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Diabetes


El desafío de la prevención
 

En el marco de las Jornadas para la prevención de enfermedades crónicas, organizadas por el laboratorio Novo Nordisk, el Dr. Juan José Gagliardino brindó una conferencia sobre las alternativas para disminuir la carga socioeconómica de la diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular.
 

El 19 de junio pasado tuvieron lugar las Jornadas para la prevención de enfermedades crónicas, diabetes y hemofilia, organizadas por el laboratorio Novo Nordisk. El Dr. Juan José Gagliardino, del Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (CENEXA), dictó una conferencia titulada “Diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular. Alternativas para disminuir su carga socioeconómica”, en la que dio cuenta de la importancia de la prevención no sólo a fines de una mejor calidad de vida, sino también con miras a una optimización de la carga socioeconómica que tal enfermedad implica.

LA MAGNITUD DEL PROBLEMA
El doctor comenzó su disertación relevando la gravedad de la problemática de la diabetes no sólo a nivel nacional, sino también a nivel mundial. Tomando como fuente una investigación que la OMS realizó en 2004, Gagliardino impactó al auditorio con una proyección alarmante: si en 2002 los pacientes con diabetes eran 171 millones, se espera que para 2030 esta cifra aumente a 366 millones. “Lo que preocupa –aclaró Gagliardino, -es que el 150% de este crecimiento va a ocurrir en países en desarrollo, y la Argentina está dentro de esta categoría.”
Las tasas de morbilidad y mortalidad también son de orden urgente: mientras que la primera marca que se realiza una amputación de pierna cada 30 segundos, la segunda establece que una persona cada 10 segundos muere a causa de las complicaciones de este mal. Por otra parte, el galeno se refirió al impacto económico de la enfermedad, que, mundialmente, va aumentando sensiblemente junto a la aparición de complicaciones de tipo microvascular o macrovascular. “Esto hace pensar –reflexionó el especialista- que lo más conveniente sería que los pacientes permanezcan sin complicaciones y que, en todo caso, lleguen a ellas lo más lentamente posible.”
En nuestro país, expuso el doctor, la Primera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo ha mostrado que la diabetes tiene una prevalencia del 8,5%, los factores de riesgo cardiovascular como el sobrepeso y la obesidad, que llega a un 49%, la hipertensión arterial, que alcanza un 35 %, y la escasa o nula actividad física, que comprende un 46%. Gagliardino se refirió luego a la población concreta que padece diabetes: “En un país que es heterogéneo, también la distribución de las enfermedades es heterogénea.”
Por otra parte, un control metabólico pobre, la ausencia de tratamiento, un diagnóstico casual y el desconocimiento del padecimiento, que se da casi en la mitad de los casos, resultan en que, en la Argentina, dos tercios de las personas con diabetes tipo 2 tengan complicaciones crónicas. En este panorama, el doctor señaló que “resulta claro que la antigüedad de la enfermedad es más eficiente que la actividad médica: en cinco años se duplica la frecuencia de complicaciones; sólo por estar esperando, la complicación sigue creciendo.”

FORMAS ALTERNATIVAS DE ABORDAJE Y POSIBLES SOLUCIONES
Se hace necesario, pues, realizar un abordaje distinto de la problemática. Con este espíritu en mente, Gagliardino propuso realizar un análisis comparativo entre la población general, con tolerancia a la glucosa, los pacientes que están en la antesala de la diabetes, los diabéticos sin complicaciones y los diabéticos con complicaciones. Del primer grupo al último, indicó, los costos médicos en valores absolutos aumentan en casi tres unidades. “Como médico, lo único que puedo hacer es reducir la velocidad con la que crecen las complicaciones.”
El desafío reside en buscar una solución para estos problemas. Gagliardino expuso la suya a través de una serie de preguntas clave, que pueden ayudar a generar un modelo para una resolución. La primera pregunta es si resulta posible modificar las tasas de conversión de prediabetes a diabetes, es decir, si se puede hacer prevención primaria. “La respuesta es sí -enfatizó el doctor- porque se puede predecir la velocidad con que la gente va a pasar del estado previo a la diabetes.” Científicamente, dicha posibilidad de predicción está asociada con la presencia de insulinoresistencia y con la secreción de insulina basal, que en la mayoría de los casos derivan en la enfermedad.
Esta situación se puede prevenir, apuntó Gagliardino, mediante modificaciones en el estilo de vida, que establezcan nuevos patrones de dieta y actividad física. La experiencia de los planes de países como Estados Unidos, China y Japón ha demostrado que el riesgo relativo se puede bajar. “La prevención es posible y no necesariamente pasa por la medicación; lo que tenemos que hacer es educar en este sentido”, especificó el profesional.
Una de las preguntas que surgen ante la Encuesta Nacional de Factores de Riego es hasta qué punto ésta brinda evidencia para la necesidad de actuar sobre algunos indicadores del desarrollo de la diabetes. En este sentido, Gagliardino apuntó que hay diferentes formas de leer esos datos. Si al 8,5% de pacientes con diabetes se lo expresa en función de la edad y del mayor peso, el porcentaje aumenta francamente. “Las curvas demuestran que hay sectores que van a producir la diabetes y, con ella, el aumento del costo”. Sin embargo, el doctor agregó que, mientras que el factor edad es imposible de abordar, la obesidad sí puede frenarse. La actividad física también influye de manera diametral en la incidencia de la diabetes: mientras que aquellos que realizan actividad intensa raramente presentan el mal, entre aquellos que no realizan ejercicio la enfermedad es mucho más generalizada. “Evidentemente, estas son estrategias para el cambio de estilo de vida que pueden modificar la situación”, sintetizó el doctor.

PREVENCION DE LAS COMPLICACIONES
 

Ante la pregunta de si es posible prevenir las complicaciones, Gagliardino señaló que un estudio de 1998 ya indicaba que la optimización del control glucémico reduce efectivamente las complicaciones. “Hace ya muchos años que tenemos evidencia de que sí se pueden prevenir las complicaciones, pero no la utilizamos”, alertó.
En primer lugar, el tratamiento de los niveles de glucemia conduce a una reducción de las complicaciones. En segundo lugar, también el control de la presión arterial reduce no sólo las complicaciones, sino también la mortalidad. Gagliardino comentó a este respecto que, en San Francisco, un estudio reciente demostró que el descenso de 5 milímetros de mercurio en la presión arterial máxima, disminuye entre 14 y 18% la mortalidad y las complicaciones causadas por la diabetes. Por último, el tratamiento de eventos coronarios, ligados a diabetes, con Simvastatina, se ha mostrado eficiente para reducir el riego cardiovascular hasta en un 55%. En este sentido, Gagliardino concluyó que “la prevención es posible cuando se tratan los tres subsectores: el de la glucemia, el de la presión arterial, y el de los eventos coronarios mayores.”

LOS DATOS, LA PREVENCION Y EL TRABAJO EN CONJUNTO
 

La carencia de datos se suma a un problema aún mayor, consideró Gagliardino: “Tenemos pocos datos y no los leemos como es debido.” De los datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo surge que cerca de 1 millón 700 mil personas tienen entre tres y cinco factores de riesgo. Mediante un simple ejercicio matemático y utilizando el sistema europeo de medición de riesgo, el doctor estableció que el 40% de ellos tendrá un episodio, lo que resulta en 680 mil más en los próximos 10 años, que significan 186 casos diarios. Adjudicando un valor promedio a cada uno, resulta que en los próximos 10 años se va a tener que gastar 316 mil dólares por día. “Es una proyección basada en la evidencia; podemos hacerla a un costado o nos podemos poner en marcha para evitar que esto se convierta en una realidad”, reflexionó Gagliardino.
En definitiva, se llega a una pregunta por los costos de la prevención. En este sentido, el galeno mencionó que, en su medio, se tomó, durante un año, una muestra de 500 hospitalizaciones de personas con diabetes tipo 2, en el Hospital Privado de Comunidad de Mar del Plata. La causa más frecuente de las hospitalizaciones fue insuficiencia cardiaca que, en las personas con diabetes, está condicionada por los niveles de hemoglobina y por la presión arterial. “Entonces, nos preguntamos -relató Gagliardino- cuánto costaría bajar la hemoglobina”.
De este estudio, surgió que se debía gastar, si se implementaba el método más caro, 1.400 pesos por persona y por año para prevenir la insuficiencia cardíaca, y 1.000 pesos si se utilizaba la versión más económica. La misma lógica se confirmó también para el campo de la presión arterial, en el que se constató que a través de la prevención se llegaba, incluso, a ahorrar fondos. “Evidentemente, es mejor prevenir que curar, y para eso ni siquiera hace falta hacer estadísticas”, subrayó el doctor.
“La prevención es posible, pero se debe llevar adelante en conjunto”, delineó Gagliardino. El equipo de salud, la comunidad, las entidades de financiamiento, los responsables de las políticas de salud, la industria, y los pacientes con diabetes deben trabajar juntos para lograr una conciencia recíproca.
 

 

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