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A mediados de los 80, España
creó un Sistema Nacional de Salud que dio lugar a un modelo
descentralizado, en el que la gestión está en manos de las
comunidades autónomas. La Consejera de Salud de Cataluña,
Dra. Marina Geli, visitó la Argentina para exponer ese
modelo que, además de ser de acceso libre, posee una cartera
única y muy amplia de prestaciones sanitarias, con un
sistema de atención primaria que, entre otras bondades,
asigna un médico y una enfermera a cada ciudadano.
Durante su estadía de tres días, la Consejera realizó junto
a la ministra Graciela Ocaña diversas actividades que
permitieron acercar su experiencia para lograr un análisis
del vínculo entre el sistema de salud catalán y el
argentino, y tomar contacto con autoridades tanto nacionales
como provinciales.
El 15 de mayo participó de una conferencia en la biblioteca
de la Academia Nacional de Medicina, en la que expuso sobre
el papel de las estrategias y las evidencias a la hora de
construir salud en Cataluña. Junto a Ocaña y la titular del
Foro Estratégico para el Desarrollo Nacional, Norma Cadoppi,
la Consejera se refirió a la necesidad de tener indicadores
para realizar políticas de salud.
EL MODELO CATALAN
El
título de la conferencia fue “Cataluña: estrategias y
evidencias para construir salud”. Marina Geli comenzó su
exposición señalando que durante los últimos 30 años se han
dado cambios muy significativos en la región de
Cataluña, que han posibilitado una discusión que engloba la
pregunta por el modelo económico y el modelo social. “Nos
hemos dado cuenta –puntualizó la Consejera- que la salud,
como la educación, es capaz de generar igualdad de
oportunidades y que, además, forma parte de la economía
productiva.”
Geli describió las características centrales del sistema
sanitario catalán que, según especificó, logró romper con
muchos preceptos dogmáticos que lo obstaculizaban. En ese
proceso de definición del modelo se ha establecido, por
ejemplo, qué es la responsabilidad pública y cuál es el
papel que tiene el sector privado. El proceso de
consolidación del sistema tuvo muy en cuenta el factor
tiempo: “Hacer política es también priorizar y tener en
cuenta el corto, el medio y el largo plazo”, enfatizó la
doctora.
Por otra parte, Geli también destacó que construir salud no
es sólo decidir acerca de políticas que conciernan al
sistema sanitario, sino también aceptar los desafíos que las
problemáticas de la comunidad plantean, como, por ejemplo,
la desigualdad; en este sentido, afirmó que “una parte del
trabajo del sistema sanitario debe ser la mirada a la
comunidad.”
La Consejera también brindó algunas cifras específicas, que
dieron cuenta del buen funcionamiento del sistema de salud
catalán: el porcentaje de mortalidad materno infantil se
encuentra entre los más bajos de mundo, y los indicadores
sanitarios muestran mejoras permanentes durante los últimos
ocho años, aunque en ese tiempo la población de Cataluña
creció en 1 millón 300 mil personas. “Se trata de un sistema
muy sólido que debe continuar adaptándose a la demanda
creciente”, especificó Geli.
En 1986, España creó el Sistema Nacional de Salud que dio
lugar a la gestión descentralizada, en manos de las
comunidades autónomas. El modelo de salud es de acceso libre
y posee una cartera única y muy amplia de prestaciones
sanitarias. Cataluña, en este marco, ha generado su propia
normativa. Geli mencionó, en este sentido, la Ley de
Ordenación Sanitaria que rige en la zona desde 1990. Esta
establece acciones como la del desarrollo de un Mapa
Sanitario y la del Plan Sanitario, que indica cuáles son las
prioridades en materia de salud.
Esta
Ley, sostuvo Geli, logró afianzar las diferencias
características del sistema de salud catalán. “El elemento
diferencial del sistema de salud de Cataluña es que la
propiedad de los centros de salud no es un elemento
definitivo; sí lo es estar en una acreditación para la red
de utilización pública”, subrayó la Consejera. Los centros
acreditados, ya sean públicos o privados, conforman la Red
Sanitaria de Utilización Pública, que está compuesta
principalmente por asociaciones sin fines de lucro.
Por otra parte, Geli indicó que el gasto por habitante en
salud es de 1.250 euros: un monto alto comparado con el
argentino, pero que, según expreso, resulta algo bajo para
el requerimiento de la región. Una fortaleza importante del
modelo de salud de Cataluña, puntualizó la Consejera, es la
consolidación de un sistema de atención primaria que asigna,
mediante una Red de Centros de Salud, un médico y una
enfermera a cada ciudadano. Estos 400 centros de salud se
suman a 71 hospitales para el tratamiento de enfermedades
agudas y a una Red Comunitaria de Salud Mental.
En el marco de la necesidad de un debate sobre la
sustentabilidad no sólo económica, sino también de la
calidad del sistema, Geli enfatizó que “nuestros ejes son la
organización sanitaria, la participación de todos los
actores, el refuerzo de la salud pública, y la apuesta por
la calidad de la atención.”
Por último, la Consejera mencionó los cinco bloques que
conforman el actual Mapa Sanitario y el Plan de Salud de la
región: los recursos humanos, las patologías, las políticas
de servicios, los profesionales sanitarios, y el papel del
ciudadano en la construcción de su propia salud. En
referencia a este último bloque, Geli marcó un logro más que
significativo: “Hemos medicalizado la vida cotidiana de la
gente.”
UN ACUERDO QUE MIRA HACIA ADELANTE
Por
su parte, la ministra Graciela Ocaña constató la exactitud
de la conferencia ofrecida por la Consejera: “Geli dio la
clave de cómo resolver los problemas sanitarios de un país.”
Ocaña señaló que en nuestro país, que ha sufrido una serie
de crisis económico-sociales generadoras de grandes
desigualdades, “el sistema sanitario, a diferencia de otras
áreas, está recién saliendo de la crisis que vivió”. En este
sentido, Ocaña valoró la colaboración entre la experiencia
catalana y los debates nacionales.
“Las bases –puntualizó la ministra- son la planificación, un
gran acuerdo y un gran consenso; es necesario que entendamos
que la salud, así como la educación, es política de Estado.”
A este respecto, Ocaña mencionó la importancia del Acuerdo
Socio-sanitario postulado por la Presidenta Cristina
Fernández de Kirchner en el marco de un conjunto de acuerdos
con vistas al Bicentenario. Según la ministra, el Acuerdo
Socio-sanitario puede tomarse como punto de partida para
poder encontrar la posibilidad de establecer un consenso
entre todos los actores, que signifique fijar las metas
comunes y compartir la información necesaria.
En el marco de dicho Acuerdo, también resulta importante,
aclaró Ocaña, iniciar un debate acerca del sistema de
financiamiento, puesto que, explicó, “no podemos llevar
adelante las transformaciones si no está claro cómo van a
ser financiadas.” La ministra hizo especial hincapié en la
necesidad de establecer acuerdos que lleven a la
conformación de estándares mínimos y comunes, que ayuden,
asimismo, a equiparar las desigualdades y a fortalecer tanto
la eficacia como la calidad de la salud.
En referencia
a
la construcción de estándares, Ocaña realizó una reflexión
de gran validez: “A veces los argentinos nos ponemos
estándares muy altos y nos damos tiempos muy cortos”. Es por
eso que, enfatizó, la experiencia de Cataluña, que ha hecho
del factor tiempo un eje central en la construcción de salud
y de estándares sanitarios, es de mucho valor.
La ministra de salud argentina enumeró una serie de debates
que están a la orden del día. Uno de ellos es el que se
refiere a la responsabilidad de los distintos estados
respecto de los habitantes. En ese sentido, especificó la
titular de la cartera de Salud, “hay que discutir el
federalismo y la redistribución mínima a todos los estados
para garantizar los estándares”. Ocaña expuso que también
resulta necesaria una discusión acerca de la formación de
los profesionales médicos, en la que deben involucrarse
todos los actores y financiadores, así como también las
entidades académicas que funcionan como formadores. El mapa
de salud es otra de las temáticas que deben debatirse puesto
que conforma la base de cualquier sistema. “Hoy tenemos
mapas fragmentarios –indicó Ocaña- y el desafío es la
construcción común del mapa sanitario para saber qué tenemos
y qué nos falta.”
Ocaña apuntó luego que el país se encuentra frente a la
ocasión de aprovechar grandes oportunidades: “los argentinos
tenemos que convencernos de que podemos hacerlo”, alentó. El
proyecto de una Ley Federal de Salud, especificó, constituye
una de esas oportunidades que pueden ser construidas para
abordar todos los aspectos debatidos en el marco del Acuerdo
Socio-sanitario. Por último, Ocaña cerró su ponencia con una
frase que quedó resonando en los oídos atentos de los
asistentes: “La eficiencia es también parte de la ética de
un gobernante”.
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