|
Hace muy poco conversaba con el
Director de RRHH de una empresa
internacional de primera línea,
acerca de las preocupaciones que
tenían él y sus colegas.
Este, con quien hemos realizado ya
muchos proyectos en conjunto, decía
“Mi mayor problema hoy en día, es
tratar de retener a la gente clave.
Ayer vino uno de los gerentes a
verme y me dijo: ¡no quiero ganar
más! ¡Déjame vivir!”
Es interesante ver como van
cambiando las cosas. Hace unos años
atrás, cuando la “gran crisis” se
avecinaba, lo único que le importaba
a la gente era conservar el trabajo.
Lógico, el índice de desocupación
era tan alarmante que lo más
importante para el trabajador era no
“formar parte” de ese índice.
Alguien graficaba aquella situación
diciendo: “Yo estoy trepado en la
copa de un arbolito maldiciendo mi
suerte, pero cuando miro para abajo,
veo miles de candidatos esperando
que me baje del arbolito, para
poderse trepar ellos…”.
Hoy, en que “los empleables” están
todos empleados, donde no resulta
difícil conseguir trabajo y donde
más aun, algunas posiciones que
requieren cierta especialidad
resultan muy difíciles de cubrir por
falta de oferta, naturalmente la
ecuación ha cambiado.
Así, entre otras cosas, ha surgido
con una increíble fuerza, el
concepto de “balance vida-trabajo”
(que no es otra cosa amigo lector,
que la denominación técnica del
“¡déjame vivir!”).
Esto quiere decir que estamos
entrando en un nuevo tiempo: aquél
en que cuando no se dan las
condiciones laborales adecuadas,
mucha gente deja su trabajo. Así de
simple.
Alejandro Melamed, un académico con
amplia experiencia en el sector de
los RRHH, ha escrito un libro
llamado “Empresas Depredadoras -
Recursos Humanos no tan humanos”
-que es una perla imperdible para
quien se interese por este tema-.
Allí cuenta cuál ha sido la
“sobreimplicación” de los empleados.
En un encuentro que tuvimos días
atrás me señalaba que hoy está
desembarcando en las empresas la
denominada “Generación Y”, una
generación para nada dispuesta a
trabajar a los viejos ritmos, y que
entonces el desafío de las empresas
es el de hacer una política de RRHH
también diferente a la que él define
como “gestión depredadora”. Ahora se
trata de “retener”.
En una encuesta de Watson Wyatt
sobre “Tendencias en Retención e
Incentivos a Largo Plazo” realizada
entre 30 compañías de primera línea
–que al momento de escribir esta
columna todavía está en proceso de
salir a la luz- sólo el 14% de los
encuestados contestó no estar
percibiendo problemas de retención,
un 18% no estaba seguro de
percibirlo y un 68% contestó
afirmativamente. No obstante, el 82%
de las empresas encuestadas
señalaron que estaban aplicando
herramientas o iniciativas para la
retención de los empleados. Como
dijimos antes, otro escenario.
Lo interesante de todo esto, es que
una buena serie de políticas están
orientadas a una mejor calidad de
vida en el trabajo y al balance vida
- trabajo. De hecho dos tercios de
los encuestados manifestaron estar
trabajando en esta última dirección
como política de la compañía.
Horario flexible en el 47% de las
empresas encuestadas e idéntico
porcentaje en la incorporación de
ropa informal muestran, más allá de
la variabilidad de la significación
del ítem, cómo va ganando
participación en las empresas este
“nuevo orden”.
Maternidad y Paternidad extendida,
Masajes en la oficina, Visitas de
los hijos a la oficina son otros de
los ítems que muestran interesantes
avances, muchos de ellos con
bastante antelación a nuevas
legislaciones en la materia.
En la Encuesta recientemente
realizada entre Watson Wyatt
Worldwide y WorldatWork entre casi
1.000 empresas en 22 países del
mundo, entrevistando además a más de
13.000 empleados (casi 100 empresas
y 1.500 empleados en Latinoamérica)
el déficit del balance trabajo -
vida personal es una de las primeras
cinco razones por las cuales los
empleados en general, pero los de
Alto rendimiento en particular,
dejan su trabajo.
Los EAP -Programas de Asistencia al
Empleado- que brindan asistencia
psicológica, legal y financiera al
empleado y a su familia- y que eran
prácticamente desconocidos como
práctica en nuestro país no muchos
años atrás, hoy son brindados -según
otra encuesta de Beneficios que
acaba de realizar Watson Wyatt en la
Argentina- por el 33% de las
empresas de primera línea. Esta
herramienta, que ha surgido en
encuestas de clima, como uno de los
beneficios más valorados por el
personal luego de la cobertura
médica, seguramente va a seguir
extendiéndose hasta acercarse más a
los porcentuales de las empresas en
el mercado de EE.UU. que la ubican
en el 90%.
En fin, está claro que el beneficio
de salud ya no es sólo cobertura
médica. ¡Bienvenido el cambio! |