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Todos los procesos
relacionados con la evolución de la salud pública tienen
un alto grado de complejidad, porque involucran
variables de los más diversos orígenes y no pueden ser
reducidos a leyes exactas. Por lo tanto, es
imprescindible observar los comportamientos de aquellas
condiciones o eventos que determinan los estados de
salud de las poblaciones, con el objetivo de poder tomar
las decisiones correctas para perfeccionar o mejorar el
presente sanitario de una comunidad. Recordemos la frase
que el genial Albert Einstein le decía a sus alumnos:
“Lo que buscamos en el fondo de la complejidad de las
ecuaciones es el mejoramiento del destino de los
hombres”.
En ese contexto, la función de un observatorio1 como
expresión del compromiso social, adquiere singular
importancia, revelándose como una opción estratégica que
permite dar uso a la información generada constantemente
en aquellas actividades que influyen de manera decisiva
en los estados de progreso o mejoramiento de la
sociedad. Vale rescatar lo expresado por Galileo en un
relato de Bertolt Brecht: “el objetivo de la ciencia no
es abrir las puertas de la sabiduría infinita, sino
poner límites al infinito error”.
¿Para qué puede servir un observatorio? Principalmente,
para la organización sistemática y ordenada de
actividades vinculadas con la recopilación, análisis e
interpretación de toda la información disponible,
actualizada y diáfana de la realidad, sobre un conjunto
de fenómenos de interés particular cuya distribución y
conducta debe ser analizada con el fin de tomar
decisiones u orientar acciones.
De lo que se trata es de establecer modos de observar
librados de prejuicios, para poder ascender a un nuevo
nivel de autoconciencia lo más ajustado a la realidad en
constante movimiento, así como también conocer las
conexiones entre esos elementos, sus interacciones y
como éstas actúan en el curso de los acontecimientos.
Sabido es que la capacidad de enfrentar los conflictos
es mayor cuando menor es la falta de ajuste a la
realidad. Desconocer a ésta es cuanto menos peligroso.
A través de su actividad organizada y continua, un
observatorio de salud permite construir el conjunto
ordenado de toda la realidad necesaria para garantizar,
controlar y regular con suficiente confianza la
evolución de los estados determinantes de la salud de
los grupos humanos. Actualmente nos estamos manejando
por sospecha. En todo diagnóstico, se requiere de
exámenes y análisis complementarios de manera gradual,
para ir de la sospecha a la aproximación y luego a la
certeza. El mayor y mejor avance en ese sentido lo
ofrece la puesta en funcionamiento del Observatorio,
para poder recorrer el arco que va de las sospechas a
las certezas, y poder manejarnos entonces con la
racionalidad que amerita la realidad sanitaria
argentina.
El Observatorio se presenta como el marco interpretativo
unificador que permite superar el hacinamiento de datos
y la fragmentación de la información, causales de la
obstaculización del pensamiento. Ordenar e interpretar
son pasos ineludibles para poner en marcha un sistema
integrado que comience a ofrecer las respuestas
necesarias para la salud de los habitantes.
DE LA INTENCIONALIDAD A LA
ACCION
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), viene
propiciando la iniciativa de creación de observatorios
de recursos humanos en salud en las distintas regiones
de América, y así contribuir a una mejor toma de
decisiones en cuanto a todo lo relacionado con la
política sanitaria. Atento a esta iniciativa, el
Ministerio de Salud de la Nación ha declarado de interés
el Observatorio de Recursos Humanos en Salud en octubre
de 2007 y ha enunciado su creación.
Si bien no se desconoce la importancia de contar con
información cierta, precisa, actualizada y en tiempo
real vinculada a los recursos humanos en salud en todos
sus niveles, esto es insuficiente desde la mirada
integral que la necesidad sanitaria demanda. Por lo
tanto, el Observatorio es un primer paso. Priorizar la
epidemiología, el análisis de las enfermedades
prevalentes, la infraestructura y el parque tecnológico
son piezas sustanciales del mapa sanitario argentino,
que deben sumarse en esta búsqueda de progreso.
La necesidad de evaluar la tecnología existente no es
algo menor, ya que se abre camino en función de la
velocidad de respuesta que se requiere. Esta debe estar
orientada a la introducción sistematizada de las nuevas
tecnologías en la práctica clínica, la definición de los
criterios de uso apropiado de las mismas ya establecidas
y la organización de los servicios de salud, prestando
apoyo a los procedimientos de decisión.
OBSERVATORIO DEL SISTEMA
SANITARIO ARGENTINO
El Observatorio del Sistema Sanitario Argentino (OSSA)
se propone como componente estratégico para fomentar la
producción, análisis y difusión de información relativa
al campo de la salud, cuyo objetivo es que los
planificadores y gestores tengan a su disposición
información oportuna, válida y confiable para la toma de
decisiones y el seguimiento de las políticas
implementadas. Es un banco de herramientas nutrido de
realidad y por lo tanto, legítimo instrumento para
transformarla en concordancia con las necesidades.
Este nuevo organismo centra sus actividades en los
siguientes ítems:
• recolección y sistematización de datos en relación a
recursos humanos, infraestructura edilicia, y parque
tecnológico.
• recolección y generación de información relativa a la
estructura poblacional, patrones culturales y datos
epidemiológicos y de enfermedades prevalentes.
• elaboración de indicadores basados en el procesamiento
de los datos recolectados y sistematizados.
• pautas de conexión entre los distintos componentes del
sistema: centros de atención primaria, de asistencia
ambulatoria, hospitales de distinta complejidad que
integrasen la red de atención médica.
Podemos citar algunas de las finalidades de uso de las
tareas del Observatorio: entre ellas, el análisis y
diagnóstico integral hospitalario, el diseño y
validación de políticas públicas de salud y políticas de
gestión, el asesoramiento y capacitación en temas afines
y la elaboración de presupuestos para la salud pública y
control de gestión en su ejecución.
Para que el Observatorio tenga resultados plenos, es
primordial la generación de un contacto fluido con otros
observatorios del mundo. En ese intercambio, se
despliega un abanico de datos relacionados con avances
tecnológicos, nuevas políticas en relación al manejo de
la información, y la evaluación y seguimiento del estado
de distintas problemáticas sanitarias.
Observar para conocer, conocer para comprender,
comprender para transformar. Esa es la cadena de
procedimientos que pueden llevar a una modificación de
nuestra realidad.
A FIN DE DISCERNIR ANALOGIAS
Es importante no cometer el error de confundir la
semejanza formal con la identidad sustancial. Al decir
de Michel Foucault (“surveiller et punir”), vigilar y
castigar son términos de amplitud o ambivalencia que
sólo se aclaran al caracterizar el contexto en que se
emiten, dándole consistencia a su aplicabilidad.
Con referencia al Observatorio, debe quedar claro que
“conocimiento” no encierra, ni enmascara ni encubre una
actitud persecutoria. Por el contrario, el tipo de saber
que se busca es el necesario en el empleo de
herramientas básicas en la elaboración de políticas de
salud, en el marco de una planificación estratégica
prospectiva. Valga la paradoja: el conocimiento no es
peligroso, sino necesario a la hora de proponer
alternativas de resolución de problemas. No olvidemos
que tras el velo de la ignorancia se oculta la
inequidad.
Tenemos que considerar al Observatorio como un ámbito de
combinación y articulación del conocimiento empírico y
de las ciencias universitarias, que permite una
comprensión epistemológica que posibilite transformar la
realidad que padecemos. Es útil para interpretar el
pasado, actuar en el presente y tener menor
incertidumbre en el devenir. Y forma parte insustituible
del pasaje del conocimiento a la comprensión.
El Observatorio aporta una matematización2 de ese
concepto, no como recurso retórico, sino como componente
en la estrategia de planificación del cambio que la
cotidianeidad reclama. Dicha estrategia debe ser parte
de la elaboración de un Proyecto Nacional que tenga como
finalidad alcanzar la dignidad humana, signo de
auténtica soberanía.
La desintegración y el desgarro de la onda expansiva de
2001 obliga a comprender y dominar sus consecuencias
mediante un pensamiento sistemático como el que puede
generar el Observatorio para transformar la realidad que
sufrimos. En fin, lo que se necesita es retornar al
pensamiento lógico y a una acción coherente, como
también a proponer nuevas formas de organización.
1. El origen
del Observatorio se remonta a la obra de Jeremías
Bentham editada a fines del siglo XVIII llamada “El
Panóptico”. Para expresar con una sola palabra su
utilidad esencial, es la facultad de ver con una mirada
todo cuanto se hace en ella.
2. Esta matematización numérica y geométrica
posibilita no sólo una reseña epidemiológica
georeferencial, sino una restauración del enfoque
sanitario y así alcanzar una comprensión que tiende a la
solución de los temas planteados.
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Ignacio Katz,
Doctor en Medicina (UBA), Autor
de: “En búsqueda de la Salud
Perdida” (EDULP), Responsable
Científico Académico del
Observatorio de Economía y
Gestión de Salud de la
Universidad Nacional de La Plata. |
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