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ANTECEDENTES
Es conocido, y se ha señalado en
numerosas ocasiones, que los
profesionales médicos en forma
individual y las Instituciones que
bajo distintas formas jurídicas se
dedican a la atención de la salud,
se hallan afectadas por
reclamaciones civiles, con motivo de
la responsabilidad civil profesional
(mala praxis), que gradualmente, con
el transcurso del tiempo, fueron
aumentando su frecuencia y
severidad, situación que se atribuye
a diversas circunstancias que no son
motivo de consideración en esta
nota.
Ante
esta situación, es nuestra
intención, marcar cómo fue la
evolución de la cobertura del riesgo
por medio de una póliza de seguro y
la importante contribución que en la
actualidad pueden aportar las
aseguradoras dedicadas a actuar
especialmente en ese tipo de
exposición económica.
El sector asegurador en su conjunto,
pasó por distintas etapas. Luego de
una suscripción que, inicialmente
cubrió las exigencias de la demanda,
mostró con posterioridad un
manifiesto desinterés en operar en
este tipo de cobertura, como
consecuencia de la carencia de
experiencia en la forma de atención
del riesgo; por la forma en que se
desarrolló la gestión operativa del
mismo y por la falta de capacidad
patrimonial para actuar por sus
propios recursos.
Esa mayor reticencia a asegurar el
riesgo y también la salida de
operadores del mercado que en su
momento contrataron este tipo de
seguro colocaron la cobertura en una
situación muy especial generando que
se incentivaran otros tipos de
alternativas no aseguradoras para
preservarse de las consecuencias del
riesgo.
En la actualidad, esa circunstancia
se modificó sustancialmente, y los
operadores especializados en el
tema, apuntan a actuar no solamente
a través de la concreción del seguro
sino que también están dedicados a
la administración del riesgo y al
desarrollo de un programa de
prevención que puede aportar al
sector médico elementos de valor
para la atención y el cuidado de la
salud. Asimismo, se superaron
aspectos planteados en la propia
cobertura que fueron temas de
controversias y conflictos durante
muchos años.
AVANCES EN
LAS CONDICIONES DE LAS COBERTURAS
El más destacable tiene que ver con
el cambio en los alcances y la forma
de otorgar la cobertura llamada base
reclamo o claims made. Originalmente
se cuestionó esta cláusula y se
requería la llamada base ocurrencia.
Los aspectos objetados sobre aquélla
fueron superados, y, actualmente
resulta más conveniente que la
última mencionada.
El otorgamiento del endoso que
extiende el plazo de cobertura
cumpliendo con los términos de la
prescripción y la posibilidad de
ajustar los capitales asegurados a
la realidad económica le otorgan
beneficios indudables. A su vez, la
discusión jurídica se volvió
abstracta.
Otro aporte de valor a las
Instituciones Médicas es el
seguimiento que se realiza de su
siniestralidad y las recomendaciones
e informes sobre el posible
agotamiento de los capitales
vigentes de las pólizas.
AGREGAR
VALOR A TRAVES DE LA ADMINISTRACION
DEL RIESGO
El esfuerzo que se realiza en
instrumentar un programa de
administración del riesgo por parte
de las empresas de seguros
especializadas que lo llevan a cabo,
que no son todas, no siempre es
reconocido y apoyado por el sector
médico, no obstante la contribución
que puede significar a la gestión
del mismo.
El valor agregado de aquel programa
lo podemos destacar en algunos
aspectos del plan, como es en el
caso de la evaluación inicial,
realizada en una Institución por la
aseguradora, y que se lleva a cabo
con criterio de habilitación
hospitalaria, que, con el aporte de
sus conclusiones, contribuye a que
se pueda mejorar la seguridad de la
atención de la salud de la
Institución o bien se adviertan
circunstancias que agravarían la
responsabilidad médica, y por lo
tanto, podrían corregirse en tiempo
oportuno.
Además, mencionamos anteriormente en
distintos ámbitos y notas, el valor
de actuar sobre los incidentes
médicos, y el seguimiento de los
mismos para evitar los reclamos.
Es sabido que el incidente es un
hecho adverso de la actividad y como
tal puede provocar futuras
complicaciones. Los hechos que
ocurren, en un alto porcentaje son
prevenibles. No obstante, aún hay
dificultad para que los
profesionales de la actividad médica
asuman su ocurrencia y por
consecuencia se actúe en la adopción
y aplicación de mecanismos de
prevención y gestión ante tales
circunstancias.
Sobre el particular, es de señalar
un cambio sustancial que se produce
sobre la forma de actuar en ese
concepto, además de contar con el
conocimiento y valoración de los
incidentes dentro de un programa de
administración de riesgos, y es el
criterio a aplicar en su detección
que tiene que ver con “reconocer” y,
a su vez generar, mecanismos
automáticos para advertir los
mismos, y para procurar corregir en
el futuro lo que pueda modificarse.
En otro orden, podríamos insistir en
desarrollar los aportes que efectúa
el sector asegurador en las
recomendaciones que se realizan
sobre el llenado y tratamiento de
los documentos médicos y en especial
sobre las Historias Clínicas y
consentimientos informados. Es un
tema que a pesar de todo lo dicho y
escrito al respecto durante los
últimos años, sigue siendo de vital
importancia para la defensa de un
afectado por una reclamación.
NUEVOS
APORTES
Pero no quiero insistir sólo en esos
temas, muy tratados y conocidos, ya
que se ha avanzado en otros aspectos
de la administración del riesgo cuya
información puede llegar a ser
relevante para el conocimiento de
una Institución Médica y supera lo
conocido en el sector asegurador
sobre la gestión estadística en el
tema.
Es
común que se mencione el ranking de
especialidades demandadas o
afectadas por reclamos, cuyo
conocimiento puede tener un valor de
referencia, pero como dato en sí
mismo es de muy poco aporte.
Por lo tanto, deseo mencionar el
esfuerzo que se realiza en
identificar no sólo ese ordenamiento
de mayor riesgo, sino los temas
médicos que generan conflictos con
mayor frecuencia en las distintas
especialidades, así como también,
aquellos que no son patrimonio
exclusivo de una especialidad, sino
que son comunes a un grupo de ellas,
por ejemplo, las especialidades
quirúrgicas en general en una misma
Institución.
Es de importancia establecer qué
riesgo produjo el tratamiento de un
problema médico en una especialidad
determinada, y sacar las
conclusiones del mismo, ya que de
este modo podemos establecer cuáles
son las circunstancias en que se
producen y por ende adoptar las
medidas preventivas y/o correctoras
adecuadas para otros casos.
Cuando los problemas médicos son
comunes a varias especialidades,
pero estadísticamente se computan a
las mismas, engrosando los
porcentajes de los rankings, es la
Institución la que está más
involucrada que la propia
especialidad y las medidas
correctivas son, en principio, más
de orden general.
Veamos alguna de los tratamientos
que más frecuentemente generan
reclamos en las dos especialidades
con mayor cantidad de conflictos. En
traumatología: infección
posquirúrgica, luxación y
aflojamiento de prótesis,
disminución de movilidad articular,
osteosíntesis defectuosa, lado
equivocado.
En obstetricia: depresión neonatal,
feto muerto, encefalopatía del
recién nacido, infección poscesárea.
Sin duda que conocer dentro de las
especialidades más demandadas estas
situaciones que las provocan, y que
surgen de la exposición de la
práctica médica en sí misma, ayuda a
buscar un accionar profesional
adecuado y ajustado a la aplicación
de las guías médicas de cada
especialidad.
Consideramos de importancia y valor,
conocer cuál es el riesgo ante
determinados diagnósticos o
complicaciones porque precisamente
este conocimiento hará que adoptemos
las prevenciones profesionales
adecuadas, y además ayudará en la
forma de considerar la documentación
médica pertinente.
Si repasamos los aspectos
conflictivos, que hemos descripto
precedentemente para las dos
especialidades aludidas, vemos que
en ambas, figura infección
posquirúrgica. Si en una Institución
se da esta circunstancia, y se
repite, la misma podría exceder el
marco propio de la especialidad y
transformarse en un posible problema
de la Institución, y, en
consecuencia, es ésta la que debe
instrumentar medidas correctivas
para disminuir su incidencia.
Igual comentario merecen por
ejemplo, las caídas desde la cama de
internación en instituciones
generales y geriátricos; sin duda
que en este caso tenemos un problema
de cuidados que excede la
especialidad para transformarse en
un tema Institucional.
Finalmente, para mencionar otra
fuente de conflictos es el que tiene
que ver con el servicio de
emergencia domiciliario. En efecto,
en este caso deben distinguirse dos
aspectos básicos: por un lado los
conflictos originados en la demora
en la llegada del auxilio y la otra,
la actuación profesional propiamente
dicha al realizar la consulta.
La demora del servicio de auxilio en
las empresas de emergencia, es un
motivo porcentualmente elevado
respecto del total de los hechos
adversos informados para esa
especialidad, y que en realidad se
relacionaría mayormente con una
falta contractual más que a un tema
de praxis médica, por lo cual
debemos diferenciarlos de los otros
casos frecuentes como ser revisación
rápida o superficial o no considerar
necesario el traslado del paciente,
que sí, en estos otros casos, se
relacionan específicamente con temas
de praxis.
Sin duda, que en lo señalado, si el
motivo del incidente está
relacionado con la “demora” será un
tema central y permanente en el
análisis interno de gestión y
también comercial de la empresa de
emergencia, ya que el cumplimiento
de la obligación contractual aludida
hace a la esencia misma de la
Sociedad y a su destino. Pero
igualmente también debe ser
considerada la forma de realizar esa
labor.
SINTESIS
No hay duda que la alta exposición
económica que hace al tema de la
responsabilidad civil profesional
acecha a los prestadores de la
actividad médica, y, seguramente las
Instituciones deberán convivir en el
futuro con la dificultad que
significa atender las causas
judiciales por los reclamos de los
hechos adversos. Pero no es menos
cierto, que la transferencia del
riesgo económico a una empresa
aseguradora especializada en la
materia y dedicada a la
administración del riesgo, hoy
posibilita obtener apoyo para
minimizar las posibilidades de
situaciones reprochables; mejorar
los documentos de defensa; facilitar
la difusión en temas de prevención a
través de las disertaciones y
seminarios; lograr opiniones
externas al demandado lo cual
califica la visión del reclamo y en
consecuencia actuar sobre lo que
indique la realidad.
Por último, corresponderá a los
interesados evaluar y ponderar qué
empresas aseguradoras, de las
especializadas, mantienen el valor
agregado señalado precedentemente
para que a través de una opción
acertada se pueda hacer efectiva la
contribución del Instituto del
Seguro al sector Médico. |