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Quo Vadis Salud 2008



Conferencia de cierre

  



La situación del Estado
 

El doctor Rubén Torres, Consultor de OPS/OMS Uruguay, fue el encargado de dar el cierre formal a la quinta edición de Quo Vadis Salud, y lo hizo dando cuenta de las problemáticas e ineficiencias estatales que explican y definen la situación del sistema de salud en nuestro país.

La conferencia de cierre de la quinta Conferencia General de Salud “Quo Vadis Salud” comenzó con una disculpa del doctor Rubén Torres, Consultor de OPS / OMS Uruguay y Ex Superintendente de Servicios de Salud. Las disculpas se suscitaron por un cambio en el tema de su exposición: en lugar de disertar sobre el estado de situación de las obras sociales, tema que le había sido sugerido, Torres optó por exponer acerca de la situación del Estado, cuestión que consideró de orden fundamental a la hora de pensar cualquier problemática que competa al sistema de salud argentino: “Me tomé el atrevimiento de hablar de la situación del Estado porque esa situación es la que nos va a permitir definir si los argentinos vamos a tener una salud diferente en los próximos años”, argumentó.
La conferencia siguió con una aclaración que resultó válida a los oídos de la concurrencia. “Quiero aclararles que yo formé parte de todos los problemas que voy a mostrar acá. Fui funcionario y, por lo tanto, soy responsable de muchas de las cosas que se ven acá. Tengo como disculpa que, cuando era funcionario, decía las mismas cosas que voy a decir ahora”, aclaró.
Acto seguido, y luego de marcar que cualquier sistema de salud se compone de tres factores (costos, calidad y acceso), Torres centró su atención en la problemática que la accesibilidad genera en nuestro país. Según el sanitarista, un argentino se enfrenta al sistema de salud como un aventurero a las puertas de un laberinto. Sin embargo, matizó, “hay que aclarar que, comparando la Argentina con el resto de los países de América latina, el nuestro es el país con mayor accesibilidad al sistema de salud”. En la Argentina, postuló, el problema no surge de la accesibilidad en sí misma, sino de la desigualdad en los servicios a los que se accede.
Más tarde, Torres se refirió a la irracionalidad que reina en el sistema de salud de nuestro país, donde se da una superposición permanente entre hospitales públicos, empresas de medicina prepaga, seguridad social, centros de salud y ambulatorios municipales. En este sentido, el doctor optó por dar un ejemplo de este paradigma irracional: “Cuando el PMO costaba $60, un 25% de las familias argentinas aportaban a tres obras sociales diferentes y en ninguna de ellas les alcanzaba para cubrir el PMO; no tenían la posibilidad de fusionar sus aportes y ser atendidos dignamente”. Sintetizó que “el acceso a la salud en la Argentina es para todos; el problema es que es desigual”.
Luego, Torres hizo mención al controversial rol que el Pami cumple en el seno de nuestro sistema de salud: “No hay ningún país del mundo que tenga un seguro para la tercera edad”. El problema que se deriva de esto es, según él, el de la cautividad: “Los jubilados, que son los que más necesitan las obras sociales, no pueden elegir”. Una de las preguntas que más captó la atención de la audiencia se refirió al fin de la corrupción en la obra social de los jubilados: “Hay que preguntarse si con terminar con la corrupción en el Pami alcanzó o si habría que agregar gestión, porque no darle a la gente lo que necesita también es corrupción”, enfatizó.
En relación a la desigualdad que reina en el sector salud, Torres hizo ingresar algunos datos estadísticos a la discusión. Un 39% de niños y niñas, expuso, dejó de ir al médico por razones económicas: “Esto no es un sistema equitativo; por eso no podemos hablar de las obras sociales; si habláramos de ellas esta diferencia prácticamente no se vería; pero la Argentina es esto”, subrayó. Este porcentaje, agregó, está ligado también a la imposibilidad de acceder a medicamentos y a servicios de atención primaria.
Adelantando que siempre se tiende a criticar a quienes no realizan ninguna propuesta positiva, Torres presentó la suya: “Alentar la complementación entre el Sector Público, Obras Sociales y Sector Privado como mecanismo efectivo de control de costos y de incremento de eficiencia a la luz de las experiencias mundiales. Tenemos que pensar en complementar los servicios”, postuló.
En los últimos años de marcado crecimiento económico, en los que por primera vez en la historia los países de la región crecieron un promedio del 5% anual, el gasto en salud prácticamente no creció en América latina, señaló Torres. “Esto es por lo menos llamativo porque nuestros líderes políticos dicen que la salud y la educación son prioridad”, sugirió. Otra de las distorsiones que se dan en torno al crecimiento económico es la baja en las inversiones extranjeras: “Desde hace bastante tiempo, la Argentina tiene números negativos en la entrada neta de capitales extranjeros; hay países de la región, sin embargo, que crecen mucho menos pero en los que la inversión extranjera directa crece: esto se llama credibilidad”, señaló Torres.
“Parece, aseveró el doctor, que en la Argentina el problema no es el gasto total en salud, porque es muy alto”. Sugirió entonces una revisión de los gastos que el Estado realiza en materia de salud: “En el caso de la Argentina, es muy poco lo que el Estado pone, ya sea a nivel nacional, provincial o municipal”. El gasto total en salud, ejemplificó, se acerca, por ejemplo, al de la República Checa pero, sin embargo, indicadores como la mortalidad infantil muestran números preocupantemente más elevados en nuestro país que en aquél, que dispone del mismo capital para la salud.
Otro de los problemas que aquejan a la Argentina es la desigual distribución del ingreso. En este sentido, Torres indicó que “a pesar del crecimiento económico de la Argentina, en los últimos años la distribución del ingreso no se ha modificado; hoy la distribución entre el 10% más rico y el 10% más pobre es peor que en el momento de la hiperinflación”.
En relación a la polémica ley de regulación de las empresas de medicina prepaga, polémica que ya había suscitado opiniones encontradas a lo largo de la jornada, Torres señaló que “hacemos todo mal: incorporamos todo lo que queremos y regulamos los precios; la ley no trata lo que debería tratar: posibilitar que las prepagas se unan a la seguridad social de una forma transparente”.
A la hora de hacer sus conclusiones generales, Torres comenzó reafirmando que “la reforma, la transformación y la mejora del sistema de salud no son tanto un problema de financiación, sino más de un modelo de asignación que estimule la gestión por resultados”. Y añadió que los únicos resultados que justifican las reformas son las mejoras de los indicadores de salud. Sería también necesario, puntualizó, impulsar y definir protocolos de gestión clínica, así como también supervisar su cumplimiento: “Eso facilita el costeo, la evaluación de resultados y de la sostenibilidad financiera”, remarcó.
El doctor también apuntó que se requiere responsabilidad nominada sobre la población, para definir acciones y hacer sostenible la financiación, pero que, en primer lugar, urge garantizar una respuesta adecuada desde el sector público: “Sólo luego se puede regular exigiendo lo mismo a los seguros”, subrayó. La coordinación del gasto público para lograr la equidad distributiva, junto con la redefinición del esquema de protección social y la legitimación de la presencia del Estado son, según Torres, los pilares a ser construidos en pos de la calidad institucional.

 

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