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 Ciclo de Coloquios

Buscando el acercamiento de los jueces a las ciencias


La necesidad de una mejor comunicación entre los ámbitos judiciales y de salud, la capacitación por parte de peritos tutores para la valoración de la evidencia científica y la evaluación de los peritos de parte y el impacto que las medidas cautelares están teniendo en la Seguridad Social y la Medicina Prepaga fueron algunos de los temas que se abordaron en esta 5a edición del encuentro que tuvo a la Fundación OSDE como anfitriona.


Permitir que la evidencia errónea o sin base científica envenene o influya sobre cualquiera de los procesos de la ley no es algo solamente cínico sino que también socava la autoridad moral de la ley.” Esta frase de la profesora Erica Beecher-Monas, citada por el Dr. James G. Apple, Presidente de la International Judicial Academy de Estados Unidos, resume el espíritu del Coloquio “Buscando el acercamiento de los jueces a las ciencias”, que reunió a magistrados de la Corte Suprema de Justicia de nuestro país, autoridades de la Academia Judicial Internacional, del Foro para el Desarrollo de las Ciencias, de la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas, de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UBA, de la Federación Argentina de la Magistratura, funcionarios de la Superintendencia de Servicios de Salud, Magistrados argentinos y estadounidenses, docentes de la Universidad George Washington de Estados Unidos y representantes de entidades de Medicina Prepaga y Obras Sociales.
La ceremonia de apertura estuvo a cargo de la Dra. Elena Highton de Nolasco, Vicepresidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien señaló: “El juez que conoce y sabe interpretar las otras ciencias, es el que va a decidir con verdadera independencia. La capacitación judicial es fundamental y la misma, dada a través de la colaboración de toda la sociedad civil y de los expertos de las ciencias es realmente a lo que tendemos para poder tener una Justicia como debe ser, una Justicia esclarecida, capacitada en todos los sentidos.”

LA PRUEBA

Al tomar la palabra, el Dr. Luis María Bunge Campos, Presidente de la Comisión de Selección de Magistrados y Escuela Judicial del Consejo de la Magistratura, destacó la importancia de este evento para bien de la Justicia y reflexionó sobre la historia de la lógica de la prueba judicial. “Es el camino que me permite llegar a través de medios conocidos a algo desconocido. Cada modelo procesal ha respondido a un modelo probatorio y conocer, saber y probar es distinto. Por ende, los modelos de prueba tienen que ver con las formas en que una sociedad encara el conocimiento. Por eso en cada momento de la historia ha habido modelos probatorios vinculados con los paradigmas de la época, porque procedimiento y lógica van implícitamente unidos. El camino que ha seguido la historia de la prueba ha sido alejarse de la magia para someterse a la racionalidad. En el siglo XIII, el camino de abandonar lo irracional y la magia nos llevó a la apertura. Y nos encaminó a otras formas no menos simbólicas como puede ser el argumento de autoridad. Durante el período de la Baja Edad Media, el argumento comienza a tomar mucha fuerza y se ve reflejado con el régimen de pruebas legales, que obedece a la lógica de conocer el argumento de autoridad. Nos tenemos que preguntar si el sistema que tenemos ahora es racional. Un sistema que ha preordenado normativamente las pruebas, el sistema de pruebas legales no puede ser calificado de racional y aún no olvidemos que tenemos resabios del preordenamiento normativo de las pruebas por ejemplo respecto del sector público. Pero la clave de la importancia de un régimen que aparece preordenado desde el punto de vista del conocimiento tampoco es racional. Cuando yo tomo un peritaje y sencillamente le creo no sé por qué, estoy volviendo al argumento. Cuando yo creo porque lo dice el perito estoy volviendo al argumento de autoridad. En consecuencia, lo trascendente de este tipo de encuentros es que nos apartan de la magia, nos vuelven a la racionalidad, nos hacen encontrar con el método que tenemos nosotros de descubrir la verdad. Y es a través de conocer claramente cuáles son las bases científicas de cada uno de los elementos de prueba que estamos pidiendo. Esto incluso nos va a servir para no malgastar recursos. Por eso son fundamentales estos encuentros, porque las ciencias están avanzando a un ritmo que no alcanzamos; porque vivimos en una sociedad en que realmente cada vez sabemos menos de más cosas.”

CIENCIA EN LOS JUZGADOS: CAMBIOS PARA LOS JUECES EN EL SIGLO XXI

La necesidad de educación continua por parte los magistrados para poder seguir el avance de las ciencias fue uno de los puntos en que coincidieron todos los expositores del coloquio. La Dra. Bárbara Jacobs Rothstein, Directora del Centro Federal de Justicia en Washington D.C., que es el brazo educativo de los tribunales federales en Estados Unidos, delineó las características del sistema establecido en su país. “El Centro es responsable de la instrucción, de la capacitación jurídica continua de los jueces federales. Fue creado en la década del 60 cuando el entonces Presidente de la Corte Suprema pensó que sería una buena idea tener educación continua para los jueces teniendo en cuenta el cambio constante de las leyes y las nuevas causas que cambiaban la jurisprudencia. “En el Centro se dictan seminarios y talleres cuyos docentes son jueces o profesores de derecho que tienen conocimiento distintivo en el área en que versa el seminario. Especialmente se abordan áreas específicas del Derecho en universidades, por ejemplo, tenemos un seminario sobre genética dentro de la Universidad de Stanford. Por lo menos el 90% de los jueces concurren a algún tipo de taller o seminario durante el año. Los seminarios no sólo son para los jueces sino también para el personal judicial.
Uno de nuestros seminarios más populares es el que hacemos sobre ciencias; es muy bien recibido debido a que tarde o temprano la mayoría de nuestras causas va a involucrar un dictamen pericial.”
La magistrada se refirió, a continuación, al problema de comunicación que existe entre el derecho y la ciencia y enumeró las diferencias que dificultan esa comunicación: “En primer lugar hay un marco de tiempo diferente. Los científicos no tienen límites de tiempo, sus teorías se pueden probar una y otra vez y ser publicadas, criticadas y republicadas hasta que estén seguros de que realmente están en lo correcto. Piden comentarios y críticas de sus colegas. No hay ningún apuro en la comunidad científica en llegar a una conclusión. El derecho funciona en otra medida de tiempo. Los juicios deben dirimir los casos ahí y ahora. Nosotros llamamos a esto un primer plano de lo que ocurre en ese momento, las pruebas que se nos ofrece son las mejores. El Tribunal hace lo mejor que puede.
Otra diferencia es el nivel de prueba. Nosotros, en las causas civiles, estamos cómodos con más probable que no, 51%-49%; en este lado el demandante tiene la carga, si lo aprueba el 51% gana, esto no es algo que le guste a los científicos. Cuando van a una sala de audiencias y le preguntan: “¿Es más probable que no?” Responden: “En ese nivel yo no trabajo”. Y ésa es otra cuestión que cuando los jueces o abogados están hablando con peritos hace que haya un problema de comunicación entre ambos.
Otra diferencia es el índice y el ritmo de cambio y cómo se da en las dos disciplinas. La ciencia cambia tan rápido que es difícil seguirla. A nosotros los jueces no nos va bien con el cambio rápido, queremos que sea muy lento y solemos mirar hacia atrás, el precedente y si tenemos que hacer un cambio, va a ser en pasos muy pequeños. El gran cambio se supone que tiene que venir de la legislatura, pero como han mencionado aquí, es muy difícil hacer que ésta se mueva en muchas de las cuestiones que nosotros los jueces enfrentamos diariamente. Los jueces somos conservadores por naturaleza, tratamos de mirar otros fallos y avanzar a partir de ellos.
Entonces, en todo este trasfondo de diferencias, ahora analicemos los siglos XX y XXI en los cuales cada vez más frecuentemente los temas científicos llegan a los tribunales y a los jueces se nos pide que emitamos fallos acerca de estas cuestiones. Cada una de las partes trae sus peritos pagos, que se alínean con el punto de vista de quien les paga. Todos tienen currículos que se ven magníficos, publicaron documentos, fueron a la mejor facultad. Entonces ¿cómo puede elegir el juez y saber qué peritaje es el mejor y en cuál confiar? A principios de los 80, la Corte Suprema, decidió establecer la forma en la cual la ciencia se iba a tratar ante los jueces. En primer lugar, abordó el tema de quién iba a tomar la decisión en cuanto a buena o mala ciencia y dijo: ‘el juez será quien celebre una audiencia, va a hacer preguntas, va a aprender acerca de la ciencia y va a tomar la determinación en cuanto si al jurado va a escuchar la declaración de los peritos. Esto fue un gran cambio. La Corte estableció también que el magistrado debe escuchar a la ciencia, debe entender lo que dice el perito y decir lo que es relevante y confiable. Los jueces sabemos tratar el tema de lo relevante o no, pero ¿qué queremos decir por confiable en este contexto? Y la Corte dijo: Confiable quiere decir en un Tribunal, con un método científico. Y delineó cuál sería este método: ¿Se ha publicado literatura empírica que ha sido revisada por colegas que trabajan en esta misma área?, ¿sería aceptada en la comunidad científica?, ¿cuál fue el índice y la posibilidad de error? Todos estos factores fueron enumerados por la Corte para que los jueces los tengan en cuenta al momento de decidir. La confianza se depositó en el juez de primera instancia, que escucha a los peritos, que presentan sus dictámenes e informes, y los jueces evalúan su declaración. Si es un área muy complicada, el Tribunal tiene la facultad de nombrar su propio perito de oficio para que lo instruya.” En este sentido, la Dra. Rothstein afirmó que las organizaciones científicas en Estados Unidos están colaborando con los jueces. Finalmente, la magistrada consideró que “los casos que presentan estos problemas científicos son algunos de los más interesantes que vamos a tener; son desafiantes, seguimos aprendiendo gracias a ellos y eso es lo mejor de ser juez.”

EVALUANDO LA EVIDENCIA CIENTIFICA

El Dr. James G. Apple, Presidente de la Academia Judicial Internacional de Estados Unidos y ex funcionario Senior del Centro Judicial Federal, fue uno de los invitados especiales del evento. En su exposición, se refirió a la calidad judicial y se centró en la obra “Evaluando la evidencia científica”, de la Prof. Erica Beecher-Monas. El Dr. Apple citó: “Convertir a los jueces en los tutores y custodios de la evidencia relevante es una faceta fundamental de la Justicia. También señaló que “entender y evaluar la evidencia científica es muy importante para el concepto del debido proceso de la ley y aun para la idea general del estado de derecho en el mundo.” Mencionó dos requisitos básicos “para la revisión de la constitucionalidad de la evidencia científica que se ofrece en las causas civiles y penales sin importar el sistema legal que representa el juez. El primero es un entendimiento del “método científico” y el segundo es “un proceso de razonamiento estructurado”. La profesora Beecher-Monas da una lista de cinco pasos que debería tomar un juez para determinar si las evidencias científicas pueden ser admitidas como evidencias en una causa. Estos requisitos son los siguientes:
1. Identificar y examinar la teoría y la hipótesis para ver cuál es su poder de explicar la idea y los datos.
2. Rever o examinar los datos que dan o no apoyo a la teoría del perito.
3. Utilizar aseveraciones que puedan ser sólidas para llenar las brechas inevitables entre los datos y la teoría.
4. Examinar la metodología.
5. Participar en la evaluación del enlace entre los datos y la teoría.
Estos son los cinco pasos que debe atravesar un juez al evaluar si la evidencia científica puede ser admitida. Manejar las técnicas de la evaluación de la evidencia científica es un proceso continuo no solamente para los jueces, sino para los abogados, para los que hacen las leyes y para los reguladores, que requiere de exposición continua a temas, análisis y explicaciones científicas. Esto es muy importante porque todo el concepto del Estado de Derecho depende de esto.”
En su disertación sobre el manejo judicial de la evidencia científica en casos civiles, la Dra. Joan Zeldon, Juez Asociado de la Corte Superior Washington D.C., Estados Unidos, coincidió con los demás magistrados que participaron del encuentro en que “los jueces deben sentirse cómodos en el manejo de la evidencia científica porque son responsables de decidir los conflictos que tienen que ver con la ciencia”. La jueza narró sus propias experiencias al respecto en distintos casos en la evaluación de los peritos y sugirió: “Creo que sería útil para la Justicia escuchar la declaración en persona para saber si vale la pena la declaración o el dictamen del perito”.

PROBLEMAS LEGALES EN LA CONSTRUCCION DE UN SISTEMA DE SALUD IDEAL

La crisis del sistema de salud estadounidense y los factores legales que inciden en esta situación fue el tema abordado por el Dr. N. Thomas Connally, Profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Georgetown.
“Hay 46 millones de personas en Estados Unidos que no tienen seguro de Salud ni pueden atenderse, lo que es un hecho muy triste, siendo el país más rico del mundo”-sostuvo el Dr. Connally. “Tenemos muchos problemas con la mala calidad en los hospitales; hay alrededor de 50 o 100 mil muertes innecesarias por año, teniendo un sistema más caro que el resto del mundo. Hay 12 o 15 razones diferentes que puedo mencionar para explicar el alto costo del sistema, pero una es que la mezcla complicada de aseguradores privados con fines de lucro tiene un componente administrativo muy costoso que está en el 20 o 25% del dinero que es aportado por las personas que son aseguradas por el sistema privado, que no van al cuidado de la salud sino para administrar el sistema. A esto se suma el esquema de seguro por mala praxis, que es muy costoso de administrar. Alrededor del 60% del dinero que en última instancia es otorgado a los actores no va a la parte salud, sino a los gastos de los peritos, abogados, judiciales. Por otra parte, cada vez vemos más especialistas y menos médicos de atención primaria.”
El Dr. Connally, quien también es miembro del Instituto Nacional de Salud y del Servicio Público de Salud, ambas agencias del Gobierno de los Estados Unidos, señaló que como estrategia para solucionar esta situación se está impulsando un proyecto de sistema universal de Salud que dependa del Estado, apoyado por empresas (pequeñas y grandes) y por la Cámara de Comercio del país.
A la vez, se está intentando reformar el sistema de Responsabilidad Médica. Entre otras acciones, se formarían tribunales especializados en temas de Salud.
Otro tema que afecta al sistema en ese país es, según planteó el Dr. Connally, la presión de la industria farmacéutica para no bajar los precios de los medicamentos. “Las drogas son mucho más caras en Estados Unidos que en cualquier otro lugar del mundo. La gente viaja a Canadá para comprar sus medicamentos porque la industria canadiense negocia con el gobierno y los precios son más bajos que los nuestros en un 30, 40 y 50%. La razón que dan al público para no bajar los precios es que: “sin tener esta ganancia no podemos hacer investigación y desarrollo, no vamos a sacar nuevos medicamentos y nosotros hemos hechos cosas maravillosas por el país con nuestra investigación y desarrollo”. Entonces la industria farmacéutica gasta el 2% de su dinero en investigación y desarrollo, gana un 13% y gasta un 31% en promoción y publicidad para los médicos.”
El Dr. Connally señaló que en Estados Unidos hubo acciones de clase en las que grupos de médicos que demandaron a las compañías de seguros de Salud o a las prepagas por tener sistemas computarizados que deliberadamente eran muy lentos en el pago a los prestadores y que confundían y realizaban la menor cantidad de pagos posibles. Ninguna de las causas llegó a un jurado en realidad, no solamente se entablaron estos casos de acción de clase sino que se presentaron bajo el estatuto “RICO” (Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por el Crimen), que es un estatuto contra los delitos de conspiración y crimen organizado. Al presentar una demanda bajo Rico se resarce tres veces el daño que se ha inflingido.”
Un factor que el Dr. Connally destacó como fundamental es “tener peritos médicos elegidos adecuadamente pero vamos a necesitar también expertos o peritos en epidemiología y estadistas que nos digan qué está sucediendo. Va a haber un montón de temas en medicina que no pueden ser abordados por peritos médicos. Por ejemplo, en las causas contra las compañías de seguro o contra las prepagas a las que se acusó de tener equipos computarizados que les pagaban menos a los médicos van a requerir expertos en informática que les ayuden.
Hay otras dos áreas que vamos a tener que analizar aquí y en nuestro país también: Una de ellas es que tenemos el 16% de los consultorios computarizados; lo que realmente queremos hacer para reducir nuestro costo administrativo y mejorar la calidad es tener historias clínicas en computadora para todos los pacientes en todos los consultorios. Esto es costoso, pero uno de los grandes problemas que vamos a encontrar desde el punto de vista jurídico es que a mucha gente le va a preocupar el tema de la confidencialidad. La gente puede abusar de estas historias clínicas y usarlas de manera incorrecta: por ejemplo, para venderla a empleadores, lo que dañaría a los pacientes, y parte de la tradición médica y del vínculo entre médico y paciente es la confidencialidad. Cuando lo hacemos tenemos que tener mucho cuidado que esto no se rompa, algunos han sugerido tener historias clínicas dobles con archivos informáticos y para los temas más delicados como inclinación sexual o una enfermedad, tener en algún otro tipo de historia clínica más confidencial. Esto va a exigir más legislación, más del Congreso Nacional y también de las legislaturas provinciales, pero tenemos que trabajar como equipo.

DILAPIDACION DE RECURSOS POR MEDIDAS CAUTELARES

“Estamos asistiendo a usos novedosos y demagogias facilistas en la estructura del arsenal jurídico de la Nación Argentina”, acusó el Dr. Pablo Giordano, Presidente de ADEMP, refiriéndose a la profusión de recursos de amparo que se interponen a las Obras Sociales y Prepagas. “En la mayoría de las medidas cautelares subyace la falta de información previa por parte del juzgado para calificar el requerimiento a fin de evaluar su procedencia o improcedencia, ahí viene la dilapidación de recursos.”
Por otra parte, sostuvo que “quienes manejan estos recursos deben ser muy cuidadosos en el momento de aplicarlos. No estamos siguiendo las prioridades que deben seguirse en temas de Salud, Educación, Justicia y Seguridad.”
En cuanto a los jueces, indicó que “al momento de resolver una procedencia de una cautelar deben verificar las prestaciones incluidas en el PMO”, aunque admitió que “no es fácil, ya que son tal la cantidad de normativas que podría uno pasarse una semana para saber cuáles son, cuáles están vigentes y cuáles no.”
El Dr. Giordano explicó los pasos que deberían cumplirse frente al requerimiento de un paciente: si es una prestación médica, cuál es, si corresponde a la prestación requerida para la afección de ese paciente, si está incluida en el PMO o en el contrato de partes, si está expresamente excluida; si está prevista en el PMO para esa patología o sólo para otras y no para la que sufre el paciente; si se trata de una prestación social. “Hay una serie de parámetros que hacen saber la necesidad, la obligación y el tiempo en que debe realizarse.”
El expositor también detalló los casos en que se niega la cobertura: por no estar incluida en el PMO, por no estar contratada, por estar en la etapa experimental.” En estos casos, “no tiene nada que ver con lo que es una medida cautelar, sino con el capricho de un asociado en detrimento de todo el resto de la comunidad, porque estamos usando lo recursos del resto. Hay una colisión entre normas que para los que nos toca estar en el medio se hace muy difícil interpretar.”
Según asevera Giordano, “la industria farmacéutica y biotecnológica incitan a los médicos a recetar y a los pacientes a hacer uso y abuso de este remedio y han establecido los mecanismos para interponer recursos de amparo impulsando el procedimiento a través de sus propios abogados.” “También las ONGs se erigen en defensoras de los derechos de los pacientes, de los enfermos crónicos, sus potenciales clientes; los derivan a sus propios estudios jurídicos en forma gratuita, mal asesoran a las personas para iniciar juicios de toda índole.”
Otro de los factores que, de acuerdo con la visión de Giordano, inciden en el desequilibrio de las finanzas en la Seguridad Social y las empresas de medicina prepaga es la cobertura de la discapacidad. “Es imposible que se siga avanzando con la cobertura por discapacidad porque no hay recursos. El Estado tiene que decidir cómo vamos a hacerlo y hasta dónde. El PMO no contempla otra cosa que no sean las prestaciones médicas y, sin embargo, por vías de amparo logran coberturas de medios de transporte, escuelas, construcción, piletas de natación, computadoras…” y advirtió: “cuando el sistema quiebre no vamos a tener ni las prestaciones básicas mínimas. Lo que hay que hacer es encontrar la sustentabilidad para que esto perdure en el tiempo.”
El Dr. Giordano manifestó finalmente que “la Justicia hasta este momento es incapaz de cumplir su mandato constitucional de aplicar la ley en tiempo y forma. Asistimos a un panorama demagógico en que la Justicia se ha erigido en un decisor de indicaciones médicas, de fármacos, de prótesis. Dilapidar recursos en tratamientos no previstos en la legislación o ni siquiera autorizados científicamente lleva a un encarecimiento de costos, que lógicamente deberán trasladarse a los aportes y contribuciones o a las cuotas, y por otro lado, los entes de defensa del consumidor dicen que no se puede aumentar. Entonces esto termina mal.”

INCERTIDUMBRE NORMATIVA Y SISTEMAS DE SALUD

El Lic. Hugo Magonza, Director General de CEMIC comenzó su exposición realizando un diagnóstico de la situación del sector Salud. Señaló que el sistema de salud está afectado por tres o cuatro factores sustanciales. “Uno es el envejecimiento; en este momento nosotros podemos planificar que en el año 2050 la población mayor de 60 años se va a triplicar mientras que la población de 36 años se va a mantener estable dentro de lo que es el sistema, tenemos que tener en cuenta que la población de 36 años es aquella que contribuye al sistema y no consume, lo cual permite financiar a los mayores. Otro es la aparición de nuevas enfermedades como el HIV, que hoy son fuertemente prevalentes y tienen necesidades urgentes de financiamiento porque reciben un tratamiento muy costoso, y también hay viejas enfermedades que son mejor diagnosticadas y tratadas. Por otro lado hay mayor prevalencia de enfermedades catastróficas. Cada 10 segundos fallece una persona que tiene diagnóstico catastrófico; cada 10 segundos se diagnostican dos pacientes y en una proyección de aproximadamente a 15 años va a aumentar el 60% el número de personas con estas enfermedades. Esto implica al sistema de salud financiamiento a nuevo costos que son casi impagables en cualquier sistema de salud del mundo.”
En cuanto al aspecto jurídico, el disertante señaló que “hay una proliferación normativa: en los últimos años están vigentes 430 leyes, decretos, resoluciones nacionales, que lo único que hacen es generar burocracias injustificadas y en muchos casos facilitan la corrupción. El exceso de la ley corrompe a la República. Es un tema que deberíamos tener en cuenta cada vez que se legisla.”
El Director del CEMIC concluyó que la incertidumbre con relación al compromiso que tienen las empresas con sus afiliados eleva el costo y por consiguiente el precio, genera pasivos ocultos que podrían determinar la quiebra de las organizaciones y la pérdida de quien presta servicios para sus afiliados, desincentiva la inversión y la participación de nuevos actores, quitándole a la gente la posibilidad de poder elegir mejor; favorece el modelo de concentración que no es conveniente para que la gente pueda elegir en un sistema transparente de mercado; impulsa a los empresarios a buscar inversiones en otras actividades de menor riesgo y mayor atractivo; restringe el acceso a los grupos reducidos de población y esto implica claramente que hay atención medica para quienes tienen la posibilidad de pagar un sistema privado y otros que poseen una Obra Social y otros que están excluidos del sistema de atención formal, y no permite al sistema público orientar todos sus recursos a la atención de los excluidos.”

LA DISCAPACIDAD

“A la falta de políticas públicas sobre discapacidad, se la reemplazó con legislación, que es una de las formas más aberrantes de tratar de imponer una política a la sociedad”, dijo el Dr. Néstor Vázquez, médico, (ex Gerente General de la Superintendencia de Servicios de Salud), al comenzar a desarrollar su visión sobre el tema. El funcionario reconoció que en la Argentina “no trabajamos en prevención ni en la información ni en la formación de recursos humanos ni en la creación de una sociedad que pueda admitir a los discapacitados, y tampoco en derrumbar las barreras arquitectónicas para que ellos puedan vivir en sociedad. Lo que demuestra la sociedad es que esta política pública no le interesa; solo a los individuos, por eso quienes más reclaman los derechos de los discapacitados no son los políticos, sino los individuos nucleados en ONGs que generalmente -o siempre- están vinculados a sus familiares discapacitados.”
“No sabemos lo que son los discapacitados, no sabemos cómo tenemos que informar, cómo tenemos que tratar, cómo formar el recurso humano, pero pretendemos que alguien pague. Creemos que la solución es económica, es resarcitoria”. “Al fin y al cabo –dijo- un discapacitado es un certificado. Aquel que tenga el certificado de discapacidad puede gozar de todos los derechos que pretenda, porque como nadie sabe bien qué es lo que tiene que darle, el que más pide, más obtiene, no importando si eso le va a servir y tampoco si el lugar en que se lo van a dar es el adecuado. Porque se guían no por los asesores adecuados, sino por lo que le contó alguien que tiene un problema similar aunque no sea un experto en discapacidad.” Y agregó: “Obligamos a los financiadores a dar las prestaciones sin saber si van a ser efectivas y no haciendo el seguimiento que corresponde. Cada vez que lo hacemos, detectamos, por ejemplo, que el ausentismo de los chicos es del 40% en las escuelas.”

LA PROCREACION ASISTIDA ANTE EL DERECHO

Al dar comienzo a su exposición, el Dr. Gustavo Bossert, Presidente del Comité Académico Latinoamericano de la Academia Judicial Internacional y ex Juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, destacó la necesidad de una norma que llene el vacío legal que hay sobre la procreación asistida. Pero, a su vez, aseveró que ésta debe ser “una ley sin prejuicios, que atienda la convicción humana y sin exageraciones para facilitarles además a los jueces la angustia que muchas veces se presenta en temas de fecundación in vitro o cuando tienen que decidir qué hacen con los embriones sobrantes. Y también que haya en claro conclusiones y resoluciones a problemas donde debe prevalecer por encima de todo, como dice el artículo 3 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, el interés del menor, aunque todavía no esté creado. Y particularmente, un sistema legal con las reglamentaciones pertinentes para que haya un control sanitario en todos los centros de salud. Este vacío legal, algún día cuando sea más grande este país, será cubierto por el futuro parlamento argentino.”
A continuación, citó la legislación de distintos países frente a la variedad de situaciones que se dan ante la fecundación in vitro: por ejemplo, parejas homosexuales que piden someterse a tratamientos de inseminación artificial o casos de mujeres sin pareja, y se preguntó qué sucedería ante la legislación argentina si se da la impugnación de paternidad por parte del hijo de una pareja que fue sometida a este tratamiento. “Si se da este caso de un chico que hace la impugnación y comienza la búsqueda porque se sostiene que hay que permitirle las características biológicas de quien aportó el semen; y conoce la ley sueca, que dice que a los 18 años puede averiguar en el banco de semen quién es el donante. Hoy en la Argentina, donde no hay ley específica, yo me pregunto cómo hace este señor para rechazarle la demanda. Esto es un absurdo.”
El Dr. Bossert se refirió también a la necesidad de legislar sobre los controles sanitarios de quienes realizan las donaciones para evitar anomalías hereditarias y culminó su exposición mencionando legislación y casos suscitados en distintos países sobre inseminación post mortem, alquiler o préstamo de vientre y planteó la controversia sobre el congelamiento de embriones descartados de tratamientos de fertilización.


INFORMAR A LOS JUECES

El Dr. Oscar Cochlar, Gerente de Gestión Estratégica de la Superintendencia de Servicios de Salud, que ofició de coordinador del último panel del coloquio, convocó a los presentes a continuar participando en “los grupos de investigación” en los que se está trabajando en el abordaje de la discapacidad y otras temáticas como enfermedades infecciosas y oncología. Y destacó que durante el evento “la integración que existió entre los profesionales de la ciencia de la medicina, abogados y magistrados fue enriquecedora para todos”. El funcionario sostuvo que una dificultad que suelen tener es que “el juez admita la necesidad de educarse en estos temas.”
En la ceremonia de cierre, el Dr. James G. Apple, Presidente de la Academia Judicial Internacional de Estados Unidos, agradeció a quienes colaboraron en la organización del encuentro y anunció que la Academia desarrollará dos programas más en la Argentina y uno en Estados Unidos. “Los estamos planificando para 2008 y 2009 y se van a seguir implementando programas en la Argentina en los temas de interés para los jueces, que son vitales para el desarrollo del sistema legal de vuestro país. El objetivo es que estos programas realizados en la Argentina sean modelo para otros países.”
Por su parte, el Dr. José Pedro Bustos, Gerente de Asuntos Jurídicos de la Superintendencia de Servicios de Salud expresó que “este tipo de coloquios sirve para fortalecer a las instituciones. Uno
 de los objetivos principales que tienen estas reuniones es desmitificar esta oposición entre el Poder Judicial y las empresas de medicina prepaga, o los Agentes del Seguro de Salud, en donde, por un lado los jueces no comprenden las necesidades de los prestadores de salud, y por otro lado los prestadores no comprenden el alcance de las decisiones judiciales.”
Finalmente, Tomás Sánchez de Bustamante, Presidente Fundación OSDE, agradeció nuevamente a quienes hicieron posible la realización de la quinta edición del coloquio y citó al escritor italiano Claudio Magris: “Tras las cosas tal como son hay una promesa que es la exigencia de cómo debieran ser”. Y concluyó: “Nuestro rol institucional es aportar en la construcción de una sociedad democrática; es ser una herramienta útil que pueda utilizarla todo el conjunto.”.

 

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