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Opinión


LA SALUD
... en busca del equilibrio perdido

Por el Licenciado
Víctor Norberto Cerasale

...“el que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies.” Evangelio según San Juan, 13:1-15.
(Primera parte) Nº 52
 

La globalización y su economía de mercado podrían compararse con un Tiranosaurius Rex en un bosque de ositos Panda. Las recetas del Fondo Monetario Internacional, así como las del Banco Mundial y otros referentes de la economía mundial han dejado en evidencia que no sólo no son útiles, que no pueden aplicarse de manera generalizada y antojadiza, sino que su consecuencia operativa más importante es la “exclusión” que cunde entre la raza humana.
La Organización Mundial de la Salud dice que el 40% de la población mundial no tiene acceso alguno a la salud pública. Los indicadores tomados individualmente indican algo mucho peor, esto es que más del 67% de la población humana está en situación de abandono, indefensión y librada a su suerte. Esto indica que las recetas económicas que favorecen a los inversores del Grupo de los 8 y a todos los mecanismos de equilibrio financiero creados en la posguerra conducen al mundo todo hacia un holocausto de consecuencias imprevisibles aunque imaginables.
El fenómeno de la migración masiva (huyendo de la pobreza extrema) desde las ex-colonias africanas, de Oceanía, e incluso de América latina hacia Europa son una clara muestra de que algo está mal, cada vez peor. El Muro de Berlín en su nueva versión fronteriza con México, o el levantado en Israel para no ver a los Palestinos, deja en claro que la metodología de las “murallas” para negar la realidad que queda del lado de los pobres y marginados, no es otra cosa que una clara expresión de la necedad política. No es difícil suponer que todos estos mecanismos que en realidad buscan recrear a los “campos de concentración” fracasarán más tarde o más temprano sencillamente porque cuando las necesidades de la gente invaden su dignidad, las personas ya no tienen nada que perder y de allí al “efecto dominó” de la revolución francesa es apenas un chasquido.
Sin embargo, el poder político en cualquiera de sus formas, no aprende. Sean reyes, primeros ministros, demócratas, republicanos, jeques, príncipes, emires, gobernadores, intendentes, secretarios generales de sindicatos o cualquier otra forma de encaramarse por arriba del conjunto, la nube que envuelve las mentes y nubla los ojos es una enfermedad que ataca al ámbito político impidiéndole hacerse cargo de la realidad, donde esta clase creerá que la “labia” oculta el paisaje que otros ven con claridad, porque lo sufren día a día. Nuestro país es un excelente ejemplo de contradicción y paradoja donde los mortales deben transitar una “verdad” totalmente distinta a la que se propone desde los discursos de los devenidos en Dioses que residen en el Olimpo.
Tal como hemos descripto en notas anteriores el mundo de la economía de mercado, globalizado, sometido al calentamiento y a la pérdida del ozono, pretende que todos nosotros no seamos otra cosa que números de las estadísticas. Esto se traduce en el número de personas que tienen teléfono celular, vivienda propia, cocina, lavarropas, laptop, de la misma manera que también existen otros modelos para inventariar a los que padecen diabetes mellitus, artritis, fibrosis quística, esclerosis múltiple, miastenia gravis, hipertensión arterial, o algún tipo de tumor.
A pesar de dichos indicadores… que facilitan las justificaciones, en bambalinas todo permanece igual, es decir peor, porque cada decisión que no se toma, cada necesidad que no se cubre, cada demanda que no se respeta, cada preocupación que no se conduce hacia una “ocupación” por resolver el fondo de la cuestión planteada, lleva indefectiblemente a que la realidad se agrave haciéndose cada vez más compleja, intrincada, y tal como es nuestro estilo, “patear el problema para adelante” o “cambiar el problema de lugar” o bien “cambiar el nombre del programa” que no es otra cosa que fabricar una mentira para disimular la circunstancia.
Los argentinos sabemos en carne propia que lo descripto es bien nuestro, aunque no muy distinto a lo que sucede en Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia, España, Suecia, Finlandia, Rusia, Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia, o cualquier país que Usted quiera incluir en la lista. La única fábrica que produce de manera ininterrumpida en el mundo por estas horas es la de la “exclusión”.
Bien, así como hemos transitado doce números de la Revista Médicos analizando la situación actual que propone el modelo de salud americano a los 300 millones de norteamericanos, enseñándonos todo aquello que “no debe hacerse” so pena de verse sometido a consecuencias peores que se reflejan en la destrucción sistemática de la salud pública (único modelo válido), pasaremos ahora a analizar en profundidad el estado de situación de todo el modelo europeo en su conjunto y de manera individual, país por país.



A diferencia de lo recorrido hasta aquí, este camino nos llevará a abordar el sentimiento íntimo de los “usuarios” respecto de las coberturas que reciben.
¿Cómo se ve Europa hoy?, ¿En números?... comparados:
Es interesante ver cómo en los Estados Unidos de Norteamérica el porcentual de participación del gasto de salud en el PBI es el más alto (13,6), significativamente más que en el Japón (7,4) que da cobertura al 100% a toda su población al igual que Suecia (8,5) o hasta el propio Reino Unido (6,7). Si bien todos los modelos tienen deficiencias y son perfeccionables, las distancias entre los mecanismos de gestión y administración de los recursos crean abismos insondables. Curiosamente, si bien todas las comparaciones son odiosas y no siempre están encaminadas a reflejar las realidades intrínsecas, cabría preguntarse por qué Japón puede brindar a toda su población algo que los norteamericanos no pueden cuando estamos hablando de volúmenes semejantes. ¿Será porque las personas que viven en un lado merecen una consideración distinta de las que viven en el otro?
He asumido el cuadro precitado porque enseña una realidad que se modifica a partir de la invasión de las tecnologías biomédicas consecuentes al PROYECTO GENOMA HUMANO, lo cual es importante en el análisis.
Obsérvese cómo el gasto per cápita en los Estados Unidos de Norteamérica es un 129% mayor al de Japón, o un 186% superior al del Reino Unido. Los beneficios de cobertura social entre estos dos últimos contienen notables diferencias pero en ambos casos la calidad de las coberturas son notablemente superiores a la vigente en el primero de los mencionados.
Ningún país de la Unión Europea puede presumir de tener controlado el gasto en medicamentos, mucho menos en salud. Los incrementos anuales superan con creces los registrados nominalmente por la economía en su conjunto o por los propios presupuestos sanitarios. Medicamentos genéricos, precios de referencia, listas negativas, reducción de márgenes y de precios han repercutido “negativamente” sobre todo el sector. Detalle no menor...
 

Licenciado Víctor Norberto Cerasale. 2008-11-18
Fuentes:
DOSSIER: EL GLOBAL. EDITA: Contenidos e Información de Salud S.L. Realización de contenidos y dirección del estudio: Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. 16 al 22 de julio de 2001. www.elglobal.net
Copyright by Cerasale, 2008. Derechos reservados. Exclusivo para Revista Médicos, Medicina Global.

 

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