
11,2% |
8.287,8 |
21,0% |
18.939,1 |
15,3% |
|
1978 |
9.580,5 |
12,0% |
6.850,4 |
22,2% |
16.430,9 |
16,1% |
|
1977 |
8.550,4 |
7,5% |
5.605,0 |
10,2% |
14.155,4 |
8,6% |
|
1976 |
7.951,0 |
11,4% |
5.084,3 |
9,7% |
13.035,3 |
10,8% |
|
1975 |
7.135,7 |
5,9% |
4.633,3 |
19,1% |
11.769,0 |
13,6% |
|
1974 |
6.740,4 |
18,5% |
3.981,0 |
23,4% |
10.361,4 |
17,2% |
|
1973 |
5.686,5 |
9,1% |
3.152,5 |
15,9% |
8.839,0 |
11,5% |
|
1972 |
5.210,1 |
1,3% |
2.720,2 |
10,6% |
7.930,3 |
4,3% |
|
1971 |
5.144,9 |
13,0% |
2.459,7 |
18,0% |
7.604,6 |
14,6% |
|
1970 |
4.552,5 |
|
2.084,0 |
|
6.636,5 |
|
|
|
(*) Ventas
Externas: las ventas incluyen el
volumen generado fuera del ámbito de
Estados Unidos de Norteamérica por
compañías americanas y sus filiales.
No se incluyen empresas
farmacéuticas no americanas. Ventas
Internas: incluye a todo el universo
de empresas radicadas en el ámbito
nacional de los Estados Unidos de
Norteamérica. (**) 2005: estimado.
Las Ventas Externas están afectadas
por los márgenes comerciales y las
actividades económicas.
Los valores pueden estar afectados
por ”redondeos”. Debe leerse dólares
en millones.
FUENTE: Pharmaceutical Research and
Manufacturers of America, PhRMA
Annual Membership Survey, 2006 |
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Licenciado Víctor
Norberto Cerasale 2007-08-16.
Fuentes:
Pharmaceutical Research and
Manufacturers of America (PhRMA);
Food and Drug Administration
(FDA); National Organization for
Rare Disorders (NORD); National
Cancer Institute (NCI); National
Institute of Health (NIH);
American Cancer Society; (U.S.A.);
2005, 2006, 2007; Organización
Panamericana de la Salud,
febrero de 2002. Copyright by
Cerasale, 2007. Derechos
reservados. Exclusiva para
Revista Médicos, Medicina Global. |
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