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Quo Vadis Salud 2008



La actualidad de la internación domiciliaria

  

La salud integral
 

El doctor Daniel Gril expuso en su conferencia las disyuntivas actuales de la internación domiciliaria a la vez que ahondó en la necesidad de pensar un nuevo concepto de salud, ligado al bienestar integral y a la formulación de diagnósticos más completos.

En la segunda conferencia plenaria de Quo Vadis Salud, el pediatra Daniel Gril, Presidente de la Cámara Argentina de Internación Domiciliaria, estuvo coordinado por el doctor Miguel Secchi, del Foro para el Desarrollo de las Ciencias. Luego de iniciar su conferencia con algunas críticas sagaces dirigidas a participantes anteriores, el disertante profundizó en la necesidad de redefinir el término de internación domiciliaria. También expuso acerca de la alta calidad en atención como contraparte de un sistema que aboga por la atención rápida y orientada solamente a los síntomas. Hacia el final, fue la definición de salud la que generó sus reflexiones, junto a la importancia que los recursos humanos tienen en su sector.
Gril inició su conferencia haciendo referencia a la cuestión que convocó a todos los sectores a formar parte de la quinta edición de Quo Vadis Salud: la integración del sector. Enfatizó que “la búsqueda de la integración va a ser un trabajo arduo”, a la vez que recordó que “la profesión también tiene un lugar para este tipo de encuentros, en espacios plurales; temo para mí que las decisiones en salud están en muy pocas manos y, evidentemente, están muy lejos de las nuestras”. En relación a la polémica sobre la ley de regulación de las empresas de medicina prepaga, Gril no dudó en expresar su disconformidad con algunos de los comentarios que habían sido realizados en la mesa de medicina prepaga. Fue por eso que criticó, “como buen viejo reciente”, la “resistencia a despenalizarnos por parte de la medicina prepaga; si llevo más de 30 años aportando casi sin consumir, ahorré: la gente grande ya pagó”. Agregó también que sería conveniente “no criticar al Congreso”, aunque remarcó que también “desde el Estado debería ser necesaria una reflexión: ¿cuánto de lo que invertimos se queda en el camino y no va a los destinos que tiene que ir?”
Ya entrando en el núcleo de su exposición, Gril indicó algunos cambios en la práctica profesional: “Los pediatras, históricamente, completábamos la semiología de lo que les pasaba a los chicos yendo a la casa de los chicos”. Destacó que ese lugar era una fuente de información tan rica como los síntomas del paciente: “Hacíamos un buen diagnóstico cuando percibíamos las cosas que giraban alrededor de la salud del chico”, puntualizó. Sin embargo, señaló, este tipo de prácticas se han perdido porque el modelo del ejercicio profesional cambió. Fue entonces cuando apareció una “nueva-vieja” modalidad: la internación domiciliaria, término que el pediatra puso en discusión porque, a su entender, sería más apropiado hablar de cuidados domiciliarios: “No es lo mismo internar que cuidar, ni semiológica ni fácticamente”, subrayó.
A la hora de pensar por qué se ha rescatado el sistema de los cuidados domiciliarios, Gril se refirió a una idea sorpresiva: “Así como hay un Hy Tech, nosotros defendemos un Hy Touch.” Se trata de un concepto que, abocado a la alta calidad en atención, se propone recuperar la cercanía con la gente y el vínculo que la práctica moderna de la profesión hizo desaparecer. “Es necesario volver a recuperar la cercanía con la gente y ese concepto habla de alta calidad, no en tecnología, sino en recursos humanos”. Luego de señalar que el 80% de los costos de la modalidad domiciliaria se relaciona con los recursos humanos, Gril ahondó en el vínculo entre ese recurso humano y la práctica de la palabra y, en ese sentido, se refirió a la necesidad de recuperar la palabra como vínculo concreto entre paciente y médico. Señaló también que, hoy en día, “la palabra se encuentra desvalorizada: lo que no se tiene tiempo de preguntarle al paciente se le pregunta a los instrumentos”. Ese proceso que profundiza la distancia resulta en una completa desconexión entre lo que el paciente siente y el diagnóstico que recibe: “Lo que nos pasa está construido a priori de lo que sentimos”. Explicó que, en la actualidad, lo integral de la vida del paciente, su dolor más amplio, se ha excluido de los factores de diagnóstico, lo que deriva en que “los agentes de salud no podamos transformarnos en verdaderos agentes de cambio”. En este contexto, la tarea de la internación domiciliaria se vuelve sumamente importante.
Hacia el final de su conferencia, Gril revisó la definición de salud para encontrarse con un término clave: el de bienestar. “¿Qué entendemos por bienestar?”, se preguntó. Para delinear una respuesta, presentó una situación que puso sobre relieve una bipolaridad a partir de la cual reflexionar: la de malestar y bienestar. “En salud, algunos malestares son más saludables que algunos bienestares; entonces, la definición de salud aplicada estrictamente desde el consultorio nos puede llevar a una equivocación”. A raíz de esta posición, postuló la relevancia de trabajar por un concepto de salud renovado e integral: “Solamente la percepción de la calidad de vida integral de la gente me puede llevar a un diagnóstico ecológico”. Y es en el contexto de ese trabajo integral que los cuidados domiciliarios encuentran un rol clave: “Los cuidados domiciliarios son muy válidos a la hora de hacer mejores diagnósticos, más completos”.
Por otra parte, el doctor, también remarcó que la internación domiciliaria no sólo es útil para la rehabilitación, sino que también brinda la instancia ideal para realizar acciones de promoción de la salud: “El ámbito de la casa podría ser el mejor lugar para hacer educación para la salud y prevención; mientras se va cuidando a un paciente, se puede hacer prevención de accidentes, políticas alimenticias, planes de vida saludable; con programas adecuados, los cuidados domiciliarios pueden dar la posibilidad de hacerlo”. Además, los costos de esas acciones de prevención serían realmente reducidos, ya que, mayormente, sólo implican al recurso humano.
En sus conclusiones, Gril subrayó la responsabilidad que su profesión implica: “Cada vez más se nos pide a los médicos que seamos responsables de los costos; y no reniego de eso; los médicos debemos actuar responsablemente”. Y para esa acción responsable no basta, según el doctor, con prestar atención a los números: “Necesitamos escuchar a los economistas y a los matemáticos, que cuando hablan de salud tienen razón; pero tienen solamente eso: razón. Y la sola razón no alcanza para seguir con la tarea de atender el sufrimiento y el dolor de la gente”.

 

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